11 de agosto de 2024

Por una sociedad con más empatía

 

La vida no es un camino lineal. Incluso para la existencia más anodina, suceden un montón de cosas en el medio, en el ciclo biológico entre principio y final. Está llena de satisfacciones y también de dificultades. Se construye de momentos, de duelos, de mecanismos complejos que no alcanzamos a dimensionar porque estamos acostumbrados a resolver de un modo casi automático esas situaciones. No nos damos cuenta, pero constantemente tenemos que elegir, que decidir, y a veces elegimos lo que consideramos el mal menor, no por convicción. Yo estoy convencido de que algún día volveremos a estar mejor, pero no puedo determinar cuándo será. Espero estar vivo para verlo, y que las generaciones más jóvenes se encuentren con un camino más venturoso que el que nos tocó en suerte a nosotros. 


Tenemos un recurso humano extraordinario. Hay mucha gente capaz y con talento, que está dispuesta a no dejar que sus sueños se queden atrapados en una ciénaga. Tener una calidad de vida superior depende de muchos factores, no sólo del gobierno de turno. Debemos ser más intuitivos para no dilapidar las oportunidades que se nos presenten. Y lo más importante es escuchar todas las voces, tanto las que nos alientan a avanzar como aquellas más prudentes que nos aconsejar esperar.


En las primeras líneas de esta nota hice alusión a los duelos que nos cuesta cerrar. Y la verdad es que eso varía según cada persona. Están aquellos que salen adelante enseguida y están listos para reanudar el recorrido, y otros que prefieren bajarse del caballo y desensillar hasta que aclare. Sin una estabilidad emocional, es complicado pensar que nos podrá ir bien. Básicamente, porque nos sentimos más vulnerables, todo nos cuesta más esfuerzo, cometemos errores burdos, no reaccionamos con rapidez, y bajo esas condiciones no se puede avanzar al ritmo que quisiéramos. Es fundamental reconocer que no estamos al 100 %, porque si pretendemos engañarnos al abrigo de una coraza, ésta se nos caerá sin miramientos y nos quedaremos desnudos.


La motivación se recupera haciendo. No todos los días son iguales: Habrá algunos que tengamos más ganas de emprender proyectos, otros menos, pero todos los días podemos hacer algo que consideremos productivo, que merezca la pena. Todos podemos sentirnos mal, el problema está cuando esa sensación domina a todas las demás y se ramifica en cada paso que damos.



Si hay algo que puedo afirmar, es que no es bueno hacerse los rulos al pedo ni tampoco soslayar lo esencial. Parece sencillo plantearlo así, pero se trata de buscar un equilibro. Cuesta analizar lo que nos pasa para otorgarle a cada cosa la importancia real despojándose de toda subjetividad. Sea lo que fuere que hagas, debe ser por vos mismo, no esperando que los demás te lo retribuyan. La gente está ocupada con lo suyo como para esperar que se ponga a hacer una valoración de la conducta ajena. Vamos a verlo de esta manera: Vos y yo podemos equivocarnos bastante. Pero nunca hay que olvidarse de quien nos dio una mano cuando más lo necesitábamos. En tiempos de zozobra, no son muchos los que te acompañan, y no hay que juzgar a quienes lo no hacen, porque a lo mejor no saben cómo acercarse o qué decir.


La empatía tiene que ver con eso. Me da la impresión de que es una palabra de moda, casi comodín, pero no vamos a bajarle el precio: En resumen, significa entender que los tiempos de los demás no son los mismos que los nuestros. A veces también se habla de responsabilidad afectiva, pero eso está más ligado a las relaciones de pareja (creo yo). No entiendo bien qué conceptos encierra. Pienso que debe ser no jugar con los sentimientos de otra persona, ser leal, no lo sé. Es bueno hacer una terapia con un profesional y que puedas decirle en qué aspectos de tu vida querés mejorar para que te guíe en ese proceso. 


Recordá que no hay mal que dure cien años, y mientras tengas voluntad de cambiar, tendrás la posibilidad de conseguir lo que estás buscando. No lo dudes. Dale para adelante. Yo sé lo que te digo. Y si esta nota te hizo sentirte identificado, espero haber logrado el cometido, aunque para redactarlo no me referí solamente a experiencias propias. Nos estamos viendo pronto. Punto final.   

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