12 de febrero de 2021

El gran rompecabezas que tiene Lobos

Si tuviera que hacer un análisis, diría que el actual gobierno municipal cometió un sinfín de errores "no forzados". El slogan de no venir de la política, hizo que no comprendieran cómo ésta se construye. Se equivocaron sin que nadie los empujara o presionara para ello, con un Intendente que rara vez habla con la prensa y que durante la pandemia sólo se lo vio en videos que el propio municipio difundió. De esta manera, lo único que van a conseguir es dilapidar el capital político que obtuvieron en su momento, es decir, votos. Lo que pasa es que en la vereda de enfrente no hay muchos que puedan llegar a alcanzar el entusiasmo de la ciudadanía. 

El peronismo está dividido, pero esto no es de ahora, hace por lo menos cinco años que se viene dando esta fragmentación. De los referentes que han ido formando agrupaciones por su cuenta, ninguno de ellos reúne hoy una condición de liderazgo, un sesgo de caudillismo, o el carisma que durante muchos años caracterizó a Sobrero y le permitió gobernar tres mandatos. También hay que sumar a los ex sobreristas que se exiliaron temporalmente en Merlo y que ahora han vuelto al ruedo con claras pretensiones electoralistas. Tacho perdió en 2015 y 2019, es una utopía que se vaya a presentar como candidato otra vez. El peronismo lobense, por lo tanto, está dividido de la siguiente manera: 

- El PJ "oficial" y ortodoxo, de la Unidad Básica de calle Necochea

- Movimiento Evita

- Barrios de Pie

- Frente Fundación 2 de Junio (no recuerdo exactamente el nombre completo)

- Frente Felipe Varela (de reciente creación)

- Grande Lobos

Si se lograra aglutinar a todas estas organizaciones o frentes que van por fuera de las estructuras tradicionales, el PJ podría asegurarse 2.000 votos o más, sin tener en cuenta a los militantes y afiliados incondicionales. 

Por otra parte, el radicalismo irá a internas en marzo. Hay un sector que se siente ninguneado por Etcheverry y que reclama mayor participación y protagonismo. Y tenemos otro que, aunque no lo digan públicamente, apoyan al actual mandatario. Hoy por hoy, el radicalismo por sí solo no tiene el peso suficiente para ganar una elección. De ser así, no hubiera existido Cambiemos o Juntos por el Cambio. Por supuesto, muchos se tuvieron que "tragar el sapo" de formar parte de una coalición de centro derecha que es más afín al conservadorismo. 

Si este año J x C gana las elecciones de medio término, el futuro con miras a 2023 le sonreirá a varios que frecuentan los pasillos de Salgado 40. Pero falta demasiado tiempo todavía, y no es descabellado pensar que nuevamente Zabalo y Sandoval vuelvan a postularse. Fueron proscriptos por la Justicia Electoral en 2019 de un modo vergonzoso y seguramente buscarán revancha.

Mientras tanto, el Gobierno Nacional no decidió si habrá o no PASO este año, y se encuentra con la cruda realidad de que mucha gente se cansó de Fernández y Cristina. Hubo mucho voto castigo en 2019, por el fracaso estrepitoso de Macri. Ahora hay que ver en qué dirección de dirige el electorado en las próximas presidenciales. Lo único apasionante de este juego es que la política es el arte de lo posible, y en consecuencia todo puede pasar. En un país como el nuestro, proyectar lo que sucederá en cuatro años es demasiado temerario. Punto final. 




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