Estos son días muy particulares, y en los que casi no se habla de otra cosa. Vas al supermercado o a otro tipo de comercios, y salís espantado: los hechos de público conocimiento trajeron como consecuencia remarcaciones masivas, que no se dan por igual para todos los productos. Vale aclarar que el título de la nota no alude a un estallido social: Eso podría ocurrir en algún momento, pero esperemos que nunca se concrete.
En Lobos, hay negocios que desde hace dos días optaron por no abrir porque no les están entregando mercadería y no tienen una lista de precios a su alcance, para a su vez fija el precio de venta al consumidor y calcular un margen de ganancias que consideren adecuado. Por lo general, un negocio minorista tiene un 30 o un 40 % de rentabilidad sobre lo que vende al público. Desde el 2002 que no veía algo parecido, y ya pasaron 20 años, aunque el escenario no sea exactamente el mismo. Arcor, la empresa de alimentos más grande del país, facturó más de 400 millones de dólares en 2021. Ellos nunca pierden. Y aunque suene un planteo utópico, la clase política nunca hace se ajusta el cinturón, toda decisión que toman es para seguir viviendo como si fueran jeques árabes y el pueblo tiene que pagar la fiesta de los que dicen representarlo.
En aquella época, lo recuerdo como si fuera hoy, había un súper de Lobos que tenía una pizarra o cartel donde informaban progresivamente, por así decirlo, el porcentaje de aumentos de determinados productos para no tomar al cliente tan de sorpresa. Hoy vos vas a un negocio equis, y terminás sin saber qué hacer: Si stockearte con la mucha o poca guita que puedas previendo que la escalada inflacionaria seguirá y los precios aumentarán de forma sostenida, y si no podés hacer esa suerte de acopio, comprar lo justo para zafar ese día. Incluso suponiendo que estas inevitables subas en los precios no se impacten de forma sustancial, nuevamente estamos frente al mal endémico de la producción argentina, que no es otro que la importación casi compulsiva de China o Brasil en lugar de pensar en un proyecto a la largo plazo para poder (quizás) tener elementos de industria nacional, e ir reemplazando ese amplio abanico de insumos con mano de obra local. Los empresarios saben que todo lo que venga de afuera, como autopartes, y los circuitos básicos que están dentro cualquier celular que sólo son ensamblados en Tierra del Fuego, les evitan un motivo de confrontación con los sindicatos, o la negocación de paritarias, por el costo laboral, los mafiosos que transan en un escritorio para llevarse la mejor tajada, mientras los afiliados los mantienen, con la guita que les retienen del sueldo... Pero insisto en que, si hay voluntad de apuntar a ese objetivo, puede lograrse, en un lapso de 10 años como mínimo. Como dice la canción, "Un pacto para vivir". El problema es que, dado que no somos un país previsible, una década es muchísimo tiempo y puede pasar cualquier cosa, trastocarse las "reglas del juego" modificarse leyes de forma totalmente antojadiza e irracional... Se ha hablado muchísimo de los sbusidios, y un punto clave es subsidiar a las Pymes para que resulten competitivas. Hace no hace mucho, había faltantes de gomas para autos, porque la mayoría se importaba de Brasil, y nosotros en el Mercosur somos un socio menor comparado con el país vecino, que es un gigante con un gran nivel de industrialización. Algo que, seguramente, tampoco se dio de un día para otro, pero hubo un compromiso entre los presidentes que fueron pasando por el gobierno, de mantener políticas públicas esenciales.
Ahora, si vos me preguntás a mí, que no soy un periodista económico pero tengo una formación mínima al respecto, la principal causa de todo lo que está pasando, te lo puedo resumir en pocas palabras: La interna feroz y salvaje que se da dentro del propio Gobierno: CFK hace y deshace, impone funcionarios, baja línea, y Alberto es un Presidente sin poder real. Posiblemente haya un reacomodamiento de los precios en un determinado plazo, pero siempre será en función de los empresarios, que están para ganar plata y no para hacer obras de caridad.
