31 de diciembre de 2013

Risas y lágrimas de un año que se va

Todo llega en esta vida. Hoy, 31 de diciembre, tenía muchas ganas de escribir un post, pero realmente no se me ocurre cómo redactarlo ni qué decir. Hacer un compendio de todo un año en un texto breve es casi imposible. El 2013 no fue uno de mis mejores años, pero hubo un par de hechos que me ayudaron a que "rankeara" un poco en la calificación final. Cada vez que me lo preguntan, digo que mis peores años fueron 2002 y 2012, por lo menos que yo recuerde. Siempre digo lo mismo, pero los motivos los mantengo en reserva.
Pero me estoy yendo de tema: lo que sucede es que, con la vorágine en que vivimos, nos cuesta pensar en lo acontecido en nuestras vidas durante cada mes. En 2013 se cumplieron 10 años de kirchnerismo. Y más allá de los indicadores económicos, de las cifras, de los índices de pobreza, de la inflación, los argentinos tuvimos motivos para pensar que las cosas podían ir mejor. Yo rescato muchas cosas de los primeros años del gobierno de Kirchner, y luego mostré mi desacuerdo con otras al igual que muchas personas. Como no milito en ningún partido político, eso me da la libertad para disentir cuando algo no me "cierra" sin sentirme encorsetado en una ideología política. 

2013 fue un año en el cual se dieron un par de hechos importantes: murió Chávez en Venezuela y Mandela en Sudáfrica, la ciudad de La Plata se inundó ocasionando 80 muertos, Cristina debió ser intervenida quirúrgicamente, el Papa "argentino", Jorge Bergoglio, llegó al Vaticano...y a esta escueta lista cada uno podría sumarle hechos que considera significativos.

Diría que lo más complicado para mí ha sido siempre la transición entre un año y otro, que coincide con el verano, el calor y la falta de entusiasmo. Ya para marzo los melones se acomodan solos y uno se pone las pilas de nuevo, en parte porque no queda otra alternativa que seguirla remando. Ojalá, aunque resulte una utopía, podamos construir entre todos una argentina mejor. Punto final.

28 de diciembre de 2013

Tiempo de cambios

Muchas veces he dicho basta: no compro más discos. Sin embargo, el formato físico, si contiene música que a mi entender vale la pena, lo sigo eligiendo. Pero estoy comprando más CD's usados que nuevos. 
Es evidente la forma descarada en que nos roban la plata las discográficas para acceder a un álbum que a lo sumo tiene 12 tracks (esto cabe también para los vinilos, que entran en un terreno de sofisticación exagerado).  En mi caso concreto, tengo música suficiente como para escuchar varios meses, con todos los CD's que fui comprando a lo largo de mi vida, quitando de la lista aquellos que regalé, tiré o vendí y que por lo tanto que no cuento con ellos.  Pero, hoy por hoy, no estoy dispuesto a pagar 100 pesos o más por un compact. Me parece que se fueron al carajo con los precios. El mp3 no ofrece muchas satisfacciones pero es lo que hay, y lamentablemente tenemos que descargar por Internet como si fuera un delito, porque no queda otra alternativa. Como ya mencioné en otras oportunidades, la calidad de sonido no es la misma, pero qué le vamos a hacer. Con $ 100 prefiero tomarme una cerveza, comerme una pizza, en fin, podríamos mencionar varias cosas por ese valor que también resultan gratificantes, al menos para mí. Recuerdo lo que me costó comprarme un discman, tuve que ahorrar bastante y pagarlo en cuotas porque eran cerca de 300 pesos de ese momento, hablo de 2003.

Hay gente que siempre anda con algún libro por ahí, y hasta puede leer sus páginas en la mesa de un bar, yo creo que no lograría concentrarme en su contenido a menos que sea muy básico. Entre la televisión encendida y el ruido de conversaciones ajenas, lo poco que puedas leer en media hora o 40 minutos te lo vas a olvidar tan pronto como llegues a tu casa. Si estoy solo y voy a un bar a tomar un café quizás me interesa hojear los diarios, pero si por ejemplo querés hacer lo propio La Nación, te ocupa toda la mesa del bar con ese formato sábana, totalmente anacrónico. Clarín es más accesible para una lectura rápida, porque es un tabloide. No obstante, sería bueno que al precio que está el café, por lo menos se tomaran la molestia de comprar otro diario, como Página/12. Punto final.


25 de diciembre de 2013

Una Navidad diferente

Calor que quema, intensa humedad, calor que mata. Con temperaturas que rozaron los 38 grados, se trata de la Navidad más bochornosa que recuerde. Mi amigo patagónico, que vino de visita, no lo podía creer: en Puerto Madryn disfrutaban de unos apacibles 25º C. La cuestión es que hoy, como era previsible, la mayoría de los comercios, por no decir todos cerraron sus puertas. Y  ni hablar de la administración pública, que se tomó varios días de asueto. En fin, siendo aproximadamente las 19 hs., logramos hallar unos bares en la 9 de Julio que comenzaban a abrir. Mi amigo estaba sofocado, no sólo por el calor sino porque me comentó que en la Nochebuena había comido demasiado. El hecho es que ingresamos al interior del bar por la cuestión del aire acondicionado. Pedimos dos cervezas negras Stella Artois, ideales para detenernos a conversar un largo rato. Luego me tomé un helado en Trápani y así transcurrió la tarde, porque como mencioné antes no se podía hacer prácticamente nada sin enjugarse el sudor de la frente. Y como yo transpiro demasiado, trato de beber abundante agua por temor a deshidratarme. 

Al menos para mí, debo decir que se trató de una Navidad totalmente atípica, no sólo por el clima (que influyó bastante), sino por el hecho de que esas temperaturas altísimas me obligaron a recluirme con el ventilador a más no poder hasta que comenzara a caer la tarde. Definitivamente, el verano no es para mí, a menos que tenga acceso a una pileta. Punto final.

23 de diciembre de 2013

Un día de pileta a full

Ayer domingo, me tomé la tarde para disfrutar de la pileta del Aero Club en compañía de unos amigos. La pasé genial, en principio porque me encanta nadar y hacía como dos años que no iba. Lo que para muchos resulta un hecho corriente, como ir a la pileta en verano, en mi caso fue distinto. En primer lugar, porque no tengo los recursos para ir todos los días, y en segundo lugar porque hacía rato que tenía ganas de refrescarme con este calor agobiante. 

Así, entre chapuzones, mates y medialunas, transcurrió la tarde, hasta que a eso de las 19 hs. decidimos regresar porque ya casi no quedaba gente y además tenía que cubrir un par de notas antes de que concluyera el día. Tengo un amigo que viaja con frecuencia a Mar del Plata pero detesta la playa. Y otro que, aunque nunca me lo dijo abiertamente, intuyo que no sabe nadar. De todas maneras, esta última cuestión no impide disfrutar de la pileta, que generalmente tiene un declive el cual permite ingresar por los sectores menos hondos. En síntesis, ojalá que se repita. Visto y considerando que mis chances de irme de vacaciones son escasas, el hecho de nadar en una suerte de mar artificial no deja de ser gratificante. Punto final.

19 de diciembre de 2013

Los carceleros de la humanidad no me atraparán dos veces con la misma red

Me molesta terriblemente el fundamentalismo dogmático, la radicalización de las ideas, el hecho de que con sólo intentar un debate sobre lo que ocurre en el país se produzca un enfrentamiento entre personas que solían tener una buena relación. No se trata solamente de ser K o "Anti K", sino del modo que tenemos los argentinos de no respetar la opinión del otro. Sin embargo, hay algo muy cierto: respetar las opiniones del otro no significa cambiar las propias. Yo creo que vivimos un diciembre convulsionado, con políticos que obviamente buscar sacar rédito de esa situación. No me referiré nuevamente a los saqueos porque ya les dediqué bastantes líneas del blog. Me refiero a cómo somos, fíjense por ejemplo cómo cualquier boludo se cree solidario porque deja un paquete de harina o de polenta en un comedor. Es un gesto, nada más, que no te hace ser mejor persona. Ser solidario implica, entre otras cosas, no hablar por celular en el auto, respetar las reglas de tránsito, no arrojar la basura en cualquier lado, no tomar alcohol en exceso uno sabe que no podrá controlar su comportamiento o reflejos, y la lista sigue.

Cuando estoy debatiendo con alguien (sobre el tema que sea, desde fútbol hasta cine), es casi obvio poner ciertas condiciones: no interrumpir, dejar que el interlocutor pueda argumentar, y no caer en la bajeza del insulto o al agravio, que es el modo más fácil de arruinar todo lo que podría ser una buena conversación entre dos personas "civilizadas". Por supuesto, en el fragor de una discusión, podemos reaccionar con cierta virulencia, pero una de las cosas que aprendí con los años es que primero hay que escuchar y después hablar. Estas consideraciones no las hago por ninguna persona en particular, sino que es algo que me ha sucedido en distintas ocasiones. Entonces es cuando uno se harta de todo y dice: "Ya está, no sigamos más con esto, pensá lo que quieras, monologá todo el tiempo que tengas ganas, no pienso seguir perdiendo el tiempo en una conversación que no va a ningún lado". Punto final. 

15 de diciembre de 2013

Represión, ¿sí o no?

"Están pasando demasiadas cosas raras para que todo pueda seguir tan normal", cantaba con furia Charly García en una canción del álbum de su aclamado disco "Clics Modernos". Y algo parecido es lo que está sucediendo ahora, donde desde el Gobierno se habla de "extorsión policial" tras los robos, destrozos y saqueos que se  multiplicaron en varias provincias. En realidad, ante la ausencia del Estado, se vive en una situación de virtual anarquía, de lucha cuerpo a cuerpo, de pobres contra pobres. De comerciantes con itakas o escopetas subidos a los techos de sus locales y armando trincheras para impedir el acceso de los vándalos. Y pensar que un Presidente nos hizo creer una vez que ya pertenecíamos al "Primer Mundo"...

Que las fuerzasde seguridad reclamen mejoras salariales es atendible, del mismo modo que lo hacen otros trabajadores. El tema es cómo responde el Estado en el "mientras tanto", para que no haya zonas liberadas y los delincuentes puedan actuar con total tranquilidad. También encontramos hechos inaceptables en Capital Federal, donde un puñado de inadaptados que se autoproclaman hinchas de un club de fútbol arrasaron con todo lo que encontraban a su paso en pleno Microcentro. La gestión kirchnerista se ha caracterizado por evitar la represión, y es una manera de entender las cosas. Pero considero que la represión legal, emanada de una autoridad competente, que tenga como propósito disuadir los disturbios y no matar, es necesaria. De lo contrario, le estamos otorgando a los vándalos el derecho de ganar las calles y provocar toda clase de desmanes con total impunindad. "Represión" es una palabra fea quizás, que nos remite a los tiempos de la Dictadura, pero tiene que haber una forma de contener a quienes alteran el orden público y avanzan sobre la propiedad privada. Es una cuestión en la cual nadie quiere comprometerse demasiado, quizás porque nos trae recuerdos de aquel trágico 2001, sin embargo debemos comprender que si el Estado no protege a los ciudadanos, con armas o como sea, estamos a merced de la delincuencia. Y cuando la cosa se pone "heavy", no hay cámaras de seguridad que valgan. Podría extenderme más sobre esta cuestión pero creo que es una buena oportunidad para que reflexionemos acerca de lo que sucedió en los últimos días. La pregunta sería: ¿Quién se hace cargo de todo esto? Punto final.

