30 de enero de 2024

Agua

La última vez que fui al gimnasio, fue el jueves 25. Podría decirse, casi en la previa de la ola de calor que estamos atravesando. Claro que esto no es de interés para nadie, pero se trata de un mero comentario para relatar lo que vino después. 

En fin, la cuestión es que aquel día hice la rutina de ejercicios lo mejor que pude, porque transpiraba de una manera impresionante: literalmente chorreaba agua. Agua que, de algún modo pude recuperar o compensar, ya que siempre llevo en la mochila una botella que dejo unas horas antes en el freezer antes de salir, así se mantiene lo más fresca posible para esa franja de 50 minutos en los que procuro olvidame de todo y cambiar de ambiente. Realmente me gusta entrenar. Hace unos meses había bajado dos o tres kilos, pero todo me hace pensar que irremediablemente volverán a aparecer. Veremos qué dice la balanza de la farmacia cuando pase por alguna de ellas.

Este miércoles, la ciudad fue un infierno, y no sólo por el clima: Cortes de luz intermitentes, cortes de Internet, agua corriente con servicio restringido, semáforos en pleno Centro que no funcionaban, al igual que los aparatos de Posnet. La falta de luz no fue muy extensa, por suerte, pero suficiente para que el malhumor y el fastidio se contagien entre la gente que depende de algo tan básico como la energía eléctrica.

Con respecto al gimnasio, por la razones que mencioné, me pareció insostenible ir nuevamente, y es así como no retomé la actividad durante la semana. Lo que hagan los otros clientes corre por cuenta de ellos, pero bajo ningún concepto me arriesgaría a un golpe de calor o a un esfuerzo excesivo. Es verdad que una buena opción puede ser ir de noche, después de las 20, pero a esa hora ya estoy ocupado en otras cosas. 

Al  ser un espacio cerrado, donde se instalaron algunos ventiladores que son un alivio pasajero, no me imagino teniendo que pasar por lo mismo, sobre todo para una actividad que debería gratificarme. Lo digo sin detrimento del lugar, que ofrece un buen servicio en líneas generales. 

Los días que siguieron tuve como único esparcimiento el darme un chapuzón en la pileta, o ponerme a leer por las noches. Sin duda lo considero el momento más adecuado para leer un libro y concentrarse en él, porque predomina el silencio, que sólo se ve interrumpido por el ventilador de mi habitación, algún perro que ladra con insistencia, o el rumor de los motores de motos y autos.

De más está decir, que eso no significa que haya hecho una pausa en el laburo. Trato de conseguir todas las notas que me sean posibles, preferentemente por la mañana. Al mediodía llego a casa, me pongo a almorzar a veces con más apetito según el caso, y al finalizar de comer le doy un vistazo a los mails para asegurarme de haber leído todos los mensajes que quizás no me haya percatado. 

Cuando todo eso va concluyendo, no me queda otra que recluirme en esas horas muertas, a veces logro dormir y otras no. Si no lo hago, no me preocupa, la prioridad es tener un buen descanso por la noche. Si no pude dormir la siesta y tampoco logro hacerlo al terminar el día, ya se torna frustrante. Ni hablar si se prolonga dos o tres días consecutivos, porque por muy agotado que te sientas, no hay mucho que se pueda hacer, quizás beber un té de tilo, tomar algún sedante... No hay lugar para pensar en varias alternativas.

Por toda esta extensa descripción que acabo de esbozar, la verdad es que no tenía ganas de publicar un nuevo posteo, precisamente porque creí que no había nada nuevo bajo el sol.

Sea como fuere, siempre le podés encontrar la vuelta para no quedarte con la sensación de que desaprovechaste ese tiempo, esas horas destinadas a la siesta. Ayer hice una limpieza a fondo de mi dormitorio, porque como a veces dejo las persianas de la ventana levemente abiertas para que entre un poco de aire fresco, es lógico que se vaya acumulando tierra, polvo, algún insecto vagabundo que por casualidad se le ocurrió parar a ese espacio que tengo en cuatro paredes. Le tengo asco a las cucarachas, por suerte nunca ha aparecido ninguna allí. 

Pese a todos, hay que renunciar a la queja por “la calor”, porque era obvio que esto iba a pasar. En todos los veranos sobreviene un pico de temperaturas extremas que se extiende por un plazo variable, hasta que algún día llueve y eso disminuye un poco la pesadez que provoca el impiadoso castigo del sol. 

Si nos ponemos a recapitular, en 2023 hubo una sequía sin precedentes: No cayó una sola gota durante tres meses. Y las consecuencias no sólo afectaron al sector agropecuario, sino que además convirtió a varias lagunas (entre ellos la nuestra), en decadentes cráteres de tierra cuarteada, donde además quedaron visibles toda clase de basura y residuos que la gente fue arrojando desde larga data. Era la oportunidad ideal para efectuar un dragado, se lo dije a un funcionario de primera línea, pero sólo me respondió que esa tarea era muy costosa, y alguna boludez más que no me acuerdo, pero en definitiva que no me convenció para nada.

Mientras tanto, haciendo esas salvedades, sigo adelante con mi vida profesional, entrevistando vecinos que ocupan cargos en distintas instituciones, y sigo con la premisa de producir mi propio contenido. 

No es posible en el 100 % de los casos, por supuesto, pero de a poco va mejorando el contexto, no el económico, pero sí dentro el ritmo que caracteriza a una ciudad pequeña del Interior. Un pueblo que continúa con graves falencias, sin haber voluntad política de resolverlas, porque están a la vista de todos. No son un capricho mío, ni una apreciación antojadiza. Eso daría para otra nota, no quiero abusar de vuestra paciencia. Nos estamos viendo pronto, cualquier ocasión es propicia para escribir. Punto final. 

 

26 de enero de 2024

Algo va a salir

Llegamos al viernes. Se hizo larga la semana, al menos para mí. Pocas noticias por cubrir, pero es normal en esta época del año. Creo que si releyera otro posteo mío en una fecha similar, estaría hablando de lo mismo. Por lo tanto, evitaré ser repetitivo. "Algo va a salir", dijo un gallego. Trato de buscar notas que marquen la diferencia, un material distinto a las actividades que yo sé que irán los otros medios también. 

Hay muchos comercios cerrados, mucha gente de vacaciones. Y está OK, qué le vamos a hacer, sólo que me da que pensar que varios de ellos son los que lloriquean porque no hay plata. De mí podrán decir cualquier cosa, menos que no soy auténtico. Me manejo con los recursos que tengo disponibles, y creo no es el mejor momento para endeudarse al pedo. Me llama la atención (o no tanto), que aquellos que organizan marchas y protestas de toda índole, mantuvieron la boca cerrada durante los últimos 4 años. Incluso, lo podríamos hacer extensivo a los 12 años de gestión kirchnerista.

