11 de mayo de 2020

Podría ser un día cualquiera?

Un lunes que "no-es". La semana comienza y a decir verdad los dos días anteriores transcurrieron sin pena ni gloria, lo cual me hace pensar que, si antes de la cuarentena la monotonía era intrínseca a Lobos, con esta nueva realidad no hace más que exacerbarse. Hoy se normalizaron los servicios de colectivos entre Lobos y Empalme, algo que me vino bien porque me tocaba una consulta médica en la localidad vecina y el micro llegó puntual a la cita de regreso a casa, casi vacío. Estoy empezando a escribir más cuentos, no todos serán dignos de publicarse, de hecho el último que se publicó en las redes no tenía forma definitiva hasta que decidí por terminarlo de una buena vez. 

Por lo que pude averiguar, poca gente ha soportado ver en su totalidad "El irlandés", la última película de Scorsese. En el contexto actual, nos sobra un poco más de tiempo, pero perder casi 4 horas en un filme que pese al talento del cineasta nos conduce al tedio, no tiene razón de ser. 


Saben lo que pasa? Es más simple de comprender que lo que parece. No somos los mismos que antes. Envejecimos, tenemos otros intereses y preocupaciones. La mayoría procuramos mantener nuestros principios, y convicciones. Pero la época de los ideales de la adolescencia ya pasó. Hoy, somos hombres y mujeres tratando de ganarse un mango, cada uno desde su lugar y como puede hacerlo. A los tropezones, nos fuimos dando cuenta de que la realidad no es como nos decían en la Escuela. Y la escuela sirve para impartir conocimientos, nada más. Lo otro lo aprendés con tu familia, o en la calle, en el trato cotidiano con la gente. Pienso que no está mal que así sea. Las generaciones que me antecedieron, seguramente, pasaron por lo mismo. Nuestros padres, si son personas de bien, han querido lo mejor para nosotros, pero ya somos adultos y es hora de tomar las riendas de nuestra vida. Y de hacernos cargo de lo que nos toque. Porque, aunque sea doloroso decirlo, papá y mamá no estarán toda la vida. Me cuesta aceptarlo, pero es así. Estamos de paso en este mundo, y lo bueno o malo que podamos hacer ya corre por nuestra cuenta.


Como dije antes, me parece saludable cambiar y entender que el mundo (o la sociedad de hoy) no es la misma de las de dos décadas atrás, cuando éramos chicos. Antes de la pandemia, se vivía una vorágine, un ida y vuelta permanente, que era inusitado años atrás. En todo orden: con las redes sociales, con el teléfono celular, y con todas las innovaciones que vayan surgiendo. A veces cuesta no sucumbir ante la tecnología. Por eso hay gente que actualmente prefiere comprar discos de vinilo en lugar de CD's o leer un libro en PDF. Cada uno adopta un estilo de vida acorde con lo que es, o pretende ser. Y nadie está en condiciones de juzgar al otro, excepto que se encuentre en flagrante delito. Porque precisamente lo que nos hace diferentes, es la diversidad de opiniones de religiones, de posiciones políticas, del modo de entender la vida. Podemos pensar que Fulano es un inútil o un vago, pero en tanto a mí no me perjudique en su accionar, que haga lo que quiera. Podemos pensar que Mengano en un genio o una mente privilegiada, pero quizás estemos confundiendo el hecho de ser inteligente con ser culto. Y no es lo mismo, porque podés leer muchos libros, tener muchos diplomas colgados en la pared para que todo el mundo los vea, pero eso no es ser inteligente. El individuo que es inteligente, sabe callar a tiempo. Sabe escuchar. Saber decir que "no" cuando algo que le ofrecen no le gusta. Toma decisiones, equivocadas o no, pero se hace cargo de los costos. No hay otra manera. Bienvenidos al mundo real. Punto final.



Un resumen de 20 años

  Al cabo de casi 20 años, puedo afirmar que estoy conforme con las notas que he escrito en este blog. Este año ha sido muy particular para ...