9 de diciembre de 2013

El efecto contagio ya se está dando con los saqueos

Era previsible que sucediera algo así. El "efecto contagio" de los violentos episodios ocurridos en Córdoba, con la capital provincial casi sitiada y las calles a merced de los vándalos, se empezó a notar en otras provincias del país donde los policías han decidido acuartelarse reclamando mejoras salariales. Sin ir más lejos, los efectivos de la Bonaerense, cuando se enteraron del arreglo al cual habían llegado con la Gobernación sus pares cordobeses, pusieron el grito en el cielo. Si en la provincia de Buenos Aires se llega a producir un acuartalamiento masivo, puede ocurrir una tragedia en cualquier momento. En municipios postergados, como La Matanza o Almirante Brown, la situación es de extrema tensión. Es una locura que los comerciantes tengan que defenderse de los saqueadoras disparando tiros al aire, cuando no en la propia humanidad de los delincuentes. Y da vergüenza ajena escuchar al Ministro de Seguridad de la Provincia, Alejandro Granados, diciendo que está "preparadísimo" para contener el conflicto. Otra cosa que no se puede admitir ni tolerar es que los policías utilicen como forma de presionar sus demandas económicas, sobre todo porque saben que el servicio que prestan es nada menos que garantizar la seguridad de los ciudadanos. Así estamos. Con un diciembre complicado, en el cual un conflicto que parecía reducirse a una sola provincia ha replicado en otras, como Salta, Catamarca y Buenos Aires. Pero claro, como en estas provincias gobiernan "amigos" de la Rosada, no es de extrañar que la Gendarmería llegue presurosa a restaurar el orden. Debemos entender algo de una vez por todas: una cosa es la represión ilegal, que se cometió durante la Dictadura, y otra la represión legal, conforme los principios y garantías constitucionales, con el fin de garantizar la paz interior. Si no entendemos esto, seguiremos estando en el limbo mientras los delincuentes se hacen un "festín" y los policías hacen huelga. Punto final.

4 de diciembre de 2013

Otra vez diciembre, otra vez los saqueos

La Argentina es un eterno Deja Vu. El año pasado, cuando ya todos creíamos que estos hechos se habían superado, se produjeron saqueos en Bariloche. Esta hermosa ciudad parecía una zona liberada: la gente iba y venía llevándose televisores, computadoras, y algunos pocos tenían a los alimentos como codiciado botín. Ahora sucede en Córdoba: según la información que brindan los medios, un grupo de policías se encuentran acuartelados reclamando mejoras salariales. Qué casualidad que hayan elegido diciembre para tomar esta medida que dejó a los comercios de la capital mediterránea sin ningún tipo de protección y a merced de vándalos y delincuentes. Ya van dos días de tensión, y la Gendarmería recién llegará por la tarde. ¿Es una operación política en contra del Gobernador De la Sota, que mantiene una relación distante con el Gobierno Nacional? ¿El Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, puso cara de póker ante los periodistas que le preguntaron por qué no se enviaban Gendarmes con la mayor premura? Ya hubo un muerto a consecuencia de los saqueos, tendremos que lamentar una tragedia aún mayor? Otro interrogante es quién se hará cargo de las pérdidas económicas de los comerciantes, que todavía permanecen atrincherados en sus negocios mientras De la Sota negocia un acuerdo con los policías. Desde luego, toda esta locura se podría haber evitado, no sé de qué manera, porque no soy político ni funcionario, pero estos policías son absolutamente irresponsables en dejar zonas liberadas a modo de protesta, más allá de que el reclamo sea atendible. Hoy Córdoba es tierra de nadie, y esto se veía venir, pero nadie tuvo la capacidad de anticiparse a los hechos. ¿Cómo es posible que los delincuentes tengan que ser detenidos por los Bomberos porque la Policía se niega a trabajar, y que al saqueador le aten las manos y los pies con cables porque obviamente no pueden portar armas? Este último mes del año empezó mal, y esperemos que no continúe en el mismo sentido. Los saqueadores son ladrones, qué duda cabe, y deben ser castigados con todo el peso de la Ley. No se trata de sobreactuar, sino de ponerle freno urgente a una situación gravísima. Es cierto que la responsabilidad de la seguridad le compete a las provincias, pero también lo es que De la Sota llamó a los funcionarios nacionales solicitando refuerzos y no obtuvo respuesta. Y en el medio, quedaron los cordobeses con sus comercios destruidos y saqueados. Así juegan los políticos: se pasan la pelota para no quedar pegados en ningún quilombo.

1 de diciembre de 2013

Primer post de diciembre

Hola amigos, aquí estoy de regreso con el blog. Empieza hoy un mes en el cual mucha gente tiende a hacer balances, no precisamente contables, sino de las metas y objetivos que se han planteado para este año. Yo trato de evitar ese ejercicio, pero es casi inevitable pensar en aquellas cosas que uno quiso concretar y por determinados motivos no pudo. O bien en aquellos logros que conseguimos y que no esperábamos alcanzar. El 2014 será un año de transición, dado que no habrá elecciones, y la atención pública estará puesta en el Mundial de Fútbol y en los avatares de la economía. Parece que por fin, tardíamente, el Gobierno está reconociendo la inflación. Pero eso no es suficiente: hay que tomar medidas concretas para frenarla. El señor Guillermo Moreno dejó una pesada herencia que costará mucho tiempo mitigar. No obstante, sería ingenuo suponer que el polémico funcionario actuó sin el aval de la Presidenta: de hecho, fue Cristina quien decidió removerlo y lo "premió" con el cargo de agregado comercial en la Embajada Argentina en Italia. En el caso del nuevo Jefe de Gabinete, por lo menos vemos que habla con la prensa y no ostenta el estilo abúlico y condescendiente de su antecesor, Abal Medina. Pero como todos sabemos, a las palabras se las lleva el viento. Habrá que ver si lo que Capitanich declama en público, que es una voluntad de diálogo, se plasma en acciones concretas. 

El país necesita volver a ser creíble para atraer inversiones, sin que esto signifique ser un cipayo o un vendepatria. Fíjense que el Gobierno, cuando expropió YPF, anunció que no compensaría en absoluto a Repsol, y ahora está negociando un acuerdo con la petrolera española. Sucede que Repsol no se quedó de brazos cruzados e hizo lobby entre los países de la Unión Europea para bloquear las exportaciones argentinas de biodiesel, que constituían una importante fuente de ingresos. Por eso sostengo que una cosa es el "relato" y otra la realidad. La mayoría de nosotros celebramos que YPF vuelva a ser del Estado, del mismo modo que los ferrocarriles, pero si ello implica indemnizar a las empresas concesionarias el costo puede ser demasiado alto y los beneficios recién se verán en un largo plazo. 

Tengo visitas en casa, de manera que este post es breve y cortito. Ya habrá oportunidad para reencontrarnos en los días sucesivos, antes de la sidra y el pan dulce. Saludos!!!


24 de noviembre de 2013

Cómo Internet nos cambió la vida

Siento que los cambios se producen más aceleradamente que antes, y que son las nuevas generaciones las que se adaptan con mayor rapidez. Estaba pensando, mientras redactaba estas líneas, en cómo Internet nos cambió la vida. Cuando yo iba al secundario, todavía se usaba la máquina de escribir, e inclusive teníamos la materia de Mecanografía. Me sirvió para poder escribir rápido, sin mirar el teclado, aunque sólo use un par de dedos de cada mano. Pero la cuestión es que hay muchas cosas que supimos conocer que han quedado obsoletas. Ya nadie escribe cartas de puño y letra, y el correo postal sólo nos sorprende con facturas de tasas e impuestos. Pero lo más llamativo es lo efímero que me resulta todo. El mail, por ejemplo, está cayendo en desuso: los más jóvenes se comunican por Whatsapp, o por las redes sociales. Facebook y Twitter son dos armas de doble filo, que todavía no alcanzo a desentrañar o a comprender. Tengo una cuenta en Facebook, pero sólo me interesa relacionarme con gente que conozco en persona, no le encuentro sentido al hecho de tener "amigos virtuales". Y el Twitter me parece una pavada, una pérdida de tiempo, nadie podrá escribir algo que tenga cierta consistencia con sólo 140 caracteres. 

Es curioso, pero uno escucha la radio y ya no sólo te dan el teléfono para dejar un mensaje grabado, sino que te dicen: "también podés encontrarnos en Facebook y en Twitter". Me parece que todo pierde vigencia demasiado rápido. Tomemos el caso de los CD's: la gente se inclinó por los archivos mp3, y ahora parece que se está volviendo a los discos de vinilo, con distintos argumentos y estrategias de marketing. Todo se ha relativizado, vivimos en un mundo de matices, que simula ser tolerante pero es cada vez más fundamentalista y jodido. Hoy se admite que una persona reconozca abiertamente su homosexualidad, lo cual me parece positivo. Pero al mismo tiempo somos personas que juzgamos a los demás con excesiva liviandad, sin tener en cuenta por qué Fulano se comporta de tal o cuál manera. Creo que algo de eso comenté en otro post cuando les decía lo difícil que es ponerse en el lugar del otro. Una cosa es entender, y otra más compleja es comprender. Decimos que queremos una educación "inclusiva" pero los pibes salen de la escuela sabiendo cada vez menos, y probablemente sería así aún cuando permanezcan 20 años estudiando, simplemente porque no se los educa pensando en el mundo que les tocará afrontar. Además, se tergiversa la historia, como ocurre siempre cuando a "la historia la escriben los que ganan". Esta última afirmación puede ser discutible, pero me da la impresión de que los chicos necesitan descubrir que la vida no es tan sencilla como muestra la TV, y que los tan mentados valores se encuentran en otros lugares mucho más edificantes que una pantalla. Punto final.

20 de noviembre de 2013

Cambiando las fichas del tablero

Noche de miércoles en la ciudad. Finalmente renunció el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Como era previsible, el Grupo Clarín mostró su satisfacción con la novedad, y yo también, pero debo decir que sería bastante ingenuo pensar que el modelo de un Gobierno vaya a cambiar con la salida de un funcionario de segunda línea. Por lo general, mis textos no comienzan refiriéndose a hechos de estricta actualidad, pero en este caso sentí la necesidad de decir algo. Moreno, más allá de ser un cobarde que se hacía el matón cuando lo rodeaban los custodios, mostró su ineficacia en todas las medidas que implementó o alentó, desde el congelamiento de precios hasta el cepo cambiario. Su poder fue creciendo más allá de lo que su modesto cargo lo permitía, es decir que su área de injerencia en los asuntos públicos excedió holgadamente a su cargo. Se "llevó puesto" a seis Ministros de Economía que mostraron su desacuerdo ante los disparates que iba plasmando en una penosa realidad. Ojalá el nuevo titular del Palacio de Hacienda, Axel Kiciloff, tenga el camino libre para poder llevar adelante las medidas que crea convenientes sin tener que confrontar con un "pinche" con delirios de grandeza. 

Es un hecho alentador que la Presidenta haya retomado la actividad, no sólo porque ello demuestra que su salud ha mejorado notablemente, sino porque en un esquema de poder tan centralizado, su regreso era perentorio para poner en orden el gallinero. Es posible que Boudou sea corrupto, si las denuncias penales en su contra se confirman, pero además de eso es incapaz de gestionar y como Vicepresidente no ofrece garantía alguna de gobernabilidad en un largo plazo. Quizás por eso Zannini y otros soldados K estuvieron manejando el timón mientras Boudou naufragaba con su colección de guitarras y de motos Harley Davidson. Cristina tal vez nunca lo reconozca públicamente, pero sabe que se equivocó en elegirlo como compañero de fórmula, sobre todo habiendo dirigentes mucho más capaces e idóneos para el manejo de la cosa pública. No estoy subestimando a la Presidenta, solamente digo que este hombre es menos idóneo que el denostado Cobos aunque no cargue para siempre con la cruz de "traidor". Punto final.