Alberto Fernández se convirtió rápidamente el chivo expiatorio que tienen varios supuestos militantes: Es el peor de todos, el “responsable” de la derrota en el balotaje. Bueno, creo que se olvidan de que Fernández fue Jefe de Gabinete de Néstor K, uno de sus hombres de mayor confianza, un tipo moderado, dialoguista. Su suerte quedó sellada durante el conflicto con el campo. Alberto apostaba a negociar, los demás eran inflexibles. Y el final de esa historia es conocida: El campo terminó ganando la pulseada con el “voto no positivo” de Cobos (vice de CFK y Presidente del Senado). Nadie se la vio venir. Ninguno de los que, aun hoy, se las dan de progresistas. Los cagaron de un modo tan pragmático, que fue algo imposible de digerir hasta para los que dicen ser de paladar negro. Como bien me dijo un dirigente una vez: “En política podés ser cualquier cosa, menos ingenuo”. Tenía razón. Y esa ingenuidad persiste hasta el día de hoy, por lo cual no sería extraño que Milei logre que todo el DNU y la Ley Ómnibus salgan aprobadas con algunas modificaciones mínimas, listo el pollo. Lo demás es pura cháchara para la gilada. Seguramente lo que estoy planteando a más de uno le resultará intolerable o tendencioso, pero no me importa. Recordemos a todos los que, bajo el pretexto de que “estamos en democracia” y que hay libertad de expresión, salen a decir públicamente cualquier verdura.

Por supuesto que, dentro de cualquier partido, siempre te encontrás con gente bien intencionada, o que sustenta su forma de pensar con principios o ideas coherentes. Es decir, son respetables. Además, son críticos sobre el gobierno actual o los anteriores. Tienen la capacidad de tomar distancia para que la ideología no les impida analizar la realidad. Lamentablemente, son los menos. Mientras se pierde el tiempo en chicanas estúpidas o en el intercambio de insultos vía Twitter, las cosas siguen pasando, parafraseando a John Lennon. Sí, no está mal movilizarse, protestar pacíficamente, hacer paros o huelgas, tirar papelitos. Pero hay que ver qué conseguís vos con eso. Si el objetivo es forzar un cambio de determinadas medidas que te afectan, y seguís dándole rosca sin resultado alguno, quizás tendrías que virar hacia otra estrategia. No sé, pensalo. Nos estamos viendo pronto. Punto final.   

24 de enero de 2024

Aceptar negociar bajo presión nunca es bueno

 Mitad de semana en la ciudad. Me da la impresión de que enero está pasando muy rápido, pero al mismo tiempo no no damos cuenta de ello porque las novedades o hechos salientes son muy pocos. Hasta ahora, el calor que cualquiera percibe es el normal para el verano: 31, 32 grados. Ya si llegáramos a 36° C, como ha sucedido en los últimos años, estaríamos más complicados. Otra cosa que distingue a esta temporada, es que se está debatiendo en el Congreso la Ley Ómnibus, el DNU, y todo lo que ya conocemos. Desde el oficialismo se cansaron de afirmar que "la Ley no se negocia", pero ahora se ven obligados a hacerlo porque corren el riesgo de que no haya dictamen favorable, que no se reúnan los votos necesarios, y que todo termine naufragando. 

Así, haciéndose los boludos y en algunos casos cediendo ante la presión de sectores de peso que se pusieron el grito en el cielo de inmediato, fueron "dibujando" un nuevo proyecto, que reduce considerablemente la cantidad de artículos del texto original y da marcha atrás en otros más controvertidos. 
Cedieron ante el lobby de la industria farmacéutica, ya que la obligación de recetar genéricos amenazaba el negocio de los laboratorios, y el de los visitadores médicos. Era uno de los pocos puntos acertados -a mi modo de vez-  de este proyecto de Ley, que fue borrado de un plumazo. Lo cierto es que LLA tiene pocos legisladores propios en ambas cámaras, y se supone que el Ejecutivo era consciente de esto, pero se confió en que con los "aliados" (el PRO, algunos bloques minoritarios, y parte de la UCR) iba a conseguir los porotos. Eso no sucedió, y ahora están condicionados a continuar haciendo cambios para que la Ley en cuestión salga aprobada, maquillándola lo suficiente como para obtener los votos mayoritarios. 

Sea como fuere, en algún momento, a fines de este mes, se logrará el acuerdo para conseguir su sanción y listo, entonces habrá que ver qué pasa, porque durante todos estos 40 días, el Gobierno culpó a todo tipo de personajes por la suba del dólar blue. 

Ustedes recordarán que cuando asumió Milei, abrupta devolución mediante, se achicó la brecha cambiaria, y la divisa mantuvo así durante varias semanas, hasta que lentamente el precio del billete fue subiendo. Hoy se cotiza 200 pesos más que el 11 de diciembre, en promedio. Y mientras no haya señales claras hacia los mercados, inversores y ahorristas, seguirá en alza con pequeños "saltos" de 20 o 30 pesos diarios pero que representan un acumulado de más de un 25 % en poco más de un mes. 

Claro que si hablamos de este miércoles, tampoco podemos soslayar el paro general de la CGT, del cual se habló tanto en los últimos días respecto a su contundencia y efectividad. Creo que la sociedad tiene una pésima imagen de los sindicalistas argentinos, que dicen representar a la clase trabajadora y son unos burócratas llenos de guita, profundamente inmorales. 

Sí, es posible que si haya que esbozar una conclusión, uno diga que tuvo impacto en cuanto a la convocatoria. Pero tuvo un acompañamiento "solidario", digamos, a nivel popular, por lo que mencioné antes. A la gente que rompe las bolas que en una ciudad desquiciada como Buenos Aires todas las calles estén cortadas, que no haya transporte público, que los bancos cierren antes... Y por otra parte, ningún político que tenga experiencia, acepta negociar bajo presión. Porque si lo hace una vez, ya de ahí en adelante cualquier sector saldrá a la calle a reclamar lo que se le cante, sacando de la galera una maniobra que puede volverse extorsiva. Los Secretarios Generales de cada sindicato son elegidos con el voto de sus afiliados, pero es no quita que puedan estar 30 años o más ocupando ese rol. Debería haber, en el ámbito sindical, un límite a las reelecciones indefinidas, al igual que en la política. No sé cuánta gente que no esté vinculada a los gremios puede haber concurrido a la protesta de hoy. Pero, viendo las imágenes de TV no creo que sea -por ahora- un número significativo. 
Desde la Casa Rosada no lo perciben aún, pero si se recuestan sobre los votos del balotaje y el apoyo posterior que actualmente ostentan por haber asumido la gestión recientemente, puede haber serias dificultades de gobernabilidad. Pero ya tenemos una muestra de cómo se manejan: Actúan como "fuerza de choque" para la gilada, y luego terminan transando y dando el brazo a torcer. Si no cambian de estrategia y sólo se sienten confiados con los "dialoguistas", esto traerá más obstáculos para lograr la sanción de cualquier tipo de Ley. Ellos no lo saben porque son meros tecnócatras, pero los veteranos de la política doméstica, sí. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 


