15 de diciembre de 2013

Represión, ¿sí o no?

"Están pasando demasiadas cosas raras para que todo pueda seguir tan normal", cantaba con furia Charly García en una canción del álbum de su aclamado disco "Clics Modernos". Y algo parecido es lo que está sucediendo ahora, donde desde el Gobierno se habla de "extorsión policial" tras los robos, destrozos y saqueos que se  multiplicaron en varias provincias. En realidad, ante la ausencia del Estado, se vive en una situación de virtual anarquía, de lucha cuerpo a cuerpo, de pobres contra pobres. De comerciantes con itakas o escopetas subidos a los techos de sus locales y armando trincheras para impedir el acceso de los vándalos. Y pensar que un Presidente nos hizo creer una vez que ya pertenecíamos al "Primer Mundo"...

Que las fuerzasde seguridad reclamen mejoras salariales es atendible, del mismo modo que lo hacen otros trabajadores. El tema es cómo responde el Estado en el "mientras tanto", para que no haya zonas liberadas y los delincuentes puedan actuar con total tranquilidad. También encontramos hechos inaceptables en Capital Federal, donde un puñado de inadaptados que se autoproclaman hinchas de un club de fútbol arrasaron con todo lo que encontraban a su paso en pleno Microcentro. La gestión kirchnerista se ha caracterizado por evitar la represión, y es una manera de entender las cosas. Pero considero que la represión legal, emanada de una autoridad competente, que tenga como propósito disuadir los disturbios y no matar, es necesaria. De lo contrario, le estamos otorgando a los vándalos el derecho de ganar las calles y provocar toda clase de desmanes con total impunindad. "Represión" es una palabra fea quizás, que nos remite a los tiempos de la Dictadura, pero tiene que haber una forma de contener a quienes alteran el orden público y avanzan sobre la propiedad privada. Es una cuestión en la cual nadie quiere comprometerse demasiado, quizás porque nos trae recuerdos de aquel trágico 2001, sin embargo debemos comprender que si el Estado no protege a los ciudadanos, con armas o como sea, estamos a merced de la delincuencia. Y cuando la cosa se pone "heavy", no hay cámaras de seguridad que valgan. Podría extenderme más sobre esta cuestión pero creo que es una buena oportunidad para que reflexionemos acerca de lo que sucedió en los últimos días. La pregunta sería: ¿Quién se hace cargo de todo esto? Punto final.

Octubre

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