13 de noviembre de 2013

Por lo menos, así lo veo yo

Mucha gente me pregunta por qué no voy más a los boliches. En principio, porque no me siento cómodo, no me gusta la música que pasan y además nunca me atrajeron demasiado las discotecas. El tiempo pasa para todos, tengo casi 35 años, y si bien no soy tan viejo, me parece que es hora de dejarles lugar en la pista de baile a los pendejos que nosotros supimos ser. Otro factor que siempre me jugó en contra es que no sé bailar, trato de moverme al ritmo de la música pero no conozco los "pasitos" porque estoy totalmente alejado del ambiente. Hoy por hoy, me da más placer sentarme en un bar a tomar una cerveza o un café y leer los diarios. O quizás, escuchar la música con la que me siento más identificado. Por lo general, no pretendo demasiado de las cosas: no soy conformista, pero aprendí que no se puede pedir demasiado para una ciudad como Lobos. Yo estoy en otra sintonía que es completamente ajena al "fin de semana de locura": trato de tomar poco alcohol, de charlar con amigos, de encontrarme con alguna señorita, pero no me interesa mirar hacia atrás. Soy un poco contradictorio, dado que muchas cosas me generan nostalgia, pero tampoco vivo en el pasado. Por ejemplo, tengo una cuenta de Facebook, pero me voy dando cuenta de que no me reporta demasiados beneficios ni utilidad. Entonces, ¿para qué? ¿cuál es el sentido de subir fotitos o compartir videos que no le interesan a nadie excepto al que empieza esa absurda cadena? Es algo para pensar, me parece. 

Volviendo al tema de  los "night clubs", está buenísimo sentirse a gusto en un lugar y disfrutar a pleno ese momento, sin tener que andar con resaca de la noche anterior ni apestando con el humo de cigarrillos ajenos. Mientras escribo estas líneas, pienso en todos los blogs que hay dando vueltas por el ciberespacio, y me pregunto si algún bloguero anónimo redactará textos parecidos a los míos. Los blogs tienen que perdurar, son un espacio de libertad en el medio de la hojarasca. Y creo que quizás por eso cada vez que actualizo mi blog para contar algo, aunque no sea un texto literario, siento que puedo conectarme con otra gente que quizás nunca conozca, pero con la cual tenga experiencias comunes. Punto final. 

11 de noviembre de 2013

Escuchando el nuevo disco de Sting


Noche agradable en la ciudad. Hace calor, pero no es agobiante, vale decir que se puede salir a la calle con una remera sin terminar asfixiado o rodeado de una nube de mosquitos. Estoy escuchando el nuevo disco de Sting, "The Last Ship". Siempre que un músico de renombre saca material nuevo, hay mucha expectativa, sobre todo en el caso del ex The Police cuya última grabación como solista data de 2003.

 El disco es tranquilo, tiene reminiscencias de música celta y galesa, se deja escuchar, es ideal para relajarse y disfrutar. Tiene muy buenos arreglos y la mayoría de los tracks fueron grabados en los míticos estudios de Abbey Road, en Londres. Es un poco difícil definirlo, pero podría decirse categóricamente que no es un disco pop. De algún modo, es un disco "de fogón", a pesar de que carece de estribillos pegadizos o riffs de guitarra demoledores. Hace rato que Sting viene explorando nuevos sonidos, nuevas texturas, y el cambio que trajo aparejado dicha búsqueda desilusionó a muchos fans. Está claro que el Sting de los '80 no volverá, no sólo porque él ya no es el mismo sino porque ha ganado suficiente dinero y prestigio como para emprender cualquier proyecto que desee aunque no resulte rentable.

La primera vez que escuché "The Last Ship", hice un gesto de desagrado: de algún modo yo también me sentí defraudado por el contraste con aquel Sting que supe conocer. Pero basta con tomarse el trabajo de escuchar el disco un par de veces para comprender cuál fue la intención del artista, qué concepto subyace detrás de la obra, y en última instancia qué aspectos diferencian a un músico mediocre y comercial de otro que ha madurado para pasar el resto de su carrera esquivando charcos y asumiendo el riesgo. Punto final.

6 de noviembre de 2013

Un lugar, dos lugares

A menudo escuchamos decir: "Hay que ponerse en el lugar del otro". Qué noble y llena de buenas intenciones nos parece esta frase, ¿verdad?. Pero lo cierto es que resulta muy difícil aproximarnos a algo semejante. En principio, porque en muchos casos no conocemos el contexto en que vive Fulano, y si lo conociéramos probablemente nosotros actuaríamos de otra forma. Podemos solidarizarnos con alguien que está pasando por un mal momento, pero... ¿ponernos en el lugar? El único modo que tendríamos sería pasar por una situación igual a la de nuestro amigo. Por ejemplo, que si a Fulano se le inundó la casa por la lluvia, a nosotros nos suceda lo mismo. Eso de "ponerse en el lugar" suena muy lindo, pero me parece un poco retorcido. Para cada acción que realiza una persona hay atenuantes o agravantes, según sea el caso, que podemos considerar al momento de juzgar una conducta. Eso es posible, y de hecho la mayoría de nosotros lo hacemos casi sin darnos cuenta: justificamos el proceder de alguien por equis motivo, o lo rechazamos porque nos resulta incompatible con nuestra forma de pensar. Pero es casi imposible ponerse "en la piel" del otro. Cuando el familiar de un amigo muere, vamos al funeral y nos mostramos afligidos, pero no podemos sentir lo mismo que la persona que sufrió la pérdida, eso es lo que trato de expresar. Quizás por eso siempre desconfié de los que dicen "solidarizarse" con tanta liviandad, como si fuera tan fácil. Desde luego que hay una empatía, un feedback, que nos hace pensar desde otro punto de vista e intentar un abordaje diferente de las desgracias ajenas. Pero no hay lugar que valga. No me convence la idea en absoluto y creo que debemos sincerarnos. El único que sufre es uno mismo. Los demás acompañan, contienen emocionalmente, te bancan, pero más no pueden hacer. Punto final.

4 de noviembre de 2013

Por un país con más federalismo

La gente de campo es modesta, sencilla, reservada. Y desconfiada también, con justificados argumentos, porque los han cagado muchas veces con innumerables promesas de mejorar su calidad de vida. Me refiero a los pequeños productores, a aquellos que andan en una camioneta F 100 media destartalada y abastecen a la zona urbana de toda clase de productos. Mi primo Sebastián vive en Salvador María y aunque no tuvo el privilegio de algunos de tener una gran educación, es una persona ejemplar. Habla poco, le gusta escuchar. Está solo todo el día en el campo, arando, sembrando, o alambrando, lo que sea. Sabe hacer de todo, y es mucho más joven que yo. En mi caso, me considero inútil para todo lo que tenga que ver con trabajos rurales, pero cada vez que me encuentro con Sebastián dejamos de lado los mundos opuestos en que vivimos y conversamos de cualquier cosa: autos, mujeres, un poco de política, cómo anda la familia, etc. Y como este primo mío que estoy describiendo, hay muchos que desde el total anonimato y con un Estado muchas veces ausente hacen lo posible para que este sea un país mejor. No son los señores de la Sociedad Rural de Palermo, son paisanos como nosotros. Que tienen una idiosincrasia diferente a la nuestra aunque nos separen unos pocos kilómetros de distancia. Menciono este ejemplo por no citar a los productores yerbateros de Misiones, o a los arroceros de Entre Ríos. Una vez, charlando con un amigo, nos quejábamos de la falta de federalismo que tenemos. En todo país, por supuesto, tiene que existir una capital... pero qué lejos está el porteño de pensar en el resto del país. Buenos Aires es un encanto y una maravilla para los turistas, y una ciudad fantasma y peligrosa para sus propios habitantes. 

Por ahí estoy diciendo algún disparate, pero recuerdo aquel proyecto de Alfonsín de trasladar la capital a Viedma. No tuvo demasiado respaldo, y naufragó rápidamente con el paso del tiempo. Me pregunto si hubiera servido de algo para cambiar las cosas. Para tener un país más federal, no tan centralizado. Hoy, cualquier persona enferma se juega la vida si no hay medios para trasladarla a un hospital de alta complejidad en Buenos Aires o La Plata. Qué bueno sería contar con un servicio de salud pública menos burocrático, más eficiente y capacitado. Y qué satisfacción sería que las empresas de medicina prepaga comenzaran a decaer porque la gente elige los hospitales públicos. Por supuesto, no en todas partes es igual. No tuve la suerte de recorrer todas las provincias, pero fíjense la cantidad de Hospitales que hay el Capital y los pocos que existen en las provincias más pobres y postergadas. Punto final. 

30 de octubre de 2013

La democracia que supimos conseguir

Hoy se cumplen 30 años desde que los argentinos pudimos elegir a un Presidente en forma democrática y sin condicionamientos de ningún tipo. Treinta años de una democracia que aún no existía cuando yo nací, en 1979. La plena vigencia del Estado de Derecho se la debemos, en parte, a los veteranos de Malvinas, quienes fueron a combatir en una guerra improvisada y desigual que trajo consigo la derrota. Todo ello precipitó los acontecimientos  y el fin del régimen militar que había llegado para quedarse desde 1976. La Dictadura fue nefasta en todo sentido, no sólo por las aberrantes violaciones a los Derechos Humanos, sino también por la política económica que generó más endeudamiento externo y el efímero furor de las baratijas importadas. Prefiero mil veces una democracia a una monarquía. De hecho, aborrezco las monarquías europeas, aunque haya un Parlamento y la realeza no tome decisiones de peso. En estos treinta años vivimos momentos de euforia, la famosa "primavera alfonsinista", la hiperinflación, la Convertibilidad, los indultos, la reelección, el autismo de De la Rúa, cinco presidentes en una semana, el interinato de Duhalde, la llegada de Néstor Kirchner y de su cónyuge Cristina a la Casa Rosada, y aquí estamos. Seguramente olvidé mencionar algunos hechos que nos movilizaron como sociedad, pero quise hacer una apretada síntesis de estos 30 años. Lo importante es que, de todas las crisis que nos tocó vivir, hemos salido con democracia. Quizás no sea el sistema de Gobierno ideal, pero es el que garantiza los derechos de todos los ciudadanos. Ya no hay que salir a la calle con el documento en el bolsillo del pantalón como en los tiempos de la Dictadura. Ya no hay que esconder o quemar libros que fueron prohibidos por su supuesto contenido "marxista" o "subversivo". 

Es cierto también que hubo momentos en que los argentinos perdimos la fe en la democracia. Hace unos años, gritábamos "que se vayan todos", porque ninguno de nuestros representantes había demostrado el menor interés por el bienestar del pueblo. Fueron momentos difíciles: quienes pudieron (y quisieron) se fueron del país. Otros se quedaron a soportar el temporal. Y aunque quienes me conocen bien saben que nunca fui kirchnerista, debo reconocer que desde 2003 comenzó a verse un atisbo de normalidad. Sigue habiendo corrupción, pobreza, desempleo e inflación, pero al menos la gente ha depositado su confianza en un proyecto político. Un proyecto al cual seguramente le sucederá otro, que puede estar en las antípodas ideológicamente, pero que será fruto del voto de los ciudadanos. Tengo la confianza de que a medida que pasen los años y les llegue el turno de tomar decisiones a las nuevas generaciones, podremos ser capaces de analizar nuestra historia reciente con un prisma diferente. Punto final.

