30 de septiembre de 2008

Ultimo post del mes, una hoja menos en el calendario

Ultimo post de septiembre. Fue un mes lindo, podría decirse emitiendo un juicio de valor bastante naif. No me quejo de los acontecimientos que van cayendo sobre mí como pedradas del destino, es lo que hay. 

Tenés días en lo que te sentís John Travolta con toda la pista de baile a tu disposición, y otros en los que todo se hace tan largo que parece una peregrinación a Luján. Muchas la gente le juega demasiadas fichas a una etapa particular del año, incluso sin razón aparente. Pero no lo veo mal, cada uno se aferra a lo que puede para seguir viviendo y creyendo en que algo va a cambiar. Yo solía hacerlo hace un tiempo, pero me embarga una sensación extraña al intentar fijarme límites temporales en este momento de mi vida. Trato de no indignarme por las atrocidades que veo a diario. A medida que envejezco voy tomando conciencia que formará parte de mi vida contemplar -y convivir- con ese paisaje absurdo. Intento rescatar lo bueno de las personas, enredarme en una conversación, esbozar una sonrisa de satisfacción luego de haber visto una buena película, maravillarme del talento ajeno para escribir un libro considerado que me estimule a ser mejor escritor. En fin, pequeñas semblanzas de la vida cotidiana.

26 de septiembre de 2008

Recordando a Sui Generis: una burbuja en el tiempo

Este blog está indisolublemente vinculado con la música, con los discos, con una forma de entender la vida que está basada en las texturas sonoras y en el placer que nos produce disfrutar de ellas. En mi caso, No sé si me considero un melómano, ni un coleccionista tipo Bobby Flores, simplemente encuentro satisfacción cuando escucho algo que en su momento marcó un quiebre, porque uno comprende todo lo que vino después fue replicando, más o menos, ese hito. Hace poco compré el compilado "Obras Cumbres", de Sui Generis, un infaltable en cualquier discoteca, aunque luego mi percepción fue más allá de la música y se centró en el contexto. Más de 40 años después, las canciones parecen bastante ingenuas y no han envejecido bien, sólo son aptas "para un fogón en la playa", como solemos decir. Ahora, si vos escuchás, por ejemplo, "Instituciones", o más concretamente ese disco en particular que es el último que Charly y Nito grabaron en los ´70, hay un salto de calidad notable respecto de los anteriores, que pese a todo no son malos artísticamente. 

Recuerdo cuando escuché por primera vez "Confesiones de invierno", una de las canciones más bellas del rock argentino, compuesta por un muchacho de 20 años que luego nos seguiría sorprendiendo, superándose en cada nuevo álbum: Charly García. Sui Generis fue algo único, dudo que alguna vez exista un dúo que se le aproxime, ni siquiera remotamente, al virtuosismo musical, al vuelo poético de Nito Mestre y Charly García. 

A veces me pregunto: ¿Cuántos chicos de 17 o 18 años escucharon alguna vez a Sui Generis, aunque sea por mera casualidad? Claro que no se trata de temas que pasen en el boliche, pero nunca viene mal que tener una visión de lo que pasó antes de que vos nacieras. Vos sos hijo de tu tiempo, pero antes ese lugar lo ocuparon otros, distintas generaciones dieron lo mejor de sí para ofrecernos su talento, su arte. Por suerte, Nito y Charly siguen vivos, aunque en situaciones totalmente diferentes. Pero siempre han sido compañeros de ruta, como en aquel regreso fugaz del año 2000: Nito se banca los excesos de Charly, y a su vez Charly tolera la voz eternamente aflautada de Nito porque sabe que su propio registro vocal está seriamente dañado a causa de los susodichos excesos. Pero siempre que volvés a"Confesiones de invierno", es el retorno a un sonido cálido y con un sesgo obsoleto quizas, pero que marcó una época, incluso para aquellos que vamos redescubriendo otras bandas que no fueron aceptadas masivamente ni lograron convertirse en un éxito comercial, cuando aún no era común hablar del "under", como contracultura o lo que fuere. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

