31 de mayo de 2020

Haciendo leña del "Nilo caído"

Ultimo día de mayo. Parece ser que este muchacho, Nilo Medina, consiguió sus 15 minutos de fama, al presentarse como un activista "anticuarentena". En un raid mediático poco habitual para una persona que no tiene mayores méritos, participó ayer de una protesta en el Centro porteño. Nadie sabe cómo salió de Lobos, ni con qué pretexto. La cosa para nuestro antihéroe venía bien, desde C5N lo entrevistaron e hizo una encendida defensa de las libertades individuales. O al menos, de lo que él entiende por ello. Pero en Lobos, muchos que estaban viendo el canal de noticias lo reconocieron de inmediato, y no lo perdonaron. Durante toda la noche llovieron escraches, memes, e insultos de todo tipo por las redes sociales contra el Llanero Solitario de la Cuarentena. Pagó caro el exceso de exposición pública, ya que sabemos que le gustan las cámaras. Fue así como se caía de maduro que iba a ocurrir lo más obvio, que lo detuvieran y lo mandaran a confinarse en su casa por violación al Art. 205 del Código Penal. 

Evidentemente sigue habiendo mucha gente al pedo, lo cual no sería nada para objetar, si ese ocio no trajera consecuencias insospechadas. Este joven que tiene una academia donde dicta cursos (además vive allí), fue víctima del escarnio público. No, no lo estoy defendiendo, porque actuó como un pelotudo. Sólo digo que muchos piensan como él pero no lo dicen abiertamente. Fue así como los medios locales montaron guardia en su domicilio, para escuchar casi las mismas consignas que Medina había hecho en su periplo por Buenos Aires. 

Si todos actuáramos como él, sin respetar las medidas sanitarias y de distanciamiento social (lo mismo que hizo el Presidente en un acto político en Formosa), cada uno haría lo que quisiera guiándose por sus ideas o convicciones. Esto no siempre es posible, más aún en el contexto actual. La verdad es que Fernández la pifió feo, con el agravante de ser Jefe de Estado y la necesidad de conducirse de un modo ejemplar para el resto de los ciudadanos. 

¿Es realmente importante dedicarle una nota a Nilo Medina? No estoy seguro. Lo peligroso es que intentes defender tu ideas cuando van en contra de lo que el resto de la población está tratando de hacer. Eso no es ser un rebelde utópico, es ser un estúpido. Llamar a la desobediencia civil, citar un par de artículos de la Constitución o del Código Penal como ínfima defensa, no parece propio de una persona que pretenda hacer docencia y dictar clases. Pese a que a mí, en términos económicos, la cuarentena me perjudicó notablemente, no puedo esgrimir esa realidad como defensa para hacer lo que me plazca. Eso no sería libertad, sino libertinaje, ignorando las normas que regulan una situación excepcional. Férnandez, abrazate tranquilo con el Gobernador de Formosa, un señor feudal, que acá tenemos un discípulo tuyo. Punto final. 

28 de mayo de 2020

Todos necesitamos "bajar un cambio"

Transitamos un jueves con impronta otoñal. Ya los días duran cada vez menos, cuando querés acordar, el sol se empieza a ocultar entre los árboles. Y los últimos mates se estiran un poco hasta la tardecita. Hoy tuvo lugar una conferencia en el Hospital, que me pareció necesaria, para llevar tranquilidad por el caso de COVID 19 positivo. Desde los grandes medios se desinformó mucho, pienso que a veces cuando a algo de verdad le agregás mentira, es peor que fuera totalmente mentira. 

Lo acontecido nos debe servir de lección a todos los lobenses, cada uno con la responsabilidad que le toque. No podemos relajarnos y bajar la guardia, pese a que esto nos llena de impotencia a quienes tenemos conciencia ciudadana. Si la paciente evoluciona bien como se informó hasta ahora, lo que debe hacerse es reforzar los controles y que los permisos de circulación que se otorgan sean más estrictos. Nadie puede salir con cualquier pretexto. 

Pero mi intención es dar vuelta de página, ya que el tratamiento que se le dio al tema me agotó, del mismo modo que -creo yo- a muchos de los colegas que hace años nos dedicamos a esto. Si estábamos bregando para que se nos concedan nuevas libertades, como hacer actividad física de forma individual, sería una pena ver revocadas esas posibles excepciones. A nadie le es grata la realidad que estamos viviendo, y que atraviesa varios ejes, desde el sanitario, seguridad en la vía pública, hasta la economía y el empleo. Por dar un ejemplo doméstico, el mes que viene es mi cumpleaños y sé que será distinto a los anteriores, porque no podré celebrarlo como solía hacerlo. Es un mero ejemplo, ya que no me preocupa demasiado: ya habrá oportunidad para invitar a los amigos y hacer un asado. 

Casi sin darnos cuenta, estamos cerca de desandar la segunda mitad del año, aunque en realidad tampoco hay que darle mayor importancia a este último tramo de 2020. Al fin y al cabo, lo que no hemos hecho en los meses restantes, difícilmente lo podamos materializar de apuro en este "segundo capítulo". Sepan disculpar el pesimismo, pero no conviene ilusionarse en vano. 

Mayo se está yendo sin pena ni gloria, y uno se pregunta qué ha pasado durante todo este tiempo, qué cambio sustancial se ha producido en su vida, qué logro importante ha sido alcanzado. La respuesta no suele ser muy alentadora, por cierto. Quizá me motiva redactar estas líneas la obsesión por el paso del tiempo, por el correr de las agujas del reloj, las hojas del calendario, y las metas incumplidas, las promesas rotas, y el tiempo que no nos da tregua y sigue avanzando implacable.
Hoy realmente tuve ganas de exponer estos pensamientos en un post, aunque el lector atento podrá hallar semblanzas similares en textos anteriores. Uno procura no repetirse, ser original, pero no somos más que el reflejo de lo que otros han creado hace siglos.

¿Pero qué se supone que deba hacer, encerrarme en una burbuja de cristal? La naturaleza de mi profesión me obliga a estar en permanente contacto con lo que pasa, aunque sabemos que tiene acceso a la realidad considerada como un todo, sino a aquello que nos es permitido ver, husmear, investigar. Pienso que cuando uno tiene cierta edad resulta un tanto ingenuo renegar por la injusticia de la sociedad, por la hipocresía de la gente, por la mentira que todos ven y nadie se hace cargo de denunciar. Y eso ocurre porque te vas dando cuenta, con resignación, que las cosas van a seguir así, que no está en tus manos cambiar absolutamente nada ni siquiera con un voto, porque los mismos que vos no votaste volverán en una versión reciclada dos años después, en un entramado de alianzas y frentes electorales que no existen en ningún país desarrollado. Cada dos años asistimos a esta pantomima. No es ni más ni menos, que los vicios de una democracia imperfecta. Pero democracia al fin.

Sea como fuere, todos necesitamos un poco de distensión, razón por la cual trataré de mantenerme a prudente distancia de toda esta oleada tóxica de noticias nefastas que nos van envenenando de a poco. Que levanten el pie del acelerador y nos den un respiro, al menos por unos días. Punto final.

Irresponsables, inútiles...¿y corruptos?

Hoy (miércoles), fue una jornada bastante ajetreada en Lobos, por razones obvias: un segundo caso de Coronavirus positivo desde que empezó la pandemia, que puso en vilo a la comunidad. Ante todo es necesario que las autoridades municipales brinden las explicaciones pertinentes y nos digan cómo es posible que haya ingresado un grupo de personas de Buenos Aires, siendo que se jactan tanto del control de los accesos. Y si viajaron por un servicio de combis, ¿Cómo consiguieron el permiso de circulación, o ni siquiera se los solicitaron antes de subirse para emprender el viaje a Lobos? Hay que empezar a atar cabos, a analizar todos y cada uno de los "errores no forzados" que trajeron este triste desenlace. Lo que pasa es que fue tan torpe y burdo lo que pasó, que James Bond se haría un festín. 

Por supuesto, es muy probable que la señora internada en el Hospital pueda recuperarse y volver a hacer su vida normal. Hoy por hoy, eso es lo que más importa. 