28 de octubre de 2013

Rige la ley de la selva

Desde hace bastante tiempo, hay reglas elementales de buena convivencia entre vecinos se están perdiendo. Lo que cabe mencionar es que no se trata de reglas que requieran gran esfuerzo de comprensión o que ocasionen una molestia a quienes deberían ejercerlas. Por ejemplo, alguien está barriendo la vereda, ve que vos vas caminando y te tira toda la tierra encima. Ni siquiera es capaz de detener la limpieza por unos segundos hasta esperar que uno pase. Se da bastante seguido en las veredas de los comercios, pero también en domicilios particulares. El tiempo que lleva esperar a que yo, como peatón, pase por ahí, es muy breve. Pero al parecer, la impaciencia predomina sobre el respeto.

Lo mismo sucede con los que baldean, y no es extraño que el transeúnte sea víctima de una pequeña inundación de agua con lavandina que le mancha los zapatos y el pantalón. También podemos citar el caso de la basura, y aquellos que, a falta de bolsas suficientes, pretenden que todo el contenido quepa en una sola, lo cual rara vez da resultado porque termina todo desparramado. Si eso pasa durante un día de intenso calor, el olor a podrido no es la mejor fragancia para disfrutar.

Sé que ustedes pensarán que hay cuestiones que son más atendibles que otras, y que no es tan preocupante lo que estoy planteando. Pero mi análisis es que no cuesta demasiado trabajo mantener una relación armónica con nuestros semejantes. No es posible que a un vecino se le ocurra cortar el pasto a las dos de la tarde de un domingo, cuando es consciente que el resto del barrio se encuentra descansando en el único día que la mayoría de los asalariados no trabajan. Otro caso que me viene a la mente son las botellas de cerveza o de otras bebidas que los pendejos acostumbran dejar en el cordón de las veredas, y si se trata de una casa que no tiene rejas, en la misma ventana que da a la calle de cualquier domicilio. Evidentemente, tenemos malos hábitos, y reitero que no hace falta un esfuerzo sobrehumano  para  modificarlos, con un poco de buena voluntad los podríamos resolver. Yo uso mucho la bici y cuando transito alguna calle de tierra, ya es un "clásico" que pase un auto a toda velocidad y no le preocupe en absoluto que la polvareda me pegue de lleno en la cara. Incluso, pienso que lo hacen a propósito. Me parece una hijaputez.

Por otra parte, un automovilista que estaciona su vehículo a la entrada de un garage particular sabe perfectamente lo que está haciendo, pero como le ch.. un h... el vecino frentista, dale que va. A veces es irresponsabilidad, en otros casos es negligencia, y ya no se puede culpar a ninguna autoridad de esta situación. Reitero: Quizás los ejemplos que acabo de exponer no revistan gravedad, pero bien sirven como ejemplo del pésimo modo que tenemos de comportarnos, y que en definitiva terminan perjudicándonos a todos. Si no podemos convivir en prácticas tan corrientes y habituales, qué se puede esperar entonces de otras actitudes que demandan un mayor compromiso.

En resumen, hoy soy yo el que no te dejo descansar con la máquina de cortar pasto, y mañana sos vos el que no me dejás sacar el auto porque estacionaste en mi garage. Todo ello demuestra que a nadie le importa nada de nadie, y francamente si empezamos así, no podemos ilusionarnos con el cumplimiento de reglas más complejas a futuro. Ojalá me equivoque, el tiempo lo dirá. Punto final.  

26 de octubre de 2013

Votar a conciencia, de una vez por todas

Hacía rato que tenía ganas de escribir un nuevo post, pero por razones de laburo lo fui postergando. Estamos en vísperas de elecciones, rige la veda, y más allá de la cantidad de gente que pueda leer este texto, no me interesa abundar más sobre el tema. Es bueno a pesar de todos los avatares que vivimos en estos 30 años de democracia, sintamos de vez en cuando que podemos participar de alguna manera para que las cosas cambien, aunque más no sea con el voto. Y es verdad que luego de cada elección solemos sentirnos defraudados, ya sea porque el candidato que votamos no ganó, o porque el que ganó terminó haciendo todo lo contrario a lo que prometió en la campaña. Todavía quedan resabios de la "vieja política", todavía hay dádivas, ñoquis, clientelismo, y todos esos vicios que nos hacen pensar que las elecciones no son más que un mero trámite porque hay un "librito" llamado Constitución. Muchos de nosotros no conocemos quiénes son los candidatos a Diputados, salvo aquellos que encabezan cada lista de los respectivos partidos. Y a decir verdad, la mayoría de ellos tiene un pasado tan oscuro y turbulento que no les resulta conveniente que la gente se percate que están "pegados" al chico de tapa de la campaña. 

Mañana, afortunadamente, será un día normal, en el cual los ciudadanos concurrirán a sufragar según sus preferencias políticas o distintos factores que pueden torcer el resultado de un comicio que desde la implementación de las PASO no tiene tanto sabor a sorpresa. Los encuestadores ya hicieron su trabajo, y habrá que esperar hasta pasadas las 18 hs. para ver qué tan confiables resultaron los guarismos que dieron a conocer. Lo único que se me ocurre agregar es: votar a conciencia. Aunque las opciones que se nos presentan quizás no sean de nuestro agrado, son esos hombres y mujeres quienes apoyarán su culo en una banca en el Congreso si nosotros lo permitimos metiendo el sobrecito en la urna. Por eso, a tomarse el tiempo necesario en el cuarto oscuro, esos últimos instantes de  indecisión, a respirar hondo y a elegir. Punto final.

20 de octubre de 2013

La televisión, en franca decadencia

Hace treinta años atrás, el adjetivo "mediático" no existía. La gente no vivía pensando en un mundo donde alguien controla y observa lo que ocurre todo el tiempo, como lo imaginó George Orwell en su novela "1984". El famoso "Gran Hermano", una figura ominosa y opresora que nos mantiene cautivos y embobados. El análisis sobre el rol de los medios de comunicación apareció mucho tiempo después, y últimamente ha resurgido bajo el relato épico kirchnerista. Pero es verdad que la tele te quema la cabeza, que hay gente que cree fielmente en todo lo que muestra la pantalla y no puede discernir entre realidad o ficción. Entre estricta actualidad y operación de prensa. Ya hemos dicho en este blog (y no somos nosotros los primeros en advertirlo), que la televisión se encuentra en franca decadencia. Me sucede muchas veces, a la hora del almuerzo o de la cena, que en mi casa encendemos el televisor. Mi familia observa la pantalla, yo me mantengo ausente y prefiero concentrarme en la comida u hojear un diario mientras voy comiendo. Tal vez no parezca una actitud muy normal, pero no me hace mucha gracia sentarme a la mesa para que la tele me diga que fusilaron de cuatro balazos a un remisero o que violaron a una adolescente a la salida de un boliche. 

Para que se entienda: distensión no es sinónimo de estupidez. Se puede entretener sin subestimar al espectador. Se puede hacer un producto de calidad sin gastar demasiado. Hace falta creatividad, ingenio, esa "chispa" que hace rato no abunda en la TV argentina. En la actualidad, la mayoría de la gente que tiene posibilidades económicas de hacerlo se encuentra abonada al cable, porque la oferta de los canales de aire es tan pobre y mediocre, que nos hace acordar a los países centroamericanos. Lo peor de todo, es que me parece que estamos empezando a perder la identidad, el gusto argentino, esa preferencia tan nuestra por determinados programas y por determinados contenidos. Los reality shows y todas esas bazofias importadas cosechan rápida aceptación, entonces qué se puede esperar de una sociedad que vive con resabios de la década del '90 y una profunda incapacidad para pensar y decidir por sí misma. Punto final.

17 de octubre de 2013

El tedioso trámite de comprarse un celular

Algún día iba a suceder: el martes 15 tuve que comprar un celular luego de que al anterior aparato se le rompiera la pantalla, lo cual me impedía escribir o leer mensajes, entre otras cosas. Fue, sin lugar a dudas, un gasto imprevisto y pasé un mal trago porque mi intención era usar ese dinero que tenía ahorrado para otros fines. Finalmente me compré un modelo básico (lo único que tiene es radio FM), con teclado QWERTY. Me acostumbré a escribir con el QWERTY durante el año y pico que tuve mi teléfono anterior y comprobé que se puede enviar un mensaje mucho más fácil y rápido. Como ya tengo un reproductor de MP3, no me interesaba demasiado que el nuevo teléfono contara con esa función, aunque nunca está de más, por supuesto. En síntesis, durante el fin de semana largo (que se me hizo eterno por esa mezcla de bronca y resignación), me dediqué a observar los folletos o catálogos de las casas de electrodomésticos para ver qué alternativas había. No soy un obsesivo de los celulares, pero por el tipo de trabajo que hago necesito estar comunicado. Podría decirse que, pese a sus limitaciones, estoy conforme con la adquisición del aparato que elegí: no gasté tanto como yo pensaba y espero que dure lo suficiente para amortizar su costo de algún modo. 

En parte, este post tardío tuvo su razón de ser por el motivo que acabo de exponer. Aunque no lleva mucho tiempo, tuve que aprender a usar el nuevo celular y a familiarizarme con sus funciones, que como dije antes no son muchas. Si alguna vez junto la guita suficiente, me gustaría comprarme un modelo más avanzado, pero por el momento esto es lo que tengo y una de las cosas que aprendí en la vida es a conformarse con lo que uno tiene, lo cual no significa de modo alguno tener que claudicar o bajar los brazos ante un proyecto. Punto final.

12 de octubre de 2013

Un proyecto superador

Con el paso del tiempo, uno va cambiando no sólo su aspecto físico, sino la manera de pensar. Por lo general, nos volvemos más intolerantes ante ciertas cosas. Consideramos que ya hemos soportado demasiado en el lapso que llevamos de vida y es por ello que no nos bancamos la estupidez, la mediocridad, y la falta de sentido común (entre otras cosas). 

Asimismo, muchas veces sentimos que estamos luchando contra molinos de viento. Pasan las generaciones, y el país sigue siempre igual. Cuando somos jóvenes, todos tenemos ese entusiasmo de aportar algo para que las cosas mejoren, de distintas maneras. Puede ser militando en un partido político, en una ONG, colaborando con alguna donación, ayudando a los comedores de niños carenciados. Pero resulta que nada parece suficiente, nada parece alcanzar: como dije antes, pasan los años y seguimos estancados. Y esto no lo sostengo en alusión al kirchnerismo, sino a un mal endémico que los argentinos tenemos desde mucho tiempo antes. Y es que no creemos en el progreso, o lo vemos siempre demasiado lejos de nuestro alcance. No se puede entender por "progreso" tener un televisor LCD gigante o el último modelo de celular: es algo mucho más profundo. Tiene que ver con cambiar nuestras concepciones, aceptar nuestras limitaciones, saber decir que no cuando algo nos resulta inaceptable. Las convicciones de la sociedad argentina son muy débiles, y para que el país crezca deben trascender. No hay recetas mágicas. Por ejemplo, todo el mundo reniega de la televisión basura, se horroriza por el morbo,  pero son los programas que más rating tienen. Apenas una muestra de la hipocresía con que estamos acostumbrados a manejarnos. Me pregunto si los jóvenes del futuro tendrán la sensatez que no supimos tener nosotros. Punto final.

