Fin de semana lluvioso en la ciudad. Me siento un poco frustrado, porque hasta el momento no pude encontrar noticias que fueran de interés para publicar. Me refiero, claro está, a noticias de Lobos o de la región. Mientras tanto, despunto el vicio de escribir en este humilde espacio. Pese a la intensa garúa, no dormí siesta hoy, dediqué el tiempo a actualizar la información que publico en las redes sociales y a hacer una suerte de "prueba y error" con Instagram. Esta última plataforma es una de las que más tráfico tiene actualmente en la red, y no es casualidad que pertenezca a los mismos dueños de Facebook. De más está decir que mi vocación por modernizar la forma de comunicación no tiene que ver con la vanidad, sino con otra manera de llegar de otra a los lectores. Transmitir un "vivo" es relativamente fácil, lo importante es que el resultado final sea prolijo y que además sea tomado como un complemento de la crónica escrita en la web.
Por otra parte, cuando yo empecé con esto, lo único que conocíamos era el email y los foros de chat. Todo lo demás vino después, y nos tuvimos que adaptar a ello. En lo sucesivo también pasará lo mismo: la realidad nos pasará por encima si no estamos atentos a las nuevas tendencias. Quizás los blogs, como éste, en el cual la gente se dedica a escribir sin fin de lucro, en un futuro no tengan ya razón de ser. Será el momento de apelar a la palabra impresa, y a dotar de contenido aquello que hoy trasunta algo de vacío.
Si hay algo que ha conseguido el kirchnerismo, es sembrar la duda sobre la credibilidad de la información del Grupo Clarín, tanto el diario homónimo como otras empresas que integran el multimedios. Diez años atrás, yo solía comprar el diario regularmente, hasta que me di cuenta de que lo que tenía en papel era un “calco” de lo que uno había visto el día anterior en la edición online. Insisten en poner en agenda (a veces lo consiguen) temas que no interesan o sobre los cuales ya está todo dicho. Hacen conjeturas sobre hechos improbables o emplean en exceso el uso de fuentes reservadas, que probablemente son un invento. Además, la pelea con los K viene desde lejos, desde el conflicto con el campo en 2008, que nos tuvo como rehenes a los ciudadanos. De más está decir que es un medio de prensa que antes respetaba porque en mi casa siempre se compró y se leyó, pero comprar Clarín todos los días y seguir los titulares como verdad irrefutable nos lleva inevitablemente a sufrir más por la decadencia y la mediocridad del país. No nos engañemos: hago esta salvedad porque soy consciente de dónde estamos parados, no obstante me parece que hay dos poderes en pugna que impiden la difusión de noticias que nos hagan sentir un poco mejor como ciudadanos. Sabemos que las cosas no están bien, pero no necesitamos que hagan olas sobre el malhumor colectivo que nos intoxica todos los días. Volvamos a indagar en el dial de la radio y busquemos hallar alguna voz que sin ser oficialista, tampoco caiga en la obsecuencia más lamentable. Objetividad, que le dicen... Punto final.
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