Por estos días, me puse a pensar cómo hubiera sido la consideración pública o el recuerdo de la gente hacia Maradona, si no hubiera convertido el gol más famoso en la historia de los Mundiales. O si, pese a hacerlo, no hubiera ganado ese Mundial. Es bastante difícil trazar hipótesis de esta naturaleza porque la vida de un futbolista no es la misma que la de un pintor o de un escultor. Creo que de no haber sucedido ninguno de los hechos que mencioné, Maradona sería considerado hoy un jugador correcto (ni pésimo ni excelente), aunque sí sumamente habilidoso. Es que Diego ganaba los partidos él solo, tanto en Napoli como en la Selección. Sus compañeros de equipo eran "de madera", bastante toscos: no gozaban de un talento singular como él. Y lo más notable es que, a diferencia de otros, como Pelé, al Diez le bastaron apenas 7 años para consagrarse como el mejor del mundo (entre 1984 y 1991, digamos). La ventaja que tuvo es que ya era habitual filmar los partidos, y que cada hogar contaba con un televisor. Los registros fílmicos de Pelé existen, pero no son tan abundantes como ocurriría después, en los años '80. La teoría que cobra cada vez más fuerza, es que todos en Italia sabían del consumo de drogas de Maradona, y de su agitada vida nocturna, incluso los directivos del mismo club. Pero mientras siguiera convirtiendo goles, le perdonaban todo. Hasta que en el Mundial '90, Argentina eliminó a Italia en su propia casa y el idilio con los napolitanos se quebró. Dicho de otra manera, le soltaron la mano. No es casualidad que los dos que perpetraron esa derrota de los italianos, Maradona y Caniggia, en un lapso muy corto dieron positivo en el antidoping.
Es admirable que Maradona haya alcanzado a vivir 60 años, si tenemos en cuenta que consumió cocaína profusamente durante más de 20, y que fue salvado de la muerte por un novato médico uruguayo cuando una sobredosis casi lo liquida en Punta del Este. La única frase sensata que solía repetir, es que él no se consideraba ejemplo de nada, ni de nadie. No hacía falta aclararlo, de todos modos.
La admiración por el talento de Diego se vio potenciada ante las sucesivas frustraciones de la Selección, que no ganó ningún título oficial desde 1993. Messi nunca podrá equipararlo, porque es un centrodelantero que juega en un equipo lleno de estrellas, que le dan los pases justos y precisos para que marque goles. No es que Messi sea un mal jugador ni mucho menos, pero está a años luz de Diego. Si bien no tiene que ver con el deporte, el 10 del Barcelona no es carismático, ni lanza declaraciones filosas. Termina el partido en el Camp Nou, se ducha y se va a su casa.
A su vez, Maradona admiraba a Bochini, y a Jorge "Mágico" González, un jugador salvadoreño que transcurrió casi toda su carrera en el Cádiz de España. El Mágico era más vago y atorrante que Maradona, de hecho le ofrecieron la oportunidad de fichar para el Barcelona y no aceptó. Y al no pertenecer a un país de tradición futbolera, no pudo destacarse a nivel selección. Hoy, que tenemos You Tube, vos ves los videos de González y no lo podés creer. Ese sí que tenía potrero, por momentos algunos amagues y gambetas me hacen acordar a la mejor época del "Burrito" Ortega. El Mágico jugaba para divertirse y ganar algo de guita, pero nunca persiguió grandes ambiciones. Si hubiera jugado en la selección de Argentina o Brasil, otra hubiera sido la historia.
Nuestro país está lleno de pibes que ansían con triunfar y probarse en un club grande, obviamente que la mayoría no lo consigue. Pero hasta en un partido totalmente amateur, por más pedorro que sea, podés darte cuenta de aquel que tiene condiciones, aunque jamás sabremos su nombre ni lo veremos en los grandes titulares de la prensa deportiva. Punto final.
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