9 de octubre de 2013

Le deseo una pronta recuperación

Ya se ha hablado y escrito todo sobre la salud de la Presidenta. Mi deseo es que, más allá de mis ideas políticas, pueda recuperarse prontamente y retomar sus funciones. Ante estas situaciones no tiene la menor importancia a qué partido político pertenezca cada uno, de una vez por todas hay que dejar de lado mezquindades y oscuros intereses para tener una democracia más sana. Me refiero a que CFK debe concluir su mandato para el cual fue elegida, y todos los argentinos debemos hacer lo posible para que eso suceda. No podemos seguir pensando en 2015 cuando los acontecimientos se suceden tan rápidamente. Sigo sosteniendo mis diferencias con el Gobierno, pero las mismas resultan irrelevantes cuando está en juego la salud de la máxima autoridad del país. Sería bueno que, de una vez por todas, aprendamos a comportarnos con sensatez cuando ocurren estas cosas, tratando de evitar hacer política de la desgracia ajena. Hemos tenido experiencias muy lamentables cada vez que los argentinos nos hemos dejado llevar por el fundamentalismo y esa suerte de división en la sociedad que incita al odio, a la violencia y al rencor. No tenía previsto redactar este post, pero me veo en la necesidad de hacerlo como una manera de llamar humildemente a la cordura, sobre todo cuando esta triste noticia de la Presidenta internada por una hematoma se produce en plena campaña electoral. Ojalá que tanto el oficialismo como la oposición eviten manipular una situación semejante para obtener un rédito político. Sería una buena señal de que, después de tantos años de desencuentros, algo hemos aprendido como sociedad. Punto final.

6 de octubre de 2013

Crónica de una madrugada de sábado

Escuchar radio de madrugada suele ser una experiencia insufrible, sobre todo cuando uno está desvelado. La radio AM, que décadas atrás brindaba mucha información y programas de calidad, hoy es un esperpento: abundan los espacios pagos de la Iglesia Universal y otros cultos o sectas que se aprovechan de infortunio de los oyente para captar voluntades. Con respecto a la FM, es casi imposible sintonizar las grandes radios de Buenos Aires, como Rock & Pop, Metro, Vorterix, o lo que fuere. Entonces hay que resignarse a escuchar una y otra vez las mismas canciones por las radios locales. El refrito de música ochentosa ya cansa, ese sonido chato y aburrido también. 

Resulta evidente que faltan voces a la madrugada. Me refiero a que no alcanza con ser locutor. Faltan palabras, conceptos, ideas, gente que diga algo. Basta ya de esperar que al programa lo hagan los oyentes enviando mensajes grabados. El programa lo tiene que hacer el conductor de turno, se lo tiene que poner al hombro y ofrecer datos básicos: una síntesis informativa, el pronósticos del tiempo, alguna recomendación para ir al cine o ver un recital... que se note que el programa está saliendo en vivo y que no es un "enlatado". Quizás por eso, porque la música que se escucha en la radio no me satisface, es que siempre tengo discos o un pendrive a mano, por lo tanto soy yo quien elijo y no el inepto musicalizador de Radio 10. Por ejemplo, ahora estoy escuchando a Sam Smith, un cantante que hace música pop (o quizás melódica, pero en todo caso estaría incluido bajo el mismo paraguas). Tiene cero difusión en las radios argentinas, que están muy ocupadas llenando el éter con Tan Biónica, Babasónicos, y ese mix o pastiche de salsa y música tropical que me produce ganas de salir corriendo. Me parece que no es tan difícil hacer un programa de radio prolijo, en el cual los oyentes puedan expresarse pero que tenga una dirección determinada y no que marche como un barco a la deriva. Punto final. 

Disco recomendado del día: Cualquiera de Twenty One Pilots

3 de octubre de 2013

Hay cosas peores....

Mi notebook se encuentra en un estado deplorable. Al primer inconveniente que tuve, que fue la descarga de la batería, se le sumó ahora la aparición de dos manchas negras en la pantalla. Desconozco qué puede haberlas provocado, dado que siempre trato de cuidar la compu de golpes, movimientos bruscos o bajones de tensión. Pese a ello, me sigue resultando últil para navegar por Internet y actualizar el blog, que es lo importante. No recuerdo si a la notebook la compré en 2010 o 2011, pero sea como fuere no es tan vieja como para justificar los problemas que mencioné más arriba. Y el uso tampoco ha sido intensivo, sólo los primeros meses posteriores a haberla comprado me conectaba casi todos los días por esa atracción que sentimos ante un "chiche" nuevo. Después, a medida que fue pasando el tiempo, volví a usar la computadora de escritorio que es en la que conservo la mayoría de los archivos de Word (textos) y JPG (imágenes). 

Para completar una jornada poco provechosa desde el punto de vista tecnológico, les cuento que hacía tiempo que andaba buscando un pendrive que contenía archivos punto doc y algunas fotos. El hallazgo ocurrió hoy, de un modo poco grato, cuando mi vieja sumergió unos pantalones en el lavarropas y me exhibió, como si fuera un trofeo, el pendrive totalmente mojado. De más está decir que aún si logro secarlo, ni en pedo pienso arriesgarme a conectarlo nuevamente a la PC. 

A partir de ahora voy a transferir toda la información relevante a distintos pendrives (como back up), y dejaré de guardarla en DVD. Es demasiado trabajo y además uno nunca recuerda en cuál disco estaban los archivos que necesitaba. Desde que tuve que formatear esta notebook, perdiendo mucha información valiosa, tomo más recaudos que antes para evitar cualquier posibilidad de que algo semejante vuelva a ocurrir. Tenía fotos de archivo que nunca más voy a poder recuperar, y quizás sea eso lo que más me duela, porque siempre son útiles como material periodístico. Pero en fin, de nada sirve lamentarse ahora, sino tomar las medidas necesarias para que no vuelva a suceder algo así. 

PD: Iba a escribir algo sobre el "shut down" al Gobierno de EE. UU. pero no me dieron ganas, además de que no estoy suficientemente informado al respecto. Lo dejaremos para otra ocasión.

30 de septiembre de 2013

Ultimo post de septiembre

Lunes por la tarde en la ciudad. Tenía ganas de escribir un post antes de que terminara septiembre, porque el mes próximo será bastante movido con el tema de la campaña política rumbo a las elecciones legislativas. La Presidenta le concedió una extensa entrevista al periodista Jorge Rial, que varios canales recogieron en sus noticieros. Las preguntas que hizo Rial me parecieron correctas, no sonó condescendiente, pero Cristina no dijo nada nuevo. O al menos, nada que despertara  mi interés. Lo que uno podría pensar, sin ser demasiado suspicaz, es por qué la Presidenta no emprendió antes este raid mediático que está haciendo ahora, casi contra reloj y con la certeza de que su "delfín" Martín Insaurralde perderá las elecciones. Quien gobierna tiene que ejercer el poder, pero no de un modo despótico o privilegiando a determinados medios de prensa en detrimento de otros. Antes de las Primarias, a nadie se le hubiera ocurrido que funcionarios del oficialismo fueran entrevistados por los periodistas del Grupo Clarín. Los resultados electorales hicieron dar un golpe de timón, y la estrategia ahora está orientada a mostrarse más conciliadores, más cercanos a la "gente". La oposición, por su parte, tampoco tiene muy en claro lo que piensa hacer, más allá de lo que ocurra en las urnas.

Me parece que hay un desconcierto general, donde se sigue apelando a buscar votos como sea, incluso al punto de rozar el ridículo o la vergüenza ajena. Así y todo, cualquier persona centrada del Gobierno podría haber salido a repudiar las agresiones que sufrieron Sergio Massa y sus candidatos en su agitada incursión por La Matanza. Pasaron los días y no lo hicieron. Sería bueno que cada uno sepa exponer sus ideas sobre temas puntuales, y que diga cómo las va a llevar a cabo. Por ejemplo, todos sabemos que la inseguridad es un problema, pero declamando la presencia más patrulleros o policías en las calles no lograremos demasiados resultados. Ante todo hay que generar conciencia, educar, buscar que la gente salga de la marginalidad y del delito, que se vuelque al trabajo. O si no trabaja, que esté contenida de alguna manera para preservar al resto de la población de un punto débil que ya es mucho más que una "sensación", para transformarse en una dolorosa realidad. Punto final. 

  

26 de septiembre de 2013

Primavera Uno

Los días se alargan, se estiran, se elongan... comenzamos a ver bellas señoritas caminando por la calle con calzas o joggings, los chicos se juntan a matear en la Plaza hasta que cae el sol... estamos en primavera. Todavía no puedo salir de mi asombro por los actos vandálicos que un grupo de inadaptados cometieron contra la Iglesia San Ignacio de Loyola, la más antigua de Buenos Aires. Lo peor de todo es que no responden a ninguna consigna, no hay detrás una suerte de manifiesto revolucionario anticlerical: es simplemente el deseo de destruir, de dañar un patrimonio histórico de la ciudad, sin ningún fundamento que lo justifique. No fue algo espontáneo ni un rapto de furia: se tomaron el trabajo de violentar candados, cadenas y puertas hasta llegar al templo. Y por si alguien no entiende lo que pretendo exponer, no se trata de si sos creyente o ateo, porque cualquier persona atea con uso de razón respeta las creencias de quienes piensan diferente, aunque no las comparta. Hace tiempo ya que me harté de ver monumentos destrozados o mutilados, pintadas de aerosol en domicilios particulares, rotura de vidrieras con piedras o con pedazos de baldosas... en fin, podría seguir enumerando los actos vandálicos que a los lectores se les ocurra. Cuidar el espacio público es fundamental para una sociedad civilizada, y por eso no nos asombremos si los baños de una terminal de ómnibus o de una estación de tren son un asco. A nadie le importa nada, es evidente, porque no es su casa. Se sienten como si estuvieran en un hotel donde son aves de paso, y el pobre infeliz que luego quiera disfrutar de un espacio verde, no puede hacer, porque hubo otros antes que él que con dudoso sentido de la diversión se encargaron de destrozar bancos, juegos para los niños, y todo lo que pueda imaginarse. 

Muchos de los que perpetran estos atentados contra la propiedad pública y privada son menores, pero no se los puede criminalizar tan fácilmente, habría que indagar primero en su familia, cómo se comportan sus padres, qué ejemplo le dan a sus hijos, y buscar la raíz del problema. No sé si sirve de algo que un chico vaya preso por quemar una iglesia, a lo mejor sí, pero previamente sería bueno pensar qué pasó por la mente de ese pibe para cometer semejante atrocidad. Los argentinos que han tenido la suerte de viajar al Exterior, sobre todo a Europa, se asombran de la pulcritud y prolijidad de las plazas y parques. Las comparaciones, se sabe, son odiosas. Esto no significa que uno quiera irse del país, sino que pensemos en que no hace falta demasiado para obrar con conciencia ciudadana: sólo sentido común. Punto final. 



24 de septiembre de 2013

Mirándonse el ombligo (parte 2)

Hola gente!!! Aquí estoy nuevamente en contacto, tratando de remarla con el blog, sobre todo por la falta de tiempo que tengo para actualizarlo como yo quisiera. A veces me pasa que se me ocurren buenas ideas para escribir en horarios y lugares insólitos, y cuando finalmente me dedido a escribir lo que mi mente había elucubrado, ya no es lo mismo. Les cuesto que estoy escuchando a Ella Fitzgerald, notable cantante de jazz ya fallecida. Tengo mucho respeto por el jazz, cuando lo escucho siento que de algún modo están allí las raíces del rock, lo que no me convence demasiado es que el jazz moderno tenga composiciones muy largas, que en algunos casos superan los 10 minutos. Miles Davis, considerado el mejor de todos los tiempos, no es de mis favoritos pero le reconozco su indudable talento. Supo adaptar el jazz a las nuevas tendencias y convocar a un público que hasta entonces solía ignorar este género musical. 

