17 de enero de 2021

Todos necesitamos poner en valor nuestro trabajo para vivir

Domingo por la mañana en la ciudad. Como mencioné en una nota anterior, creí que lo más sensato era no fijarme ninguna meta para este año. Lo que yo pueda lograr, no estará condicionado por una expresión de deseo, sino por una decisión que puede ser más difícil o no de sostener, depende de qué estemos hablando. Las fichas se van acomodando en el transcurso de los días, no "caen" todas de un día para el otro. Nadie cambia la forma de pensar si se siente feliz y a gusto como está, pero a veces he visto personas que parecían inquebrantables y se vinieron abajo por el fallecimiento de un ser querido, por adicciones, por soledad, por no encontrar un espacio donde encajar. Esto último es lo más complicado, a menudo siento que no encajo en ningún lugar, porque no están las cosas que son de mi interés, o porque no me gusta el ambiente si voy a determinado bar. Seamos honestos: pagar para sentirse incómodo, no es negocio. Por ello me he alejado de varios lugares que antes solía frecuentar, por supuesto que nadie me extrañará ni yo los extrañaré a ellos, como dice Sabina, soy un "ciudadano cero". 

Para el Estado, mi única finalidad en este mundo es pagar impuestos, votar cada dos años y listo. Después aparecen otras variables, como el consumo, la distribución del ingreso, entre otras. Lo que pasa es que como llevamos años de decadencia, el Estado no está tan presente como se cree: sí lo está para pagar la AUH y otros beneficios, pero no mucho más. Otorgar a la ANSES un poder excesivo para este tipo de planes o subsidios (que NO cuestiono), es "hacer caja" con la plata de los futuros jubilados. La verdad es que si no pensás en vos, nadie lo hará en tu lugar, por eso cuando tengo algún proyecto lo primero que hago es analizar si es viable, creo que la mayoría hace lo mismo. 

El mercado publicitario en Lobos está muy bastardeado, si vos cobrás una determinada suma por publicidad, es probable que el comerciante te diga que la radio tal o cual le cobra menos (a veces es mentira y se trata una mera estrategia). Yo pongo un precio que considero razonable, y el que no esté dispuesto a pagarlo que no lo haga. Porque yo vivo de esto, y la inflación me afecta tanto como al posible cliente. Esto es lo que no se entiende. No vivo en una burbuja y los insumos que necesito aumentan todo el tiempo, ni hablar de los alimentos. Hay ocasiones en que hay que ponerse firme, aunque pierdas un eventual cliente. Porque si vos me ofrecés dos pesos, es pan para hoy y hambre para mañana. La única excepción que hice fue cuando estalló la pandemia, porque hay que tener empatía y comprender que estaba todo cerrado y no se vendía nada. En esos meses, todos perdimos plata. Por lo demás, lo tomo como una manera de poner en valor mi trabajo, al igual que cada laburante autónomo intentará hacerlo con el suyo. Nos estamos viendo pronto. Punto final.    

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