26 de septiembre de 2024

Volver a las aulas

 

Jueves por la mañana en la ciudad. En las primeras horas del día todavía está fresco, hay una gran amplitud térmica y eso se nota, porque a las 14 o 15 hs. el sol ya pega fuerte y es momento de quitarse el buzo o el pulóver de encima. La semana se pasó rápido, y ahora lo que resta es ver qué se puede cubrir periodísticamente durante el finde. En principio no hay nada programado, pero siempre a uno se le escapan actividades que anotó mentalmente en algún lado y que no recuerda bien. Tengo una función de teatro, de eso sí me acuerdo. Siempre que voy a un evento de ese tipo dejo en claro que no soy crítico de nada, por eso me abstengo de evaluar el desempeño de los actores. No es algo que acostumbre hacer, no me parece que me corresponda, será el público quien juzgará la calidad de las actuaciones o de la obra en su conjunto.


Si hablamos de periodismo, suelo remarcar lo siguiente: Yo no tengo compromisos con nadie, pero eso no me convierte en un kamikaze: si alguien me "tira" un rumor, corresponde chequearlo varias veces antes de publicar algo porque te podés comer un juicio. El periodismo está cambiando y se va adaptando a la pantalla de la tablet o el celular. Sin embargo, con todas estas "redes sociales" que proliferan cada vez más, cualquiera se cree con derecho a todo. Por ejemplo, la metodología del escrache: Consiste en manchar el buen nombre y honor de una persona sin prueba alguna. Aun así, si las pruebas existiesen, no es el modo ni el lugar para hacerlo. Me considero un laburante como cualquiera, que estudió, se capacitó, y hace lo mejor que puede. Incluso los medios impresos que aún funcionan, tienen faltas de ortografía y errores de sintaxis que hasta yo, sin ser un profesor de Lengua, me voy cuenta. Es por ello que, una y otra vez, me pregunto por el futuro de los diarios en papel.


Ser redactor de un diario "online" representa la misma responsabilidad que la de redactar en un diario impreso. Eso sí: Se deben escribir, en la medida de lo posible, textos más breves, porque la gente busca actualidad y el lector es más disperso. Es algo que muchos me han dicho que debo mejorar. Lo que sucede es que uno es "de la vieja escuela", cuando aprendíamos mecanografía en el Secundario, o unos años más hacia acá, cuando nadie te preguntaba (o te juzgaba) si leías Clarín o Tiempo Argentino... en fin, las cosas han cambiado. Muchos de mis "maestros", de aquellos profesores que me formaron, han fallecido. Pero me enseñaron que ser periodista no es joda, y que al menos que te bajes los pantalones, o tengas éxito con alguna investigación, no es garantía de no pasar privaciones al igual que en cualquier otro laburo.

 

Hay que reforzar la formación de los futuros periodistas que trabajan en soportes digitales. Es una asignatura pendiente, porque la mayoría de los que ya pasamos los 40 tuvimos que hacer esa transición forzosamente. En cambio, los chicos que hoy se disponen a ser comunicadores crecieron dentro de la burbuja digital. Por lo cual, uno supone que será más fácil para ellos. Otro factor importante es que la manera de informar cambió no sólo por el formato, sino por los nuevos paradigmas de la sociedad. Hasta los ’70 u ’80, las crónicas eran muy rebuscadas, llenas de adjetivos intrascendentes, un estilo muy barroco, podríamos decir. Hoy hay que ir directo a los bifes, por lo que decíamos antes: El lector no quiere perder tiempo, y si lo que está leyendo no le resulta útil, va a otro sitio web y se acabó. 


Existen varias formas de redactar una nota, eso ya lo sabemos, pero lo que se mantiene como una regla de oro es concentrar la información importante en el primer párrafo, respondiendo a las preguntas básicas: Qué, quién, cómo, dónde, cuándo… Luego cada periodista desarrollará su propia impronta.


Yo no sé si me equivoqué de profesión, en parte creo que no porque me gusta lo que hago, pero no caben dudas de que hay otras más rentables. Que sean más rentables no significa que se trate de profesiones complejas o de mucho compromiso. A veces no es así. No estamos hablando sólo de Medicina o Abogacía. El universo de carreras a estudiar es muy amplio, por eso la Guía del Estudiante es un ladrillo de 500 páginas. Siempre hay que tratar de que se otorgue un título oficial, que sea reconocido por las autoridades que correspondan cuando hay que homologar el analítico. Lo que me parece bueno es la posibilidad de hacer cursos breves y con salida laboral, como abundan aquí en Lobos. En muchos casos son gratuitos, todo lo que hay que hacer es estar atentos cuando salgan a difusión.


También se puede obtener un posgrado o un postítulo, pero en ese caso es más factible que sean arancelados. Muchos abogados hacen la capacitación docente para poder dar clases de Historia o Instrucción Cívica y obtener mayor puntaje. Es una buena alternativa. Y como esas hay varias. 


Yo me siento muy a gusto al hacer dos cursos del Centro de Formación Laboral. Habrá cosas que no me convenzan del todo, pero es normal que se dé así. Con ser respetuoso y prestar atención a lo que te enseñan no vas a tener problemas. Nos ayudamos entre todos, y la camaradería y compañerismo son dos aspectos fundamentales. Van por encima de lo que uno vaya a aprender. El clima es muy bueno, siendo que cada uno llega con diferentes expectativas. Yo diría que todos llegan para adquirir nuevos conocimientos, y eso no se puede soslayar. Está destinado a un público adulto que ya no quiere perder el tiempo y que tiene otras obligaciones. En mi caso, siendo una persona inconstante y que muchas veces deja las cosas por la mitad, finalizar un curso es muy importante. Es un desafío personal y yo lo entiendo así. Creo que si hay algo que pueda destacar de 2024, es esa experiencia de volver a las aulas. Nos estamos viendo pronto. Punto final.    

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