15 de julio de 2024

La eterna disyuntiva de no ser exitistas

Durante el fin de semana escribí bastantes notas. Y como a veces la tarea de vuelve farragosa, me puse a reflexionar sobre el tiempo que le dedico a mi trabajo y la importancia relativa que esto conlleva. Porque habrá quien escribe más rápido, o más breve, y lo quizás obtiene un resultado más prolijo que yo. Esto lo estoy pensando ahora mismo, porque cuando me pongo a redactar me concentro en hacerlo lo mejor posible y nada más, no me detengo a mirar cómo lo hace el resto.

Qué buen fútbol vimos en la final de la Eurocopa (y obviamente con la Scaloneta). Pero no me quiero ir de tema: Fue notable el gran poderío ofensivo de España para consagrarse Campeón ante Inglaterra. Un equipo que se distingue por un promedio de edad envidiable, y ello motivó que los  jugadores jóvenes que corren cada pelota como si fuera la última. Más allá de que esta parte del mundo se consiguió el objetivo y la gloria máxima, se avecina une etapa de recambio en nuestra Selección que en parte va a decantar solo. Messi es el mejor de todos, pero ya debería retirarse: 37 años de edad para cualquier futbolista de elite se hacen sentir. Claro que serán bajas difíciles de reemplazar, por no mencionar la de Di María, pero es lo normal en cualquier ciclo. Hay pibes como Garnacho que prometen muchas alegrías, aunque recién están dando sus primeros pasos y no sería justo compararlos con los que ya están por colgar los botines.

Iba a mencionar algo sobre el atentado contra Donald Trump, pero se ha hablado mucho al respecto y uno debe evitar ser redundante. Este tipo de hechos son habituales en un país donde la tenencia de armas es muy fácil y todos andan con un fierro encima. Los demócratas están en el horno, con un presidente senil como Biden que aspira a ser reelecto pero ya tiene 81 años. Por esas cosas de las reglas de la vida, deberían hacerlo entrar en razón y decirle que lo más probable es que se muera en el camino, o lo que es peor, que siga cometiendo bloopers todo el tiempo. Trump es unos años más joven, pero tampoco es un niño. Sabido es que se caracteriza por sus berrinches y destratos. En apariencia se lo nota con mucho más carisma y energía que Biden, ya que tiene un equipo de campaña que se destaca por marcar territorio y apelar a recursos claramente populistas.

Retomemos lo que decíamos en los párrafos anteriores: Argentina cumplió con el objetivo de defender el título obtenido hace dos años el Brasil, cuando en la previa muchos periodistas mediocres no pudieron con su genio, y no daban un peso por aquella conquista. Y con respecto a las demoras y el descontrol que hubo en el Hard Rock Stadium de Miami, todo ello habla pésimo de la organización. Y también de EE.UU. como anfitrión, con una desorganización peor a la de muchos partidos de la AFA, lo cual es mucho decir. Todo ello indigna aún más, si tenemos en cuenta que los yanquis se jactan de pertenecer al Primer Mundo y de ser la potencia de mayor poderío del planeta, y en tal sentido fueron muy elocuentes al deslizar casi sin disimulo que -para ellos-, los latinos somos considerados casi una raza inferior, víctimas del despojo el imperialismo yanqui. 

Para finalizar, cada conquista de la Selección nos hace sentir un poco más eufóricos, y quizás uno debería plantearse si los triunfos y toda la “manija” que se les dio a los partidos no fueron un síntoma más de la desesperada necesidad de celebrar algo, en medio de tantas pálidas y noticias desalentadoras. Esa costumbre tan nuestra de compartir una picada, un café, una cerveza o lo que sea y permanecer en una burbuja de 120 minutos sin que las profundas diferencias que nos separan no nos impidan avanzar hacia una causa común de todos los argentinos. Hay profusos antecedentes del fútbol como una maniobra de distracción para las masas, en lugar de ser un ámbito que propicie el disfrute de estar viendo un espectáculo deportivo. Eso sí: no debemos dar lugar a que las expresiones y manifestaciones populares sean bastardeadas desde la política para darle un sesgo épico a una gestión de gobierno. El fútbol, y los deportes en general, son un entretenimiento en una fase inicial y luego pasan a cobrar otro sentido cuando los atletas se convierten en profesionales o federados. Sin ánimo de hacer demagogia, yo resignaría una conquista deportiva si recibiéramos a cambio un país que merezca ser vivido, lo cual no se está dando en absoluto. Todo lo que se está destruyendo, todo el desguace que se está haciendo, llevará muchísimo tiempo en recomponerse si- en algún día no muy lejano- asume otro presidente que no les haga el juego a los Chicago Boys. Porque en siete meses de “no-gestión” nos han liquidado los bolsillos, nos han dejado en bolas, no tienen ningún plan y no me importan las opiniones tendenciosas que alguno pueda hacer de lo que estoy expresando. Insisto: No es que antes de 2023 éramos el País de las Maravillas, también había corrupción y despilfarro obsceno,  pero no podemos seguir mirando siempre para atrás. Nos estamos viendo pronto, amigos. Punto final.


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