21 de enero de 2024

Cómo hacerle el aguante al Campeón

 Anoche, junto con un compañero de trabajo, fui a hacerle el aguante a Manu Andújar, este gran piloto lobense de 27 años que ya conquistó su segundo título en el Dakar. Hice un video en vivo, y debo decir que perdí la noción del tiempo, porque todos estábamos expectantes a que Manu llegara en autobomba, tal como se preveía y como a la postre sucedió. El tema es que, si yo cortaba la transmisión (por extensa que fuera), y justo pasaba él, me quedaba en bolas. De manera que me sirvió para ejercitar y ponerle onda a la vigilia, para que la cantidad de seguidores no decaiga durante el video, lo cual no es tan fácil como parece. Y pude registrar ese recibimiento que le tributaron los vecinos que se dieron cita en el lugar, casi cuando la batería del celular decía basta, con un 20 % de carga que se redujo a la mitad una vez que terminó todo y la caravana siguió su recorrido por el Centro. Hacía mucho frío, para la ropa que llevaba puesta: Un short y una remera. Tuve la impresión de que fue muy loco cómo se dieron las cosas, porque tan pronto como Andújar pasó en medio del júbilo y de las ovaciones de la gente, fue como patear un hormiguero: En cuestión de minutos, los que iban en auto o en moto lo fueron siguiendo, y la Av. Yrigoyen quedó desierta. No me dio tiempo a nada. Perdí contacto con mi amigo, habíamos acordado que luego de ese momento seguiríamos el trayecto, pero no logré localizarlo ni a él ni al auto en el que íbamos. Caminé unas cuadras, ya el teléfono estaba agonizando, eran las 0:40 del domingo, y lo llamé a mi viejo, que estaba durmiendo apaciblemente, para perdirle que me traiga de regreso a casa (distante de unas 25 o 30 cuadras, más o menos). Hubiera querido no interrumpir su descanso, desde luego, pero no me quedaba otra alternativa. Tengamos en cuenta que, en el supuesto de que hubiera algún remís disponible a esa hora, no tenía efectivo encima, sólo la tarjeta de débito.

Finalmente, cuando llegamos con mi padre, comprobé que el ya mencionado "el vivo de FB" que había hecho, se parecía casi a un cortometraje: 55 minutos, una desmesura, nunca había hecho un video tan largo, y seguramente esa excentricidad me consumió una cantidad importante de gigas o datos móviles. Me sentía cansado, pero al mismo tiempo no me pude dormir enseguida. También se me había complicado el tema de las fotos: Si había estado usando el celular a full para otro fin, no tenía la posibilidad de sacar fotos simultáneamente, es obvio. Pero como siempre llevo encima una cámara pocket, pude capturar algunas imágenes más o menos nítidas, ya que estaba laburando a dos manos. 

Al estar transitoriamente varado en medio de una avenida desierta, y mientras esperaba que me pasaran a buscar, me perdí la instancia cumbre, que fue cuando nuestro Campeón arribó a la Plaza 1810, y por ende, todas las fotos que en condiciones normales hubiera podido (o querido) sacar. 

Pese a todo, tengo la satisfacción de que –como decía al comienzo- practiqué algo nuevo dentro del periodismo: Hacer el aguante, mantener en vilo a la audiencia, que me llegaran mensajes o comentarios de pueblos vecinos, que aquella cobertura alcanzara más de 3.600 reproducciones… lo cual no es poco, si hablamos de casi una hora de video. Hubo varias cosas que quedarán para el anecdotario, no me caben dudas, más allá de que yo sentí que debía estar ahí, porque era la noticia sobresaliente del día (o de la noche) y no podía permanecer ajeno. De hecho, en un momento dado, tanto yo como quienes aguardaban esa instancia nos comimos un tremendo “amague”, de una camioneta de gran porte que ingresó tocando bocina a más no poder, por la Av. Yrigoyen. Pensé qué había pasado un infame papelón, pero conseguí ir remando la situación apelando un poco al humor, aunque no soy un tipo muy gracioso u ocurrente. 

Así se fue dando toda la secuencia. Me quedo conforme por el hecho de haber explorado una faceta nueva, y por haberlo hecho con profesionalismo, al menos esa es mi percepción. La próxima vez que ocurra un suceso de esta naturaleza, ya estaré más “suelto” y preparado para manejar los tiempos, del mismo modo que lo hizo Manu. Nos estaremos viendo pronto. Punto final.

18 de enero de 2024

Papelón 100 %

La realidad nos abruma y nos agobia con más frecuencia que lo habitual. Incluso, podemos llegar a enfermarnos si nos dejamos llevar por la corriente y no conseguimos ponerle un límite a este subibaja frenético. El discurso de Milei, ayer, en el Foro Económico de Davos... qué decir. Una vergüenza. Hasta diarios históricamente conservadores como La Nación, dejaron entrever que fue un delirio, de principio a fin (después intentaron compensar un poco publicando otras notas favorables). 

La alocución de Milei dura 23 minutos, y se vuelve insoportable de escuchar, con una particular reiteración, casi constante, contra el “socialismo”. A la gente, a nosotros, nos interesa tener mejor calidad de vida, no perder tiempo en planteos ideológicos. “Occidente está en peligro”, advirtió. ¿Un Presidente de un país del Tercer Mundo, les viene a dar lecciones de economía a los más prósperos, que claramente no las necesitan? No sé, dado que el discurso fue leído, quiero pensar que alguien tendría que haber hecho una revisión para no pasar un papelón. Su hermana, Karina, estaba sentada al lado, con cara de nada, en una actitud de implícita aprobación. No hace falta ser muy perspicaz para comprobar que, lamentablemente, la vice Villarruel es una “4 de copas”. Lo cual es una pena, porque a pesar de varios exabruptos que ha tenido, es bastante inteligente. Y mucho más componedora que El Loco.

Davos es la cita del establishment. No podés dirigirte a los principales CEOs y líderes internacionales de esa manera. Lo único que faltaba para completar la vergüenza ajena, es que el demente sacara a relucir la motosierra. Por otra parte, un discurso de esa naturaleza no te beneficia en nada, todo lo contrario. Te pone en un rol de kamikaze, que puede ser funcional  para la “tribuna” en el plano doméstico, pero no para un escenario donde el auditorio toma nota cuidadosamente de cada una de tus expresiones.

Otro tema:  Creemos que sólo aquello que vemos en los portales de noticias, o en la tele, es lo único que ocurre en el lapso de un día. Claramente no es así. Difícilmente un lobense se entere de lo que sucede en Jujuy, Santiago del Estero, o Tierra del Fuego, a menos que juzgue valiosa esa información porque tiene algún conocido o familiar viviendo allí. 

