12 de agosto de 2021

Diseñar tu vida a tu medida es la única opción

Durante todo este tiempo, no había escrito nada aquí, en parte porque no disponía del tiempo suficiente, y tampoco se me ocurrían ideas para para poner en el tapete. Hubo una serie de idas y vueltas en cuanto al día y horario de grabación del programa de tele, que me cansaron un poco. Y para plasmar bien un proyecto de esa naturaleza, se necesita del compromiso de los invitados a participar. Si te dicen que sí, uno ya cuenta con su presencia, por lo tanto si cambian de parecer a último momento, te jodés vos y tenés que buscar un reemplazo (en el caso de que tengas margen de tiempo para hacerlo). De un día para otro, es imposible, porque hay que entender que el resto de las personas también tienen sus horarios y ocupaciones. 

Karl Marx sostenía que la religión es el opio de los pueblos, y realmente no estoy tan seguro de eso. Lo que puedo afirmar, desde mi percepción personal, es que todas son un gran negocio. No me refiero en particular a la Iglesia Católica, que sería la primera en caer en la volteada, sino a todos los cultos que la gente piensa que le van a resolver la vida, o se aferran a ellos por temor a la muerte. Nuestra mayor parte del ciclo biológico está marcada por una negación a la muerte, y es eso lo que nos permite seguir adelante, porque pensar en ella todo el tiempo nos generaría una angustia tal que sería insoportable de afrontar. Nada tendría sentido, si total algún día no vamos a estar más. Sin embargo, lo peor no es el final, sino ver el deterioro de salud de un ser querido, el sufrimiento innecesario de un anciano que pasa meses en la cama de un Hospital sin que su estado mejore. Cualquier libro de autoayuda o de los famosos "influencers", busca que vos estés siempre sonriente y feliz, que disfrutes la vida. Yo he aprendido que los momentos de verdadero disfrute son tan escasos y breves, que hay que exprimirlos como si fuera una naranja. Porque de lo contrario, vas a ver pasar el tren quejándote de todo (yo mismo lo hago con frecuencia, casi sin darme cuenta). Sobran motivos para quejarse: el desempleo, la falta de guita, las deudas, un divorcio o separación. Por eso, ese tipo de libros construyen una ilusión que se convierte en best seller, pero que es imposible de implementar en la realidad. 

Todo lo que acabo de exponer, además de las charlas motivacionales, que te hagan creer que en el laburo "todos somos un equipo", son pura mierda. Cada uno descubre el significado o sentido de la vida de un modo distinto. A veces, de la manera más casual, no hace falta que seas ser un "detective" y que estés todo el tiempo autoindagándote. No es así como funciona, y tampoco hay respuestas para todo. Suceden hechos inexplicables, gente que logra curarse de una enfermedad grave o terminal, y otros que no pueden superarlo. No hay forma de explicar que Charly García se haya tirado de un noveno piso y haya sobrevivido cayendo justo dentro de una pileta. El flaco debe tener un Dios aparte, porque las pasó todas y sigue vivo (aunque nunca será el mismo). Están los famosos "curas sanadores", que tienen el poder de curar a determinadas personas, y no hay explicación racional, desde el punto de vista médico o científico. Admiro a esos sacerdotes porque -que yo sepa- no lucran con lo que hacen, a diferencia de una religión equis donde un pastor pretende exorcizar a los fieles, vaya a saber de qué. No me quiero meter con el tema de los exorcismos porque no conozco demasiado, sé que hay sacerdotes católicos que también lo hacen, pero no es para cualquiera.

Están quienes tienen un hijo y eso les cambia la vida. Están los que consiguen el trabajo soñado y tienen la satisfacción de hacer lo que les gusta. Están los que la pelean día a día, pero cuando llegan molidos de laburo a su casa saben su mujer los espera con el mate. La felicidad, es mucho más que sonreír. Y aunque yo no soy coach de nada, pienso que es un estado mental que cada uno va diseñando en base a sus experiencias. Los veteranos de Malvinas, por ejemplo, tienen el legítimo orgullo de haber servido a la Patria, pero durante la guerra la pasaron muy mal. La guerra no es grata para nadie, en principio porque nadie está preparado para matar, aunque se trate de un enemigo. Recuerdo que hace unos años vi un formulario que el Ejército de EE. UU. enviaba a los familiares de los que morían en la guerra de Vietnam. Decía el nombre del soldado caído escrito a máquina o a mano, el agradecimiento por haber combatido, y no mucho más. Ellos también se sintieron olvidados, si no me creés mirá la película "Nacido el 4 de Julio". Porque cuando termina todo, el fervor patriótico se apaga enseguida, y lo único que prevalece son las secuelas físicas, psíquicas, y el olvido. Ese olvido que no debemos permitirnos, por respeto a ellos, y por reivindicar causas que consideramos justas. No todo es la Batalla de Waterloo, o el desembarco de Normandía, que son considerados hitos en la historia moderna. Y otra cosa que debemos tener en claro: la historia NO siempre la escriben los que ganan. La escriben ambos, vencedores y derrotados, con una versión distinta que es igualmente válida en ambos casos. 

 Como podrán comprobar, me fui por las ramas, pero creo que pude desarrollar lo que tenía en mente antes de escribir esta nota. Nos estamos viendo. Punto final. 

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