23 de septiembre de 2008

Soy moderno, no fumo

Desde hace tiempo vengo advirtiendo una suerte de condena social hacia los fumadores que me resulta exagerada, cuando no reaccionaria. Estamos todos de acuerdo en que "el fumar es perjudicial para la salud" tal como reza en los paquetes de los cigarrillos. También podría decirse que fumar en una reunión convierte a quienes nos rodean en fumadores pasivos. Pero creo que la persona que fuma es plenamente consciente del daño que dicho hábito provoca y que no podemos confinarlo a fumar en plazas y parques. Por otra parte, rara vez alguien se toma el trabajo de hacer una distinción entre el fumador "social" y el fumador crónico, que consume cuatro atados por día y tiene su dentadura amarillenta por los efectos del humo. Seamos más tolerantes con los fumadores, y no creamos que toda la legislación antitabaco que proviene de Europa o de Estados Unidos es progresista o de avanzada. ¿Por qué EE. UU. no deroga o modifica la Segunda Enmienda de su Constitución que garantiza el derecho de cualquier persona a portar armas, en lugar de preocuparse por los fumadores?

21 de septiembre de 2008

Crónica de un fin de semana en...

Por esas cosas del azar, el sábado cambié mi rutina habitual (soy animal de costumbres) y posé mis alas sobre Twister, ese mamotreto, casi un monumento al mal gusto que se erige sobre la Av. Yrigoyen al fondo. Antes había en ese mismo lugar otro boliche que duró muy poco, se llamaba "La Loba". 
Retomando lo sucedido el sábado, debo decir que se trataba de un cumpleaños cuyo dueño desconozco, pero la modalidad de ingreso era la siguiente: dejabas una bebida (alcohólica, obviamente) en la entrada, y eso te concedía el derecho a entrar y a tener acceso a una barra libre. Como era fácil imaginar, en estos canjes o pseudotrueques uno simpre sale perjudicado: si llevaste un Cinzano o un vino de buena calidad, recibirás como contraprestación en la barra nada más que cerveza y algún otro cóctel (vale decir trago) preparado a las escondidas. 

Podría escribir largo y tendido sobre lo que vi anoche, debo decir que lo que más me asombró fue la cantidad de bellas señoritas totalmente borrachas e incapaces de tenerse en pie, dispuestas a tener una noche de sexo con el primer idiota que tuviera un auto (lamentablemente estoy excluido de ese grupo de idiotas, seguramente pertenezco a otro). 

El consumo de bebidas "blancas" (principalmente vodka de pésima calidad) ha crecido alrededor de un 300 % después de la crisis de 2002, y a sabiendas de esos datos las escenas que vi anoche no me extrañan, de otra manera deberían haberme provocado pánico. Se trata de la exacerbación de lo patético, de un culto incomprensible a la degradación humana, a la decadencia, a la ignorancia y a la tilinguería. Y aquí hago una salvedad: la noción de "buen gusto" es discutible y ha sido víctima de varios análisis de parte de personas con muchos más argumentos que yo, pero todos sabemos la diferencia entre lo que es una fiesta con gente más o menos conocida y que tenga onda, y lo que es un descontrol primaveral, el famoso "spring break" americano. En una próxima nota quizás me refiera más a esto último, aunque la idea principal ha quedado más o menos clara.