Yo pensaba que los grandes medios iban a machacar todo el verano con el crimen de este joven que fue apuñalado en Santa Teresita, pero el tema se instaló durante unas semanas y luego no se volvió a hablar más al respecto. Las similitudes con la barbarie que cometieron los rugbiers en Villa Gesell, como todos recordarán, son notorias. Una clara disparidad entre los agresores y el agredido, que se encuentra en un estado de total indefensión al ser atacado por una patota.

Lo real es lo que existe, aunque si tuviera que explicarlo en términos filosóficos, sería mucho más complejo. Entonces, se eligen hechos reales (empíricamente) para darles cobertura, según los intereses de cada medio, o bien según sus compromisos comerciales. Claro que si salta un escándalo por una partida de alimentos en mal estado –por citar un caso- y esa empresa es anunciante, es obvio que ese canal de TV hará la vida gorda, o "venderá" a su audiencia una versión light de la historia.

Cada vez hay más portales regionales de Internet que brindan información con mayor precisión que un noticiero promedio a las cinco de la tarde. Es cuestión de buscar, y no dejar que nos den todo "masticado".

No estaría mal que determinados medios respondan a intereses políticos o económicos, si lo dijeran explícitamente y no quisieran sacar “chapa” de independientes. Pero, ¿acaso no nos estamos hartando de comer siempre la misma m…. y seguir retroalimentando ese malhumor constante? Hay argentinos que han puesto en juego sus conocimientos y su prestigio profesional apostando al país y continúan haciéndolo pese a las sucesivas crisis que nos toca atravesar.

Entender, no es lo mismo que comprender. Decimos que queremos una educación "inclusiva", que haya una institución que les dé cabida a todos, pero los pibes salen de la escuela aprendiendo cada vez menos, y probablemente sea así aun cuando permanezcan 20 años estudiando, simplemente porque los contenidos que se les enseñan no están pensados para el mundo que les tocará afrontar. Además, se tergiversa la historia, como ocurre siempre, cuando "la historia la escriben los que ganan". Esta última afirmación la dejo picando para que no me salten a la yugular.

Esto, a su vez, tiene que ver con lo anterior: ¿Cuántos adolescentes o jóvenes que se definen como libertarios saben lo que es el socialismo, o al menos tienen una pálida idea? Y no hace falta ser licenciado en Ciencias Políticas para saberlo...

Por lo general, se dan la cabeza contra la pared si quieren ingresar a la Universidad (porque ahí no hay Wikipedia que valga), o bien cuando buscan su primer empleo, aunque justo es decir que conseguir el primer laburo siempre nunca ha sido fácil para nadie. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

16 de enero de 2024

Resistir tiene su recompensa

 Siempre pensé que, al momento de entrevistar a un político, a una personalidad ligada a la cultura, o lo que fuere, uno debe correrse de un rol preferencial. A la gente no le interesan tus opiniones, ni siquiera tus preguntas, sino las declaraciones de aquel que estás entrevistando. Sin embargo, en la vida hay que jugársela, y si preguntás algo que puede resultar incómodo, no tengo el menor problema en ese sentido. Lo hago porque es lo que el público lector desea conocer de parte de una autoridad oficial. 

Cuando el periodista se posiciona como protagonista, entran en juego varios factores. Por supuesto, no es lo mismo laburar en un pueblo chico que en CABA. Si vos sos movilero, el productor te dice antes qué tenés que preguntar, aunque a título personal te parezca una boludez. O lo hacés, o te rajan. Por ese motivo empecé a respetar más la tarea de quienes hacen guardia periodística durante varias horas y están al acecho de que determinada persona salga del hotel, del teatro donde hizo una función o un concierto. 

Yo me acuerdo, como si fuera hoy, que una vez los concejales decidieron interpelar al Comisario -no daré el nombre porque ya falleció- que estaba hasta hace unos años. En aquella ocasión estábamos casi todos los medios, y yo noté cómo, con el transcurso de las horas, la mayoría de ellos se iban retirando lentamente. Ya había pasado la medianoche, eran cerca de la 1 de la mañana, pero otro colega y yo seguimos firmes. Estaba convencido de que tenía que lograr la nota como fuera, aunque sea de madrugada. Cuando el comisario finalmente salió, éramos dos lo que habíamos resistido sin cenar, sin poder sentarnos en ningún lugar, con frío, pese a que estábamos en el primer piso del Municipio. Pues bien, la nota se consiguió. Lo que dijo el uniformado no lo recuerdo bien, habrán sido frases hechas, pero yo obtuve lo que necesitaba con mi modesto grabador a cassette. De manera que salió publicado casi al instante, en tiempos donde el celular no era aún el dispositivo predominante para leer un página Web.

Más de una vez he cubierto accidentes, y estando la Ruta cortada, he corrido 4 o 5 kilómetros por la banquina hasta llegar al lugar del siniestro. Básicamente, porque si iba en un remís, y me cobraba el tiempo de espera, un viaje de ese tipo saldría carísimo.

Ya más recientemente, alrededor de 2015, casi sobre el filo de las elecciones de ese año, vino el Ministro Julio de Vido, con motivo de la reinauguración del Cine Italiano. No voy a decir nada acerca del ex Ministro que luego fue legislador y le quitaron los fueros, porque no viene al caso. Estuve en el Aeródromo local, hasta que pude capturar el instante en que se bajó de una avioneta con los custodios, pude sacar fotos, y hasta un breve diálogo. Ese mismo día llegó, más tarde, la cantante folclórica Teresa Parodi, que ocupaba el cargo de Ministra de Cultura. Se hizo una puesta en escena que, claro está, tenía como objetivo lograr un resultado electoral favorable para el oficialismo de aquel entonces. Sin embargo, el hombre que era candidato a un tercer mandato, y que muchos consideran como el mejor Intendente que ha tenido Lobos desde 1983, perdió. Estimo que habrá sido una gran decepción. Todos sabemos que durante una campaña, el que gobierna saca a relucir un festival de inaguraciones y cortes de cintas para la tribuna. A veces funciona, otras no. 

Nunca tuve la aspiración de recibir un premio o un reconocimiento por mi trabajo, simplemente porque creo que hago lo que corresponde y nada más. Eso sí, a mi modo de ver, hay que evitar "aburguesarse", o suponer que ya estás consolidado. Puede que sea así, pero lo mejor es mantener un perfil bajo.

No sé qué me motivó a relatar esto, pero la experiencia me dice que conozco más de la política doméstica de lo que muchos piensan. Cuando es conveniente, me hago el boludo, pero no dejo de escuchar los rumores que circulan en los pasillos del Municipio o del Concejo Deliberante. Algunos terminan siendo infundados, o meras chicanas para hacerle creer a la sociedad que son los defensores de la Patria. Lo he visto bastante, considerando que he dedicado la mitad de mi vida a ejercer la profesión. Salvo algunas excepciones muy puntuales, nunca he entrado en una discusión con ninguno de mis colegas. No me interesa confrontar al pedo. Cada cual hace la suya. 

