30 de diciembre de 2005

DEL "ESTILO K" Y OTRAS YERBAS



Cuando comenzó el mandato del presidente Kirchner, el 25 de mayo de 2003, nadie sabía bien de qué se trataba. Me refiero a que -excepto para aquellos residentes de Santa Cruz, provincia que el actual mandatario gobernó varias veces consecutivas- el flamante presidente era un virtual desconocido.
Hoy, vemos cómo todavía es motivo de una importante cobertura periodística el intentar elucidar las causas y consecuencias de una forma de gobernar. Se trata de un estilo que los propios medios de prensa se han encargado de bautizar como “estilo K”. Confrontativo, autoritario, duro, de escaso apego al protocolo.
No obstante, bien podríamos mencionar como rasgos del "estilo K", una firme voluntad política para no dilatar la toma de decisiones, sean éstas de la naturaleza que fueren.
El canje de los bonos argentinos en default, la cancelación de la deuda contraída con el FMI, la renovación de los ministros la Suprema Corte de Justicia, son logros que, quizá por la vorágine del devenir cotidiano, no reconocemos en toda su magnitud. Este gobierno ejecuta. Toma decisiones con una convicción a la que no estábamos acostumbrados, luego de esa larga y penosa siesta de 2 años bajo el gobierno de la Alianza que pulverizó los sueños y aspiraciones de la clase media.
Podrá discutirse largo y tendido acerca de la naturaleza de las decisiones adoptadas por el actual gobierno, pero se nota que, al menos, la sangre no llega al río. Tras 10 años de convertibilidad y posterior devaluación, los argentinos hemos vuelto a leer la palabra “inflación” en la primera plana de los diarios. Este gobierno debió lidiar contra el ánimo de lucro desmedido de empresarios y comerciantes y está dando muestras de luchar contra este flagelo, como lo haría cualquier otro, pero utilizando todas las herramientas que el Estado tiene a su alcance. Desde luego, es una tentación muy difícil de resistir la de caer en el "control de precios" de los productos alimenticios. En una economía de libre mercado, tal decisión no implica más que un desatino y un retroceso que nos remite a las épocas más opresivas de la ex Unión Soviética.
Demás está decir que no me estoy volviendo oficialista ni mucho menos. Este modelo económico no me ha beneficiado de ninguna manera. Pero sí puede verse como una etapa de transición hasta que la industria nacional recupere su capacidad productiva, con una paulatina sustitución de las importaciones por artículos de producción nacional.
En un país signado por la desigualdad, por la fragmentación social, por la pertinaz resistencia al cambio, por la iniquidad que implica para millones de argentinos no tener acceso a un trabajo digno, lo expuesto precedentemente nos parecen medidas insuficientes, que de modo alguno dan solución a los problemas de fondo.
Aquel que lea asiduamente los diarios más influyentes de los Estados Unidos (The New York Times y The Washington Post) podrá percibir cómo sus columnistas advierten sobre la amenaza un brote izquierdista en este hemisferio. Citan, por ejemplo, el caso del presidente electo Evo Morales (Bolivia), y los actuales mandatarios Lula Da Silva (Brasil), Hugo Chávez (Venezuela), Tabaré Vázquez (Uruguay), y Néstor Kirchner (Argentina). Fundamentan este giro a la izquierda en el desencanto que muchos latinoamericanos sienten hacia los Estados Unidos, y en particular hacia su presidente, el más impopular en toda la historia del país de Norte.
Lo cierto es que, en lo que respecta a nuestro país, debemos aprender a aceptar la idea de una izquierda “a la Europea” ¿Será posible lograr ese modelo sin caer en actitudes revanchistas y en pases de factura constantes? Una izquierda que asuma la responsabilidad de los actos. Que no se esconda tras el piadoso manto del olvido. Sin hechos de violencia, sin intentos por quebrantar el orden institucional, y –por sobre todas las cosas- con una firme vocación por preservar el sistema democrático y la plena vigencia del Estado de Derecho. Jacques Chirac, el premier francés, es un socialista de pura cepa, en un país de larga tradición socialista, y nadie supone que su filiación política vaya a poner en riesgo las libertades individuales o los derechos civiles.
En consecuencia, no existen motivos valederos para alarmarnos en el caso de que eventualmente nos gobierne una fuerza política de izquierda (a mi criterio, la administración Kirchner no lo es). No nos olvidemos que hemos admitido y tolerado que lo hicieran fracciones políticas vinculadas a la centro derecha, e incluso a la derecha más recalcitrante, conservadora y extremista, y los resultados recogidos distan bastante de ser exitosos.