Reunir a familiares y amigos en ceremonias fúnebres, como velatorios, está prohibido en virtud del protocolo vigente. Solo puede haber un grupo reducido de allegados al difunto ¿A quién se le "escapó la tortuga", nadie vio nada? ¿O es que alguno se quedó con un vuelto? No jodamos, una aglomeración de 70 personas o más, cuando la ciudad está desierta, no pasa desapercibida y le llama la atención a cualquier vecino. Con los hechos consumados, todo lo que se pudiera haber hecho para evitar este desmadre se torna redundante. Volviendo al párrafo anterior, si los dueños de las combis no instruyen a sus empleados de exigir el permiso de circulación, son unos irresponsables, y varias calificativos más que prefiero no mencionar (quiero creer que no es así). Qué increíble, 70 monos reunidos en el mismo lugar, sin que les importe un carajo del resto, es decir, de los que tratamos de respetar todas las medidas de salubridad. 

No hace falta ser muy perspicaz como para pensar en un contagio cuando sucede algo así, un zafarrancho semejante. Y demos gracias de que hasta el momento hubo un solo caso positivo, porque si esta gente vino de Buenos Aires (más alguno de Roque Pérez), es evidente que estuvo en nuestra ciudad como pancho por su casa sin ningún tipo de controles de los que tanto se jactan en los pasillos del Municipio. Después de esto, ¿Con qué autoridad la Policía o sus efectivos se las darán de muchachos rudos? Los canas hacen los controles siempre en la misma esquina del centro, como si no hubiera cientos de calles de la periferia para pasar inadvertido. Una vez, antes del 20 de abril, me pararon de mala manera para decirme por qué no llevaba el barbijo puesto, les expliqué que recién a partir de esa fecha iba a ser obligatorio en la Provincia, no antes. Pero no entendieron, o no quisieron entender. 

Señores, la pifiaron mal, del primero al último, por eso acá esto tiene que decantar como un efecto dominó y aplicar sanciones ejemplares, que caigan todos los que tienen que caer. Si son incompetentes, hágannos un favor y renuncien, y consíganse un trabajo que puedan desempeñar con idoneidad. No podemos volver a foja cero por la caradurez de un grupo de pelotudos. Un fallecimiento siempre constituye una situación traumática y lamentable, pero mucha gente que perdió a un familiar en esta cuarentena optó por no hacer velatorio alguno, y transitar el duelo de la pérdida desde otro lugar. Ojalá hubiera un poco más de empatía, porque si esto sigue así no vamos a salir adelante nunca. Se les saltó la térmica, a más de uno, y si al menos se reconociera el error, lo podría tomar como un gesto loable.  Punto final. 

26 de mayo de 2020

Demasiada presión para salir?

Martes por la tarde en la ciudad. En las redes sociales, y en las charlas cotidianas, se percibe que acá en Lobos la cuarentena no da para mucho más. Por ejemplo, hay sectores que reclaman volver a desarrollar su actividad, como gimnasios, atletas, bailarinas, pescadores, bares, entre otros. Si el Municipio no regula todo esto de la mejor manera posible, mucha gente se hartará y empezará a hacer lo que le da la gana. Sin embargo, esto da mucho para pensar: ¿Hay una necesidad imperiosa de pescar? ¿Con qué fin? ¿No podés dejarte de joder y esperar, aunque sea un deporte individual? Existe algo que se llama "prioridades", ¿o no lo entendieron?

No me terminan de cerrar determinados pedidos, algunos más razonables que otros. Podemos afirmar que si vos ponés el horario comercial de 8 a 18 hs, a las 8 no andan ni los gatos, entonces hacelo de 9 a 19 hs,y listo. En Roque Pérez, que tiene la mitad de población que Lobos, se han otorgado permisos para caminatas y actividad física, tomando todas las medidas de seguridad que sean necesarias. Lo que pasa es que cuando lo planteás de este modo, te destrozan diciendo que vos sos irresponsable. Sería un gran avance hacer una prueba piloto tomando como experiencia lo que sucede en localidades vecinas. Ello no implica que vaya a funcionar, y en caso de que no sea así, se da marcha atrás y listo, como sucedió en Córdoba. 

También es cierto que muchos lobenses que no fueron a correr en su puta vida y que no pueden hacer ni siquiera 10 kilómetros, súbitamente se suman a este tipo de reclamos, y uno se pregunta qué era de la vida de esta gente en los meses previos al aislamiento social y obligatorio. 

Cualquier especialista en salud mental te puede hablar de los beneficios de la actividad física, de cómo te despeja la cabeza y te pone en otra perspectiva. Pero, en primer lugar, esto no se consigue de un día para el otro. Y, en segundo lugar, no podemos hacer una interpretación totalmente relajada de los permisos, como para juntarnos a comer un asado en al Parque, por decir un despropósito. 

Los epidemiólogos establecen distintas fases para la cuarentena. Ahora bien, no todos los grupos poblacionales reaccionan de la misma forma, o son susceptibles a los mismos riesgos sanitarios. Si entendemos esto, podemos empezar a segmentar y a conceder mayores libertades en aquellos distritos que no han registrado casos positivos del virus. Es hora de reformular la cuarentena, y de denunciar a quienes abusan de los permisos otorgados para hacer cualquier cosas como si estuviéramos en Disneylandia. Punto final. 

25 de mayo de 2020

Crónica de un 25 de Mayo distinto

Un 25 de Mayo extraño, con las calles desiertas, mucho viento, y las hojas secas del otoño apoderándose de las veredas. Se realizó un sencillo acto con motivo de la fecha patria, que fue transmitido por el Facebook del Municipio. Había puesto la alarma del celular para despertarme más temprano de lo habitual, pero sucumbí al sueño y cuando quise acordar ya eran las diez y media. Desayuné liviano y me puse a revisar los portales de noticias, como suelo hacer para rescatar alguna información que resulte de interés.

Me gusta madurar una idea antes de redactarla, o de plasmarla en palabras. Masticarla y luego expulsarla al cyberespacio, como quien escupe el carozo de un aceituna. Quizás últimamente los lectores encuentren temas recurrentes en las notas que escribo, en virtud de la situación excepcional que estamos viviendo.

También, eso hace que muchos "posts" que tengo en la cabeza nunca vean la luz, porque considero que no me convencen del todo, y no reflejan el sentir del público lector. En lo sucesivo, trataré de brindarle a este espacio otra orientación, y esto está motivado fundamentalmente por la necesidad de tener un mayor amplitud. Brindar una visión “macro”, es decir,  no estar tan encorsetado a lo que es Lobos. No quiero caer en la tentación de hacer de este blog un mero diario personal con observaciones de la vida cotidiana. Eso ya se ha hecho antes, y mejor. Además no me considero tan importante como para exponer de un modo minucioso todas mis acciones. En realidad, uno vive con la sensación de que ya está todo inventado, de que es muy difícil lograr un atisbo de originalidad allí donde otro arrojó la primera piedra. 

Lo que ocurre es que llevamos muchos días de encierro, y ello nos "neutraliza" de alguna manera, porque tenemos una percepción diferente de lo que pasa. Hay gente que pudo explotar un potencial creativo inusitado, y otros que les cuesta un poco más establecer una rutina. Ojalá que en Lobos se permita realizar actividad física y deportes individuales, como sucede en Roque Pérez. Si somos responsables, y no sacamos ninguna "avivada" de la galera, esto es posible. Una simple caminata ya nos predispone de otra manera, en mi caso me daría la sensación de que estoy haciendo algo por mí, para que todos los kilos que acumulé desde el 20 de marzo a esta parte puedan ir reduciéndose de a poco. Solía caminar por el perímetro de la Plaza Tucumán, que queda cerca de mi casa, y a decir verdad es unos de los espacios públicos más lindos y arbolados que tiene Lobos. Siempre trataba de hacerlo con un amigo o alguien que pudiera conversar, porque resulta más ameno y no empiezan a envolverte pensamientos o preocupaciones sin sentido en el bocho. 

No es ninguna novedad que uno no le otorga valor a algo hasta que lo pierde, y eso me pasa con muchos hábitos que antes daba por sentado que formaban parte de mi vida. Pero lo bueno es que podés descubrir y adoptar otros. Tener un compromiso social implica no pensar solamente en el bienestar individual, demoler el egoísmo, no joder a nadie. Esto último es lo más importante: dejar la envidia y el chusmerío de lado. Nunca me prendí en ninguna gansada que cualquiera haya dicho sobre un tercero y que sembrara la discordia y los comentarios maliciosos. Por eso, lo que menos espero es que tengan el mismo criterio con mi persona. El único límite real que tenemos, somos nosotros mismos, ¿no les parece? Punto final. 