Despojándome de toda falsa modestia, puedo decir que he honrado esta vocación en cada crónica, en cada nota, en cada entrevista. Desde luego, he cometido equivocaciones y papelones en mis comienzos, pero a mí nadie me baja línea para decirme lo que tengo que escribir o preguntar. Y, citando el ejemplo anterior de los movileros, tampoco cuestiono a quienes se ven (casi) obligados a hacerlo para preservar su trabajo. Nos estamos viendo pronto. Punto final.  


13 de enero de 2024

La vida no es una siesta interminable

Estamos cerca de finalizar la primera quincena de enero. La verdad es que no se me viene a la mente algo particularmente memorable hasta ahora. Pero creo, por otra parte, que constituye un error esperar que la vida nos sorprenda con un "gran" acontecimiento. No sé, es normal al comienzo de un año que no le encuentres la vuelta todavía, dejando de lado el laburo al momento del análisis.  Lo que sí me interesaría es tener la oportunidad de aprender algo nuevo que me permita ampliar mi capacidad para dedicarme a otras cosas, y ganarme un mango extra. Prefiero no decir nada aún, básicamente porque a veces terminás cancelando o postergando esos proyectos. Cuando ya esté metido de lleno en lo que estoy buscando, podré hablar con mayor propiedad y sin tantas abstracciones. 

Escribir, leer, explorar ideas, son actividades placenteras, pero que no dejan dinero. En circunstancias normales, yo ya tendría todo listo para publicar mi segundo libro, pero como los precios se fueron al carajo, no es una prioridad ni para la gente ni para mí. Lo más positivo que te puede pasar es sentir que vas mejorando, que ya no te trabás ante cualquier impedimento, que todo fluye más fácil. Digamos que está bárbaro que tengas una actitud proactiva y optimista, el gran desafío está en sostener ese impulso cuando el barco comienza a hacer agua por todos lados. 

Estamos en 2024, y sería interesante que cada uno se preguntara en qué situación estaba en 2014, 2004, o así sucesivamente. Digo más allá de que uno se vuelve más viejo. Tendría que recurrir al archivo de este mismo blog para hallar una nota que refleje cómo era yo en 2014, por ejemplo. Realmente ni me acuerdo. Mi forma de pensar habrá cambiado. Si hiciera ese contraste, y yo me sorprendería al ver lo que antes supuestamente me interesaba y que ahora ya carece toda importancia. Todos tenemos situaciones abusurdas, ridículas, o que nos avergüenza reconocer. Eso nos seguirá pasando, pero en otros ámbitos o contextos. Desconfío un poco de quienes aseguran no temerle al ridículo. No me gustaría que se caguen de risa de mí o de un amigo, no soy un payaso ni un mono de circo. 

Si bien, como ustedes saben, me fascina la música, también aprendí a disfrutar del silencio. Dejar que los segundos transcurran sin sonido alguno que sólo de ver interrumpido por el ladrido de un perro vecino o el motor de una máquina de cortar pasto. Me gusta tirarme en la cama mirando al techo y pensar en boludeces, o indagar en mi propia personalidad, pero no por tiempo indeterminado. Simplemente es mi cable a tierra cuando me siento un poco agotado. Le estoy agradecido a la vida, porque me dio una familia que me apoyan en todo. Los padres -en líneas generales- no deben ser obsecuentes, parte de su rol que me marcan las equivocaciones en base a la experiencia de vida que ellos ya tienen, y así han sido conmigo. Pueden cuestionarme, pero el propósito es ayudarme a conseguir mi mejor versión. Me ofrecen alternativas cuando siento que ya agoté todos los caminos que podía llegar a transitar. Siempre hay una puerta que se abre cuando menos lo esperás. Pero por sobre todas las cosas, nunca me faltó ni comida, ni ropa, ni educación. Lo he dicho miles de veces y no me cansaré de hacerlo. 

Que yo no haya colmado las expectativas de ciertas personas, no quiere decir que las elecciones que hice hayan sido desacertadas en todos los casos. 

Si no me creés, podés hacer el siguiente experimento: Dejá de llamar o de mandar mensajes a tus contactos que considerás "amigos", por una semana, o el plazo que vos quieras. Esperá a que te llamen ellos, y ahí te vas a dar cuenta qué pasa. Probablemente no te llame nadie, porque siempre has sido vos el que tomaste la iniciativa y los demás se acostumbraron a que lo hicieras. En resumen: Nadie es tan imprescindible como para creerse que los demás están pendientes de tu forma de actuar. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

10 de enero de 2024

Al paciente se le acaba la paciencia

La estrategia del Gobierno (si se la puede llamar así), consiste en plantear un escenario de desquicio inminente, con hiperinflación y caos social, considerando que son ellos quienes tienen la solución para evitarlo y salvarnos del desastre invocando a “las fuerzas del cielo”. Esto último suena bastante excéntrico. Proponer un camino que, por supuesto, no es de otra manera que implementando medidas drásticas, políticas de shock que nos están llevando a aquella ominosa predicción.

Desde el punto de vista político, se entiende que hayan encarado un ajuste brutal ni bien asumieron, ya que todavía cuentan con el respaldo que obtuvieron en las urnas. Pero eso no durará por mucho tiempo, y esa es la gran pregunta que todos nos hacemos: ¿Hasta cuándo el común de la sociedad se bancará esto? Hoy hace un mes que asumió el Presidente. Parece que hubiera pasado un año, o más. Coincido, entonces, con lo que se percibe en la calle: Fue todo demasiado rápido. Devaluación, inflación, mega DNU y Ley Ómnibus. El salto de los precios fue desproporcionado, tal es así que algunos comercios de venta al público aumentaron en exceso o por el monto que se les antojó, superando inclusive el incremento de los proveedores. Al no haber precios de referencia, ya no sabés qué producto está “barato” en relación a otro parecido. Y de los medicamentos, ni hablar: Han subido más del 100 %, sobre todo los antibióticos, analgésicos y ansiolíticos. No es el mejor momento para enfermarse.

Por todo ello, uno se pone a pensar: A ver, ¿tan mal estábamos antes de que esta gente asumiera, como para justificar algo semejante? ¿Dónde están ahora los kirchneristas, dónde están Alberto y Cristina? Bueno, a Alberto ya lo vimos cenando con su familia en un restaurant de Madrid, de CFK no se sabe demasiado. Los mismos diputados y senadores que se rascan las bolas todo el año, ahora se quejan porque el DNU y el proyecto de Ley los ningunean. Sería bueno saber cuánto cobra un legislador, para ver si ellos están dispuestos a tener un gesto hacia la sociedad.

