30 de noviembre de 2014

Hacen falta huevos

Sorpresiva noche fría en Lobos. O no tanto, si tenemos en cuenta que luego de dos días de lluvia, la temperatura bajó considerablemente. Estaba pensando en Boca, tras ver su paupérrimo nivel de juego, con los jugadores deambulando en la cancha. Creo, pese a todo, que a este equipo hay que darle tiempo, hay que mantenerlo, y fortalecerlo psicológicamente. Luego de la eliminación por la Copa Sudamericana, nada más y nada menos que ante River, arreciaron las críticas y los cuestionamientos. Arruabarrena es buen entrenador, yo lo banco. Tiene un perfil más bajo que Bianchi, no se cree un iluminado ni un salvador. Confío en que hace las cosas lo mejor que puede. Por eso digo que, mantener un equipo, significa no "desmantelarlo" por unos millones de dólares o euros. El fútbol argentino sacrifica jugadores exquisitos por cubrir el pésimo manejo financiero de sus clubes. No voy a entrar a hablar de los "barras" porque ya lo hice en otras oportunidades, y no viene al caso. Acá estamos hablando de cómo lograr un equipo con alma, con hambre de gloria. 

Los jugadores de Primera ganan muy buena guita, de manera que, más allá de lo que el DT les pida, se deben al Club para el que están jugando. Ganan más que cualquier asalariado, salen en las revistas, aparecen con "botineras"... en fin, nada que no sepamos. Por mí que hagan lo que quieran, pero que salgan a la cancha a ganar, no a dar lástima. Boca Juniors es el club más grande del fútbol argentino, el único que no descendió o perdió la categoría, y cada uno que es fichado por el club tiene que dejar la camiseta en cada partido. No hablemos ya de "mística", y esas giladas de los poetas del fútbol. Hay que salir a ganar y punto. Aunque estés último en la tabla de posiciones, por respeto al hincha y a la camiseta, cada partido hay que ganarlo. Pongan huevos. Punto final.

28 de noviembre de 2014

Algo está retorcido

Jueves por la tarde en la ciudad. Uno va caminando por la calle y se da cuenta de que las obras que se inauguraron rápido, con propósitos electoralistas, se rompen con facilidad. Siempre viene bien "cortar cintas" para la foto, pero una vez concretada la inauguración tan anhelada, ya ninguna autoridad vuelve a pisar el predio. Si hay menores que rompen o dañan espacios públicos, que se tomen las medidas correspondiente y que sus padres paguen por ello. Si no se puede mantener un espacio verde como la Plaza 1810, imagínese el lector qué se puede esperar del Parque Ingeniero Hiriart, que es como 10 veces más grande. Y tiene que haber policías, porque los placeros o cuidadores no tienen poder de policía y por lo tanto no pueden detener a ninguna persona. Esa pasión tan argentina por destruir en lugar de construir, esa voluntad de declarar rápidamente obsoleto tal o cual cosa, definitivamente no conduce a nada. Mientras en otras partes del mundo se preservan los testimonios de nuestros antecesores para que permanezcan en la historia y nuestros hijos los puedan juzgar, aquí eso no sucede. Simplemente porque, como suele decirse, "nadie resiste un archivo". Actores, periodistas, deportistas, viven en permanente contradicción. Son incapaces de sostener un discurso, una idea. Y no hablo ya de una ideología política, sino de fijar posición ante un determinado hecho.

Todos podemos cambiar de opinión, y no está mal que así sea. Lo que no podemos es renegar aquello que dijimos o hicimos. Es bueno arrepentirse o lamentarse de un error, lo necio es negar que hayas dicho eso, como si no hubiera existido. No es cierto que "las palabras se las lleva el viento". Yo tengo memoria y no me olvido de lo que me dijero, o con qué intención lo hicieron. No podemos seguir creyendo en la buena fe de las personas, ni pecar de ingenuos. A uno le gustaría hacerlo, pero no es posible. Cuando alguien hace o dice algo, tiene una intención determinada, busca provocar un efecto en el otro. Y estaba pensando en otra cosa, teniendo en cuenta el Boca-River que se jugó hoy:  Es inconcebible que en un país que se jacta de su cultura y educación, siempre haya muertos a la salida de los partidos de fútbol. Gente herida, apedreada, y lo peor de todo es que los ilusos como yo creíamos que esto se terminaría con Grondona. Lo hechos demuestran que no fue así: Grondona se murió, asumió otro títere al frente de la AFA y sigue la joda. Y mientras el hincha grita un gol, parece que nada más importara. Pero se terminan los 90 minutos y volvemos a la cruda realidad.