Esperemos que este 2006 que está a punto de comenzar, nos traiga a todos los actores sociales la lucidez suficiente para comprender que debemos abandonar este estado de alteración permanente y asumir una actitud que tienda al fortalecimiento de las instituciones y a garantizar la gobernabilidad del país.

21 de diciembre de 2005

EL FUTBOL LOBENSE DEBE MIRAR HACIA EL PROFESIONALISMO


La profesionalización del fútbol local: ¡Por fin sucede!

Desde hace largo tiempo se viene hablado del amateurismo en el fútbol local como principal característica que lo define, pero al estar solo a 100 Km. de Capital Federal y teniendo en cuenta además lo que ha evolucionado el fútbol en todos sus estamentos, ¿Por qué se quiere seguir siendo amateur? ¿Qué es lo que indica que se debe continuar de esta manera? Un ejemplo válido de que se pueden conseguir objetivos más ambiciosos es el trabajo realizado por el Club Deportivo Coreano? Esta institución, cuando realizó el trabajo con seriedad, responsabilidad y profesionalismo, logró resultados sorprendentes y se llevó la recompensa mayor, como es el campeonato de primera división.

Ahora se habla que otro club de nuestra ciudad hará un trabajo similar al del Deportivo Coreano para mejorar la producción realizada en el torneo que pasó, pero me pregunto ¿tuvo que venir gente relacionada con el fútbol desde otro lado para demostrar que en Lobos se puede profesionalizar el fútbol?, ¿La gente de Lobos no esta preparada para ser profesional?, ¿o no quiere ser profesional?, y por este motivo prefiere ir a jugar para divertirse sin importarle el entrenamiento y la vida sana (ahhh que tema toqué!), pues es sabido que varios jugadores de primera del fútbol local que el sábado salen toman fuman y demás actividades nocturnas, el día del partido (es decir, el domingo) no saben ni como se llaman y su rendimiento no es el mejor. La pregunta es: ¿Cómo parar esto?, ¿Acaso los integrantes del cuerpo técnico tendrán que ser tan drásticos como para decirles “vos no jugás mas” por su indisciplinado comportamiento? Esa podría ser una solución fácil, pero yo prefería otra y es LA PROFESIONALIZACIÓN DE TODO EL FÚTBOL LOCAL.
Como ven, se trata de un proceso mas largo y complicado, pero absolutamente necesario. Si comenzamos a tomarnos en serio lo que implica una competencia deportiva, a la larga veremos que nuestro fútbol local será mejor que ahora.




16 de diciembre de 2005

EL JUEGO DE LAS LAGRIMAS

¡Se nos viene encima diciembre! De hecho, ya estamos inmersos en la vorágine del último mes del año, que nos depara todo tipo de situaciones de diversa índole, derivadas de los festejos navideños y del esfuerzo que mucha gente hace por mantener las apariencias y cuidar las formas en la Noche del 24, en la tradicional reunión familiar, no vaya a ser cosa que, exacerbado por el alcohol, en un rapto de honestidad brutal a alguno se le escape un “entripado” y genere una disputa no prevista que termine con la parentela cagándose a botellazos mientras los fuegos artificiales surcan el aire. Pero pongámonos serios. A menudo, nuestra vida se parece bastante a un racimo de senderos que, llegado un punto, se bifurcan, pero que no van a ninguna parte. Antes de que el lector se horrorice, le confieso que me da vergüenza haber perpetrado una frase tan cursi como la anterior, sobre todo mientras el cursor del procesador de textos, titila, desafiante, invitándome a borrar la pelotudez que he escrito segundos antes, pero en este momento de mi vida los hechos me demuestran que es así. Como ser medianamente sociable que soy, comparto lo que me sucede con otras personas, tratando de no agobiar a mi interlocutor. Cada día me convenzo más de que la apatía y el no saber qué estamos haciendo de nuestras vidas es un común denominador. Nadie conoce bien el sentido de la vida, y -en realidad- estamos demasiado ocupados intentando remarla día a día como para hacernos planteos metafísicos. El que tiene un trabajo (en negro, en blanco, o en gris), se aferra a las migajas conseguida tras varios años de laboriosa lucha y hace lo imposible por mantenerlas, a expensas del jefe que te putea y/o forrea impunemente abusándose de su posición jerárquica. El que no tiene trabajo, lucha por conseguirlo, obviamente, y ello hace que mire la vida desde un costado. Siente que se le va el tren, y que no llega a alcanzarlo. El nivel de agresividad, de locura, de intolerancia que hay en la calle puede atribuirse a diversos factores.