Cuando entrás a Twitter, y aparece una publicación sobre Milei, se arman esas eternas discusiones y chicanas entre trolls. Por ejemplo, están aquellos que “bancan” la retórica libertaria con el argumento de que los anteriores “se robaron todo” (lo mismo que escuchamos cuando ganó Macri). Si hablamos de los grandes medios, para alguien que quiera formarse una opinión objetiva es imposible obtenerla con Radio 10, la 750, o el canal C5N. Todo es terrible, todo es un gran saqueo de la derecha, están hundiendo a la gente en la miseria. Pasemos al otro lado: TN o LN+, son mucho más condescendientes, de vez en cuando hay alguna crítica sutil, pero para ellos, aquí no hay pasado nada, estamos todos bien. Duggan es tan insoportable como Bonelli. Dos polos opuestos que sólo pueden digerir un grupo de talibanes que los siguen incondicionalmente.

En fin, la cuestión es que estamos mal, aquí y ahora: Resumiendo, no nos alcanza la guita, y no vale la pena continuar enumerando porque cualquier persona que no viva en un frasco lo está padeciendo a diario. Y todo esto me hacer acordar a aquella infame frase menemista: “Estamos mal, pero vamos bien”. 

Si a vos te van a recetar un remedio y el médico te dice: "Tome esta dosis, es lo más recomendable para el tratamiento. Va a tener insomnio, diarrea, cefaleas, y pérdida del conocimiento. Hay que soportar los efectos adversos, vio cómo es esto, pero no se se preocupe, porque dentro de tres meses se sentirá bien”, es lo mismo. ¿Cuándo necesitamos sentirnos bien, ahora, o al cabo de un plazo indeterminado? Ese es el problema de fondo, que a su vez genera choques permanentes entre el vocero presidencial y los periodistas acreditados. Está claro que el vocero defiende la gestión del gobierno al cual representa, lo mismo hizo Cerruti, para eso están, para oficiar de filtro entre el Presidente y sus ministros. 

Ellos no saben, o quizás no alcanzan a comprender, algo muy básico: Al paciente se le está acabando la paciencia. Necesita estar “sano” ahora, y no con una medicina que se convierta en un mero placebo. Veremos cómo sigue esta historia. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

8 de enero de 2024

Cortes

Desde hace bastante tiempo (más de dos o tres años, seguro), las motos conducidas por menores, sin casco, a alta velocidad, y con escape libre, se han adueñado de las calles. A los efectos prácticos, tener dicho escape les da la posibilidad de "tirar cortes" o explosiones que perturban el descanso del resto de los lobenses, que en su mayoría se comportan civilizadamente en la vía pública. Si bien he presenciado ocasionalmente algún operativo de destrucción de estos elementos, la desidia de las autoridades es total. (Quiero aclarar que esta nota la comencé a escribir antes de que apareciera otra sobre el mismo tema en el semanario local).

¿A quién le corresponde accionar, a la Dirección de Tránsito, a la Policía, o a ambos? Los domingos, por citar un día determinado, no falla: A las 18 o 19 hs, pasa un pelotón de motos por la calle San Martín, que a veces se extiende por varios minutos, y uno puede advertir sin esforzarse demasiado que estos pibes están jugando con su vida. Ya han ocurrido accidentes, uno de los más recientes resultó fatal, en la ex "chicana". Pero ni siquiera eso parece disuadirlos, y precisamente, deberían colocarse postas con personal de Tránsito aunque más no sea con mero efecto disuasorio, si es que no tienen la facultad de secuestrar esos rodados. 

Es injusto que a una señora que utiliza la moto para llevar a sus hijos a la escuela le retengan el vehículo porque quizás no tenga el seguro o le falte algún papel. Es decir, no es que esté bien circular sin la documentación completa, pero no se mide a todos con la misma vara, para expresarlo de un modo más claro. 

También están, siempre, los que se colocan el casco en el brazo, lo cual no tiene sentido porque: 1) Está diseñado para la cabeza, y 2) No te va a proteger tu brazo, básicamente lo llevás encima por si las moscas, por si ves que están los móviles controlando, entonces sí te lo ponés para mostrar tu coherencia. 

Pero hay más: Estos muchachos tirando cortes en moto, pasan por la calle Salgado, en la misma cuadra de la Comisaría, con actitud desafiante, sabiendo quizás que no pasará nada y que todo seguirá igual. He presenciado operativos de tránsito que me parecen muy obvios, al realizarse siempre en el mismo lugar, por ejemplo, en la esquina de 9 de Julio y Ayacucho. Es evidente que los que saben que están en infracción evitarán pasar por allí, y listo. Podemos tener el beneficio de la duda y conjeturar que no hay personal suficiente, pero no me parece un paliativo. 

Alguien podrá decir que esos planteos son típicos de viejos quejosos, pero no lo veo desde ese punto de vista. Todavía no soy un anciano, y sin embargo esta situación me fastidia terriblemente, más aún si realmente se puede montar un operativo adecuado. No sería tan difícil de llevar a cabo, y se obtendrían buenos resultados. Y la presencia de la Policía también podría ser necesaria en el caso de que alguno de estos jóvenes reaccione con violencia e intente agredir al inspector, lo cual también ha pasado. 

Desde luego que si vos no vivís en un sector de la ciudad donde proliferan estas estupideces a bordo de una moto, tal vez no te importe, o pensarás que no es un problema. Pues bien, ese individualismo no ha llevado a donde estamos hoy, en todos los órdenes. No sólo como comunidad, sino a nivel macro, como sociedad. El que vive en un barrio cheto de CABA se sentirá cómodo y seguro, y le ch.. un h... lo que le toca padecer a otro que vive en Once o Balvanera. Los barrios privados son, en sí mismos, una suerte de "burbuja": En muchos de ellos casi no es necesario salir, porque tienen colegios, supermercados, y otras facilidades dentro del predio. Una realidad paralela. 

Y voy a a otra cuestión: No seamos hipócritas, porque también en Lobos hay familias de mucho dinero que tienen alarmas, cámaras, y toda clase de dispositivos para prevenir cualquier robo o asalto. Ya se terminó la época en la que una casa común y corriente no tenía rejas, como mínimo. Es muy habitual, y aun así hay personas mayores (y no tanto) que siguen cayendo en los engaños de los delincuentes porque ahora se perpetran con falsos llamados, o hackeos de las redes sociales. No es extraño que un contacto te mande un mensaje pidiéndote que le hagas una transferencia. 