19 de septiembre de 2008

Volvió la era de la boludez


Con este humilde post retomo el contacto con ustedes, tras unos días en los cuales el blog funcionó a media máquina, como les he comentado. Hablando de bueyes perdidos, ayer conversaba con un amigo sobre lo efímero de las cosas, comenzando por nuestra propia existencia y siguiendo con los artículos de consumo, los usos y costumbres de una sociedad, las convenciones de una época, las modas, y la forma de entender la vida de cada uno se ha ido forjando.
Pero hay algo que permanece inalterable a lo fugaz, y es la estupidez. Pasan los años y los estúpidos siguen, se encarnan en el cuerpo de otras personas, y de algún modo se las ingenian para seguir subsistiendo.
La noticia malintencionada, tendenciosa, sensacionalista. Los golpes bajos de las películas del cine comercial americano. Las supuestas "avivadas" que repetimos a diario y que nos cuestan ser un país de cuarta, donde nadie en el mundo confia en nosotros (no sólo para invertir, sino en el plano individual). Ese es el precio que se paga por la estupidez que nos carcome a diario y que se va reinventando constantemente. Parece que ahora "descubrieron", por obra de la casualidad, que existen "tribus urbanas" (básicamente, niños bien que están al pedo y no estudian ni trabajan) y se regodean con eso. Por favor, señores! Tan bajo podemos caer?? Como dije antes, la prensa carroñera siempre existió, pero al menos no la veías todos los días en la pantalla de TV mientras comés milanesas al mediodía. Que me dejen de joder! (perdón por la indignación y el exabrupto)

17 de septiembre de 2008

Días bajo el sol

Hola, gente!!! No sé cuando se normalizará el blog (como les comentaba en el post anterior) para que los textos que escribo aparezcan publicados en la fecha que son redactados, pero mientras tanto yo sigo escribiendo, para despuntar el vicio.
Hoy el miércoles, y la mitad de semana tiene un sabor especial. En realidad, creo que cada día de la semana tiene una connotación particular, y conversando con amigos llegué a la conclusión de que no soy el único demente que sostiene esta afirmación. Los miércoles en general suelen ser días de transición, uno ya va pensando en el finde, y como nuestra vida no es más que una eterna espera hacia la nada, no me parece mal que uno haga ese razonamiento inconsciente.
Estamos a días del comienzo de la primavera en el hemisferio Sur, lo cual es un motivo para que los días comiencen a estirarse hasta el infinito, florezcan los helados, las remeras y los shorts. La primavera nunca me terminó de convencer del todo, porque se depositan demasiadas expectativas en tres meses en los cuales ya todo el mundo da el año por perdido y se prepara para ver qué va a hacer en el siguiente. Este año en particular se me pasó rapidísimo, y creo que no soy el único. Sin embargo, si analizamos minuciosamente todos los escándalos de corrupción, negociados, truchadas, accidentes fatales, desastres climáticos, y crisis financieras, veremos que este 75 % del 2008 fue suficiente para que ocurrieran toda clase de cataclismos. Digo esto sin ánimo de ser apocalíptico, porque obviamente hubo pequeñas cosas que nos han reconfortado en lo personal, y que son las que nos ayudan a vivir. Porque si vamos a esperar a que el Gobierno (éste o los anteriores) nos den motivos para ser felices y prosperar, seguiremos recreando el mito del eterno retorno.
PD= Hoy es un buen día para escuchar cualquier disco de Billy Joel con un cigarrillo Kool y un vaso de Cinzano con soda y limón

16 de septiembre de 2008

DE VEZ EN CUANDO LA VIDA

El título de esta nota, alude obviamente a la bellísima canción de Serrat. Y hay mucho de azar y de casualidad en los hechos que se van dando en nuestra vida. De lo contrario, sería un camino lineal del nacimiento hasta la muerte. Pienso que cuando algo da un giro imprevisto, una "vuelta de tuerca" por motivos ajenos a nuestra voluntad, ello se produce porque no podemos predecir las acciones del resto de la sociedad hacia nuestra persona. Es cierto aquello de que "uno cosecha lo que siembra", pero sobran ejemplos de gente que no sembró absolutamente nada y se encontró en una situación de prosperidad, por los motivos más insólitos. El filósofo francés Jacques Monod indagó sobre esto y escribió un ensayo notable, "El azar y la necesidad". No comentaré el contenido del libro por si alguien está interesado en googlearlo o en conseguir el ejemplar. Otro libro de cabecera, más conocido que el anterior, es "Del sentimiento trágico de la vida", de Miguel de Unamuno. Ambos autores abordan, a su modo, el misterio que es vivir. 