23 de mayo de 2020

El peligroso hábito de "romantizar la cuarentena"

Me da la impresión de que extender la cuarentena, se ha convertido en una decisión más política que sanitaria. Hace unos días, deportistas lobenses que practican windsurf solicitaron que se les permita ejercer su actividad. Es un deporte individual, al igual que el tenis y la pesca, por lo tanto considero que no hay posibilidad de contagio. En lo que respecta al rubro gastronómico, los restoranes y bares podrían abrir manteniendo una distancia entre una mesa y otra, como se había implementado unos días antes del 20 de marzo. En el caso de los boliches, es evidente que sí hay aglomeración de público, por lo tanto deberían permanecer cerrados. Por supuesto, ni yo ni nadie quiere que se multipliquen los casos positivos, pero aquí en Lobos sólo ha habido uno, un caso importado de un profesional de nuestra ciudad que llegó de Europa y se recuperó realizando la cuarentena en su domicilio. 

También es cierto que en Mar del Plata y otros distritos, los propios intendentes decidieron dar marcha atrás con esta flexibilización, porque la gente creía que estaba "de vacaciones" y que podía hacer lo que quisiera, por lo cual hay que apelar a la responsabilidad de cada uno. Por lo general, en nuestra ciudad, aquellos que tienen un patrimonio que le permite no trabajar o no realizar actividad comercial, son los defensores más acérrimos de que la situación actual se siga prolongando.Pero insisto, se debe adoptar un criterio uniforme que posibilite que todos podamos trabajar para que no caigamos en el quebranto económico.   

Alguien podrá mencionarme lo que está sucediendo en Brasil o en Chile, pero la Argentina está lejos que la apremiante situación de los países vecinos. Pensar en qué podría suceder si se levanta la cuarentena aquí es hacer futurología, pero se podría implementar una prueba piloto de una semana. Y si recrudece la pandemia, volver a "foja cero". 

No soy médico ni  epidemiólogo, simplemente apelo al sentido común, que algunos compartirán y otros no. Es hora de poner las cosas en su lugar y de analizar cuáles actividades constituyen un riesgo real para la propagación del virus. Es el Gobierno quien, hoy por hoy, regula nuestras libertades, en el marco de un contexto excepcional. No me agrada parafrasear a Patricia Bullrich, pero alguna dosis de razón tiene al afirmar que "no hay que enamorarse de la cuarentena". Desde luego, si el macrismo estuviera en el poder, esto hubiera sido un desastre, eso lo tengo bien en claro. El Presidente ha actuado con premura, pero es tiempo de analizar el impacto real en la industria y la producción. Vale decir, en la economía. Hay empresarios o comerciantes que enfrentan serias dificultades para pagarles los sueldos a sus empleados. En lo que a mí respecta, reitero que tengo un diario digital que se financia con el aporte de los anunciantes, y si ellos no facturan, difícilmente podrán pagarme la publicidad. A diferencia del formato papel, lo que yo hago no se vende en el kiosco de diarios, es de libre acceso. En muchos casos me vi obligado a renegociar y a perder parte de mi rentabilidad, pero no sé hasta cuándo se podrá sostener. Por otra parte, sigo pagando el monotributo y todos los impuestos, pero tampoco sé hasta cuándo podré hacerlo. Y no digo más porque no me gusta "llorar miseria", como suele decirse. 

En Lobos, hoy por hoy, los únicos comercios que facturan son los supermercados y las farmacias, y no está mal que así sea, porque fueron habilitados para abrir sus puertas y atender al público con normalidad. 

Esto es una olla a presión, que en algún momento va a explotar cuando la gente se harte del encierro y empiece a salir por su cuenta. Lo que se sabe hasta ahora, es que esto seguirá hasta el 8 de junio. Ahora bien, ya pensar en una "nueva fase" posterior a esa fecha, me parece exagerado. Inclusive, si a mí no me perjudicara, mi pensamiento sería el mismo. La deuda externa puede esperar, y si entramos en default, algún día saldremos a flote. Este el el momento de inyectar guita en la economía doméstica, ni más ni menos. Punto final. 

21 de mayo de 2020

Cuarentena y frío: Acomodando las fichas del rompecabezas

Jueves frío y lluvioso en la ciudad. Ya es casi un hecho que la cuarentena se extenderá, y pese a que nos hemos acostumbrado a esto, no deja de ponernos de mal humor. Aunque no lo esperaba, recibí buenos comentarios en el regreso del programa de TV. Soy muy crítico de mí mismo, me exijo todo lo posible, y pienso que si bien estuvo dentro de las expectativas, puedo dar más. Siempre se pude mejorar, hay muchos detalles que a menudo pasan desapercibidos pero que uno los tiene presentes. Sea como fuere, me hizo ponerme las pilas, porque si querés hacer algo prolijo tenés que estar pendiente de todo, desde las preguntas al entrevistado, hasta darte cuenta de cuándo es el momento justo de ir a un corte.

Creo que en un ciclo televisivo, aunque sea en un modesto canal de cable, se debe tener siempre como premisa el respeto a la audiencia. Si no tenemos en claro algo tan simple como eso, es muy difícil que las cosas salgan bien. Ese es el mismo criterio que aplico para mi diario digital, porque más que tener una primicia, lo que me importa es brindar información confiable. Vivimos en una coyuntura donde circulan rumores de todo tipo por las redes sociales, y aunque haya gente que nos pregunte y nos demande frente a eso, hay que estar bien seguro de lo que se publica, porque después caés vos también en la volteada. Eso pasa porque muchas veces la información que uno maneja no satisface las expectativas del lector.

Pero, cambiando de tema, en Lobos la vida sigue, cada uno se las rebusca como puede para ganarse un mango, y me parece bien. He aumentado bastante de peso, lo cual me genera un poco de frustración, pero era previsible que sucediera, si casi no se puede hacer actividad física. Yo ando mucho en bici, pero probablemente las calorías que consumo sean superiores a ese ejercicio diario. Casi todas las tardes duermo siesta, o si el bocho anda medio "torcido", me pongo a leer algún libro. Converso por WhatsApp con mis amigos, o si no es posible les mando un audio. Ya nos volveremos a encontrar, no sé cuándo, pero quizás cuando sea el cumpleaños de alguno de ellos esta peste ya haya terminado. Sin embargo, creo que esta situación durará casi todo el año, ya me he ilusionado tantas veces con recuperar mi estilo de vida normal, que trato de no hacer conjeturas. Y como mencionaba en otra nota, extraño cosas que antes ni siquiera hacía, como ir al gimnasio. Siempre me inventaba excusas para no ir y quedarme boludeando en mi casa. Pero bueno, ahora estoy excedido de peso y las cosas cambiaron, por lo tanto es más probable que me vea en la necesidad de retomar. 

Escucho mucha música, tengo bastantes discos que fui comprando en el transcurso de los años, cuando todavía no estaban tan caros. Tengo un pendrive con canciones también, pero pienso que la calidad de sonido no es la misma. Los CD me han acompañado casi desde mi adolescencia, en algún momento pensé en coleccionar vinilos, como está en boga ahora, pero son demasiado caros, y además necesitás una buena bandeja. Tampoco tengo mucho lugar en mi habitación, tal vez porque nunca fui muy ordenado y así andan las camisas y las medias por cualquier parte de la pieza. En fin, volviendo al comienzo, el frío y la lluvia llegaron para quedarse, nos sorprendieron de golpe, y hoy es uno de los primeros días que en casa encendimos las estufas y los calefactores. Ya empecé a buscar la ropa de abrigo que tenía guardada en el altillo, y me encontré con que las polillas se han hecho un festín con varios pulóveres. Habrá que ver qué es lo que se puede rescatar, y qué es lo que ya no me entra a mi voluminosa anatomía ni con un tirabuzón. Punto final. 