De hecho, a mí me pasó hace poco que me mandaron un WhatsApp sospechoso. Te das cuenta por la forma de expresarse, que no es la misma de la persona "real", pero a veces esa diferencia se vuelve muy sutil. En fin, en mi caso llamé a esa chica para corroborar si era cierto, y me explicó que era una estafa. "Si necesitara plata no te la pediría por mensaje, te lo diría de frente", argumentó con tono didáctico. Y sí. Tenía razón. Esto nos hace empezar, por otra parte, que FB, Instagram, o WAP son fácilmente vulnerables. Y para no hacerlo más extenso, cabe mencionar a los que caen en una equivocación (no es un engaño en el sentido estricto), cuando hacen una transferencia. A lo mejor se equivocan en una letra del alias CBU, y es muy probable que esa guita vaya a parar a cualquiera, que recibirá ese regalito inesperado y no te la va a devolver. Ojo con eso: Es más seguro tomarse todo el tiempo del mundo, por engorroso que sea, e ingresar el CBU numérico de quien recibirá el depósito, y corroborarlo bien. Después, ya es tarde para lágrimas. Nos estaremos viendo pronto. Punto final.

7 de enero de 2024

Volvimos a las pistas

Ha transcurrido (casi) la primera semana de 2024, y no parece haber mayores novedades que los noticieros crean necesario difundir, excepto los típicos movileros en la Costa y en Punta del Este, entrevistando turistas, preguntando precios, y todo lo demás.

 Enero comienza con mucha efervescencia porque implica (obviamente) el inicio de un nuevo ciclo y luego va menguando. Las salutaciones y los buenos deseos quedaron atrás, ahora nos toca desandar el camino y ver con qué nos encontramos. Eso sí: No hay un mango, el “piojo” es terrible, pero están quienes prefieren tragarse el sapo y no decir nada porque han votado esto. Como dije una vez, en principio pensé que era lógico darle al nuevo Gobierno unos meses de plazo para ver cómo se van acomodando los melones, pero viendo como viene la mano, tal vez revea esa postura.

 Mientras tanto, los comercios cierran para tomarse vacaciones y los que tienen una quinta con pileta, en lugar de aprovechar el predio para refrescarse allí, hacen un mejor negocio al alquilarla por día, en determinados casos a valores exorbitantes, con lo cual serán otros los chicos del eterno bronceado lobense.

 Esta nota la comencé a escribir ayer, pero fue casi un borrador, estaba un poco desordenado, de manera que la terminé de redactar este domingo 7. El Día de Reyes, tuve bastante trabajo pero lo pude manejar bien, en líneas generales, no me pesó en absoluto.

 A veces, antes de sentarme frente a la pantalla de la compu, ya tengo en claro qué idea o qué reflexión pretendo hacer llegar al lector. Otra veces no, de manera que cuando eso pasa, prefiero no caer en un rejunte de palabras intrascendentes y confusas.

 Nunca me propuse hacer de este espacio un diario íntimo, y si he reflejado experiencias personales, ha sido con el fin de desarrollar y profundizar, sobre los usos y costumbres de la sociedad a los cuales yo tampoco soy ajeno. Por supuesto, también entiendo que no sirve de mucho caer en una mirada retrospectiva todo el tiempo, contrastar el pasado y el presente, lo "bien" que supuestamente estábamos antes y lo "mal" que estamos ahora. En muchos casos una simple anécdota alcanza para que la persona que te lee pueda inferir lo que querés expresar.

 Quizás le damos demasiadas vueltas a todo, como si fuéramos tan importantes para que el resto de la humanidad se preocupe en pensar en nosotros. Estamos acá, hoy y ahora, es decir: las cosas son más simples de lo que suponemos. Inventamos obstáculos y excusas que sólo existen en nuestra imaginación, con el único objetivo de postergar, de procastinar. Es razonable postergar una decisión si lo considerás válido (porque querés tener una segunda opinión, o lo que sea). Pero tarde o temprano llega el momento en que hay que actuar, despertarse, reaccionar. Es un error pensar que te podés preparar mentalmente para eso. Ustedes podrán imaginarse varias situaciones límite que no dan lugar a nada, son tan sorpresivas que no dan margen para dudar. 

 Lo bueno que se podría rescatar de todo esto, es que aprendés que "todo pasa". Ese tránsito puede ser tortuoso o no, pero en alguna instancia se termina. Y lo que viene después, es lo que te va a tocar afrontar. Yo puedo decir que hoy me siento bien, pero mañana no lo sé, y tampoco creo que lo sepan ustedes. Así funciona. Y otro problema que tenemos, es que vamos "heredando" mandatos familiares, o frustraciones de terceros, de las que no deberíamos hacernos cargo. Hace bastante tiempo ya, entendí claramente que no voy a ganar mucho dinero siendo periodista, pese a haberme capacitado. Por lo tanto habrá que diversificar el rubro, poner un maxikiosco, buscar alguna changa. No todos los escritores triunfan en términos de prosperidad económica, no todos los abogados, y podría hacerse extensivo a cualquier profesión. Pero que eso no te impida, a vos y a mí, seguir dando lo mejor, si estás convencido de que fue tu elección. Nos estaremos viendo pronto. Punto final.


3 de enero de 2024

No esperes nada de nadie...

Miércoles por la noche en la ciudad. El resumen de lo que hice desde el primer día del año hasta la fecha, es bastante escaso como para mencionarlo. Sólo diré que siempre hago una nota "de color" para Año Nuevo, y en esta oportunidad no pude lograr el objetivo porque la desolación en las calles era total. Recién a las 18 hs. comenzó a advertirse el movimiento de automóviles por las calles céntricas. 

Ayer (día 2) tenía previsto hacer una entrevista, pero se "pinchó" a último momento, supuestamente porque la persona con la que iba a dialogar adujo que no tenía tiempo. Hoy se normalizó considerablemente la actividad, y en lo que a mí respecta estuvo bien porque no me gusta estar mucho tiempo al pedo, excepto que vaya de vacaciones a algún lugar. Podría afirmar que no tuve mucho por hacer porque se dio así, no por falta de interés. Retomé el gimnasio, la verdad es que lo necesitaba. Me siento mejor cuando voy, y dentro de lo posible trato de buscar horarios poco concurridos. Claro que si se viene encima una ola de calor, tendré que pensarlo mejor, o ir cerca de la noche, porque se trata básicamente de un galpón de chapa con dos o tres ventiladores que no alcanzan a refrescar por la amplitud del salón y el espacio que ocupan las máquinas.

Salir en bici es muy bueno porque no te hace pensar, lo único por lo que hay que preocuparse es en respetar los semáforos. Si hay mucho tráfico y lo que buscás es dar un paseo distendido, mejor evitar la zona céntrica. Además, vos sos el combustible, es pura tracción a sangre, no como una moto que funciona a nafta. Vas a tu ritmo, sentís la brisa cálida del verano, no estás encerrado en el habitáculo de un auto. Nadie te molesta, y si estás cansado podés esperar un rato a la sombra de un árbol y seguir pedaleando. Cuando volvés a tu casa, te tomás una botella de agua bien fría y te das una ducha ídem.  Ya con eso, el día parece distinto. Recuerdo que antes salía de mi antigua casa, cerca del Parque, y me iba hasta Empalme, es decir que hacía casi todo el trayecto que actualmente hago en colectivo. Uso el bondi una vez por mes para ir a un consultorio médico, de no ser por esa necesidad, es raro que frecuente los caminos empalmeños.