Hay, también, noticias insólitas: Por ejemplo, un movilero de TN que fue a un negocio y como "noticia", decía que el salmón (un pescado que se importa mayormente de Chile y que no está al alcance de cualquiera), pasó de 3.100 a 5.000 pesos el kilo, algo así. ¿A quién mierda le interesa si ni siquiera podemos comer asado o un corte de carne cualquiera a un valor razonable? Estos tipos están locos, y sigue siendo parte del constante egocentrismo porteño. Andá a una carnicería de barrio, no seas tan obtuso. Por ejemplo, hay un local de computación cerca de mi casa que hoy no abrió, y sospecho claramente que es porque el proveedor no le entregó la lista de precios. Si yo necesito algo tan básico como un pendrive, o quizás un disco rígido para mi computadora, ¿A cuánto se va a ir cuando finalmente fijen los valores para la venta al público, que es el consumidor final? El salmón se lo pueden meter donde más les quepa, hablemos en términos de la calle media, porque vos vas al súper y el pibe que está remarcando los precios parece la encarnación del Diablo. Está todo tan desfasado, que ya perdimos la capacidad de saber hacia dónde vamos. Y si sigue así, esto naturalmente les va a costar la elección de 2023 a CFK y a sus amigos kamikazes, por no mencionar a Alberto que no delibera ni gobierna en el escaso margen que tiene para hacerlo. Por supuesto que Fernández aceptó ser Presidente y compañero de fórmula de Cristina, por lo tanto tampoco podría tildárselo de ingenuo. Hubiera hecho como Randazzo, que declinó la propuesta para ser Gobernador en su momento, y listo. Los sueldos no va a aumentar de manera sustancial para paliar una inflación que alcanzó un pico del 6 % mensual, según la última medición, en el supuesto de que hayan sido cifras confiables y no "dibujadas" como hasta no hace mucho tiempo era una práctica habitual del INDEC. Son los mismos que calificaban de "patriota" a Guillermo Moreno porque andaba con la fusta en la mano intimidando a empresarios de un modo miserable.
Por si acaso hiciera falta, quiero aclarar que yo no defiendo taxativamente al empresariado, porque sé que más de una vez remarcan "por las dudas" a un dólar que no es el oficial, pero esto va a caer por su propio peso, nos encaminamos hacia una recesión profunda a menos de que se le brinde a la gente un "alivio" de carácter urgente y que no pase tanto por más planes que otorgue ANSES. Pensá que si se te rompe un caño, o necesitás un rollo de cable para una conexión eléctrica domiciliaria, tampoco están vendiendo muchos comercios de Lobos, sólo aceptan hacerlo si sos un cliente con cuenta corriente y cuando vayas a pagar te vas a llevar una sorpresa mayúscula, y sumamente desagradable. Toda la economía está paralizada porque hay una crisis de confianza, no ya de los mercados, sino del común de los argentinos de clase media o media/baja: Todo lo que pueda decir o hacer el Gobierno le resulta totalmente irrelevante e inútil. A los que están hoy en la Rosada, les deseo suerte si es que consiguen no adelantar las elecciones y llegar de un modo más o menos decoroso a octubre para pasarle el mando al próximo Presidente en diciembre. Reitero, porque nunca está de más recordarlo: Ellos, quienes nos gobiernan, sabián cono qué país se iban a encontrar. Podemos enunciar como paliativo a la pandemia, que nadie se la veía venir, pero el manejo que se hizo fue sumamente desacertado, con vacunatorios VIP, y la infame fiesta de cumpleaños en Olivos mientras Alberto quería darnos lecciones desde el atril de cómo ser ciudadanos responsables y solidarios ante los demás. Esa foto ilustra el desprecio que ellos sientían (y sienten) ante el común de los argentinos y cómo ellos no se priven de privilegios que de un modo hipócrita denegaban al resto, como en los tiempo de "pizza con champán". Nos estamos viendo pronto. Punto final.
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