19 de mayo de 2020

Mantener la confianza en uno mismo es crucial

Martes. Este día que está próximo a concluir transitó con relativa calma, volví a hacer el programa de TV, lo cual fue una gran satisfacción porque traté de dar lo mejor para que el resultado sea del agrado de la audiencia. Hace casi un año grabé el primero (salió al aire el 1° de mayo de 2019), y cuando lo veo, me doy cuenta de que en ese lapso he mejorado bastante: era la primera vez que me enfrentaba a una cámara y por supuesto tal situación me ponía nervioso. No fue un "desastre" aquel debut, pero mirando a la distancia, pude lograr mayor naturalidad y fluidez con el invitado o entrevistado de turno. La gente lo recibió bien, y esa es la mayor gratificación que puedo tener. En esta segunda temporada hubo un par de interrupciones: por el receso de verano, y por la pandemia. Esto último no lo hemos superado del todo, y es por ello que en el canal tomamos todas las medidas sanitarias para laburar con comodidad y sin que haya ningún riesgo. Hablando de riesgos, me gustaría hacer un programa en vivo, y no tener que grabarlo, sería la prueba de fuego para ver cómo me doy maña si surge algún atolladero. Cuando estás en vivo, no hay margen de error, y si pasa algo inesperado, queda en evidencia, no hay forma de volver atrás y hay que remarla sobre la marcha. 

Ya sea en gráfica o en digital, el periodismo es diferente. Hay que apelar al poder de síntesis. 
Parece mentira, pero cinco minutos de audio para desgrabar insumen varios párrafos de texto. Y entiendo que a veces ello hace que la lectura de la nota lleve más tiempo. En una página Web, la mayoría de la gente se siente atraída por las fotos más que por el texto, o podríamos decir que una cosa lleva a la otra. Digamos que ver la imagen (o a veces, el titular) es el "anzuelo" para leer la noticia. Cuando desgrabo una entrevista, trato de que la texto sea lo más fiel posible a la conversación que tuve con el entrevistado, para reproducir sus dichos tal como fueron expresados, por respeto a quienes me dedicaron su tiempo. Pero a veces hay que achicar espacio y omitir determinadas partes de la nota que la volverían demasiado extensa.

Cada periodista tiene su estilo para escribir, o lo va encontrando a medida que desarrolla la profesión. A menudo cuesta deshacerse de las muletillas, de esas palabritas que siempre quedan bien para la ocasión y que sin darnos cuenta repetimos en cada crónica. Otra cuestión son los eufemismos: cuando se busca una palabra que sustituya a otra cuyo significado nos resulta demasiado fuerte o contundente. La experiencia va logrando que un texto fluya naturalmente, que tengamos en la mente lo que pretendemos expresar antes de agarrar el teclado, y de esta manera obtener una crónica sencilla, que reúna la información esencial para el lector, sin ripios, y condensando en unos pocos párrafos todo lo ocurrido. Se pueden agregar datos o detalles que consideremos de interés, pero todo depende de cuánto espacio tengamos disponible o qué tipo de cobertura queramos hacer. Las noticias en la Web deben ser breves, porque la atención del lector es muy dispersa y no es lo mismo que una publicación en papel. La pantalla del monitor o del celular agota demasiado la vista como para extender un texto innecesariamente. Es algo que se va logrando de a poco, pero que no está de más recordar. Punto final.

18 de mayo de 2020

Tratemos de buscar el equilibrio necesario

Lunes soleado y con mucho calor en la ciudad. Cuando tenés que afrontar algo para lo cual no estás preparado, al común de los seres humanos nos invaden las mismas emociones: temor, incertidumbre, angustia. Todo eso dura hasta que lográs adaptarte a esa nueva realidad que probablemente no elegiste, que nos parece injusta e inmerecida.  

Es momento de dejar de victimizarse y de aceptar lo que nos toca vivir. De lo contrario, vamos a estar indefinidamente esperando un futuro promisorio que nunca llega, y así pasan los años sin que lleguemos a ver concretado aquello que anhelamos. Las cosas no ocurren porque sí, ni vienen solas, los logros no se obtienen sin ponerle garra a la situación. El talento no sirve para mucho, si no le ponés esfuerzo. Todos quienes se consideran talentosos y son poco afectos a romperse el lomo por una oportunidad, no conseguirán nada que pueda ser tenido en cuenta. 

Estamos viendo cómo la cuarentena se está flexibilizando, y lo más importante es hacer uso racional de esas "libertades" que se nos conceden.

 Me gustaría hacer gimnasia, dar un paseo por la plaza, caminar más, pero por el momento eso no está permitido. Me manejo con las libertades que nos otorgan quienes nos gobiernan. Y así aprendo a valorar muchas cosas que antes pasaban casi desapercibidas en la rutina diaria. Lo que pasa es que nuestro ánimo también es muy cambiante, y quizás en otra situación no podría actuar con serenidad. Me pasó ayer, que me quedé sin cigarrillos, por ejemplo, y esa casi imposible conseguirlos. Sin embargo, me la banqué lo mejor que pude, sabiendo que es sólo un vicio y que, gradualmente, lo voy a poder dejar. Me parece una buena oportunidad para desapegarnos un poco y rescatar lo que realmente vale la pena. Ahora extraño a mis amigos, pero paso más tiempo con mi familia. La vida, para ser francos, es como una balanza, que tarde o temprano encuentra su equilibrio. De manera que no nos queda otra que seguir en esa búsqueda. Punto final. 

15 de mayo de 2020

Un pacto para vivir


El fin de semana siempre nos otorga más tiempo para reflexionar sobre lo que somos, y lo que nos pasa. Me parece frustrante ver cómo se trata de encasillar a las personas según su modo de pensar. O, mejor, dicho según lo que los demás suponen que piensan. No todo se reduce a posturas o pronunciamientos políticos. Hay una actitud ante la vida que nos hace tener que tomar partido a cada momento.

Esto pasa, sobre todo, en un país donde la izquierda y la derecha han tramado acuerdos a través de su dirigencia para quitarle todo valor a las ideas. El falso progresismo, alentado por un grupo considerable de intelectuales, es una muestra más del retroceso. En lugar de buscar una cohesión, un acuerdo sobre cuestiones básicas e ineludibles, se recurre a una visión épica de la historia reciente, como si este gobierno viviera librando una batalla permanente contra monopolios y oligarcas. Los K solían repetir como un mantra: "Clarín es el enemigo, Clarín miente, Magnetto es un HDP, son corporaciones mediáticas", etc. La realidad es que fueron bastante torpes, porque el diario siguió haciendo su negocio y en aquel momento captó otra franja de lectores, que eran aquellos que se consideraban antikirchneristas.

No hay nada más contraproducente que buscar respuestas en lugares equivocados, o con gente que no comprende lo que te está pasando. Esto puede suceder por miopía intelectual, o porque no son capaces de ponerse en el pellejo ajeno.
No es casualidad que tanta gente esté cautiva de las sectas o grupos fundamentalistas, o que hace años que malgastan su dinero con malos profesionales de la salud mental. La terapia en sí misma constituye una excelente alternativa para salir adelante de un momento difícil, pero cuando el propio paciente no percibe evolución alguna es momento de recurrir a otro psicólogo o psiquiatra para no perder tiempo ni plata con alguien que no nos da la respuesta que necesitamos para salir del pozo.

Todos hemos tropezado dos veces con la misma piedra, y si bien es cierto que de los errores se aprende, hay momentos o situaciones que nos inducen a caer en esos errores. Las cosas no ocurren porque sí, al menos para mí. Cada uno actúa en función de las opciones que tiene disponibles, y hay veces en que hay que elegir el mal menor, porque ninguna de ellas nos satisface plenamente. Ya hemos hablado aquí del boom de los libros de autoayuda, un fenómeno típico de la posmodernidad, de una sociedad y de un estilo de vida que se ha ido imponiendo en los últimos años. El mundo de hoy exige rapidez, información al instante, comunicación inmediata vía Internet, y confundimos a esto con un avance o una evolución. Es absurdo renegar de la tecnología, pero también lo es volverse prisionero de ella.

Lo que ocurre es que el ocio también ha cambiado. Tomar mate en un parque o en una plaza ya no es tenido en cuenta para un grupo de adolescentes que pasan horas frente a una Playstation o viendo series por Netflix. El hábito de comprar un diario es totalmente ajeno para estos jóvenes, que sólo leen los textos escolares, en el mejor de los casos. Tampoco les interesa navegar en un diario online, porque las redes sociales insumen la mayoría de su tiempo. Creo que muchas cosas están cambiando, y no todos podemos adaptarnos a ese cambio, porque somos de generaciones diferentes. Si a mí, que soy relativamente joven, a veces me cuesta, no quiero ni pensar el esfuerzo que le demanda a una persona de 70 años, por ejemplo. Tener que hacer un reclamo por teléfono es casi una tortura. Ya no hay una persona detrás de un mostrador, hay un número al cual llamar para elevar una queja que nunca llega.