A veces tengo miedo de que mis "posts" recientes  no sean tan logrados como los anteriores. Revisando el archivo, encontré textos que a la distancia me parecen muy bien escritos, y que hoy quizás carezco de esa chispa de creatividad para hacerlo. Se me ocurre pensar en que me he relajado demasiado cambiando mi estilo de redacción, escribiendo a las apuradas, sin tomarme el tiempo necesario para buscar las palabras adecuadas que sean funcionales a lo que pretendo expresar. Redactar un texto sin errores y con ese "gancho" que sólo tienen los grandes escritores lleva tiempo, no es algo que se pueda hacer de un tirón. En esta primavera en ciernes, trataré de disfrutar los días cálidos lo más que pueda y no dejarme llevar por la locura de la campaña política, con los candidatos que quieren fotos y conferencias de prensa para mostrar lo buenos y honestos que son. Punto final.


21 de septiembre de 2013

Bienvenida primavera!!!!!

Hola amigos! Me propuse actualizar en blog en estos primeros minutos de primavera, porque si no lo hacía ahora probablemente en las próximas horas surjan ocupaciones que me impidan dedicarme a ello. En fin, la cuestión es que acá estamos, cerrando una etapa o un ciclo. Estaba, precisamente, pensando en eso: en lo importante que es tener la sabiduría necesaria para concluir a tiempo con un ciclo. Saber decir: "basta, hasta acá llegué, quiero algo nuevo". Pensar en que podemos aspirar a algo mejor, y que quizás no sea tan lejano ni utópico como parece. Empecé hablando de la primavera, pero me surgen estas reflexiones como un cambio de época del cual estamos siendo testigos quizás sin darnos cuenta. Por un lado, podríamos pensar que los valores por los cuales se rige la sociedad contemporánea no son los mismos que hace cien años. Pero también es atinado suponer que nuestros antepasados tenían otras preocupaciones, otro modo de vida, y por lo tanto es natural que se produzcan estos contrastes entre un siglo y otro.

Yo muchas veces reniego de "Yanquilandia", no me gusta para nada el estilo de vida de los EE. UU. ni estoy de acuerdo con su política exterior. El sólo hecho de que se tomen la atribución de invadir países ricos en petróleo y de derrocar a supuestos dictadores no es algo que me caiga bien. Pero aún así, debemos pensar que los yanquis por algo llegaron a ser la primera potencia mundial. Dejemos de lado por un momento todos los atropellos y aberraciones que han cometido, y pongámonos a pensar si en Estados Unidos existen los barrabravas, o si los presos se fugan con tanta facilidad como sucedió en nuestra cárcel de Ezeiza, o si la Justicia en el fuero penal es tan lenta como en Argentina. En EE. UU., los afiliados a los partidos políticos ponen dinero voluntariamente para financiar las campañas, no hay valijeros venezolanos ni grandes empresas que aportes fondos a cambio de prebendas. Lo que quiero decir, en síntesis, es que ningún sistema es perfecto. En los países desarrollados hay un respeto hacia las instituciones que nosotros no tenemos, tal vez porque no nos sentimos representados por ellas. Sea como fuere, retomo la idea inicial de este texto: para los individuos, para las naciones, para los pueblos, es importante aprender a cerrar un ciclo. Lo hizo Alemania tras la caída del Muro de Berlín. ¿Por qué no intentarlo nosotros? Punto final.

14 de septiembre de 2013

Mesa de negociaciones

Luego de la derrota en las Primarias de agosto, el Gobierno Nacional fue mostrando a través de sus funcionarios diferentes reacciones. En primer lugar, relativizar el resultado que arrojaron las urnas, sosteniendo que el Frente para la Victoria continúa siendo la primera fuerza política a nivel nacional. Lo cierto es que en la Provincia de Buenos Aires, la suerte le fue esquiva al oficialismo, que ahora parece haber acusado el golpe y tiene preparada una batería de anuncios para contrarrestar el malhumor social. Una de las medidas que se tomó, y que era muy reclamada por la clase media, fue la suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias. Luego se anunció que se permitirá facturar más a los monotributistas manteniendo la categoría en la que éstos están encuadrados. ¿Por qué estos anuncios no se hicieron en 2012, por decir algo? Claro, me olvidaba de que no era un año electoral y el oficialismo todavía ostentaba entre arrogante y orgulloso su mayoría en el Congreso. Esto no significa que el Frente Renovador que tiene como referente a Sergio Massa constituya una alternativa válida, al menos para mí. Lo que la gente piensa es que los peronistas, cuando ven que el barco se va a pique, corren a buscar una balsa para llegar a tierra firme, que es ni más ni menos que un "espacio político" (como le dicen ahora) que los cobije. En este caso bien podría ser el Frente Renovador, cuya lista presenta nombres variopintos y con antecedentes bastante cercanos al peronismo ortodoxo. 

El Radicalismo, por su parte, sigue estando muy lejos de las preferencias del electorado, y más aún cuando intenta mostrarse como una fuerza política progresista. Sus infinitas vertientes no hacen más que debilitar al partido, que tras la muerte de su último gran caudillo, Raúl Alfonsín, no ha logrado alinearse en torno a la figura de un líder carismático y con capacidad para llegar con su mensaje a las masas. A veces me provoca cierto hastío referirme a la dirigencia política, porque vemos que los años pasan pero que la ambición desmedida de poder hace que las figuritas intenten repetirse (o reciclarse) más allá de la paciencia del ciudadano promedio. Punto final. 

12 de septiembre de 2013

Post express de un día de lluvia

Ahora resulta que el supuesto violador serial de Villa Urquiza no era tal. Basados en un identikit que aseguraba "un 99 % de certeza", la Policía detuvo a un sujeto a la salida de un boliche y los medios se hicieron un festin con la noticia. Lo peor de todo es que hasta hicieron público el nombre del tipo, lo escracharon terriblemente, siempre amparándose en esas cortesías periodísticas como dar una determinada información en modo potencial. ¿Cómo puede limpiar este hombre su buen nombre y honor, luego de que su identidad, profesión, edad, y domicilio fueran difundidos por todos los medios? Si hacés algo así en un diarito de pueblo te crucifican y te rompen el  orto con un juicio, pero como los multimedios deben tener un ejército de abogados siempre listos para la ocasión, lo más probable es que este "presunto violador" cuyo nombre no recuerdo deba resignarse a ser víctima del escarnio público. Muchas veces, en ese afán por tener la primicia, por ganarle a la competencia, se cometen estas imperdonables torpezas. Nos querían hacer creer que el tipo era el demonio personificado cuando en realidad era una persona que los vecinos denunciaron por supuestos abusos sexuales, lo cual es aberrante desde luego, pero hay que informar con datos certeros y no proporcionados por "fuentes confiables", porque de lo contrario pasa lo de siempre: nadie se hace cargo y al monstruo de Villa Urquiza le cagaron la vida. Punto final.

8 de septiembre de 2013

La vida en el supermercado

Una de las cosas que más me fastidia es tener que hacer la cola en la caja del supermercado. Siempre hay delante de mí alguien que paga con tarjeta, en muchos casos por montos mínimos, y supongo que esas personas que hacen gala de su pertenencia o membresía a un determinado banco ya no se toman la molesta de llevar dinero en efectivo. Pero otra situación que no deja de molestarme ocurre cuando vemos cómo la góndola donde estaba tal o cual producto que solíamos consumir (yerba, aceite, mayonesa, lo que sea), ha sido sustituído por otro de mayor valor. El acuerdo de precios de los súper con el Gobierno supuestamente sigue vigente, pero siempre le encuentran la vuelta para cagarte. O fabrican envases más chicos, o te dicen que tal producto no está en stock, lo cual es lo mismo que irte con las manos vacías. En los supermercados, cerca de las cajas tienen las boludeces que todo el mundo puede llegar a consumir mientras espera su turno: golosinas, máquinas de afeitar, botellitas de gaseosa, preservativos, pilas, etc. Siempre que va una familia a hacer las compras el pendejito se antoja con los chocolates o los caramelos, y el que está atrás en la fila esperando pagar e irse lo más rápido posible, como es  mi caso, se queda en ese limbo, el tira y afloja del papá y el nene por la codiciada golosina del pequeño, sin saber qué hacer. Quizás por todo lo expuesto, y si me dan los tiempos, trato de ir a supermecardos que hagan horario corrido y hacer las compras a hora de la siesta, cuando no va nadie y puedo hacer todo sin demoras, a eso de las dos o tres de la tarde. Es la única manera que conseguí para no estar eternamente varado y extraviado en el supermercado. Punto final.

7 de septiembre de 2013

Escuchando a Vox Dei

Sábado lluvioso y fresco en la ciudad. Ayer, después de haber ahorrado bastante, me compré un reproductor de MP4 marca Polaroid, de 4 GB. Mi intención era adquirir uno de 8 gigas, pero no me da el presupuesto para tanto. El otro aparato que tengo, un Philips, ya no tenía espacio suficiente para almacenar más música. Si me dieran a elegir, hubiera vuelto a comprar un Philips, pero preferí guardar una reserva de dinero y darme por satisfecho con el Polaroid. Este nuevo aparato, al igual que los modernos celulares, carece absolutamente de botones, y tiene pantalla táctil, lo cual no me agrada demasiado, pero es evidente que para los fabricantes debe resultar más barata la tecnología "touch screen". Todavía no me acostumbro a deslizar el dedo por la pantalla, y me surgen dudas respecto de si la vida útil que tiene este sistema será como la de los antiguos botoncitos o teclas. En fin, mientras me permita transferir toda la música que tenía guardada en mp3 y sin poder escuchar por falta de espacio, me doy por satisfecho. 

Tema dos: con la madurez empezamos a redescubrir bandas, artistas plásticos, escultores, y todo aquello que no queríamos (o no podíamos) apreciar cuando éramos más jovenes. Digo esto porque estoy escuchando el primer álbum conceptual del rock argentino, "La Biblia" de Vox Dei (1971). La calidad del sonido no es la mejor, seguramente le haría falta una remasterización digital, pero lo que importa es la música. La mayoría de los adolescentes conocen el tema "Presente" de Vox Dei, que ganó popularidad mucho más tarde con la banda de sonido de la película Tango Feroz. Realmente vale la pena bucear en las raíces de nuestro rock y escuchar bandas como Los Gatos, Manal, Almendra, y tantas otras que quizás sin proponérselo construyeron el andamiaje de lo que es el rock argentino hoy. Con sus limitaciones, grabando en estudios que tenían equipos de mala calidad, pese a todo ello forman parte de la historia. Honor a Vox Dei y a todos los pioneros de nuestra música!!! Punto final.