Las personas hedonistas, que buscar el placer en lo cotidiano o en viajes exóticos, no son necesariamente vulgares o haraganas, simplemente entendieron de un modo que puede resultar discutible, que el tiempo es ahora, y que si tenés la guita para viajar no hay razones para dejar de hacerlo. Yo no soy esa clase de sujeto, quizás porque mis aspiraciones son más modestas y encuentro placer en otro tipo de actividades. En fin, tiene razón la revista Noticias con su célebre slogan: "Entender cambia la vida". Punto final. 

15 de septiembre de 2008

LOST IN THE SUPERMARKET


Ayer visité uno de esos hipermercados que brotan como hongos en el Conurbano, con el propósito de aprovechar los descuentos que éstos ofrecen en determinados comestibles, y de paso, boludear un rato en el sector de Electrónica, donde uno no deja de maravillarse con los televisores LCD. Debo confesar que la comparación con mi modesto aparato de 14 pulgadas que tengo en mi cuarto me exime de cualquier comentario.
La cuestión es que, si se trata de una salida en grupo (familia, amigos, o lo que sea) uno se pierde fácilmente del resto en esos monstruos modernos. Supongamos que vas para el sector de librería, y otro de tus amigos está en la góndola de vinos, 100 metros al fondo de donde estás vos. Quizá sea porque me distraigo fácilmente cuando estoy viendo algo que me interesa, pero ubicarse dentro del súper no resulta sencillo. Cuando finalmente decidís que compraste lo que querías y buscás al resto de la tropa para salir del local, perdés entre 15 y 20 minutos deambulando por los pasillos. La solución: enviar un mensaje de texto. Por estúpido que suene, le mandás un mensaje a tu amigo/a preguntándole dónde cuernos está y de esa forma se evita ese inútil peregrinar por las góndolas. También hay que ser mesurado para resistir la tentación de los híper, porque siempre terminás comprando boludeces que en realidad no necesitás, o que -en todo caso- no son de urgencia. Por eso, la solución para los compradores compulsivos es ir con la plata justa, o bien con un pequeño excedente. Me gusta ir a lugares como el Coto de Temperley o de Ezeiza, hay mucha variedad y todo lo que sea ropa se consigue a buen precio. Y tomarse un café mientras descansas un toque luego de haber gastado suelas en la nave central, es accesible todavía. Pero con los crecientes aumentos de combustibles y peajes, ya no se puede viajar casi a ningún lugar alejado de Lobos con la frecuencia que lo hacía antes. Punto final. 

13 de septiembre de 2008

De nuevo en contacto

Hola, amigos, cómo están pasando este fin de semana? Seguramente cada uno en lo suyo, algunos trabajando, otros disfrutando del ocio, y habrá aquellos que podrán gozar de los encantos de alguna dama. En fin, hoy es sábado y la noche de Lobos, a pesar de que tiene sus altibajos, sigue siendo una de las más lindas de la zona. No tanto por la variedad de locales nocturnos, sino por ese encontrarse con amigos, disfrutar de un poco de buena música, contemplar los contornos y las formas de la anatomía femenina, enredarse en esas discusiones de café que son tan inútiles como divertidas.
Es muy probable que todo esto uno lo pueda encontrar en cualquier ciudad del planeta, pero Lobos es mi lugar, aunque más de una vez reniegue de muchas cosas que no puedo concebir ni entender. Precisamente, esa indignación está motivada porque creo que Lobos tiene potencial y está para dar mucho más de lo que en este momento ofrece, tanto a visitantes como a locales. A veces, es simplemente una cuestión de actitud. De ser una ciudad "amable". Vale decir, de tratarnos bien entre nosotros, porque eso te eleva por encima de la mala onda y te hace sentir que el lugar donde estás viviendo no es un agujero con cinco cuadras de centro sino un lugar onda "Cheers". Where everybody knows your name.

12 de septiembre de 2008

Hoy es viernes!!!!!!!!!!!!