25 de noviembre de 2014

El juego del gato y el ratón

Buenas tardes! Me propuse retomar el contacto con los lectores, aprovechando que hoy tengo más tiempo disponible. Algunos amigos me preguntan por qué en mis textos hago tanta alusión a 2015, o a las elecciones. La respuesta es: porque espero que algo cambie. No me importa de qué partido político provenga el futuro Presidente, pero quienes son asiduos lectores conocen mi disconformidad con la actual gestión de Gobierno. Ya les dije 10.000 veces que "no todo está mal", y reconocí los logros y progresos concretados por los Kirchner. Pero es tiempo de decir basta. Yo no odio a una persona kirchnerista, y del mismo modo tampoco permito que lo hagan conmigo. Somos todos argentinos, dejémonos de joder. Mientras seguimos con esta suerte de Boca-River, los que manejan la guita van preparando las valijas para algún paraíso fiscal. 

No es que no "viva el presente", como algunos quizás piensen: es que tengo expectativas de ver un país donde los tres poderes funcionen como nos merecemos. Estamos en una etapa de transcisión, y hay que reconocer que desde la Casa Rosada la vienen piloteando como pueden. A pesar de los funcionarios inútiles que hay, todavía quedan tipos como el Presidente del BCRA que tiene alguna remota idea de cómo funciona la cosa. Logró bajar el dólar "blue", y consiguientemente, la especulación. Logró recuperar un poco de las reservas del BCRA, que venían en caída libre. Vanoli se reunió con las autoridades de principales bancos del país para dar un claro mensaje: no habrá una devaluación brusca del peso. Por eso sostengo que, a pesar de todo, hay tipos que vale la pena tener en cualquier Gobierno, porque demuestran que saben lo que están haciendo. Un ejemplo de ello es caundo Duhalde, en su breve presidencia, convocó como Ministro de Defensa al radical Horacio Jaunarena, un hombre que sabe muchísimo. Ojalá algún día aprendamos que no importa de dónde venís, sino cuánto sabés. Punto final.

23 de noviembre de 2014

Hay un "Plan B"?

Me gustaría seleccionar los textos de este blog que creo mejor elaborados, y publicarlos en un libro. Mirando el camino recorrido, uno se da cuenta de la diversidad de situaciones y hechos que ha abordado desde este modesto lugar. Otra cosa que estoy empezando a hacer, es "pulir" viejos posts: noté que había algunas frases que no me convencían, y mucho tiempo después, revisando el archivo, decidí cambiarlas. 

La mayoría de la gente ya piensa en 2015. Porque este modelo, así como está, va por inercia, y es poco probable que vaya a cambiar un ápice de sus lineamientos. El problema es que, hasta el año que viene, no hay "Plan B": el Gobierno no le encuentra la vuelta al embrollo que el mismo generó en más de una década. Ya se acabó la bonanza, el crecimiento del PBI que iba al compás de los commodities, se acabó la esperanza y la ilusión en buena parte de la sociedad. Es el fin de un ciclo, y podríamos tomarlo como tal. Lo mismo sucedió con Menem. Pero lo que uno empieza a vislumbrar, es que los candidatos que se sacan fotitos como estrellas de rock tampoco tienen la menor idea de qué van a hacer. Es como cuando tenés una casa en alquiler, se termina el contrato, y la encontrás destruida. O la refaccionás como podés, o la seguís alquilando en las condiciones en que se encuentra. Lo que tiene el peronismo ortodoxo es que siempre va detrás de un "líder", de un "conductor". No importa que sea un inepto, lo que importa es seguirlo mientras esté al mando y contribuir a la causa. El radicalismo se jacta de no ser verticalista, pero es un partido que cada vez se hunde más en sus propias contradicciones, viviendo del pasado, de los grandes hombres que lo representaron, y que ya están muertos. Los radicales que hoy se desputan las migajas del poder no les llegan ni a los talones, y tan endeble fue su convicción por los principios del partido que se hizo común hablar de "radicales K". La billetera compra voluntades, compra votos. Esto no es nuevo, sólo que ahora está mucho más sistematizado y evidente. Mejor disfrutar lo que resta de 2014 de la mejor manera posible y dejar que las cosas vayan sucediendo "por decantación". Punto final.