Las relaciones humanas entran en cortocircuito cuando se lleva todo al límite del enfrentamiento. Volviendo al comienzo de esta nota, en todos los países del mundo existen medios de prensa críticos hacia el poder político de turno, inclusive lisa y llanamente opositores, y está perfecto que así sea. Cuando en los comienzos de la gestión de Kirchner uno notaba que Clarín era complaciente con el Gobierno (no había que ser muy perspicaz para advertirlo), nadie hablaba de corporaciones o medios hegemónicos. El conflicto con el campo comenzó a dividir a la sociedad, algo que se podría haber evitado si no fuera porque el oficialismo decidió jugar a todo o nada por las retenciones móviles, y así podríamos recordar frases lamentables como la que hablaba de "piquetes de la abundancia". Es cierto que por aquellos años el campo se vio beneficiado por la coyuntura económica y la devaluación, pero suponer que todos los que viven del agro son voraces terratenientes es un error o una interpretación caprichosa que el kirchnerismo supo capitalizar muy bien para alimentar la grieta. Como la canción de Pink Floyd, “Us and Them” (Nosotros y Ellos).

Hoy nos encontramos ante un escenario diferente, que requiere de gestos y acciones concretas. Es tiempo de que dejemos de hablar de derechas o izquierdas y empecemos a evaluar las acciones concretas de cada uno.

Pensemos en un país donde los trenes funcionen bien y lleguen a horario, donde si se hacen piquetes sean por causas genuinas y no meramente sectoriales, donde los periodistas no sean presionados para ocultar la realidad, donde la inflación no sea tan voraz con nuestros sueldos, pensemos en un lugar donde nos gustaría que nuestros hijos vivieran y tuvieran la capacidad de elegir por sí mismos su destino. Es más, podemos incluso pensar en un lugar cuya calidad de vida nos motive a concebir un hijo, con la convicción de que podrá crecer, estudiar y trabajar. Bajemos un poco a lo que nos toca vivir día a día en la Argentina 2020  y dejemos de hacer conjeturas sobre hechos cuyos pormenores probablemente nunca vamos a saber con certeza.

Fin de semana: con calma, pero haciendo equilibrio en la cornisa

Transitamos un día tranquilo en Lobos, sin mayores novedades, hago esta salvedad porque ya casi todo se ha dicho y escrito sobre la situación sanitaria. Para los fumadores compulsivos, la buena noticia es que han comenzado a abastecer a los negocios locales de los atados por todos conocidos, vale decir, las marcas que se acostumbraban consumir. El Gobierno es "juez y parte" ante los que padecemos tabaquismo, porque casi el total del valor de un paquete está conformado por impuestos. Lo cual significa que, en lo que respecta a la recaudación, al Fisco le "conviene" que la gente siga fumando. Por otra parte, cuanto más que flexibilice la cuarentena, mayor será nuestra responsabilidad como ciudadanos para hacer uso de estas exenciones que se otorgan desde la Provincia.

Podríamos pensar que, en términos económicos, 2020 ya puede darse por perdido, porque si bien la salud siempre debe ser la prioridad, los abusos en los precios, la inflación, y el fantasma del default son las noticias que dominan las tapas de los diarios. El Gobierno emite moneda (billetes), porque no tiene financiamiento externo, y porque necesita llevar plata a los bolsillos de la gente. Digamos, para dar un ejemplo doméstico, que debés tanta guita que el almacenero de la esquina no te fía más hasta que le pagues la cuenta. 

Pero, por supuesto, un refugio tentador para esos pesos, es el dólar.  Por supuesto, para aquel que esté dispuesto a pagarlo en las "cuevas" a la cotización que fuere. 

Leí hoy que la inflación de abril según el INDEC fue de 1,4 %, la más baja desde 2017. Sinceramente, no vi ningún producto que haya bajado su precio o que, por lo menos, no lo haya aumentado. Esa cifra sólo puede explicarse por la caída del consumo y el derrumbe del salario real. En su momento se deslizó la posibilidad de emitir billetes de $ 5.000. No es tan errado ese planteo, porque en lugar de cinco de mil, imprimís un solo billete y disminuye la base monetaria. Todo los rubros relacionados con la tecnología y la informática remarcaron la mercadería notablemente, porque están basados en el valor del dólar. La amenaza del virus ocultó un problema heredado del macrismo, que es la imposiblidad de pagar al FMI y a los bonistas, a consecuencia de un endeudamiento descomunal. Llevará varios años llegar a un acuerdo concreto y que todas las partes involucradas se den por satisfechas.

Permitir que el fútbol profesional regrese a las canchas es una estupidez absoluta, porque aunque se establezca un protocolo para prevenir el virus, no tiene sentido que 22 tipos estén peleando por la pelota en un estadio vacío. La gente mirará los partidos por TV, encerrados en sus hogares, mientras hay una sarta de opinólogos que debaten si es conveniente o no. Déjense de joder con el fútbol, por suerte todavía hay personas prudentes que le pusieron un freno a esta cuestión y se propusieron analizarlo con más recaudos y en un mediano plazo.

Durante el macrismo, escribí acá una nota titulada "La crisis que nos enferma". Si tuviera que traspolarla a hoy, podría decir que mucha gente no morirá de coronavirus, pero sí de diversas patologías asociadas al sedentarismo, al tabaco y al alcohol. Si miramos a Brasil, nos encontramos con un Presidente que ha decidido que continúe la producción en fábricas e industrias sin importar las consecuencias. Hoy más nunca, urge buscar un equilibrio, y demostrar de una vez por todas que en Argentina hay funcionarios idóneos y capacitados para esta contingencia, que durará hasta límites insospechados. Punto final.



13 de mayo de 2020

Lo que nos pasa es un signo de los tiempos

Miércoles por la noche en Lobos. Hay que apechugar, no queda otra, y dejar de comportarse como niños caprichosos. Es algo que me repito a mí mismo cada vez que se dispongo a quejarme por algo. Y si se trata de algo que no puedo resolver, con más razón aún. Esta pandemia está poniendo a prueba nuestra paciencia, nuestra inteligencia, y nuestra capacidad de autonomía.

Es momento de rescatar lo positivo. Podemos hacer todo lo que antes teníamos relegado por falta de tiempo. Emprender un proyecto en forma virtual o online. Darle una vuelta de tuerca a la rutina diaria. Yo trato de hacer que cada día me rinda lo suficiente para llevarme aprendido algo nuevo. Y esto puede ser desde buscar en Wikipedia, hasta mirar un tutorial por You Tube para buscar algo de carpintería o panadería. Nada es más provechoso y satisfactorio que el producto de tu propio trabajo. No es lo mismo el asado al horno que a la parrilla. No es lo mismo hacerte un pan casero que comprarlo en el negocio de la esquina.

La crisis no es solo sanitaria, sino también económica. Habrá quienes la podrán sobrellevar mejor que otros. Todo depende del patrimonio y del estilo de vida. En mi condición de trabajador autónomo, tengo que buscar la manera de generar mis propios ingresos ante un escenario completamente nuevo. Me la estoy rebuscando de la mejor manera que puedo, al borde del quebranto económico. Mientras tanto, continúo haciendo notas y produciendo información. Yo no lo hago solamente por el dinero que acostumbraba recibir, sino porque en una manera de no caer en la abulia que nos lleva a la desesperación.

Por supuesto que hay cosas que me ponen de mal humor, o que me tiran un poco para abajo, como a la mayoría de ustedes. Pero así como un día me propuse "no claudicar", cada vez que me encuentro en una situación complicada me lo repito a mí mismo. Puedo pasar un poco más o un poco menos de tiempo para seguir activo en mi trabajo, pero de ninguna manera voy a permitir que la pandemia me termine avasallando. 


Cada vez más situaciones que deberían permanecer en la intimidad son divulgadas por Facebook y otras redes como WhatsApp. ¿Qué nos está pasando? Hay gente que permanece varias horas conectada y tiene suficiente tiempo al pedo (más ahora por el encierro forzado) como para subir memes, fotitos y boludeces a su "muro". Se ha vuelto tan común localizar a una persona por Facebook, que es casi imposible pasar despercibido dentro de ese círculo de supuestos amigos, ex compañeros de escuela, o compañeros de trabajo. Como dije una vez, no voy a negar que utilizo FB de vez en cuando, pero todo tiene un límite. No tolero la estupidez, y menos aún cuando se manifiesta por Internet.