Hola, gente, retomo el contacto con quien guste leer. Hoy es viernes, y hasta el más miserable de los mortales guarda una mínima expectativa por el fin de semana. No por éste en particular, sino por cualquiera. "Necesito distensión", cantaba Gustavo Cerati, y es cierto. Todos necesitamos distensión. Relajarnos. Parar la pelota para recapitular y hacer todo aquello que nos quedó pendiente en el resto de los 6 días. Proponernos mirar la vida con otros lentes, dedicar más tiempo y lo que realmente nos da satisfacción hacer. Aquel que no tome alcohol, la encontrará a su manera, y el resto de la humanidad encontrará refugio en una cerveza, un cigarrillo o en un asado entre amigos que surgió de un momento a otro. A mí me gustan los viernes, son una suerte de preludio de algo que quizás nunca se concreta, pero cuya posibilidad existe. Me gusta andar feliz por la calle, agudizar mis sentidos, deternerme en cosas simples y a menudo olvidadas, encontrarme con un viejo amigo o con un simple conocido, hablar sobre la vida, sobre nuestras vidas, y darme cuenta, al fin y al cabo, de que estamos todos en el mismo barco y que debemos aprovechar el viaje al máximo antes de que la nave entre a naufragar.

9 de septiembre de 2008

Crónica del domingo de Mahalia Jackson

Fue un domingo 7 de septiembre feliz. En la era del MP3 y del desprecio sistemático y malicioso que se hace de lo analógico, me sigue provocando placer encontrarme con compacts originales que han sido fabricados como corresponde, y no con la impresentable calidad promedio de los CD's industria argentina. Recomiendo el "Greatest Hits" de Mahalia Jackson, cantante de gospel que ha sido considerada la mejor en su género y se ha hecho acreedora a numerosos Grammys. A pesar de ser un disco importado, su valor no supera el de un CD nacional, quizá porque está descatalogado o por esa lógica perversa del mercado. Bueno, lo concreto es que aproveché la oportunidad y me compré un muy buen CD, que (de yapa) me permitió incursionar en un género del cual no tenía el menor conocimiento como es el gospel. Otro clásico que recomiendo (ya yendo a otras vertientes musicales) es "Storm Front" de Billy Joel (1989), que es, a mi criterio, el último gran disco de Billy Joel antes de que se dedicara a hacer giras y disfrutar de sus millones. Qué se yo, uno encuentra motivos para ser feliz y disfrutar en estos pequeños hallazgos cotidianos, y no me parece mal que así sea. El que tenga afición por la lectura, seguramente encontrará un oasis en una librería como El Ateneo o cualquiera de similares dimensiones, ¿o no?

8 de septiembre de 2008

Buenos Aires, 1998


Los únicos motivos por los cuales me gustaría vivir en Buenos Aires es por la oferta cultural que tiene, y esto implica no sólo el acceso a espectáculos y charlas gratuitas sino también que si te querés comprar un disco o un libro que no es necesariamente un best-seller, sabés que en alguna "cueva" lo vas a conseguir (o quizás por Mercado Libre).
Por supuesto, y yendo a cuestiones más acuciantes, otro motivo que me haría cambiar mi lugar de residencia es una oferta laboral concreta (o que al menos parezca serlo). Vivir en Buenos Aires es caro comparado con Lobos, y lo sé por los amigos que viven allí y que deben pagar un ABL súper inflado por el Sr. Macri , un alquiler que se hace cada vez más cuesta arriba y unas expensas que van a parar a las arcas de los administradores de edificios, que no hacen nada más que poner un portero inútil y que no es capaz de resolver ni el más mínimo problema inherente a tu departamento. Lo único que es más barato que acá son las tarifas eléctricas.


Cuando yo viví en Buenos Aires, era una ciudad distinta. Hoy me lamento de no haber ido a visitar museos y sitios históricos emblemáticos, pero era muy joven y prefería boludear en Callao y Santa Fe antes que descubrir la exhuberancia del Jardín Botánico o del MALBA. Trato de no arrepentirme de esas cosas, porque a pesar de todo no puedo negar que la pasé muy bien y que completé mis estudios de Periodismo obteniendo el título habilitante a los 20 años de edad.
En aquellos tiempos (fines de los noventa) ya se notaba que la desocupación golpeaba fuerte, los pendejos drogados e intoxicados por el pegamento te pedían monedas igual que lo hacen hoy, con la diferencia de que no andaban con un 38 en la cintura dispuestos a matarte si no les dabas un cobre. Muchos vivíamos en una nube de pedos, al compás del "uno a uno" y del furor de lo importado, una linda jodita que duró diez años pero que nos costó carísimo, tan caro que las consecuencias del dúo dinámico Menem-Cavallo las estamos pagando hoy.

