9 de junio de 2021

¿Era necesario? ¿En serio?

Mitad de semana en Lobos. Siempre hay cosas para hacer, por suerte. He aprendido a administrar mejor mi tiempo, para que el día me rinda más, aunque no siempre esto es posible. 

Como todos saben, el Senador Esteban Bullrich padece una enfermedad discapacitante y degenerativa, que se conoce con el nombre de ELA. Ahora bien, ¿Era necesario que Telenoche y TN le hicieran una "entrevista" a Bullrich, balbuceante (con musiquita de fondo para otorgar una mayor carga emotiva), mostrando a un tipo que la está peleando como puede, pero que no es el único que contrajo esta patología? Me pareció una actitud miserable, una bajeza. Me pregunto una y otra vez: ¿Era necesario? ¿Qué rédito buscaban obtener de una persona que apenas puede expresarse con claridad, y que rompió en llanto al final de la nota? Probablemente, Bullrich podrá acceder a un tratamiento con los mejores médicos que se dedican a ello y que pondrán sus esfuerzos en atenuar el avance de su enfermedad. Millones de argentinos, no. Pero insisto, la culpa no la tiene el legislador -aunque haya aceptado realizar la nota- que simplemente respondió (como pudo) las preguntas complacientes que le hicieron. La culpa la tiene el periodismo canalla, que grabó ese material y lo difundió en horario central. Esteban Bullrich no es un héroe ni un prócer, es una víctima más de esta enfermedad que afecta a 5 de cada 100.000 habitantes. 

Si algún referente del oficialismo se hubiera encontrado en una situación similar, ¿Hubieran hecho una nota del mismo tenor? Lo dudo. Alberto Balestrini (ex legislador y ex Intendente de La Matanza), luchó durante años contra un ACV. Fue diagnosticado en 2010 y se murió sin que "los Leuco" (padre e hijo, dos impresentables con un pasado oscuro) le dedicaran una sola línea. Cuando Balestrini ya no pudo seguir al frente de la Presidencia del PJ, lo reemplazó Moyano, y falleció en 2017 (reitero, fue diagnosticado en 2010). Hay un Hospital en Ciudad Evita que lleva su nombre. Eso es todo. Por supuesto, el ex alcalde tampoco era un nene de pecho ni una persona ejemplar. Pero tengo la impresión de que cuando una figura pública padece una enfermedad irreversible que terminará inexorablemente en la muerte, está "prohibido" hablar mal de ella. Si vamos al mundo del espectáculo, tomemos el caso de Camila Perissé. Una mujer que supo ser muy bella y codiciada por los hombres, que se hizo famosa con sus intervenciones en el programa de Tato Bores, que posó desnuda para Playboy...bueno, hoy vos ves las fotos actuales de Camila, y parece más anciana que Mirtha Legrand (una de las pocas figuras que donó dinero para su tratamiento médico). Está totalmente olvidada. Sólo esporádicamente aparecen noticias de ella, que durante varios años estuvo viviendo en Lobos y condujo un programa radial. La asociación que nuclea a los actores no le otorgó a la familia ni un centavo para su tratamiento, Camila hoy está en un hospital público, y su pareja está pidiendo desesperadamente que lo ayuden económicamente. Pero esto no es nuevo: ¿Se acuerdan de Beatriz Bonnet? Una actriz notable, en el cine y en la televisión, que terminó recluida en un geriátrico y murió en la más absoluta soledad. Tal es así que cuando trasladaron sus restos al cementerio, el sacerdote iba a rezar un responso, pero como no había absolutamente nadie para acompañar la ceremonia religiosa y ese último adiós, debió suspenderlo, por falta de quórum, digamos. 

Al final de cuentas, todos morimos solos, es cierto. Pero saber respetar el dolor, sin caer en la sensiblería barata, también habla bien del periodismo. Hace unos años, a Sofovich se le ocurrió llevar a "Polémica en el Bar" a Jorge Porcel, que deambulaba en silla de ruedas y presentaba un aspecto deplorable, además de un evidente deterioro cognitivo. Fue un momento vergonzoso. O de vergüenza ajena, quizás. 

Próximamente fallecerán Cacho Fontana y Pinky (si son muy jóvenes y no saben de quiénes hablo busquen en Google). Llevar hoy a un estudio de televisión a cualquiera de los dos, significa exponerlos a una crueldad innecesaria, porque no están lúcidos. Son personas de casi 80 años o más, déjenlas en paz, y si tanto les preocupa a los productores cómo están de salud, donen algo para que puedan transcurrir sus últimos días de una forma más digna. Para una canal de TV abierta, 10.000 dólares es un vuelto (digo esto por mencionar una cifra modesta). Bullrich aceptó voluntariamente ser sometido a un momento degradante, tal vez sin imaginar el impacto de cómo iba a salir esta suerte de "informe" una vez que fuera editado. 

Esas son las miserias que muestra la televisión hoy, como lo hizo la gráfica en su momento, cuando la revista Gente le sacó una foto a Balbín en su lecho de muerte. Totalmente inmoral y repudiable. Bueno, creo que está clara mi posición al respecto, pero obviamente sé que estos episodios seguirán ocurriendo en la medida que le generen buen rating. Nos estamos viendo pronto. Punto final.  

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