Esta jugada no me la esperaba. Debo decir que me sorprendieron los muchachos del Ministerio de Economía con su escaso sentido de la oportunidad y sus medidas inoperantes. En pocas palabras, buscan desalentar la compra de dólares, precisamente aumentando el cepo a través de más impuestos a la divisa. De esta manera, se devalúa aún más el peso, con una brecha insalvable. 150 a 1. Es decir, cada vez necesitás más moneda local para conseguir dólares. Esto hace, inevitablemente, que la gente se vuelque al "blue", al dólar informal que se vende en las cuevas, a cotizaciones altísimas. Pero eso no es todo: seguramente aumentarán los insumos importados de toda índole, incluyendo algunos artículos de primera necesidad, así que olvidate de Netflix, Spotify y esas boludeces y empezá a stockear. ¿Qué significa esto? Empezá a comprar toda la mercadería que puedas en los supermercados y almacenes antes de que remarquen los precios y aumenten su valor. Pero no como un acto especulativo, sino de supervivencia, si se quiere. Los argentinos ya vivimos una megadevaluación en 2018, que incluyó una corrida cambiaria y un nuevo intento por encorsetar al billete. Recuerdo que en aquel entonces el macrismo debió ceder ante la alternativa del "cepo" luego de una fuga de activos importante. La historia es conocida: el resultado fue más depreciación del peso y más inflación.
El ciudadano promedio, que ni remotamente sueña con viajar al Exterior u otro tipo de gastos que requieran la compra de dólares, va a tener que refugiarse como pueda ante este nuevo vendaval. La realidad es más dura y cruda que como pretendan contarla: recesión, empresas que se van del país de manera masiva, estancamiento de la actividad, caída del consumo interno. No hay bolsillo que pueda soportar esta coyuntura. Nadie va a invertir un centavo en un contexto totalmente imprevisible y con los residentes de un país como el nuestro, sumidos en el rojo financiero.
Por otra parte, hablando de Lobos, podemos decir que el Intendente rompió el silencio de varios meses sin referirse al COVID, y difundió un mensaje grabado. En rigor de verdad, lo que hizo fue leer dos carillas de un texto que quizás alguno de sus colaboradores le redactó, siendo filmado públicamente en ese acto. Pero lo importante, más allá de las formas, es que expuso su modo de pensar. No sorprende demasiado, ya que en el punto más preocupante de la pandemia lo que se criticó fue la inacción del Municipio o de sus autoridades. Coincido con la responsabilidad individual que le cabe a cada vecino, pero lamentablemente somos hijos del rigor. Si no fuera así, todo resultaría más fácil y la sociedad sería otra.
Precisamente, porque en lo colectivo nadie respeta las normas y le importa muy poco de los demás, es que el Estado debe controlar, y dar marcha atrás en los permisos todas las veces que sea necesario. Pero esto ya lo he dicho antes, y no quiero aburrir al lector con frases reiteradas. Al no haber conciencia social, menos puede haberla en lo individual, es decir, en la sumatoria de cada una de las voluntades. Ojalá podamos analizar lo que nos pasa sin que la pertenencia ideológica nos juegue una mala pasada, sino viendo los hechos con una mirada "macro", dejando de lado la mediocridad. No es momento de sacar ventaja o provecho de una situación que nos ha posicionado ante una gravedad inusitada. Punto final.
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