Me acabo de enterar de que el Municipio pedirá al Gobernador que autorice la vuelta de clases presenciales. La verdad es que no le encuentro ningún sentido a esa petición, sobre todo porque en nuestro distrito, los casos de COVID positivos son una constante, pero además faltan apenas dos meses para que termine el Ciclo Lectivo. Podemos considerar a la escuela como un ámbito de contención y socialización, más allá de lo estrictamente educativo. Recuerdo que en una entrevista que hice meses atrás, un funcionario municipal se refería al regreso a clases, argumentando que no todas las familias cuentan con los dispositivos (celulares o tablets) para que los chicos se puedan comunicar con sus docentes. Se habló en ese momento, también, de que en caso de reanudar las clases, se harían pruebas piloto en la zona rural, donde hay menor cantidad de matrícula. Debo decir que me parece insólito que se difundan a nivel oficial este tipo de informaciones como si se tratara de una gestión que merezca el aplauso. Señores, comprendan que los niños y adolescentes también pueden contraer el virus, que es imposible en un plazo tan corto montar las aulas con todos los elementos de desinfección y sanidad que se requieren...en resumen: es totalmente inviable, y dudo que la Provincia vaya a avalar un disparate semejante. Si tenemos en cuenta que Lobos sigue en Fase 4 (aunque en cualquier momento retrocede a la 3), lo más razonable es que el Gobernador deniegue este "pedido", porque en el mejor de los casos, los distritos que merecerían prioridad son los de la Fase 5. A los docentes y directivos, esta iniciativa del Intendente también les cayó pésimo, ya que se enteraron por los medios o por las redes sociales. La reunión que se hizo para tratar esta cuestión fue con los consejeros escolares. Muchos de ellos son docentes, por lo cual deberían despojarse del rol de funcionarios y analizar las posibles consecuencias de estas propuestas totalmente extemporáneas. Si seguimos así, los chicos va a ir a la escuela con la sidra y el pan dulce, no hay margen para diseñar una logística adecuada. Es decir, preparar los establecimientos para recibir a los alumnos en medio de una pandemia.
Si fuera por el Municipio, y con el criterio que suelen manejarse, el mensaje sería que cada uno se arregle solo. Y si se contagia, que vaya al Hospital. Sálvese quien pueda, digamos. En otra nota me referí un poco de la responsabilidad individual que tanto se pregona, y del rol del Estado. No habla bien de nosotros como sociedad que el Estado o las fuerzas de seguridad tengan que estar controlando espacios públicos, pero es lo que hay. Si un grupo de empleados municipales se reunieron irresponsablemente a comer un lechón, ¿Qué se le puede pedir al resto de los vecinos? Ojalá en algún momento evolucionemos y cada uno se haga responsable de su propia vida, pero no creo que lleguemos a esa instancia en un corto plazo. Cuidarte a vos mismo hace que también evites propagar el virus a terceros, así de simple. Faltaba dos días para el 21/9, y sólo cuando la presión de los medios y de los referentes políticos se hizo insostenible, se anunciaron los controles para evitar juntadas o reuniones. El tema es que el Gobierno no se da cuenta de que pierde la iniciativa política, y que la agenda se la están marcando otros porque desde el Ejecutivo siempre parecen llegar tarde ante las demandas de la comunidad. Tenés que reaccionar antes que otro te marque la cancha, y ese "delay" es algo que vengo notando en los últimos meses. Por supuesto que no me gustaría estar en los zapatos del Intendente o sus funcionarios, pero les tocó a ellos tener que remarla en esta coyuntura. Si vos te postulás en las elecciones, y ya tenés cuatro años de experiencia como mandatario, se supone que conocés las necesidades de la gente y qué es lo que la calle está pidiendo. Insisto, probablemente nadie estaba preparado para una contingencia que afectó al mundo entero, pero por ese motivo hay que consultar a los profesionales de la salud y no cortarse solo, más aún cuando saben que Kicillof no va a permitir este mamarracho. Tanto la salud como la educación son derechos universales, pero en esta etapa de creciente pico de contagios no es sensato hacer ningún tipo de prueba piloto que involucre a los chicos. Además, sería un fracaso porque la mayoría de los padres ya han hecho saber que no expondrán a sus hijos a este riesgo. Punto final.
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