 Cuando cruzamos de calle para no saludar al vecino al que antes saludábamos con bastante cortesía, cuando esquivamos la mirada pretextando que estamos apurados, estamos evidenciando nuestra incapacidad para abstraernos de lo que nos agobia y detenernos a pensar en lo que realmente tiene valor. En lo perdurable, en lo que va más allá de un mero deleite de los sentidos. Basta detenerse unos instantes a observar los gestos serios y adustos de los ocasionales transeúntes. Esto es síntoma de una sociedad en la cual lo que nos divide es la pertenencia a tal o cual partido político, nuestra afición a tal o cual club de fútbol, y la lista sigue... Este cuadro de situación nos hace vivir cada vez más alienados, cada vez más encerrados en los círculos íntimos (familia, amigos, un puñado de buenos conocidos y malos por conocer). 

La idea de las autopistas que se cruzan entre sí no es casual. Es cierto que podría haber escogido una imagen mejor para introducir este texto, o más referencial, pero es una imagen que me parece válida. Esos caminos, que no sabemos si nos llevarán a un destino cierto, son los que  seguimos recorriendo para darle un sentido a nuestro presente. 

Hay, además, un deseo de trascender, de que alguien nos recuerde, de no ser dos números entre dos paréntesis, como en las enciclopedias. "Fulano de Tal, (1945-1982). Director de cine sueco". Siempre me pareció muy loco que la vida de una persona quedara reducida (con suerte), a dos paréntesis. 

 Pero tal vez lo extraño de todos esos senderos es que, consiguiendo como orientarnos hacia cualquiera de ellos, ya podemos tener vía libre para indagar en los otros.

7 de diciembre de 2005

ESTAREMOS EN CONTACTO



Tras algunos días de inactividad, retomo con este escrito el contacto con los lectores (la modorra de diciembre nos sacude a todos por igual, quédense tranquilos). Ante la inminencia de las Fiestas y los buenos deseos, salutaciones y felicidades que sobrevienen de éstas, lo mejor es mantenerse a salvo. No es que tenga aversión a estas fechas tan caras al sentimiento popular, sino que simplemente no me interesan, excepto por el hecho de que muchos amigos y allegados que residen en Buenos Aires o otras grandes urbes se atreven a pisar nuevamente este bendito suelo para compartir Navidad y Año Nuevo con sus respectivas familias.
De este año agonizante, me deja conforme el hecho de que este espacio sigue en plena actividad, que tiene repercusión, y que la gente me hace llegar sus comentarios al respecto. Se cumplieron los objetivos con los cuales fue concebido, lo cual no deja de ser una circunstancia venturosa. Desde luego, queda mucho por hacer. Posiblemente en el 2006 quien esto escribe y los colaboradores de CULTURA LOBOS nos embarquemos en metas más ambiciosas, algunas de las cuales están en conversaciones bastantes avanzadas. La idea es continuar. Con el sólo hecho de que una persona visite este sitio (aunque sea por un error de tipeo), todo el grupo de gente que compone este proyecto se siente motivado a seguir.
Desde hace tiempo decidí abandonar el ejercicio de la crítica sin emprender ninguna acción concreta. Me cansé de criticar a los demás sin hacer nada para revertir esa apatía. Este sitio, con sus limitaciones, es un intento de crear algo diferente. Sobrevive con no pocas dificultades, derivadas no ya de cuestiones presupuestarias, sino de disponibilidad horaria. Casi todos los anónimos escribientes que hacemos este blog tenemos otras ocupaciones, y procuramos compatibilizarlas de la mejor manera posible.
Desde el vamos hice la salvedad de que aquí no habrá discursos de barricada, al menos de mi parte. La intención es otra. Es despuntar el vicio de escribir, sin temor a que nuestros textos sean examinados por el jurado de un certamen literario. Por eso, este proyecto seguirá adelante, aún a costa de quienes gustan en criticar en forma velada o implícita lo que desde aquí hacemos. La idea ha sido siempre escribir para todos, no para un grupo de “iluminados” o intelectuales. Luchar contra los prejuicios de todo pueblo chico, como es Lobos. Derribar mitos estúpidos y estériles. Elevar por sobre la mediocridad general a las voces certeras y atinadas, que contribuyan a sacarnos de este estado de permanente indiferencia.
No nos interesa polemizar con nadie, ni darle espacio a voces reaccionarias e intolerantes, que sólo generan más violencia. Con estas premisas, nos encaminamos hacia el 2006. A sabiendas de que será un año de definiciones no sólo en lo personal, sino para el futuro de Lobos. Procuremos, pues, en estos meses del estío, entre bronceadores y bikinis, descubrir en el devenir cotidiano aquello que nos incite a darle a cada día el sentido de un día ganado, no de un día perdido.
EL DIRECTOR

Hasta que el destino nos alcance

  Nos tocó otros comienzo de semana con lluvia. La verdad es que hacía tiempo que tenía ganas de escribir algo nuevo. Pero, que sea algo “nu...