5 de septiembre de 2008

Trenes y efedrina: volvemos a 1994!

Quizás si Carla Bruni no hubiera sido una top model internacional y actual Primera Dama de Francia, sus incursiones en la música habrían transcurrido sin pena ni gloria, pero lo cierto es que con esos antecedentes, sus discos despiertan una gran expectativa. No puedo decir nada sobre el contenido de las letras dado que no tengo la menor idea de francés, y la señora Bruni canta casi exclusivamente en ese idioma. Pero por lo que he escuchado hasta el momento, tiene un estilo muy particular que no le sienta nada mal. Los arreglos de los temas son interesantes, sin estridencias ni gastos de producción estrafalarios, digamos que se pretende dar un sesgo intimista en cada placa. Cuando escuche los tracks con más detenimiento haré más comentarios al respecto.
Mientras a muchos la edición del CD y DVD de los shows de Soda Stereo les pareció una canallada por la voracidad comercial de Cerati y los suyos, yo no me escandalizo tanto. Era previsible que algo así sucedería, y registrar un show en un disco es una práctica tan natural para dar por concluido un contrato con una discográfica que uno ya no se sorprende.
"Efedrina" volvió a ser la palabra de moda: la última vez que la escuché hasta el hartazgo fue en 1994, cuando el nunca bien ponderado Diego Maradona consumió esa sustancia que lo dejó afuera del Mundial, se acuerdan?
Vandalismo en los trenes de la Línea Sarmiento: ¿es noticia nueva? ¿Los canales de TV y los medios gráficos se rasgan las vestiduras por algo que en rigor de verdad viene sucediendo sistemáticamente desde hace años? Si bien es cierto que destrozos como los de ayer no se producen todos los días, esa ilusa compulsión marxista por la destrucción como fin para alcanzar un poder que en las urnas son incapaces de obtener sigue existiendo.

2 de septiembre de 2008

Despertando del letargo

Primer post de septiembre. Haciendo números, he descubierto que -contando el presente post- he llegado al mismo número de artículos que en todo 2007. Nobleza obliga, 2006 fue el año más productivo en cuando a cantidad de textos, pero otro hecho gratificante es que he superado la marca de aquel 2005 inicial (hay que hacer la salvedad de que en ese último caso comencé a escribir en junio).
Hay temas sobre los que me resulta particularmente fácil y placentero escribir, es decir, me siento cómodo haciéndolo, tales como música, libros, o bien alguna reflexión que surge de lo cotidiano. En cambio, hay otros asuntos que ameritan un abordaje más arduo, y creo que uno también debe reconocer sus limitaciones.
Lobos es una ciudad de contrastes, de ambivalencias, de dualidades permanentes. Se me haría difícil describir la idiosincrasia lobense para quien no es que aquí. Ultimamente me he "reconciliado" un poco con Lobos, he tratado de tener una mirada más benévola sobre determinadas cosas, porque considero que no puedo renegar sistemáticamente del lugar donde he pasado toda mi vida. No sólo no es bueno; tampoco sería justo, porque en esta ciudad me he hecho un lugar, que me ha costado bastante por cierto, y ahora que lo tengo no estoy dispuesto a cedérselo a otro alegremente. No me interesa ser una persona popular ni un referente social, simplemente pienso que es bueno saber que aquello que uno hace llega a alguien y produce un efecto, es decir, que tantas palabras tipeadas en la compu no han sido en vano.

Hasta que el destino nos alcance

  Nos tocó otros comienzo de semana con lluvia. La verdad es que hacía tiempo que tenía ganas de escribir algo nuevo. Pero, que sea algo “nu...