Lo curioso del asunto, es que no es algo nuevo. Pero se eleva a la máxima potencia cuando surgen situaciones como las que acabo de exponer: el "escrache virtual" está a la orden del día, y luego se lamentan de haber caído en la trampa de los muros, los perfiles truchos, el no menos conocido "Me gusta" y las fotos que se circulan por doquier. Tengo la impresión de que no se le podrá poner freno a esto, al menos en el corto plazo. Pese a todo, ya no sigo con mi costumbre de indignarme por hechos que otras personas aceptan con naturalidad. El otrora popular Fotolog ya casi no existe (fue reemplazado por Instagram), al igual que sucedió con  el Messenger de Microsoft. De manera que constantemente se van desarrollando nuevas redes que reemplazan a las que usábamos habitualmente, con una velocidad inusitada. "Todo se construye y se destruye, tan rápidamente... que no puedo dejar de sonreír", dijo Charly García en una de sus canciones más logradas. Todo un signo de los tiempos.

11 de mayo de 2020

Podría ser un día cualquiera?

Un lunes que "no-es". La semana comienza y a decir verdad los dos días anteriores transcurrieron sin pena ni gloria, lo cual me hace pensar que, si antes de la cuarentena la monotonía era intrínseca a Lobos, con esta nueva realidad no hace más que exacerbarse. Hoy se normalizaron los servicios de colectivos entre Lobos y Empalme, algo que me vino bien porque me tocaba una consulta médica en la localidad vecina y el micro llegó puntual a la cita de regreso a casa, casi vacío. Estoy empezando a escribir más cuentos, no todos serán dignos de publicarse, de hecho el último que se publicó en las redes no tenía forma definitiva hasta que decidí por terminarlo de una buena vez. 

Por lo que pude averiguar, poca gente ha soportado ver en su totalidad "El irlandés", la última película de Scorsese. En el contexto actual, nos sobra un poco más de tiempo, pero perder casi 4 horas en un filme que pese al talento del cineasta nos conduce al tedio, no tiene razón de ser. 


Saben lo que pasa? Es más simple de comprender que lo que parece. No somos los mismos que antes. Envejecimos, tenemos otros intereses y preocupaciones. La mayoría procuramos mantener nuestros principios, y convicciones. Pero la época de los ideales de la adolescencia ya pasó. Hoy, somos hombres y mujeres tratando de ganarse un mango, cada uno desde su lugar y como puede hacerlo. A los tropezones, nos fuimos dando cuenta de que la realidad no es como nos decían en la Escuela. Y la escuela sirve para impartir conocimientos, nada más. Lo otro lo aprendés con tu familia, o en la calle, en el trato cotidiano con la gente. Pienso que no está mal que así sea. Las generaciones que me antecedieron, seguramente, pasaron por lo mismo. Nuestros padres, si son personas de bien, han querido lo mejor para nosotros, pero ya somos adultos y es hora de tomar las riendas de nuestra vida. Y de hacernos cargo de lo que nos toque. Porque, aunque sea doloroso decirlo, papá y mamá no estarán toda la vida. Me cuesta aceptarlo, pero es así. Estamos de paso en este mundo, y lo bueno o malo que podamos hacer ya corre por nuestra cuenta.


Como dije antes, me parece saludable cambiar y entender que el mundo (o la sociedad de hoy) no es la misma de las de dos décadas atrás, cuando éramos chicos. Antes de la pandemia, se vivía una vorágine, un ida y vuelta permanente, que era inusitado años atrás. En todo orden: con las redes sociales, con el teléfono celular, y con todas las innovaciones que vayan surgiendo. A veces cuesta no sucumbir ante la tecnología. Por eso hay gente que actualmente prefiere comprar discos de vinilo en lugar de CD's o leer un libro en PDF. Cada uno adopta un estilo de vida acorde con lo que es, o pretende ser. Y nadie está en condiciones de juzgar al otro, excepto que se encuentre en flagrante delito. Porque precisamente lo que nos hace diferentes, es la diversidad de opiniones de religiones, de posiciones políticas, del modo de entender la vida. Podemos pensar que Fulano es un inútil o un vago, pero en tanto a mí no me perjudique en su accionar, que haga lo que quiera. Podemos pensar que Mengano en un genio o una mente privilegiada, pero quizás estemos confundiendo el hecho de ser inteligente con ser culto. Y no es lo mismo, porque podés leer muchos libros, tener muchos diplomas colgados en la pared para que todo el mundo los vea, pero eso no es ser inteligente. El individuo que es inteligente, sabe callar a tiempo. Sabe escuchar. Saber decir que "no" cuando algo que le ofrecen no le gusta. Toma decisiones, equivocadas o no, pero se hace cargo de los costos. No hay otra manera. Bienvenidos al mundo real. Punto final.



10 de mayo de 2020

Buscando un poco de satisfacción

Un domingo tranquilo en la ciudad. En un kiosco céntrico la gente hacía cola para comprar cigarrillos, debe ser el único que tiene el privilegio de contar con ese producto. Algunos salían del local llevándose cartones enteros. Hasta en Mercado Libre se está cotizando el atado de una marca más o menos conocida a precios exorbitantes. Creo que esto llevará tiempo, habrá quienes podrán aguantar más sin fumar, y otros que comprarán cualquier cosa al precio que sea.

Esta cuarentena ya me tiene cansado, harto, agotado. Pienso que esas sensaciones son compartidas con muchos de los que me están leyendo. Además del perjuicio económico que me está provocando, al no poder cobrarles a mi clientes. Hay días que se hacen más amenos que otros, a veces transcurren las horas tan lentamente que me acuesto a dormir una siesta, y cuando despierto ni siquiera sé qué hora es. Todos estamos padeciendo algún tipo de desequilibrio en este momento, nos estamos adaptando a la anormalidad. Más de una vez estuve a punto de salir a la calle y me olvidaba el barbijo, y es natural porque no lo teníamos incorporado. Quisiera volver a 2019, que fue un año horrible pero supera su benevolencia con creces a este 2020. Ni yo puedo concebir que desde el 20 de marzo estamos encerrados. Esto ocasiona la destrucción de la industria, la pérdida del empleo, recesión, dólar por las nubes, y default. Y ojo, no caigamos en la necedad de la falsa dicotomía entre economía y salud. Todo es importante, porque si no tenés un mango en el bolsillo, ni siquiera vas a poder comprar los insumos esenciales para comer. De qué sirve que el Presidente tenga buena imagen en la mayoría de la sociedad, si hay argentinos que viven en la extrema pobreza. Pobreza endémica, que viene desde hace años, y que nunca les interesó resolver. Hablaban mucho de la "redistribución de la riqueza", una gansada que ningún economista serio se cree, porque los únicos que se enriquecían lavando guita en Santa Cruz eran ellos. Y después llegó Macri, con un guiño a las empresas para que aumentaran la luz, el gas y el agua todo lo que quisieran. Para tomar deuda irresponsablemente y para hundirnos aún más. 

La gente no confía en los políticos (excepto los afiliados a algún partido), porque sabe que roban todo lo que pueden, no hacen nada, y dejan al país peor de lo que lo encontraron. Hay una maraña de secretarías y subsecretarías absolutamente al pedo, puestos inventados por este Gobierno o por el anterior, y todas esas lacras cobran muy bien mientras nos piden que seamos solidarios. Será la historia quien emitirá un juicio de valor definitivo cuando se vayan los mismos de siempre y haya una renovación real en la pésima dirigencia que nos gobierna. Punto final. 

8 de mayo de 2020

Historias de cómplices, conspiradores y "doble moral" en medio de la crisis


Comienza el fin de semana en Lobos. El hecho de que se haya flexibilizado la cuarentena le otorga una fisonomía distinta a la ciudad. Todavía está “a media máquina”, pero se advierte más movimiento en los comercios, sobre todo en rubros que antes no estaban permitidos. Si actuamos de manera responsable, esto se podrá mantener y ampliar conforme pase el tiempo. Y será positivo para todos, ya que no habrá tanta moto dando vueltas haciendo delivery y el cliente podrá hacer su compra de forma presencial. Sin embargo, todavía estamos lejos de que eso ocurra, dado que se supone que la gastronomía y la apertura de los bares no están dentro de las prioridades del Gobierno.
Estoy redactando esta nota mientras me cebo unos mates, por distintos motivos hacía dos o tres días que no degustaba la tradicional bebida rioplatense y la extrañaba un poco. Parece que la “locura” por conseguir cigarrillos se va a terminar en un corto plazo, si es que las tabacaleras vuelven a producir. Varios medios nacionales deslizaron esa posibilidad. Los kioscos que aún tienen algún remanente cobran cualquier cosa por un atado de dudosa calidad, pero al fumador empedernido ello no le importa demasiado.

