Por lo que pude averiguar, poca gente ha soportado ver en su totalidad "El irlandés", la última película de Scorsese. En el contexto actual, nos sobra un poco más de tiempo, pero perder casi 4 horas en un filme que pese al talento del cineasta nos conduce al tedio, no tiene razón de ser.
Saben lo que pasa? Es más simple de comprender que lo que parece. No somos los mismos que antes. Envejecimos, tenemos otros intereses y preocupaciones. La mayoría procuramos mantener nuestros principios, y convicciones. Pero la época de los
ideales de la adolescencia ya pasó. Hoy, somos hombres y mujeres tratando de
ganarse un mango, cada uno desde su lugar y como puede hacerlo. A los
tropezones, nos fuimos dando cuenta de que la realidad no es como nos decían en
la Escuela. Y la escuela sirve para impartir conocimientos, nada más. Lo otro
lo aprendés con tu familia, o en la calle, en el trato cotidiano con la gente.
Pienso que no está mal que así sea. Las generaciones que me antecedieron,
seguramente, pasaron por lo mismo. Nuestros padres, si son personas de bien,
han querido lo mejor para nosotros, pero ya somos adultos y es hora de tomar
las riendas de nuestra vida. Y de hacernos cargo de lo que nos toque. Porque,
aunque sea doloroso decirlo, papá y mamá no estarán toda la vida. Me cuesta
aceptarlo, pero es así. Estamos de paso en este mundo, y lo bueno o malo que
podamos hacer ya corre por nuestra cuenta.
Como dije antes, me parece saludable cambiar y entender que
el mundo (o la sociedad de hoy) no es la misma de las de dos décadas atrás,
cuando éramos chicos. Antes de la pandemia, se vivía una vorágine, un ida y vuelta permanente, que
era inusitado años atrás. En todo orden: con las redes sociales, con el
teléfono celular, y con todas las innovaciones que vayan surgiendo. A veces
cuesta no sucumbir ante la tecnología. Por eso hay gente que actualmente
prefiere comprar discos de vinilo en lugar de CD's o leer un libro en PDF. Cada uno adopta un
estilo de vida acorde con lo que es, o pretende ser. Y nadie está en
condiciones de juzgar al otro, excepto que se encuentre en flagrante delito.
Porque precisamente lo que nos hace diferentes, es la diversidad de opiniones
de religiones, de posiciones políticas, del modo de entender la vida. Podemos
pensar que Fulano es un inútil o un vago, pero en tanto a mí no me perjudique
en su accionar, que haga lo que quiera. Podemos pensar que Mengano en un genio
o una mente privilegiada, pero quizás estemos confundiendo el hecho de ser
inteligente con ser culto. Y no es lo mismo, porque podés leer muchos libros,
tener muchos diplomas colgados en la pared para que todo el mundo los vea, pero
eso no es ser inteligente. El individuo que es inteligente, sabe callar a tiempo.
Sabe escuchar. Saber decir que "no" cuando algo que le ofrecen no le
gusta. Toma decisiones, equivocadas o no, pero se hace cargo de los costos. No
hay otra manera. Bienvenidos al mundo real. Punto final.