La verdad es que, en un principio, yo pensaba otorgarle a este Gobierno Nacional un plazo de tres meses hasta poder ver cómo evolucionaba la gestión. Pero creo que voy a acortar esa expectativa. Ayer vimos por televisión cómo el Presidente daba a conocer un megadecreto pocas veces visto, que implica cambios sustanciales y bastantes discutibles. Es el mayor viraje de la economía argentina en más de 40 años, en caso de que se logre el cometido propuesto en el voluminoso texto.
Por otra parte, la mayoría de esas desregulaciones no podrán implementarse de un día para el otro. Como hay muchos sectores afectados, es probable que se termine judicializando ese mamotreto, con recursos de amparo o medidas cautelares. El Congreso y varios especialistas advirtieron que el Ejecutivo no puede atribuirse facultades que no les son propias.
Al tratarse de un "Mega DNU", es necesario hacer un desglose a los efectos de analizar cada uno los puntos, de las modificaciones. Pero sería una tarea tediosa, y seguramente los grandes medios ya se encargarán de eso. El único cambio que parecería ser positivo, es la derogación de la Ley de Alquileres. Sin embargo, debe existir un marco legal que sustituya a la norma que se pretende eliminar y no dejar todo a la buena de Dios. No está mal, tampoco, que los profesionales de la salud hagan sus recetas de forma electrónica, y que los medicamentos sean prescriptos por su genérico (es decir, la droga que contienen) en lugar de marcas comerciales que son el gran negocio de los laboratorios farmacéuticos.
Bajo el ideario del libre mercado, y tomando como única ley la de "oferta y demanda", se ciernen peligrosamente situaciones que dejarán de estar contempladas por las leyes del Congreso. Es humillante que un trabajador tenga que resignar parte de su sueldo para un seguro de desempleo. Vale decir, que en el caso de ser despedido, la indemnización que recibirá saldrá de su propio bolsillo. Quiero suponer que los sindicatos se opondrán a esto. Si lo hacen, tienen razón. Los costos laborales pueden reducirse en base a otras variables, suponiendo que fuera ése el objetivo que persiguen los libertarios.
Por eso, el gran engaño es que todo esto se hace en nombre de la Libertad. Si cada uno hiciera lo que quisiera esgrimiendo esa bandera, estaríamos en problemas. Insisto: Los alquileres constituyen un tema demasiado complejo como para dejar que se produzcan abusos de ambas partes, tanto del propietario como del inquilino. Todo estamos de acuerdo con que debe haber mayor disponibilidad de inmuebles, pero habrá mucha especulación en el medio, de manera que ampliar la oferta de propiedades no es algo que se verá reflejado en lo inmediato. Simplemente porque volvemos a lo mismo: No hay regulación alguna y se da por descontado que ambas partes tendrán que firmar un contrato, de lo contrario no habría ningún documento que avale esa transacción.
Los precios se disparan sin control. En un hecho inédito, los supermercados están dispuestos a "escrachar" a sus proveedores para demostrar que no son las cadenas las formadoras de precios. Nunca había visto algo así.
A sólo 11 días de haber asumido, el "experimento Milei" marcha a todo vapor, y las consecuencias pueden ser imprevisibles. Están jugando con fuego, y esto no va a terminar bien. Por más que en su introducción el Presidente haya aludido a la herencia recibida (una vez más) y a la pobreza, no creo que lo que plantea el decreto, a grandes rasgos, contribuya a mejorar el bolsillo de los pobres. Me queda una sensación extraña: Eso recién empieza, pero puede terminar muy pronto, y de la peor manera. Ojalá me equivoque, no hace falta agregar más. Nos estaremos viendo pronto. Punto final.
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