Tenés días en lo que te sentís John Travolta con toda la pista de baile a tu disposición, y otros en los que todo se hace tan largo que parece una peregrinación a Luján. Muchas la gente le juega demasiadas fichas a una etapa particular del año, incluso sin razón aparente. Pero no lo veo mal, cada uno se aferra a lo que puede para seguir viviendo y creyendo en que algo va a cambiar. Yo solía hacerlo hace un tiempo, pero me embarga una sensación extraña al intentar fijarme límites temporales en este momento de mi vida. Trato de no indignarme por las atrocidades que veo a diario. A medida que envejezco voy tomando conciencia que formará parte de mi vida contemplar -y convivir- con ese paisaje absurdo. Intento rescatar lo bueno de las personas, enredarme en una conversación, esbozar una sonrisa de satisfacción luego de haber visto una buena película, maravillarme del talento ajeno para escribir un libro considerado que me estimule a ser mejor escritor. En fin, pequeñas semblanzas de la vida cotidiana.
Blog de Lobos, ARG, desde hace 18 años en la Web.
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