Se sabe que, cuanta más gente esté en la calle, más altas son las probabilidades de que el virus circule. Pero necesitamos una hora de recreación o de actividad física, como había anunciado el Presidente en su discurso anterior y se convirtió en algo que luego quedó en la nebulosa. Por supuesto que una medida de esta naturaleza debe estar bien reglamentada para no dar lugar a abusos de todo tipo. Hay otro tema sobre el cual se ha hablado mucho: la emisión de pesos, la “maquinita” de fabricar billetes. En el contexto actual esto es entendible, porque el país está al borde del default y no tiene financiamiento externo. Presentaron una propuesta para pagar dentro de tres años con una quita de deuda del 64 %. Era previsible que los “buitres” no aceptaran tamaño despropósito. Si se hubiera aceptado, se pagaría a los bonistas en 2023, justo cuando finaliza el mandato de Fernández.

La Iglesia, que recauda y recibe bastante guita, tiene que contribuir activamente para paliar el hambre de los argentinos, no sólo a través de Cáritas, sino con gestos directos y concretos, que los curas lleven mercadería a los comedores, que se den “un baño de humildad”, porque pontifican mucho en las misas pero no se advierte más que palabrerío. Hagan algo, sáquense la sotana y pónganse un barbijo. No sean aburguesados. Sí, las ferias de ropa usada están bien, pero pónganse ustedes al frente, ya que les sobran muchas horas del día. ¿Tanto les cuesta golpear las puertas de los hogares y preguntar: "Señor, señores, necesita algo"? En lugar de delegar, acudan personalmente, escuchen las necesidades, y pregúntense por qué cada vez menos fieles van a Misa. Les anticipo la repuesta: No se sienten representados, no por Cristo, sino por ustedes. De lo contrario, cómo se entiende que otras religiones le estén poniendo el hombro a la situación mientras ustedes no tienen el coraje (o los h…) de denunciar las injusticias con nombre y apellido, del mismo modo que muchos sacerdotes lo hicieron años atrás, pese a que les costó la vida y el escarnio de los poderosos que manejan discrecionalmente la entrega de alimentos con punteros variopintos. No estoy en contra de la Iglesia Católica, sino del modo de actuar que muchos prelados han adoptado, dado que les piden a los fieles fe y esperanza cuando no tienen un plato de comida en la mesa. 

Ojalá llegue el día en que se abra una gran mesa de diálogo, pero no al pedo, sino que los líderes religiosos, los gobernantes, los empresarios, y los sindicatos, se pongan de acuerdo en hechos concretos, no sólo buenas intenciones o expresiones de deseo, y los den a conocer a la prensa. Para cumplirlo, obviamente. Planteo utópico, lo sé. Punto final.  

6 de mayo de 2020

Hemos cambiado la forma de pensar?

Cambiar la forma de pensar es posible, pero sólo sucede cuando algo nos afecta de tal manera que nos indica que no podemos seguir como antes. Digamos que éste es el momento ideal para hacerlo, con la amenaza latente de un virus y la mayoría de nosotros encerrados por la cuarentena. Implica dejar de sentirse víctima de todo, para asumir que nuestras acciones traen consecuencias, deseadas o no. Y en el ciclo biológico de un ser humano, se puede cambiar la forma de pensar infinidad de veces, porque cada situación hace que debas replantearte tus creencias, tus convicciones o aquello que ya dabas por hecho. Me parece muy valioso que nos demos a nosotros mismos la oportunidad de salir del cascarón y de "renacer", por llamarlo de algún modo.

Cada cosa que te pasa, te obliga a tomar una decisión. Pero todo es recurrente, porque... precisamente, cambiando el chip mental, vas a poder tomar decisiones acertadas. Le vas a dar bola a lo que es realmente importante, y vas a pasar por alto las cosas que son un mero estorbo. Le vas a dar valor a la gente que te quiere, y vas a darte cuenta en quién podés confiar. Y sin ser irrespetuoso, vas a aprender a reclamar por lo que te corresponde, porque para eso laburás, para que te paguen y te reconozcan lo que hacés. Cuanta más confianza tengas en lo que vos podés lograr, mejor te va a ir. No siempre 2 + 2 son 4, porque cuando hablamos de emociones es muy difícil ser tan analítico. Lo que sí es cierto es que si vos mismo no te das cuenta de lo que valés, difícilmente otra persona te lo haga saber. 

En mi vida, he cambiado muchas veces la forma de pensar. En principio, porque fui creciendo, y me tuve que acostumbrar a las nuevas experiencias que trae aparejado cada ciclo. Un adolescente no piensa igual que un adulto, por ejemplo. Y tampoco sería bueno, porque cuando sos pendejo tenés que aprovechar esa etapa de libertad y descontrol. Una etapa que termina a los pocos años, cuando te pegan una patada en el culo y hay que salir a buscar un trabajo, porque el tiempo no perdona y te obliga a dejar de lado lo que suele llamase "zona de confort". Papá y mamá ya no están dispuestos a mantenerte, y tampoco sería bueno que lo hagan. El trabajo dignifica, se ha dicho innumerables veces, pero además te hace responsable de administrar la plata que ganás, por mucho o poco que sea. Y si tenés hijos, ese niño o esa criatura debe ser tu máxima prioridad. Si elegís realizar estudios terciarios o universitarios, y tenés la suerte de que tus padre te solventan ese nuevo tramo educativo, no te gastes la plata en boludeces y ahorrá hasta el último centavo, porque ese hábito te va a permitir acostumbrarte a manejar tus finanzas en el futuro. Punto final.  

4 de mayo de 2020

La actividad comercial en Lobos sale del "cepo"

Transcurrido un tiempo prudencial, se podrá evaluar si la flexibilización de la actividad comercial en Lobos le da un poco de "oxígeno" a la alicaída economía local. Ya hay personas irresponsables que hacen conjeturas, como por ejemplo que vendrá gente de ciudades vecinas a comprar aquí...¿Por qué no tenemos "un gramo de paciencia" y esperamos a ver cómo evoluciona esto? Los efectos no serán inmediatos, además de que el horario de 8 a 18 se seguirá manteniendo. La apertura comercial era un pedido que se venía haciendo desde los propietarios de los negocios más afectados por la pandemia, y que no constituían factor de riesgo dado que no había contacto físico entre el vendedor y sus clientes. 


Por otra parte, estoy más tranquilo respecto a lo que sucede a mi alrededor, por supuesto que me indigno y reniego de las cosas de siempre, pero ya no lo hago con tanta asiduidad como antes. Esta situación nos enseña a no dejarnos llevar por los impulsos, nos permite sopesar los hechos, evaluarlos, y tomar una decisión más acertada. Si bien digo esto con toda naturalidad, como si resultara lo más sencillo del mundo,  obviamente está lejos de serlo. La coyuntura actual exige que uno deba tomar decisiones rápidas, a veces, contra su voluntad. No me refiero únicamente a aquellas que cambiarán el resto de nuestras vidas, sino que incluyo dentro del grupo a las pequeñas boludeces de lo cotidiano sobre las cuales debemos tomar una posición. Todo trabajo o profesión implica tener que realizar tareas ingratas o mal pagadas, aun cuando se trate de la profesión que elegiste y para la cual te capacitaste. Muchas veces nos vemos superados por los hechos, por la mediocridad y por el chusmerío.