20 de noviembre de 2014

Funcionarios

Cae la noche de jueves en la ciudad. Creo que si no cambiás tu manera de pensar con el paso de los años, estás en problemas. Si sólo cambia tu cuerpo, pero no tu razonamiento, seguramente querrás vivir de la fuente de la eterna juventud, algo que no es posible (al menos hasta ahora). Argentina es un pueblo "manso", demasiado tranquilo... como hablaba hoy con un amigo, la gente sólo se moviliza cuando le tocan el bolsillo. Y no está mal que reclames por tus ahorros o por tu plata, pero a nadie le importa que se talen bosques, que los indios wichi se caguen de hambre, que los maestros ya empiecen a presionar por las paritarias, que el Gobierno esté en una suerte de "piloto automático"...y podría seguir. Esto último que  mencioné tiene que ver con el hecho de que Cristina quiere controlar todo y no aceptar delegar en sus funcionarios. Alguien podrá decir que así debe ser, porque es la Presidenta. Pero yo no me refiero a su investidura o a su autoridad, sino al hecho de que no podés controlar todo. No podés ser Superwoman, porque te vas a terminar enfermando, como le ha sucedido varias veces. La Casa Rosada está en un "limbo" mientras la Presidenta guarda reposo y el verborrágico Capitanich todas las mañanas sale a hablar boludeces. Hay que reconocerle al chaqueño que de vez en cuando dice algo coherente y gambetea las preguntas complicadas mejor que Messi, pero en la maraña de adjetivos superlativos uno termina perdiéndose, preguntándose: "¿Qué quiso decir este tipo?". O peor aún: "¿Dijo algo en concreto?". Eso es lo lamentable, hablar por hablar, y que a un funcionario le hayan asignado ese lamentable rol cuando quizás sería más eficaz en la gestión. Nunca se sabe. Y también alguien podrá decir que soy un ignorante de tal o cual cuestión, pero yo lo escucho a Capitanich hablando, y es un largo bostezo. Es hábil en el sentido de que mete alguna que otra "chicana", pero no da para mucho más. No me explico cómo llegó a ser Gobernador, dudo que haya sido por méritos propios y me inclino por pensar que estuvo "apadrinado". Punto final.  

19 de noviembre de 2014

Menos pochoclo y más cine




Me di cuenta de algo, que en realidad creo haberlo comentado antes. Y fue después de ver la extraordinaria película "Desayuno en Tiffany's", con las actuaciones de Audrey Hepburn (una belleza de mujer, fallecida en 1993), George Peppard (el mismo de "Brigada A"), y Mickey Rooney. Ah, y casi me olvido de lo más importante: está basada en la novela homónima de Truman Capote.  La cuestión es la siguiente: todos compramos cosas truchas cuando no nos alcanza el bolsillo, o porque queremos ahorrar. Y no voy a polemizar sobre eso porque cada uno hace con su plata lo que quiere. Pero cuando comprás algo "posta", llamémosle "original", es como que sentís la obligación de ver esa película, leer ese libro, o escuchar ese disco, por la guita que pagaste y el esfuerzo económico que hiciste.

 "Desayuno en Tiffany's" es un film de 1961, y no se consigue en cualquier parte, del mismo modo que otros clásicos del cine como "El gato sobre el tejado de zinc caliente", o "Un tranvía llamado deseo". Muchos pibes no conocen en la pantalla a Elizabeth Taylor, Marlon Brando, Audrey Hepburn, James Dean, o Natalie Wood. Los chicos no tienen la culpa de nada, lo único que pretendo expresar es que, antes de ver "Rápido y furioso 7", estaría bueno que alguien les dé un DVD con los largometrajes que acabo de mencionar para que puedan apreciar el cine auténtico, el cine que conmueve por sus buenas actuaciones y no por su artificios. Me han recomendado (pero todavía yo no me acostumbro), ver películas por Internet. Es una opción interesante, pero necesitás una buena compu, que no se "cuelgue" en medio de la película, una buena conexión, y carezco de todos esos requerimientos. En fin, todavía satisfecho por haber visto la película con la que di comienzo a este post, y les sugiero a mis estimados lectores no desestimar los clásicos, que son la génesis del cine contemporáneo. Por lo demás, siempre sostuve algo que me hace reflexionar más de una vez cuando alguien escucha música chota (por ejemplo): el gusto no se discute. Aunque a veces haya cierto margen para la discusión.  Punto final.

18 de noviembre de 2014

Todos somos iguales ante los billetes

De vez en cuando, es bueno dejar el ego en un rincón y darnos cuenta de que no somos el centro del universo. Dentro de unos años (sólo Dios sabe), nadie se acordará de nosotros, porque la vida sigue, y como cantaba Charly García: "Mientras miro las nuevas olas/yo ya soy parte del mar". La novedad, como sostengo siempre, es efímera, y me puse a pensar en ello leyendo un ensayo notable de Beatriz Sarlo, "Instantáneas" (1996). En el libro se aborda el fenómeno de la posmodernidad (en realidad no sé si denominarlo fenómeno), el reciclaje eterno de la moda, el hecho de que todo vuelve, como sucede ahora con el promocionado furor de los discos de vinilo. Quién sabe qué sucederá dentro de cinco o diez años, sobre todo porque las proyecciones indican que la brecha social se ensancha y hay un grupo minúsculo de gente que tiene la guita y el resto del rebaño que recibe el "chiquitaje", las migajas. Sin embargo, esto no es una queja, es una observación basada en las desigual distribución del ingreso. Pero me estoy yendo de tema: Sarlo, en el libro antes mencionado, se detiene en la estética de los shoppings, en aquellos aspectos que hacen de los centros comerciales un "no-lugar". Podés pasarte el día entero dando vueltas en el Alto Palermo, al fin y al cabo, a nadie le importa. Lo que importa es que gastes guita, que consumas: obviamente esto no es nuevo. Pero un shopping (también denominado "mall"), es el ícono del capitalismo. No importa si sos de la Villa 31 o de San Isidro, mientras saques la billetera o la tarjeta de crédito, sos bienvenido. En ese sentido, la lógica del shopping tiene un particular sentido de "inclusión". 

Podría abundar en el asunto, pero prefiero dedicarle más tiempo a este tema, una vez avanzada la lectura del libro, y sin dejarme vencer por el sueño. Punto final. 

Un texto optimista

Un amigo de la infancia me hizo notar, tras la lectura de mis posts, que me he vuelto demasiado quejoso. Y lo cierto es que no quiero ser así: es dañino para uno mismo y para los demás. Por ejemplo, yo no puedo renegar de mi trabajo, porque es lo que elegí hacer. Si hay algo que no me gusta, me la tengo que bancar como cualquier asalariado. Tampoco puedo renegar de mi familia o de mis amigos, que son incondicionales. "Conmigo nada es fácil", cantaba la colombiana Shakira, y algo de eso hay. No soy una persona que se sienta a gusto con lo fácil o con lo mediocre. Pero he logrado descubrir la belleza de lo simple, el sabor de las cosas sencillas. Es evidente que si puteás demasiado por todo, lo único que lográs es que la gente que te aprecia, se aleje de vos, porque no soporta tus quejas, reclamos o demandas. Siempre he sido un poco "contestatario", si cabe el término. Cuando algo no me cierra, o no me convence del todo, lo digo. Cuidando las formas, por supuesto. Pero tengo varios motivos para estar agradecido. Mis viejos, mi hermano, mi sobrinito...son todo para mí. Mis amigos, siempre están. Cada uno anda en lo suyo, pero cuando nos juntamos a comer un asado es como si el tiempo no hubiera pasado. Todo eso es muy bueno, y muchas veces hay gente de la cual no esperás nada bueno y que te termina ayudando. 

Considero que en la vida no hay que ser ingrato, porque en este blog yo puedo recomendar discos, películas, o hablar de cualquier gilada, no obstante lo cual son meras semblanzas para escapar de la monotonía. Pero estoy convencido de que ser feliz es un derecho, y nadie nos debe arrebatar ese derecho. Ni los políticos, ni la gente tóxica, ni nadie. Y si uno rema contra la corriente y pese a ello es feliz, hay que seguirla remando, y seguir dándole para adelante. El periodismo en Lobos está acotado a determinados temas o situaciones, pero siempre se le puede dar una vuelta de tuerca a las cosas. A veces uno llega tan "fundido" del trabajo que redacta casi mecánicamente, pero todos tenemos mucho para dar. Hay gente con gran talento, que merece ser reconocida y tener su lugar. Es hora de que los viejos que posan su culo en las asambleas de las comisiones, dejen su lugar a los chicos que tienen ideas, que piensan y razonan de un modo diferente. Me quedo con esto último para pensarlo. Punto final.

15 de noviembre de 2014

Entramos en la recta final

Sábado de muchísimo calor en la ciudad. Hoy la agenda está cargada, pero en su mayoría, los eventos que hay que cubrir son de relativa importancia. Sería irrespetuoso decir que son boludeces, pero lo único que uno siempre pide es que no se superpongan fechas y horarios. Estamos quemando los últimos cartuchos de 2014, y a todas las instituciones o particulares se les ocurre convocar a la prensa por variopintos motivos. Cuando llega enero, no queda nadie: o se fueron de vacaciones, o no sé qué, pero se terminó la vorágine y hay que empezar a buscar noticias. En realidad, uno busca noticias durante todo el año, pero cuando llega el verano, la "sequía" se siente más, y entonces hay que sacarle agua a las piedras. No me parece mal que la gente se tome vacaciones, cada uno hace lo que quiere.

 Lo que quizás se podría hacer, es dejar de ver a enero y febrero como "meses muertos" en términos de información. La mayoría de la gente no puede o no quiere irse de vacaciones, y entonces como responsable de un medio periodístico, hay que seguir informando teniendo en cuenta esta realidad. No es un kiosco, no podés "cerrar" e irte. Y si el periodista tiene la suerte de poder tomarse un descanso, merecido por cierto, el medio de comunicación tiene que seguir funcionando. Se buscará un reemplazante, o lo que fuere. Yo hace años que no me tomo vacaciones, y creo que esta situación seguirá así. No me alcanza la guita, y además, no puedo dejar de trabajar si tengo un diario online. Puedo ir a una quinta, a una pileta, cosas así, y con eso me doy por satisfecho. En fin, amigos, será cuestión de aguantar, de esperar a que tengamos un horizonte mejor, algo que en el común de los casos no depende de nosotros. Punto final.

11 de noviembre de 2014

Demasiada presión

¿Tendremos, llegado diciembre, "los saqueos nuestros de cada año"? Los punteros políticos organizan cuidadosamente estos actos vandálicos, con la intención de dar una imagen de anarquía o de anomia que no es tal. Aún así, llega el último mes del año y empiezan los quilombos, eso sí que no falla: cuando no se corta la luz, ocurre otra cosa todavía peor. Siempre algo se rompe o deja de funcionar en este retorcido país. Es como si durante todo el año estuvimos corriendo una carrera Nascar, y llegamos a diciembre sin una gota de nafta. El humor social también cambia notablemente: todo el mundo parece demasiado ocupado con el tema de las Fiestas, de las vacaciones, de los feriados...en fin: nos preocupamos por aquello que debería generar un sentimiento contrario. Me refiero a que deberíamos pensar en todo lo hecho durante el año, reflexionar, bajar un cambio, y otras acciones en el mismo sentido. Sin embargo, nada de eso sucede, porque llegamos a fin de año hechos una piltrafa, fundidos, reventados, hartos de todo. La gente, en noviembre o diciembre, se pone mucho más susceptible: ya no quiere saber más nada, quiere que se termine todo de una buena vez. Es el famoso "hartazgo social". A la gente le gusta la boludez (comenzando por Tinelli), pero es como todo: llega un momento en que dice basta porque no se banca más ni a sí misma.

En un próximo post, me ocuparé de analizar este 2014 que se nos va, un año "futbolero", donde por primera vez en 24 años, el Seleccionado Nacional llegó a la final del Mundial. Pero esto es apenas una "puntita" de todo lo que sucedió. Es increíble, cuando miramos hacia atrás, la cantidad de cosas que fueron ocurriendo, a muchas de las cuales permanecimos indiferentes. Pero si hay algo que será difícil de olvidar, es la inflación, porque lo vivimos día a día, entonces no hay manera de dar vuelta de página, al menos por ahora. Reitero, próximamente dedicaré unas líneas a reflexionar sobre todo lo que nos dejó este año. Punto final. 

9 de noviembre de 2014

La verdad sobre el pueblo chico

Domingo al mediodía. Pasaron algunos días desde mi último post, pero no pienso claudicar: me refiero a que, mientras me la salud me lo permita, no voy a dejar este blog. Es difícil vivir en Lobos por su condición de "pueblo chico" y todo eso, pero creo que no podría vivir en otro lugar. Mis amigos y mi familia están aquí, y lo mejor de la vida es estar cerca de tus afectos. Entonces, poco importa  la difamación del chusmerío barato, cuando tenés cerca a la gente que te quiere. Vivimos en una etapa de cambios: los niños aprenden con una rapidez inusitada, y al lado de ellos nosotros nos sentimos verdaderos "opas" que no les podemos seguir el tren. Tengo muchos recuerdos de los lejanos años 80, cuando transitaba mi primera infancia, y las cosas eran muy diferentes: no había Internet, TV por cable, la televisión a colores era un aparato de lujo, no existían los celulares...en fin, podría continuar enumerando hechos más obvios (hoy existe esto, antes no existía aquello, etc), pero el punto al que quiero llegar es que vivimos en una voragine que nosotros mismos nos creamos al "querer todo ya", al buscar subir la fotito a Internet lo más rápido posible, a una especie de "competencia" para ver quien escribe la boludez más grande en Facebook, y ya no importa cómo sos o quién sos, porque con relativa facilidad te haces un perfil trucho de FB y listo, escribís lo que quieras con total impunidad. Podría seguir, pero se me enfría en almuerzo. Luego volveré, gente. Un abrazo y punto final.

6 de noviembre de 2014

Podría ser un día más en este mundo

No lo se aún, pero probablemente este mes no redacte tantos textos como el anterior. Quiero tomarme un tiempo para mí, y ser un poco egoísta. Si vos no pensás en sentirte bien y hacer lo que te gusta, nadie lo va a hacer en tu lugar. Yo no me puedo quejar en ese sentido, porque tengo gente que me banca y me apoya. Pero hay que salir a la calle, hay que hacerle frente a la calle y a los pelotudos de turno que hacen todo lo posible por joderte en día. Con el tiempo, descubrí que está en vos dejar que un forro te "cague" el día o no. No es fácil, por supuesto, porque esas personas se regodean maltratando al resto, casi podríamos decir que viven para eso. En fin, sería largo de exponer esta cuestión, y no quiero hacer de este post un libro de autoayuda.

A veces me preocupa ver que la política económica de este Gobierno no tiene ningún asidero. Y otra veces pienso en que no me importa nada, y hay que dejar que todo estalle de una buena vez. Estoy harto de los fondos buitre, del dólar "blue", del índice Merval, de los planes para estimular el consumo, de los precios cuidados, y tantas otras estupideces que no conducen a nada. No puedo creer que la economía de un país esté en manos de funcionarios inútiles, que bien podrían ser actores de comedia porque pronuncian frases que dan risa. Y uno piensa: "¿Este tipo tiene una Maestría o un Doctorado en Harvard? ¿Cómo es posible?". Los escuchás hablar, haciéndose los abanderados de la "causa nacional", mientras ellos se llenan los bolsillos. Todos. Del primero al último. Ello viven en Puerto Madero o en Nordelta, así que nunca van a tener que meter las patas en el barro por una inundación. Son "gente bien". Lo que yo digo es que, si aún con todo esto, fueran idóneos, uno los soportaría. Pero son incapaces. Los famosos "buitres" se les cagan de risa en la cara. Y acá venden un discurso para la tribuna. La Ley de Pago Soberano demostró ser un fracaso. Ni un solo bonista se presentó al Banco Nación a cobrar lo que le deben. Algo no funciona bien, y ellos lo saben. Lo que no saben es cómo resolverlo. Pero así estamos, viste, el año que viene llegan las elecciones, hacen dos o tres anuncios y la gente se olvida. Más de lo mismo. Otros nombres, pero más de lo mismo. Ya les anticipé que el próximo Presidente será peronista, y la puja se dirimirá entre Scioli y Massa. Los radicales, con este frente UNEN, se pelean con socialistas, demócratas, progresistas, y todos quienes integran la alianza en cuestión. La gente no es boluda y se da cuenta de esto, porque además lo hacen público. Y nadie quiere volver a 2001. Por eso digo que a los radicales, salvo que honren la memoria de Alfonsín e Illia, no los va a votar ni el Fiscal de Mesa. Punto final.

4 de noviembre de 2014

La belleza de lo simple

Luego de tres días consecutivos de lluvia, este martes amaneció fresco y con el cielo límpido. Definitivamente, lo sucedido me terminó de convencer que el mal tiempo y el no poder salir a dar un paseo, o a hacer los mandados, incide en el ánimo de una persona. No me refiero a mi caso particular, sino al de otros amigos con quienes hemos conversado sobre el asunto. Cuando ocurren catástofres meteorológicas, como las inundaciones en Luján, uno no puede estar menos que agradecido de tener un techo y un plato de comida caliente. Por otra parte, debo decir que desde que tengo uso de razón, a mí nunca me faltó nada: ni educación, ni vestimenta, ni víveres. Y ya siendo adulto, procuré ganarme la plata para contribuir a la economía familiar, y para aquellas cosas que me gustaba comprarme. Yo empecé a trabajar, con continuidad, a los 20 años. Alguien podrá decir que es un poco tarde, pero fue al poco tiempo de haber concluido la carrera de Periodismo. Estuve en la docencia, vi muchas cosas que no me gustaron, conocí personas que me inspiraron y otras que no... y es así como "aprendés a vivir". La vida es esto, tan simple y tan difícil como esto. Te van a criticar, te van a juzgar, te van a pagar poco por tu trabajo... pero la tenés que seguir remando. Si bajás los brazos, estás en el horno.

Este es un post atípico, en el sentido de que no estoy comentando música o películas. Me salió escribirlo así, con lo primero que me vino a la mente. Me gustaría que la gente que leyera estas líneas, más allá de que esté de acuerdo o no, comprenda que no estamos en este mundo para sufrir o para pasarla mal. Por supuesto, no podés evitar tener un mal día, o pasar por un problema de salud. Pero cuando ves la belleza en lo simple, comprendés la vanidad del ser humano, y que todo lo demás no sirve para nada. Punto final.

2 de noviembre de 2014

El drama de lo intangible

Cuando tengo la posibilidad, me gusta imprimir las fotos que saco con mi cámara digital. Necesito el formato físico, algo que se pueda tocar. No es lo mismo que ver la imagen en la pantalla del monitor. Y hasta la más pedorra de las cámaras digitales (como es el caso de la mía), nos brinda la posibilidad de seleccionar la foto que consideramos más lograda, o que más nos gusta. Con la música me sucede lo mismo: no me gusta lo intangible, no me gustan los archivos mp3 excepto para escuchar en el celular. Necesito tener un disco, aunque sea trucho o grabado. Lo que estoy diciendo podría extenderse a una diversidad de objetos que en el siglo XXI pasaron a convertirse en "virtuales": están, pero no están. La carta está, pero ya no es carta: es e-mail. El saludo de cumpleaños está, pero ya no es una postal: es un recordatorio de Facebook. 

Sería una necedad pensar que "todo tiempo pasado fue mejor", pero es rigurosamente cierto que nosotros no tenemos por qué seguir al rebaño. Una cosa es hacer lo contrario a la mayoría por "hacerse el distinto", y otra es hacerlo por convicción. Yo considero que la convicción en algo, es lo que nos mantiene vivos: el hecho de creer en algo, no importa si es ilusorio o no. Y el paso del tiempo nos va erosionando, hace que nuestras creencias se derriben como un castillo de naipes, y que haya que empezar de nuevo. Lo que hoy es novedad, mañana ya es viejo y obsoleto, con una rapidez inusitada. Y si seguimos esta vorágine, seremos esclavos de la novedad, de "lo último", de la boludez, y muchas cosas que prefiero no mencionar. No hay nada más lindo que un álbum de fotos, no importa si la cámara sea Nikon, Canon o Olympus: lo importante es lo que te genera ver esas fotos, el recuerdo. Y cuando digo recuerdo, hay que tener cuidado que no se convierta en nostalgia exacerbada, sobre todo si en esas imágenes ves a seres queridos que ya no están en este mundo. Punto final. 

Hasta que el destino nos alcance

  Nos tocó otros comienzo de semana con lluvia. La verdad es que hacía tiempo que tenía ganas de escribir algo nuevo. Pero, que sea algo “nu...