Hoy se cumple un año de
gobierno de Milei.
Un año de
decepciones, frustraciones, y quita de derechos. De desguazar al INTI, al INTA,
a Télam, a la Afip. De otorgar jubilaciones miserables a nuestros viejos, con
un bono ridículo de $ 70.000. De romper relaciones internacionales con países
que históricamente apoyaron a la Argentina. De recortar los remedios gratuitos
que reciben los jubilados a través de PAMI. Un año que tuvo un mega DNU, una
Ley Bases, una devaluación descomunal, y un aumento de tarifas. Un año que
pulverizó nuestras esperanzas y nuestra reserva moral.
Como hemos dicho aquí, el Presidente parece gozar, o disfrutar, del ajuste que está haciendo sobre la clase media y que la está llevando al precipicio. El apoyo popular de las encuestas le brinda estímulo para seguir adelante con el “plan Motosierra”. Que ni siquiera merece llamarse plan, porque se ejecutó de un modo improvisado y brutal. No se tuvieron en cuenta causas ni consecuencias. La gente que perdió su trabajo y quedó desempleada no sabe cómo hacer para llevar el pan a la mesa familiar. La fantasía del dólar barato y de la inflación baja sólo beneficia a los especuladores de siempre. Los salarios siguen estando por debajo de los precios de la canasta básica. La salud pública, las universidades, están en la mira del gobierno mientras se derrochan millones de pesos en senadores y diputados serviles, a los que el Presidente agasajó con un asado por sus buenos oficios a la causa libertaria.
Tenés personajes nefastos, como el Gordo Dan, Lilia
Lemoine, Bertie Benegas Lynch, que además son peligrosos. Y tenés a una Vice
que hace equilibrio para que no la expulsen del todo del paraíso de Milei y sus
chirolitas. El zoológico libertario da para diversos tipos de ejemplares de una
fauna autóctona que se creía extinguida. Cancilleres inútiles y sin visión
geopolítica, alineados a EE. UU. e Israel. Euforia de los mercados bursátiles
con los bonos y las acciones argentinas. Turistas que viajan a Brasil o a Chile
porque los destinos de verano están más baratos que los de su propio país. El
Presidente se fotografía reunido con Donald Trump, Elon Musk y otros sujetos
afines a su pensamiento ideológico.
Pero pese a todo,
como decía Enrique Pinti en sus monólogos, acá no se va ni renuncia nadie. Milei se la tendrá
que bancar y quedarse hasta el 10 de diciembre de 2027. Obtuvo el respaldo de
la mayoría del electorado y ahora le toca hacerse cargo de la situación, aun
con sus torpezas evidentes e indisimulables. Su visión de la economía es
bastante ortodoxa, no es tan novedosa como parece. Lo mismo había querido hacer
López Murphy en el gobierno de De la Rúa, con la diferencia de que el ministro
bulldog duró 15 días y tuvo que mandarse a mudar por el rechazo que provocó.
Así que, visto cómo están las cosas, aquellos que no estamos de acuerdo
deberemos resistir, y los que ven con buenos ojos lo que está sucediendo
tendrán sus motivos para pensar de esa manera. Si me preguntan cómo llegaremos
a 2027, diría que es casi de ciencia ficción imaginarse algo semejante. Por lo
pronto, ya hemos tenido suficiente, y es hora de que nos den un respiro, porque
aquello que se les antoja “zurdo” o “populista”, no es más que una dialéctica
para enfrentar a la sociedad. Nos estaremos viendo pronto, con mejores noticias
para debatir y poner sobre el tapete. Punto final.
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