Llegamos al finde, y en lo personal esta semana que pasó fue algo difícil para mí: no me sentía del todo bien, me faltaba motivación. Con el tiempo te das cuenta de que para recuperarla, la salida sólo está en vos mismo, como una forma de ganarle a la rutina. Pese a todo, en ningún momento dejé de cumplir con mis obligaciones laborales. A todos, alguna vez, nos dan ganas de tirar la toalla o de encerrarnos en nosotros mismos, pero esto último sólo puede servir si realmente lo necesitás por un período corto, porque no se puede permanecer en esa situación indefinidamente. Si nos sentimos mal por el motivo que sea, tenemos que lidiar con eso con la convicción de que en algún momento va a pasar (es muy fácil decirlo, obviamente). La vida no es un camino de ascenso permanente, ni siquiera para los más exitosos. Hay miles de obstáculos en el medio. Y hay que ver qué entendemos por "éxito": ¿Ganar guita? ¿Sentirse respetado y querido? ¿Tener una posición social destacada? Nada de eso me desvela. Bueno, convengamos que ganar más guita nunca viene mal, pero no a cualquier precio o aceptando condiciones que van en contra a los principios que sostuviste siempre. Y como me manejo con un presupuesto modesto, tengo en claro cuánto puedo gastar, cuándo puedo darme un gusto y cuándo no.
Al igual que la mayoría de ustedes, cuando estoy tranquilo y relajado es cuando mejor funciono, en todos los órdenes, porque mi mente está despejada. Tener que estar constantemente bajo presión genera un agotamiento considerable, y lo que hagas mientras permanecés en ese estado no te va a salir bien, por más empeño que le pongas. De más está decir que cuando hablás "en caliente", decís cosas de las que normalmente te terminás arrepintiendo. La ansiedad pasa, el enojo también. Hasta tanto eso no ocurra, conviene mantenerse abocado a otras cosas. Y no pretendas discutir con alguien si sabés que no tenés razón, porque te desgastás al pedo defendiendo una postura que no es válida. Aceptar que el otro tiene razón no es ceder ni claudicar, al menos yo no lo tomo de esa manera. Muchas veces aprendés de los argumentos opuestos al tuyo, porque te hacen pensar, y hasta es posible que seas vos el que cambie de opinión. Y como seres que estamos en constante cambio, nada mejor que resetear el chip y empezar a incorporar otras opiniones que antes, en otra etapa de la vida, te generaban rechazo. Punto final.
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