14 de enero de 2007

Sábado por la tarde, Badía & Cía.


De vez en cuando, en un rapto de nostalgia, me doy una vuelta por el canal Volver. Antes de que los lectores saquen conclusiones apresuradas, paso a explicar el motivo de ese viaje al pasado: de algún modo, siento que el truco está en reconocerse uno mismo viendo con otros ojos los mismos programas que solían amenizar nuestra infancia o adolescencia, obviamente sin tomarse la cosa demasiado en serio y sin hacer de esto un melodrama. De modo que no tiene ningún sentido para mí ver "La familia Falcón" o "La tuerca", pero quizá sí lo tenga "Clave de Sol" o "Badía y compañía". El de Badía & Cía. (sábados de 13 a 15, por Volver) es un caso singular. El programa huele a viejo, y todo cuanto uno puede ver denota antigüedad: el estilo acartonado de su conductor, los trajes, la escenografía, los nombres de los músicos que actúan en el escenario, los peinados, las cámaras enormes, las caras del público, el nunca bien ponderado profesor Lambetain, Paolo el rockero, las primeras actuaciones en Buenos Aires de Midachi, Chassman y Chirolita, Mc Phantom (aquel sujeto que tenía el extraño don de recrear los sonidos de las películas de acción norteamericanas), Víctor Sueiro con unos anteojos de culo de botella en su etapa pre-espiritual, en fin... el programa es una colección de estereotipos de los '80, algunos de los cuales han sabido envejecer con dignidad y otros que transitan épocas de franca decadencia. Nobleza obliga, hay que reconocer que por aquel entonces Badía & Cía. era uno de los pocos programas en los cuales se podía disfrutar de música en vivo, sin playback, y con grandes artistas de su tiempo -por el ciclo pasaron Charly García, Spinetta y Soda Strereo, entre otros- , incluso dándole la oportunidad a perfectos desconocidos de salir en la tele por primera vez. Ahora bien: si la "versión Volver" dura 2 horas, y es difícil de digerir por momentos, no quiero pensar que efectos produciría en mi psique la experiencia de ver el tape del programa completo, que duraba 8 horas (incluso llegó a 9). ¡8 horas! ¿Quién se imagina hoy que un programa de TV pueda extenderse 480 minutos? Esto me hace acordar a otros programas insufribles de los '80 -algunos no tan largos, por suerte- que hoy los vemos con un manto de piedad quizá porque entendemos las limitaciones con las que se trabajaba en aquellos años, más allá de su costado bizarro que evidentemente existe: "Finalísima", "Sábados de la Bondad", "Feliz domingo para la juventud", "Nuevediario" (todos ellos de Canal 9).
Estoy en plena hora de la siesta viendo Volver. "Estamos a una semana de las elecciones", anuncia Badía por la pantalla de Volver (corre el año 1987). El conductor se propone entrevistar a los diferentes candidatos. Aparece la por entonces concejal Adelina Dalesio de Viola (más tarde diputada de la Ucedé, menemista, y otros calificativos). Es más de lo que puedo soportar. Cambio de canal. Mi dosis de Badía & Cía. ha sido suficiente por hoy.

Crónica de una sociedad en ataque de nervios

Comenzamos la semana. Ayer saltó la térmica y media casa permaneció a oscuras mientras intentaba escribir estas líneas. Así que tuve que int...