En este tiempo que hemos tenido que enfrentarnos a un realidad distinta, aproveché para reencontrarme con notas que uno ha escrito hace cinco años o más, dado que este blog nació en 2005. Es lo más parecido a encontrarse con otra persona que no sos vos. Pero, como se dice en la jerga, creo que pese a todo resisto un archivo. Las contradicciones se vuelven más evidentes con el paso del tiempo. Aquel que no cambia si forma de pensar conforme lo que le va tocando vivir, no evoluciona. Es así, muchachos, no hay que buscarle mucha vuelta. Pero (y he aquí el detalle),esto no significa no ser coherente. Si antes hablabas pestes del gobierno de turno y hoy cambiaste de parecer, no pasa nada. Fueron ellos los que te defraudaron, no vos el que mentiste. La coherencia tiene que ver con los principios, con los ideales más profundos, con los sueños y aspiraciones. Si mantenés eso aunque hayan pasado dos o tres Presidentes, podés dormir tranquilo, porque uno opina o se expresa en función de la coyuntura. Por lo demás, nadie tiene derecho a cuestionarte ni decirte nada, y si alguien lo hace, es un pelotudo más.
Como nos
sucede a todos, hay días que me levanto de mejor humor que otros. Esto dura
hasta que salís a la calle a afrontar lo que te toque, en tal caso podés
transitar un día con buena vibra o puede resultar una completa decepción. Me ha
pasado (rara vez, pero me pasa), que no tenía el menor entusiasmo, pero me
encontré con amigos y vecinos que me hicieron ver las cosas de otra manera,
subiendo un poco la autoestima, o diciéndome que no me preocupe que todo va a
salir bien, el famoso "esto ya va a pasar". Son frases de estímulo de
parte de gente que realmente te quiere (o te aprecia) y que demuestra su
interés por verte bien. Estos cinco meses me demolieron, y no me refiero sólo a
lo económico porque ya lo dije muchas veces, sino a sentirme cada vez más lejos
de poder hacer muchas cosas que me gustaban. Ya casi ni entro a Facebook,
porque está lleno de pavadas de gente que pretende hacer más ameno este trance
y si bien al principio me entretenía un poco, hoy me parece patético. Grabar un
video en Instragram o FB está bueno, siempre que tengas algo interesante para
decir y compartir con los demás, de lo contrario carece de todo sentido.
- Apoyé a
Fernández en algunas decisiones.
-Despotriqué
contra Fenández y contra TN.
-Cuestioné
al poder político de Lobos, como así también la manifestación de 17/A
-Mandé a la
mierda a los anticuarentena y todo tipo de personas que sostengan teorías
conspirativas.
-Empecé el
gimnasio. Dos veces por semana, aunque hubo días que me quedé dormido y tuve
que trabajar, por lo cual fui una sola vez en siete días.
-Dormí más
siesta, más por aburrimiento que por sueño.
-Me
endeudé, pagué lo que debía y me volví a endeudar (por sumas relativamente
pequeñas).
-Comprendí
que me da pereza ver películas, a menos que trabajen actores conocidos y que la
trama sea ágil.
-Dejé de
frecuentar varios lugares que ya no me generan nada.
-Hice una
limpieza de mi habitación, tirando a la basura todo lo que no tenía ningún
valor económico y ocupaba lugar al pedo.
-Renegué de
suscribirme a Netflix y no lo pienso hacer por más que me
insistan, dado que no me interesan los contenidos que ofrecen.
-Tomo más
mate y menos café.
-Fumo
bastante más que antes, aunque me fijé un límite para cuidar un poco mis
pulmones.
-Sólo voy
al súper cuando hay alguna oferta, compro todo en el almacén.