Pasó bastante tiempo sin que pudiera escribir nada nuevo por acá. En parte, surgió así porque no se me ocurría un tema interesante al cual referirme. Pero en los últimos días me comenzó a fallar la computadora. Me resisto a llevarla a un servicio técnico, porque sé que me van a cobrar una cifra que no estoy en condiciones de afrontar. Parece que es una "fija": Cobrás unos pocos pesos y enseguida se te rompe algo de la casa, no importa qué. Es una suerte de maldición de la cual parece imposible escapar.
En fin, luego
de varios días cálidos, este viernes se presentó notablemente más fresco en la
ciudad, y pese a ello hay que seguir trabajando, porque las noticias no
descansan y nadie va a servírtelas en bandeja. Hay que salir a buscarlas y no
dormirse en los laureles. Que la hayas pegado con un buen reportaje o
entrevista no es motivo para hacer la plancha. Al menos yo lo entiendo de esa
manera.
Cada día nos depara una situación nueva, un escenario distinto. El actual se complejiza cada vez más y nos encuentra con las defensas bajas, como un boxeador novato que no sabe cómo esquivar los bifes. Yo sigo apostando a hacer mi trabajo con el mayor profesionalismo posible porque es lo único que puedo decidir por mi cuenta.
El problema del día de hoy surgió porque desde horas tempranas estuve renegando con mi computadora, ya que andaba extremadamente lenta y por ende me retrasó considerablemente el trabajo, más de lo aconsejable. Al final no me quedó otra que esperar varias horas hasta que el sistema operativo se actualizara, porque durante ese proceso no se puede tocar nada del dispositivo, ni mucho menos apagar el equipo.
Buena parte de la tarde me mantuve abocado a esa diligencia, y me empecé a impacientar ante la pérdida de tiempo, porque tenía material pendiente de publicar y no podía subirlo a la página. Ante ello, lo que suelo hacer es redactar en el Word hasta tanto se resuelva el desperfecto para ir ahorrando tiempo. Mucho más no se puede hacer, pero en el "mientras tanto", voy escribiendo nuevas notas para que cuando el problema se resuelva, pueda ir adelantando algo y no quedar tan desactualizado con lo que tenía previsto publicar.
Buscar un servicio técnico idóneo en Lobos es bastante difícil: Lo primero que te dan como solución es formatear, y en ese proceso perdés todos los archivos, fotos, y documentos de Word, porque lo único que queda es el "nuevo" Windows y algunos programas básicos. Todo lo demás se cobra aparte.
Claro que hay técnicos que -por lo menos- se toman la molestia de preguntarte el uso que vos le das a la PC. Eso es clave para un asesoramiento eficaz, porque no es lo mismo una computadora que se utiliza para diseñar flyers o publicidades, que otra que persigue fines más modestos. Debería reemplazar el disco rígido por uno sólido, pero por el momento está lejos de mis posibilidades. Además, una vez que lo hice con otro equipo el disco que era lo más "top" se me quemó al poco tiempo y fue guita tirada a la basura.
Son imponderables, obstáculos con los que uno no espera encontrarse, pero que nos dejan una valiosa lección para los ansiosos: No maquinarse al pedo.
No me agrada lamentarme por todo lo que me pasa sabiendo que otros lobenses están atravesando situaciones mucho más complicadas. Pero si hablamos de laburo, las circunstancias bajo la cuales yo me manejo, a menudo me ponen los nervios de punta. Yo confío en no padecer más desperfectos a futuro. Toco madera.
Todo lo demás está por verse. Ya habrá momento de cosechar lo sembrado, de ampliar la audiencia, y de continuar dándole rosca a mi pasión innata desde hace 22 años, que es el periodismo. Nos estamos viendo pronto, queridos amigos. Punto final.
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