Lunes
feriado en la ciudad. Mañana seguramente aprovecharé la nueva habilitación que
nos fue concedida e iré a caminar al Parque o a la plaza. Es fundamental hacer
uso de las libertades que vamos recuperando, pese a que ya quisiéramos que la
cuarentena se levantara en su totalidad. Se sabe que el Conurbano es el sector
donde se han producido más casos en el último tiempo, debido a una
vulnerabilidad que arrastra hace años. Ahora bien, ¿Cómo le vas a pedir a una
familia numerosa que no viva en condiciones de hacinamiento, si la casa es
chica y no alcanza para que cada uno tenga su espacio? De todos modos, me
preocupa pensar que esta cuarentena se extenderá por tiempo indeterminado,
pronto alcanzaremos los 100 días (atravesando cinco meses) y nada parece
indicar que se normalizará la situación en la Provincia y en el AMBA. Se han
otorgado habilitaciones o excepciones en algunos municipios, sobre todo en
aquellos que no han tenido casos. Sabemos que Lobos hasta ahora tuvo 5 casos
positivos, y la mayoría de ellos son pacientes que se recuperaron y que se les
dio el alta. Sin embargo, el riesgo persiste, y es entendible que las
autoridades sanitarias no coloquen a nuestro distrito en la Fase 5, que es la
más cercana a lo que vivíamos antes del 20 de marzo. Lo concreto es que
llevamos encerrados demasiado tiempo. Quizás el Gobierno se apuró a implementar
la cuarentena, ya que todo parece presumir que recién ahora se está registrando
un pico de contagios. La proximidad del invierno hace que el virus circule con
mayor facilidad, si es que cabe el término.
Como
responsable de un medio de comunicación, nunca revelé la identidad de las
personas infectadas, pese a que vivimos en un pueblo chico y nos conocemos
todos. No me parece prudente hacerlo, por más que algunos lectores presionen en
ese sentido. De lo contrario, se estigmatizaría a la víctima, como si fuera un
leproso de los tiempos bíblicos, y es lo último que quisiera. Le puede tocar a
cualquiera, no es excluyente para nadie.
No voy a
caer en la tentación de la prédica de los activistas “anticuarentena”, sólo
digo que un lapso tal prolongado se torna insostenible. Se podría hacer una
prueba piloto por 15 días, y ver cómo responde la gente. Y si es necesario
volver atrás, porque no dio resultado, también sería válido hacerlo. Ya ni
siquiera hablo en términos de reactivación económica, sino de salud psíquica y
física.
Las primeras veces salía de mi casa y olvidaba llevar el barbijo, ahora
es algo que tengo casi incorporado, como la desinfección de manos, y otras
medidas de higiene.
Insisto en
lo que mencionaba más arriba: que nos den 15 días, que abran restoranes y
bares, que se amplíe el horario comercial, todo ello con los debidos recaudos,
y si hay una suba considerable en los contagios, que se vuelva a foja cero.
Prueba y error, ni más ni menos. El régimen actual es casi el de una prisión domiciliaria, pero sin haber cometido delito alguno. Por eso, cada vez que se otorgan nuevos permisos, eso nos pone a prueba a nosotros mismos como sociedad. Si dejamos la supuesta "viveza" a un lado y actuamos a conciencia, será más factible alcanzar un status quo que se acerque un poco a nuestra vida antes del 20 de marzo. Punto final.