Jueves por la
noche en la ciudad. La semana se pasó rapidísimo, pese a que en el devenir
pueblerino no ocurrió nada de relevancia. Veremos qué nos depara el finde, en
materia de notas por cubrir. Necesito despejar mi cabeza para poder descansar y
rendir mejor en el laburo. Bueno, la verdad es que en todos estos años varias
veces he laburado en condiciones de profunda incomodidad y malestar, y por
supuesto que me la banqué, ¿qué otra cosa podía hacer? Es mi trabajo y mi
responsabilidad, únicamente lo postergaría si estuviera enfermo, es mi modo de
verlo.
Estoy tratando de
rescatar lo esencial, y eso es lo que todos deberíamos hacer, todo lo demás
queda en un segundo plano. No es algo tan difícil: Si te ponés a pensar,
enseguida te vas a dar cuenta de qué es lo básico para estar bien, para vivir
bien. Pero estamos atravesando en un contexto socioeconómico que ni siquiera te
garantiza lo mínimo. Abundan las malas noticias, los escándalos, el bajón.
Porque ese malhumor se palpa en la calle: Hay gente que está tan saturada que
un día va a explotar y reaccionar de la peor manera, no me sorprendería. Nos
estamos agrediendo sin sentido en cada respuesta filosa, maliciosa, o irónica,
en cada comentario fuera de lugar, porque rige el “vale todo”, y no es un
fenómeno nuevo, sólo que ahora se vuelve más evidente. Estamos a 15 días de
elegir a un Presidente y sin embargo seguimos en la boludez. Eso nunca había
ocurrido antes, desde que tengo uso de razón. No me caben dudas de que habrá un
ausentismo significativo, quizá no tanto como en las PASO, pero un considerable
porcentaje de la población no irá a votar. Lo toman como una pérdida de tiempo,
porque al final de cuentas “todos son corruptos y todos roban”. El hecho de que
esa afirmación de haya generalizado es la consecuencia de los sucesivos
gobiernos que no hicieron más que contribuir a que la gente piense así.
Habría que dejar
en claro algunas cuestiones. En primer lugar, si Milei gana, no va a hacer todo
lo que ha declamado en su errática campaña. Va a haber una resistencia muy
grande y enfrentamientos por doquier. Es más moderado de lo que parece, me da
esa impresión, aunque diga lo contrario. Un típico neoliberal, con mucho
marketing, eso sí. Claro que puedo equivocarme, y de ser así no tengo la menor
idea de cómo va a terminar esto. Si gana Massa, se convertirá en la
reencarnación de un kirchnerismo que ya se ha debilitado bastante. Lo notable
es que cada vez que uno supone que es un ciclo terminado, le encuentran la
vuelta para seguir en el poder como hace 20 años, sin contar los 4 de Macri.
No soy gorila ni
antiperonista. De hecho, el peronismo clásico en su doctrina tiene algunos
puntos rescatables, como la justicia social. Simplemente no estoy de acuerdo,
como habrá otros que no estén de acuerdo conmigo. Si el electorado le ha dado
un voto de confianza a este modelo nacional por casi dos décadas, tendrá sus
motivos. Nunca discutiría de política con un vecino porque más allá de las
diferencias, es mucho más lo que nos une que aquello que nos separa. Creo que
deberíamos comprender esto, porque así funciona la democracia. Y en lugar de
votar a un partido, siempre lo he hecho por aquel candidato que me ha parecido
más coherente, dentro de los que postulaban. Por ahora, todo lo que hay es
incertidumbre. Nos estamos viendo pronto. Punto final.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario