Mañana gris y lluviosa en Lobos. Voy desandando este mes a mi ritmo. Si hay algo que no debemos perder de vista son los objetivos y cómo alcanzarlos. Por lo general, uno sabe lo que quiere conseguir, pero no encuentra la forma de ir dibujando un camino en esa dirección. No miro al largo plazo, sino que concentro mis energías más en lo inmediato que debo resolver. Las grandes aspiraciones se mantienen como el primer día, pero sé que no es el mejor contexto para poder desarrollarlas. Habrá que remar bastante, y sin lugar a duda que hay gente más luchadora y constante que yo.
A medida que te acercás a la vejez, vas
resignando ciertas posibilidades y te acomodás a la vida que te toca, o al
menos eso es lo que me pasa a mí. En este momento sigo intentando mejorar en mi
trabajo, que es lo que me da un sustento. No me gusta hacer las cosas así
nomás, porque cuando hacés algo sin ganas eso se nota y el resultado es
paupérrimo. Sin embargo, lo peor que te puede pasar es que pretendas
convencerte de algo que no sos. El autoengaño es más frecuente de lo que
parece. Quizás podemos prevenirlo analizando cómo nos ven aquellas personas que
nos quieren de verdad, y no cualquiera que cruza por la vereda.
Recuerdo que
antes yo escribía los posteos de este blog de un tirón, y pienso que quizás ha
sido así porque abordaba temas muy frívolos o que tenían que ver conmigo. Desde
hace un tiempo vengo indagando en la actualidad política, con algunas
pinceladas pueblerinas. Mi historia está ligada a la de esta ciudad, no me
puedo imaginar viviendo en otro lugar ni tampoco se me ocurren cuáles serían los temas que
pondría en agenda. Hace falta honestidad intelectual, un pensamiento amplio y
coherente. Todos podemos advertir diferencias respecto a quienes éramos hace 20
años, pero al menos hay que reconocerlas y aceptarlas. Me parece que nos
vendría bien a todos amigarnos con nuestro pasado, con lo que fuimos, sin caer
en la melancolía. La sociedad debe construir sobre cimientos antiguos, y no se
puede edificar nada sin una base firme. Como decía un conductor radial, no se
puede hacer un tango de todas las cosas, tiñendo la realidad de una pátina
gris. Yo aprendí a reconciliarme con quien supe ser, y logré entender que si no
soy el mismo puede ser porque yo elegí un sendero distinto o bien porque hubo
hechos que no me permitieron avanzar como yo hubiera querido. Soy varias
hipótesis las que se pueden barajar.
Para expresarlo
de un modo sencillo, la persona que vos fuiste te hace ser quien sos vos hoy.
No hay que tenerle miedo a eso, hay que aceptarlo porque sólo así vamos a poder
tener otra perspectiva del presente. Comprenderemos entonces que hicimos lo
posible por triunfar en la vida, y si no nos salió como esperábamos, era una de
las posibilidades. No se puede ser un exitoso en todos los órdenes. Si alguien
te dice lo contrario te está mintiendo. Y reconocer esas falencias es la forma
más sana de reconciliarnos con nosotros mismos. Por otra parte, habría que
analizar qué significa para cada uno ser exitoso: ¿Ganar dinero? ¿Formar una
familia? ¿Irse de vacaciones todos los años? Como podrán ver, al igual que en un test multiple choice, hay un variado
menú de opciones para escoger. Pueden ser todas las anteriores o ninguna de ellas. Ea gusto del consumidor. Nos estamos viendo
pronto. Punto final.
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