Tema 2: Si nos referimos a la estricta actualidad, lo que persiste es la decepción y la bronca de tener que dejar de lado determinadas cosas que uno tenía incorporadas, es obvio que la plata no alcanza. Dejar de usar el aire acondicionado. Comer alimentos accesibles. Olvidarse de tomar un café en un bar. Postergar las vacaciones por tiempo indeterminado. El combo nafta + peajes + estadía se vuelve imposible de solventar. Las tarifas siempre han sido una gran carga para los usuarios en este país, y no está para dejar luces encendidas inútilmente o cualquier artefacto que consuma energía.

Ante todo ello, es natural lo que está pasando. Para mucha gente, el hecho de redoblar los esfuerzos para continuar sin caer en un depresión, es como querer remolcar un camión con acoplado. Todo esto que estoy exponiendo parece una queja, pero no lo es. Es un diagnóstico a grosso modo, sin entrar en detalles: El prisma con el cual veo la realidad. Persiste la bronca al ver cómo seguimos errando el rumbo, pero no sé, quién te dice que Milei logre encauzar la economía, aunque seamos ingenuos. Siempre son los mismos quienes sufren las consecuencias del ajuste. Hace menos de un mes que este muchacho asumió. Se está jugando todo su capital político porque sabe que si espera más tiempo, la situación se tornará más intolerable aún y perderá la confianza que aún conserva en ciertos sectores de la sociedad.

Por ese motivo, no estoy despotricando (todavía) contra el Gobierno. Sería lo más fácil de hacer, pero resulta más acertado comprender que los que pertenecen a esta variopinta alianza entre JXC y los libertarios, podrán tener licenciaturas o doctorados en las universidades más prestigiosas, pero no advierten, o no les importa, cómo mitigar el impacto social. Cualquier decisión que afecte el bolsillo, le jode la vida a millones de argentinos. Al no haber precios de referencia, por un dentífrico o una desodorante te pueden cobrar un precio en un lugar, y en otro comercio, el mismo producto cuesta tres veces más. 

Para concluir, yo sé más que nadie que me costó mucho llegar adonde estoy y consolidarme profesionalmente. Me queda el deseo de seguir aprendiendo. Elegí mi ciudad para trabajar y hacer casi toda mi carrera, hasta el día de hoy. El periodismo no es para cualquiera, porque te tenés que bancar puteadas y agravios al revelar una verdad incómoda, pero mi compromiso es con los lectores, no con los trepadores y oportunistas. Detesto lo políticamente correcto, aunque en todas partes abunden aquellos que hacen de la manipulación de la opinión púbica, casi un dogma de Fe. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

  

1 de enero de 2024

2024: Vamos por todo

Lunes 1° de enero. Ustedes saben cómo funciona la cosa cuando arranca un nuevo ciclo hasta que nos vayamos acomodando. Nos propondremos metas u objetivos que no se cumplirán, y ya de antemano tenemos en claro que será así, pero no importa. Iremos transitando los primeros días, y al tener que completar un documento por escrito, escribiremos “2023” casi por costumbre. No importa. Nos faltará dinero, y habrá que replantearnos qué camino seguir para poder conseguirlo, ver de qué manera nos podemos ajustar. No importa.

El pensamiento y la acción deben ser aliados en la mayoría de los casos. No podemos perder tiempo discutiendo con todo el mundo, hay que terminar con el verso y el chamuyo. No surge nada rescatable de eso. Hay estúpidos en cualquier ámbito, y no por ello vamos a empezar a insultarnos, menos aún si se trata de personas con las que no tenemos ninguna afinidad. Algunos deberían caminar más la calle antes de opinar sin fundamento, porque es la única manera de conocer de primera mano cómo viven aquellos lobenses que están marginados, excluidos, y que sólo son tenidos en cuenta durante la campaña electoral. Son los “desclasados”, como se les dice ahora, y abundan en todo el país. Son considerados seres descartables para la lógica del libre mercado. 

Si no aprendemos a ejercer la tolerancia, nunca vamos a cerrar la puta grieta que hace años nos enfrenta, y lo peor de todo es que se plantea como un enfrentamiento estéril, de pobres contra pobres. Los empresarios están cómodos con su quintita y ni se molestan en salir de esa burbuja. Lo digo por enésima vez, y esa reiteración obedece, simplmemente a que no me agrada en absoluto vivir así, y que se cuestione la forma de pensar de alguien según a quién haya votado. Las elecciones son, precisamente, para elegir, y entonces no le demos más vueltas. Aquellos que aseguran ser los baluartes de “la resistencia”, me parecen patéticos. No hay que resistir nada, hay que acompañar (o aceptar, mejor dicho) lo que la sociedad decidió. Eso no quita que puedas estar en desacuerdo. La posibilidad de disentir es válida en la medida que salga de ello una propuesta concreta y superadora.  

Todo está por verse. El futuro es una hoja en blanco, y es lo que le otorga su faz maravillosa, ya que escribir nuestro destino implica toparse con lo imprevisible. No es verdad que el éxito o el fracaso dependa exclusivamente de nosotros, pero no por eso vas a quedarte esperando en el zaguán. Las personas que optan por una actitud conformista y sin el mínimo atisbo por renovarse, difícilmente serán siempre espectadores, nunca protagonistas de nada.

La última noche de 2023, mientras aguardábamos el comienzo de un nuevo capítulo, transcurrió bastante fresca, al menos para mí, pienso que debe haber sido mi percepción porque me puse una remera de mangas largas mientras el resto de mi familia estaba vestida con ropa mucho más liviana. Una ola de calor no tardará en llegar, pero por ahora venimos dentro de lo normal con respecto al clima. También habrá algún que otro corte de luz que provocará la indignación de todos. Creo que hace dos años, en una fecha parecida, estuvimos completamente a oscuras, y fue bastante caótico. Fue un apagón que se extendió por varias horas y que afectó a  buena parte de la ciudad. Hice un video con la poca luz que había en el Centro, en los comercios que tenían grupo electrógeno, porque además los semáforos no funcionaban y casi no tenía Wi-Fi. 

Hoy por hoy, lo único que espero es estar en condiciones de afrontar lo que venga, y de disfrutar más de aquellos momentos que dejamos pasar de largo, creyendo -erróneamente- que la vida se construye sólo de grandes acontecimientos. Los mates de todos los días, la música, los libros, el trabajo... pueden no arrojar hechos particularmente memorables, pero sí gratificantes. Y el ser humano persigue constantemente el placer, porque es lo opuesto al sufrimiento, en resumidas cuentas. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...