Esto me lleva a dudar si los políticos y funcionarios actúan de un modo inteligente. Aunque en lo que respecta a la función pública, hay que tener un pensamiento estratégico y atajar varios penales a la vez. Es un ejercicio "analítico", casi diría pragmático. ¿Cuál es la diferencia entre la inteligencia y el talento? ¿Existe una delgada línea que separa a uno de otro, o se complementan? La mayoría de la gente supone que el talento es algo innato, un don, una capacidad especial (por ejemplo, la expresión corporal de Michael Jackson o de Julio Bocca). Yo adhiero a esta teoría, pero quizá la inteligencia entendida ésta en un sentido amplio, también tenga algo de innato. (Me estoy yendo de tema)

Siguiendo con el ejemplo que mencioné antes, nadie duda del talento de Michael Jackson, pero no ha sido inteligente en el manejo de sus finanzas o en su carrera artística. En realidad, todos creían tener todo bastante claro hasta que Howard Gardner expuso su teoría de las inteligencias múltiples (son 8 en total), según la cual puede ser tan inteligente un aborigen de una tribu africana como un científico con un posgrado en la Universidad de Harvard, simplemente porque ambos han sabido adaptarse a la situación que les ha tocado en suerte. De tal forma que el tipo que vive en -pongamos por caso- Nigeria, es capaz de construir su propia vivienda, seguramente precaria, pero vivienda al fin, cosa que el científico no podría hacer de ningún modo. Ser culto tampoco es sinónimo de inteligencia, si yo fuera historiador eso no me hace más inteligente que una persona que trabaja en un lavadero para autos. Obviamente, sí tengo acceso a conocimientos que el muchacho del lavadero no tiene, y él a su vez podrá dejar un auto reluciente mientras yo me jacto de mis conocimientos sobre la Revolución Francesa o la literatura de Borges, por decir dos pavadas que se me ocurren en este momento. Cuídense del frío, y nos estamos viendo pronto. Punto final.

3 de mayo de 2020

Un mensaje optimista: se puede salir del letargo

Me propuse tratar de ser creativo en estos días de encierro, meterle pilas a los proyectos que hace  tiempo tenía en mente pero por algún motivo quedaron sin concretarse. Cuanto más ocupe el tiempo libre en algo que me permita aprender, menos pesada será la carga de la cuarentena.

Ojalá que cuando todo esto pase, no sigamos viviendo como si nada hubiera sucedido. Algo que me parece notable, es que hoy le damos valor a una hora de caminata o de running, porque no podemos salir. Antes, teníamos todo el día para hacerlo y nos daba fiaca o holgazanería. Siempre había una excusa para "romantizar el sedentarismo". Yo mismo postergaba la concurrencia al gimnasio con justificaciones absurdas, en lugar de asumir que no tenía ganas de ir. El escenario post-cuarentena es impredecible, en principio porque no sabemos cuánto tiempo durará esto. Pero, pese a ello, podemos pensar que nuestra valoración de la "normalidad" será una vuelta a celebrar la vida. Lo que estamos atravesando, es similar a lo que ocurre cuando se tilda la computadora: hay una falla en el sistema operativo. Algo nos impide desarrollarnos con plenitud, justo en la era digital donde estamos hiperconectados con las redes sociales y el celular.

Podríamos pensar en un mensaje optimista, tipo "todo va a estar bien", o "vamos a salir adelante", pero mejor esperar a que las cosas pasen, y en el mientras tanto, intentar darle una vuelta de tuerca a esta película que no sabemos cómo terminará.

Parece mentira que ya hayan transcurrido 45 días del aislamiento, pero hoy por hoy, es un dato meramente anecdótico. Este mediodía de domingo, compartí un asado con mi familia, cada uno puso un poco de plata para comprar la carne y el carbón, y así pudimos darnos un gusto colaborando entre todos. La sobremesa se extendió hasta pasadas  las dos de la tarde, mientras hacíamos zapping buscando algo interesante en la tele. Ya para ese momento mi viejo se retiró a sus aposentos a dormir la siesta. 

Todo ello me hace pensar que, aunque más no sea por un día, pudimos lograr tener un almuerzo diferente, y más allá de la comida, sentarnos todos a la misma mesa conversando sobre cosas triviales, como solíamos hacer antes. En ningún momento se habló de la pandemia, ni de cualquier noticia relacionada a ella. No es que evadimos el tema, surgió naturalmente direccionar la conversación hacia otro lugar. 

Rescato como un hecho positivo, esta pequeña escena de la vida cotidiana, pero que demuestra que si nos proponemos salir del foco de la atención pública, podemos hacerlo. Como diría Fito Páez, "es sólo una cuestión de actitud". Un actitud que durante mucho tiempo me faltó, y que me llevaba a quejarme demasiado de todo. Me conozco lo suficiente para pensar que recaeré en los reclamos y demandas de distinto tenor. Pero las conductas se pueden modificar, de lo contrario estaríamos condenados a ser los mismos boludos de principio a fin. Punto final. 


1 de mayo de 2020

Un Día del Trabajador muy distinto a lo que solemos conocer

Comenzamos un nuevo mes, sin mayores expectativas. Todo hace pensar que esta situación se mantendrá, por lo menos, hasta septiembre u octubre. La verdad es que un día como hoy, pese a ser feriado, da tristeza ver las calles de Lobos totalmente desiertas, sin actividad comercial. Y lo que es peor, sin el ansiado permiso para poder hacer actividad física. Habría que pensar hasta cuándo el argentino promedio está dispuesto a vivir en esta condiciones, ya que nadie sabe cuándo se producirá el tan mentado "pico" de contagios. Es irónico celebrar el Día del Trabajador sin trabajo, todo se vuelve inverosímil e inexplicable. La mayoría de nosotros entiende el riesgo sanitario por el virus y que, por ende, no se debe circular. Pero siempre hay un grupo que aprovecha la miseria y la zozobra para obtener una tajada. Ni siquiera en 2002 vi a mi ciudad tan abandonada y vacía. Esto va a explotar en algún momento, porque en la sociedad se palpa un hartazgo que va alcanzando todos los niveles, desde el que no necesita trabajar porque tiene su situación económica resuelta, hasta aquel que vive de las changas que pueda hacer en el día. Por supuesto que también aparecen gestos nobles y solidarios, pero no "venden" en términos de difusión mediática, y a menudo pasan desapercibidos. 


La cuarentena ya nos está rompiendo la paciencia a todos, quienes ya buscamos infinitas maneras de sentirnos mejor ante el miedo y la incertidumbre. A la mayoría, estar viviendo esto nos pone de pésimo humor, lo cual no es políticamente correcto porque estallamos de furia con gente que no se merece nuestra ira. Nuestras familias también están padeciendo las horas ociosas, los cambios en los horarios, el encierro forzado, la falta de dinero. Hay momentos en que nos volvemos creativos, y otros en que tenemos ganas de mandar todo a la mierda y acostarnos a dormir una siesta. O tirarnos en la cama boca arriba mirando un punto fijo. 

Sé que hay gente que la está pasado mucho peor que yo, pero eso no es consuelo. Sólo quiero retomar mi ritmo de vida, porque esto ha alterado muchos de mis hábitos. En principio, me obliga a construir una nueva realidad, una percepción de las cosas que siguen siendo igual que siempre. Los que tenemos que adaptarnos somos nosotros, y no sabemos cómo. Como si existiera otro mundo en la superficie que implosionó de repente para dejarnos sin respuestas. De toda la gente que conozco, nadie ha podido sobrellevar el estrés y la carga emocional que ello nos trae aparejados.

Volveremos a la normalidad más gordos, desgastados y cansados, ya con una rutina que nos regularice el devenir cotidiano, pero con señales notorias de haber librado una batalla invisible. Pulmones tapados de nicotina y alquitrán, cirrosis, hígado graso. Habremos sobrevivido al COVID19, pero a un costo bastante alto.

De más está decir que nadie estaba preparado para afrontar esto, pero además, el Gobierno comete varios errores no forzados que hacen pensar que no están en sintonía con los intereses de la gente, como la liberación de presos, que en muchos casos tienen un prontuario que no justifica de ninguna manera que puedan caminar por la calle como cualquiera de nosotros sin haber cumplido su condena.El gasto político, es decir, lo que nos cuesta mantener a los ministros, diputados, senadores y embajadores, es de una magnitud tal que supera cualquier especulación. Sin embargo, salir al balcón a "cacerolear" por eso me parece una estupidez. Ellos, nuestra dirigencia política, siempre consiguen que persista la maldita grieta y que la gente pierda horas de su vida discutiendo al pedo, casi sin darse cuenta. Hay muchos idiotas útiles que contribuyen a la causa, vale decir, a que sigamos polemizando por cuestiones que no son prioritarias ante el hambre y la crisis que es el común denominador. Nos quedan 9 días más de cuarentena, y esto seguirá, lamento desilusionarlos. Hoy más que nunca, nuestra capacidad de adaptación está en juego. Punto final.  


A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...