14 de febrero de 2023

A bancarse lo que venga

Dejo de lado el panorama político, que siempre da para darle manija, y hablo un poco de mí, algo que no hago con frecuencia: Parte del proceso de reconversión de un medio, además de conseguir el rédito comercial, implica generar contenido, darle volumen. Es decir, escribir notas, que quizás carezcan de interés para el periodista pero sí la tengan para una nueva "cantera" de lectores. Yo no cubro determinadas cosas como salidas de bomberos o accidentes, porque carezco de movilidad propia (auto o lo que fuere) para dirigirme a esos lugares. Pero hoy por hoy, si yo lo pudiera concretar, tampoco marcaría la diferencia, porque ya todos lo hacen, y está perfecto.

Como un humano más que soy, he escrito notas en un estado emocional bastante difícil y nadie se dio cuenta, y también he escrito otras con mucho entusiasmo y polenta: Al final del camino, el resultado debe ser el mismo. Una crónica periodística que sea útil para quien vaya a leerla y que además invite a su lectura. En más de una ocasión, uno ya se la ve venir, porque estás presenciando un acto formal o protocolar que más allá de su significancia histórica, se vuelve embolante e imposible de digerir. Eso te lleva a sintetizar con los datos básicos y no desmenuzar un audio de 20 minutos que no dice nada sustancial. Desgrabar discursos y extraer de ellos lo fundamental (o lo más relevante) no es tan difícil si hace tiempo que lo venís haciendo, pero deja poco margen para la creatividad porque es algo que otro dijo y no le podés agregar nada.  

Estoy ampliando un poco más el abanico hacia los deportes, pero no sé si suma realmente, ya que existen medios que se dedican exclusivamente a eso. Claro que a las Olimpíadas de la Cuenca uno les da un poco más de relevancia porque es un evento de gran alcance regional y que además involucra un acto de apertura y de cierre, las premiaciones, un despliegue que en muchos casos se nutre de algún artista conocido... he cubierto todas las ediciones desde 2005 hasta la actualidad, venimos de 3 años sin que se realizaran, y habrá que retomar la "gimnasia" y el ritmo propios de esas lides. Pienso en lo que vendrá, pero no por ello desvío la mirada sobre lo que está ocurriendo. Como cualquier persona, tengo días que me rinden más que otros, y mi humor puede variar en función de muchas cosas que ni siquiera tienen que ver con la profesión. 

Hace ya 15 días que estoy lesionado pero no dejé de cumplir con mi trabajo. Hace 23 años que laburo ininterrumpidamente, no solamente del periodismo, sino de otros trabajos esporádicos. Sólo hice reposo el mismo día que me pasó el accidente. Tomé analgésicos y espero estar en las mejores condiciones para afrontar lo que venga. Si hubiera permanecido recluido tres o cuatro días, pese a que tenía motivos valederos para estar así, me hubiera vuelto loco, nada detesto más que el encierro. Hablo del encierro cuando no tenés ganas de nada, no de permanecer en una habitación escuchando música o cualquier otra actividad placentera. Lo que me pasó fue un accidente, porque no hice nada incorrecto ni peligroso, me caí caminando como lo hago normalmente y mi tobillo quedó hecho pedazos. Y reitero lo dicho: No es consuelo, pero podría haberme pasado algo mucho peor, no merece la pena abundar en ejemplos. Creo que lo único rescatable de toda situación límite, es que cambiás la forma de pensar o de ver las cosas. Más que tener miedo a la muerte, y sin ánimo de ponerme filosófico, le temo a una muerte prematura y evitable, porque todos hemos conocido casos así. Y el dinero, además de satisfacer las necesidades básicas, lo único que te otorga es seguridad, seguridad económica, el hecho de pensar de que contás con algo de plata ante un hecho imprevisto.

Si vos estás leyendo este posteo, pensá que tengo 43 años, y no quiero deteriorar mi calidad de vida. Por eso siento que me sirve caminar o andar en bicicleta, además de que llego más rápido dentro del radio urbano. Por supuesto que si fuera a la Laguna o a Las Chacras tendría que tomarme un colectivo como hace la mayoría de la gente. No me considero viejo, pero sé que debo cuidarme porque ya no soy un pibe, y mi cuerpo no se bancaría determinadas cosas que yo hacía 20 años atrás. Hasta tanto baje la temperatura y pueda reanudar el gimansio, seguiré con la "tracción a sangre", y procurando que descienda mi sobrepeso, una de las posibles causas de haber padecido el maldito esnguince. En líneas generales, uno sabe lo que tiene que hacer, pero sólo reacciona cuando se ve en fotos o te mirás al espejo, y esa imagen parece a la de un tipo al que le pasó un tren por encima. Ojo con el sedentarismo, porque a la larga, deriva en consecuencias irreversibles. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

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