2 de septiembre de 2013

Primer post de septiembre

Hola amigos, tenía ganas de redactar unas líneas para el blog en estos primeros días de septiembre, "mes sandwich" entre las PASO y las elecciones legislativas del 27 de octubre. Hoy escuché una entrevista que Pepe Eliaschev le hizo a Mauricio Macri en Radio Mitre. Habría que preguntarse por qué, si Macri es tan cuestionado por el Metrobús y las inundaciones frecuentes, el PRO sigue siendo la primera fuerza política en la Ciudad de Aires. No comparto muchos aspectos de la gestión del Jefe de Gobierno, pero tampoco me parece acertado que desde el kirchnerismo lo quieran ver como "el enemigo" (ahora ocupa ese lugar Sergio Massa del Frente Renovador). El electorado porteño es muy heterogéneo, pero lo cierto es que el candidato K, Daniel Filmus, ha perdido elecciones sistemáticamente y sigue insistiendo. Buenos Aires debe ser una de las metrópolis que ha mostrado un antiperonismo recalcitrante. Nunca, desde que es Ciudad Autónoma, pudo ganar las elecciones un candidato del Justicialismo. El electorado le ha sido históricamente esquivo. Pero como me dijo un amigo, lo que vemos en los noticieros mientras estamos almorzando o cenando, con títulos como "lo mataron delante de su familia", o "remisero fue ejecutado de cuatro balazos", no implica que Buenos Aires sea un caos. Tal vez estaría más facultado para opinar o emitir un juicio de valor una persona que reside en Capital en forma permanente, pero a mí me parece que los noticieros de TV te muestran lo peor. Las buenas noticias (si es que las hay), los gestos nobles o altruistas, no "miden" en puntos de rating. El morbo, en cambio, sí. Quizás por eso todavía continúa en todos los programas de mayor rating la "novela" del crimen de Angeles Rawson, que el portero dijo tal cosa, que se autoincriminó, que está loco, etc. Y hay mucha gente que está en su cada aplastada al pedo en un sillón o en el sofá del living y que se engancha con ese morbo. O al menos, es cómplice inconsciente de los sicarios mediáticos que cubren este aberrante crimen, que todos esperamos se esclarezca lo más  pronto posible. Sería bueno elegir lo que miramos por televisión, y si nos interesan las noticias policiales, buscar información certera y creíble, porque hoy en día cualquiera dice cualquier cosa. Total, para mañana la gente ya se olvidó. Así funciona la caja boba. Punto final. 

27 de agosto de 2013

Buscando un camino para seguir

Quieren que les diga la verdad? Últimamente me está dando fiaca actualizar el blog, y no me gusta esa sensación. Quiero mantenerlo y cuidarlo, como si fuera una mascota. Esta "mascota virtual" que ya lleva 8 años y aún persiste, a pesar de que algunos sostengan que los blogs están en decadencia y que hoy todo gira en torno a Twitter. Siempre tuve cierta resistencia a los cambios, quizás por eso no tengo una cuenta de Twitter, y además me parece que en 140 caracteres no tendría mucho para decir. En fin, se está terminando agosto, estamos con los últimos días de intenso frío y todo parece indicar que ya entramos en la recta final de este 2013. Por supuesto, aún quedan tres meses en los que puede suceder cualquier cosa, y más en la Argentina que se caracteriza por ser tan imprevisible. Hay muchos políticos que ya están pensando en 2015, cuando para el común de la gente la vida se vive día a día, como laburantes que somos. No especulamos en qué sucederá de acá a dos años, podemos hacer conjeturas, pero no vivimos pensando en eso. Los objetivos que se propone una persona de clase trabajadora son a corto plazo, salvo aquellos que hayan sacado algún crédito o tengan proyectado construir una vivienda. ¿Quedará algo de kirchnerismo después de 2015? ¿Cómo será la disputa por la sucesión presidencial en el seno del peronismo? ¿La UCR podrá volver alguna vez a erigirse nuevamente como alternativa de Gobierno? Son todos interrogantes que flotan como si fueran nubes, esas nubes que vienen y van con el viento. 

Me da por las bolas que se hable de una "clase política", como si los políticos fueran marcianos, o como si formaran parte de un grupo de iluminados. La mayoría de ellos cuenta con punteros, con asesores, con tipos que les bancan la campaña, con un equipo de prensa, pero si les quitamos todo el envoltorio son tan ignorantes como nosotros. En este país han pasado cientos de Ministros de Economía y hasta ahora ninguno supo resolver el problema de la inflación, por citar un ejemplo. Y la única vez que no hubo inflación, fue por la bendita Convertibilidad, un corset del cual no pudimos salir y que nos llevó al desastre por todos conocido. Yo no tendré mucha experiencia y hasta puedo pecar de ingenuo, pero que no me vengan a hablar de arreglar el país con discursos y cámaras de seguridad, mientras los chicos del Chaco y los indios de Formosa se cagan de hambre. Punto final. 

22 de agosto de 2013

Escuchando a John Mayer y algo más

Jueves por la noche en la ciudad. En primer lugar, escribo estas breves líneas para recomendar algunos discos que compré y otros que descargué por Internet: 

John Mayer, "Born and Raised" (2012, Sony Music/Columbia)
Manal y Vox Dei, "Obras Cumbres" (2006, Sony Music)
Stevie Wonder, "Ballad Collection" (1999, Universal)

Lana del Rey es una artista original y con talento, pero no me me convenció su forma de cantar. En un momento pintaba para despegar hacia el éxito masivo, pero varios discos parecen repetitivos. En fin, más allá de que mis finanzas no pasan por la mejor de las instancias, voy a comprar sólo aquella música que haya chequeado previamente por You Tube o un servicio similar a fin de no llevarme un chasco y malgastar plata en cualquier bazofia.  De todos modos que tengo la cantidad suficiente de discos y música en mp3 como para poder disfrutar un poco de la diversidad de géneros musicales que existen. Muchas veces cuando transcurre cierto tiempo un objeto nos remite a una situación determinada: por ejemplo, nos ponemos a pensar qué estabámos haciendo cuándo lo compramos, en qué lugar lo compramos, o cuánto esfuerzo nos costó ahorrar el dinero para hacerlo. Se me ocurre pensar que el valor que le damos a las cosas está relacionado con esto último, es decir, con el sacrificio o el esfuerzo que tuvimos que hacer para adquirirlas. Pero eso va en cada uno, dado que hay personas que están en una situación económica muy sólida y que ni siquiera hacen ese tipo de análisis porque pueden acceder con facilidad a los bienes y servicios. Con el rubro indumentaria mi situación es curiosa, porque trato de elegir ropa moderna pero quizás no me doy cuenta que ya estoy grande para lucir como un pendejo. Otra cosa que me sucede es que nunca encuentro el talle adecuado, a pesar de que no soy tan gordo como podrían imaginar los lectores. En fin, me voy a preparar la cena y dejo las conjeturas para un próximo post. Saludos!! 

18 de agosto de 2013

Recuerdos de la infancia en un domingo melancólico

Hacía rato que tenía ganas de escribir algo en el blog, pero por cuestiones de laburo lo fui postergando. Por fin me doy el gusto de redactar unas líneas, en esta fecha tan especial como el Día del Niño. Hay muchos chicos en Argentina que se ven obligados a mendigar o a trabajar a una edad muy temprana, y en muchos casos hay padres inútiles e irresponsables detrás de este flagelo que mandan a sus hijos a trabajar mientras ellos derrochan el dinero o no contribuyen a la economía del hogar. Yo todavía no tengo hijos, pero siempre fui de la idea de que hay que pensar muy bien antes de traer un hijo al mundo. Una cosa es tener sobrinos o primos, y otra muy diferente es asumir la responsabilidad de la educación y crianza del pequeño. Además, las familias optan por tener cada vez menos hijos por el costo que ello trae aparejado. Desde que nacen, con los pañales, los controles pediátricos, los medicamentos, la ropa, los juguetes que todo chico quiere tener, la leche maternizada (creo que se llama así), son todos gastos que motivan una gran erogación en los primeros meses. Por lo general, las mujeres son las que sienten una natural inclinación a ser madres, es parte de su naturaleza, el cuerpo de la mujer está preparado para concebir un hijo. El hombre muchas veces lo ve desde otro punto de vista, lo cual no quiere decir que no vaya a amar a su hijo. La voracidad comercial hace que cada vez haya más productos orientados hacia los chicos, y no sólo juguetes: los chicos tienen su primer celular a una edad cada vez más temprana, y el consumismo hace que quieran una Playstation o una Tablet, en fin, ¿cómo explicarle a un chico que en esta sociedad capitalista el dinero no alcanza para todo? 

La publicidad nos invade, sobre todo por la TV, y si los grandes están buscando el último smartphone o miran con ambición el último modelo de un auto, ¿cómo pedirles a los chicos que se comporten de un modo diferente? Sólo algunos adultos se dan cuenta de la importancia de tener sólo lo esencial, de vivir con la mayor comodidad posible pero sin ser esclavos de la tecnología o de una publicidad de Mc Donald's. Yo aprendí eso hace bastante ya, por supuesto que compro cosas que me gustan dentro de mi presupuesto, pero no me importa un carajo que haya aparecido algo nuevo. Si se me rompe el celular, lo reemplazo por otro, pero sólo en ese caso, para mantenerme comunicado, no porque tenga Wi-Fi, whatsapp o todos esos chiches nuevos. Los discos que tengo son quizás mi mayor tesoro, los cuido y los escucho, pero no soy coleccionista, no los tengo en una vitrina para que la gente los vea, me gusta disfrutar de la música. Y del mismo modo podemos hacerlo extensivo a otros órdenes de la vida. La ropa no me quita el sueño, me gusta andar vestido de una forma prolija o casual según las circunstancias pero no dejo que me impongan una moda, ni voy a pagar fortunas por una marca equis. Son maneras de entender la vida que uno va aprendiendo, y lleva tiempo darnos cuenta de que lo que más debemos cuidar es nuestra salud. Todo lo demás va y viene. Punto final. 

12 de agosto de 2013

El día después de las PASO

Finalmente, como es de público conocimiento, en estas Elecciones Primarias Sergio Massa se impuso sobre Insaurralde por cerca de 5 puntos. Yo no lo voté: de hecho, corté boleta y lo hice solamente en el orden local, dado que tengo cierto conocimiento de la idoneidad (o no) de los candidatos de mi ciudad. Pero volviendo a "Massita", como lo calificaba despectivamente Néstor Kirchner, creo que la gente no lo votó por convicción, sino porque se oponía al Gobierno. Lo que se suele denominar "voto útil". Tampoco me parece que Massa haya sido votado por las clases altas o que gozan de ciertos privilegios. Si nos tomamos el trabajo de analizar los distritos en los que ganó, veremos que se trata de municipios humildes y postergados, con excepción de Vicente López, Tigre o San Isidro. La pregunta que muchos se hacen ahora es si Massa puede ser un "presidenciable". Ante todo, deberá ratificar la buena elección que hizo en las PASO cuando lleguen las legislativas del 27 de octubre. Y luego habrá que ver con qué sectores del establishment logra sustentar su candidatura para 2015. Como todos sabemos, nadie llega a la Presidencia sin el apoyo de los empresarios e industriales, que son los que generalmente ponen la guita para financiar la campaña. O algún venezolano radicado en Miami como Antonini Wilson que ponga 800.000 billetes verdes.

 Insaurralde sigue siendo un desconocido para la mayoría de los bonaerenses, en tanto que Massa fue Jefe de Gabinete e Interventor de la ANSES, entre otros cargos. Podemos coincidir en que Tigre es un municipio "cheto", y que Massita supo seducir al electorado desde la Intendencia que aún ocupa, con espectáculos musicales y deportivos, eventos culturales, y mucho glamour. Pero insisto, no sólo fue votado por la "gente bien", sino por todos aquellos que lo vieron como la alternativa más fuerte para castigar al Gobierno al sentirse desencantados con los resultados de esta supuesta "década ganada". Desde el Frente para la Victoria sostienen que Massa es el candidato de las corporaciones. O de la "corpo", como les gusta decir a los K. Debo admitir que no me gustó para nada, como lector de diarios, el apoyo indisimulable que Massa obtuvo del Grupo Clarín y La Nación, que rápidamente lo ungieron como el elegido para romper con el modelo. Todavía hoy, siendo un adulto, me pregunto tras el resultado de los comicios si será cierto aquello de que "el pueblo nunca se equivoca". Massa hizo una campaña inteligente, supo capitalizar el descontento social y se mostró conciliador. El estilo que está en boga por estos días indica que hay que evitar las chicanas políticas y mostrar un discurso uniforme. Veremos qué sucede en octubre. A pesar del aluvión de votos que obtuvo, lo cual no deja de ser alentador, para mí Massa sigue siendo una incógnita. Punto final.

8 de agosto de 2013

Nosotros y los miedos

Jueves por la tarde en la ciudad. Aprovechando el escaso tiempo libre disponible, me propuse actualizar el blog. No me gusta dejar pasar muchos días sin escribir aunque sea algunas líneas. Entramos en la recta final de las PASO, y ninguno de los candidatos (o precandidatos) me convencen. Los spots publicitarios, los afiches, los pasacalles, los globitos, los panfletos, no son más que mero cotillón. Y en cuanto a las propuestas, hasta aquel vecino que no es candidato a nada puede tener una buena idea. La cuestión es que digan cómo lo van a concretar, de dónde saldrán los fondos, con qué instituciones van a articular, etc. La seguridad nos preocupa a todos, más aún cuando no sólo se meten a robar en tu casa, sino que además te golpean y amenazan a tu familia. Nunca fui víctima de un hecho semejante, y espero que nunca me ocurra algo así, pero no hace falta ser demasiado perspicaz para darse cuenta del shock emocional que un atraco semejante le produce a cualquier persona. 

Creo que nos estamos acostumbrando a vivir con miedo, a enrejar  los frentes de las casas, a instalar alarmas o cámaras, y si bien es cierto que somos un pueblo chico, el delito ha asumido modalidades propias del Conurbano. Estamos acostumbrados también a ver cómo la Policía detiene a dos "perejiles" con unos gramos de marihuana encima, pero se muestra incapaz de dar con los responsables de los grandes delitos. Me parece que tenemos que replantearnos por qué hay personas que delinquen, si lo hacen por necesidad o si para ellos ya es casi una forma de vida. Acá en Lobos ya no contamos con el Foro de Seguridad, y es probable que no se vuelva a organizar en un corto plazo, luego del escándalo que trajo aparejado su disolución. Nadie va a querer comprometerse representando a una institución para que luego lo acusen de querer "politizar" al Foro. Por eso es que a veces digo, pongamos las cosas en su lugar. Cuando llegue el momento de meter el sobre en la urna, no importa a quién votes, pero sí que lo hagas convencido de que es la mejor alternativa posible. Dejemos de ser rehenes de las grandes estructuras políticas, dejemos de votar a dinosaurios, busquemos candidatos con los cuales no sintamos identificados en algo. Ya sea en su pensamiento o en su plataforma electoral, ¿no les parece lo más acertado? Punto final.

5 de agosto de 2013

Las "sonrisas de dentífrico" de los candidatos

Se demoró un poco, pero aquí tienen ante ustedes el primer post de agosto. En estos días previos a las PASO, el bombardeo de spots publicitarios de los partidos políticos ha sido incesante. Siempre consideré que en estas instancias, cuando los candidatos están en campaña, salen a relucir las miserias de la política y los discursos vacíos que ni siquiera son tales. En realidad, son eslóganes, frases hechas que queda bien declamar en público, como por ejemplo que "estamos muy preocupados por la seguridad", o "este modelo nacional y popular ha permitido un crecimiento nunca antes visto". Por supuesto, yo no sé que haría si fuera candidato, seguramente repetiría las mismas boludeces que hoy estoy criticando. Pero no nos digan lo que hay que hacer, que ya lo sabemos todos: digan cómo lo van a hacer. Pónganse las pilas de una vez, porque al electorado lo podrán engañar una o dos veces, pero la gente tiene memoria y sabe quién fue Domingo Cavallo, el mismo que hoy tiene la caradurez de postularse como candidato a Diputado en Córdoba. Queda la incógnita de saber cuántos menores de 18 años votarán en esta experiencia novedosa a la cual yo me opuse desde el primer momento, como sabrán quienes han estado leyendo el blog. Lo que me pareció una vergüenza fue el uso electoralista que hizo el Frente para la Victoria de una foto del Papa con Cristina y el ignoto Insaurralde, pegando afiches por todo Buenos Aires. Lo más probable es que ganen las elecciones, pero me pregunto si hacía falta caer a recursos tan bajos. Punto final.

31 de julio de 2013

Reflexiones nocturnas

Este mes que está próximo a concluir se me ha hecho largo y tedioso, aunque tuvo algunos buenos momentos, siempre los hay, como el hecho conversar con amigos que hacía tiempo que no veía. A veces siento que este blog, es un espacio donde he logrado muchas cosas por más que nunca busqué que tenga una veta comercial. Básicamente, porque lo que hago es explorar temas que quizás no encajarían dentro de un portal de noticias.  

Acá mismo, donde ustedes están leyendo, fui contando de un modo inconsciente la historia de mi vida desde 2005 a esta parte. Desde hace un par de meses tomé la decisión de "bajar un cambio" y de tomarme las cosas con más calma, aunque no consiga lograrlo del todo. A cualquiera de nosotros, nos suceden cosas que nos superan, porque no sabemos cómo actuar ni cómo reaccionar. Y es un aprendizaje, que nos pone a prueba y que dura todo el tiempo que estás acá, hasta que te morís. Si tenés hijos, tratás de transmitirles a ellos tu experiencia para que se vayan preparando a lo que vendrá. Pero la mayoría de las veces no hacen caso, yo tampoco escuché a mis padres cuando me dieron un consejo alguna vez.

Las oportunidades llegan cuando uno menos se lo espera, y no te recrimines excesivamente si no pudiste alcanzar alguna de ellas, porque la vida siempre da revancha, y no sabés lo que te puede esperar a la vuelta de la esquina.

Cuando la gente te critica porque estás haciendo algo nuevo, generalmente actúa de esa manera porque envidia tu esfuerzo y no puede seguirte el tren. Yo cuando apuesto fuerte, lo hago, y me he jugado por causas o por proyectos en los que nadie ponía un mango. Puede salirte mal, pero es una entre dos alternativas posibles.

No se puede dejar conforme a todo el mundo y no está bueno tampoco intentarlo, porque en tal caso estaríamos cayendo en la hipocresía y la falsedad de palmearle la espalda a todo el mundo y sonreír, esa sonrisa calcada de un afiche publicitario. Conozco mucha gente así acá en Lobos, y lo que puedan decirme a favor o en contra no me interesa. En realidad, a ellos también les importa un pito lo que yo haga, entonces dejemos las cosas como están y listo.

Nos queda poco de ciudad de antaño como la tranquilidad y los amigos de la infancia. Cada uno está con sus propios quilombos y no hay tiempo ni guita para juntarse de vez en cuando. Pero quienes hemos vivido en Buenos Aires alguna vez sabemos que hay que tratar de rescatar un poco de todo para darle un sentido al lugar donde vivimos e interactuar con los demás de un modo inteligente. Esto último es especialmente válido para el laburo que vayas a encarar, porque hay que aprender un poco de relaciones públicas, del buen trato, el respeto, y todos los sinónimos que deseen sumarles.

Hoy está todo tan radicalizado, que no se admite que un periodista reconozca logros de este Gobierno y al mismo tiempo marque sus puntos débiles. O se es obsecuente, o si estás en la vereda de enfrente pasás a ser considerados opositor, cipayo, gorila, destituyente. Los periodistas se enfrentan entre sí buscando posicionarse ante la opinión pública en lugar de subirse al ring con los funcionarios, para cuestionarlos, pedirles explicaciones, ser esclarecedores en medio de la polémica. Explicar lo que está sucediendo con palabras sencillas, de forma tal que lo comprenda cualquier vecino, ha dejado de ser la misión del periodista, porque es evidente que en muchos casos donde lo que predomina es arrimarse a un lado de la balanza para obtener una supuesta cuota de poder o privilegios. 

No voy a utilizar este espacio para hablar de principios o convicciones, yo sigo mi camino a cada paso que doy, y cada uno hará lo propio por su cuente. Podés perder muchas cosas, pero lo que menos debe sucederte, es perder credibilidad ante tu audiencia o tus lectores. Pero el público no es estúpido, a más de uno que sale por la tele se le ha caído la careta cuando sorpresivamente "se dio vuelta" para caer parado, como los gatos. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 


28 de julio de 2013

Escuchando a Fleetwood Mac

Domingo por la noche en la ciudad. Para quienes pertenecemos a otra generación, realmente da pena entrar a un local de Musimundo, que supo ser la cadena de disquerías más importante del país. Las bateas de CD's han quedado reducidas a su mínima expresión, y la  mayor parte del espacio de cada sucursal es ocupado por notebooks, televisores o equipos de aire acondicionado. El último sábado fui a un shopping de Lomas de Zamora y me encontré con un local de Musimundo. Tenía la intención de comprarme algún "disquito", a pesar de que se están volviendo cada vez más obsoletos para los estándares actuales. Lo cierto es que comprar música (siempre que no sea a valores exorbitantes) para mí siempre ha sido un placer, y aún en los "Musimundos" más pequeños persiste una variedad que no se puede encontrar en Lobos o en ciudades vecinas. Al final, me traje un disco doble de Fleetwood Mac ("The Very Best Of"), y uno de los últimos que grabó el Flaco Spinetta. Unos días antes de viajar había estado visitando el sitio Web para ver qué discos que me gustaban podía conseguir dentro de mi limitado presupuesto. Hacía rato que quería tener un compilado de Fleetwood Mac: si tuviéramos que trazar un paralelo con el estilo de otra banda sería difícil, porque fueron mutando el sonido. Me fascina la voz de Stevie Nicks cuando interpreta clásicos del grupo como "Dreams" o "Gypsy". Como suele suceder, hay temas del disco que no me convencen del todo, pero es imposible dejar satisfechos a todos los fans en sus preferencias. Lo que me parece interesante es el cuidado con el que se ha realizado esta compilación, con los tracks remasterizados, un booklet muy interesante y una presentación que vale la pena en relación al precio.

Hubo un tiempo en que entrar a una disquería me provocaba una sensación parecida a la de ir a un parque de diversiones. Desde mi adolescencia he sido un melómano, pero ahora que hay otras opciones disponibles también bajo música en formato mp3 para poder escucharla cuando estoy descansando en la cama o salgo a caminar. Recuerdo haber comprado un Discman Sony a mediados de 2003, que funcionaba a pilas. El aparato me costó carísimo, pero era un poco incómodo y justo lo compré en plena transición entre los compacts y los reproductores de mp3. Con el paso de los años terminé sucumbiendo al mp3 (ya he comentado varias veces la baja calidad de sonido), y me compré un reproductor que se carga vía USB. Pensé que con una capacidad de 4 GB iba a ser suficiente. Y en su momento lo fue, pero ya me está quedando chico. Por eso selecciono bien las canciones para aprovechar al máximo el espacio, hasta que pueda juntar unos pesos y comprarme un símil I Pod de 8 GB que me libere un poco. En fin, es hora de cenar y tengo a mi sobrino de visita. Otro día les sigo comentando. Punto final.

Hasta que el destino nos alcance

  Nos tocó otros comienzo de semana con lluvia. La verdad es que hacía tiempo que tenía ganas de escribir algo nuevo. Pero, que sea algo “nu...