Último día de
julio. Buen momento para pensar en cómo continuar la semana y qué resta por
hacer a futuro. La verdad es que queda mucho por delante, este mes se ha hecho
largo y recién mañana entraremos de lleno en agosto. Como siempre, cada
comienzo de mes arranco a cobrar las publicidades y avisos del portal digital,
y tendré que compensar de alguna manera a los clientes que se han dado de baja,
que no son muchos, pero que significaban una ganancia con la que hoy ya no
cuento. Es cuestión de lograr un equilibrio, ni más ni menos. A veces me cuesta
ponerle un precio a mi trabajo, pero me tengo que manejar con valores que me
sirvan para seguir invirtiendo. No puedo ir a pérdida bajo ningún concepto.
Tampoco quiero que me usen para una campaña publicitaria que a mí no me otorga
ningún beneficio. Yo vivo de esto, no es un hobby ni un
pasatiempo. Así que no habrá otra alternativa que establecer un tarifario
estándar para que todos los que quieran publicitar ya sepan de antemano el
costo que tendrá. Otra cosa que es útil es pedirles a los clientes nuevos un
plazo mínimo de tres meses para la pauta. No me sirve que me den un aviso por
un mes y luego se den de baja. Creo que a nadie le sirve, el cliente tampoco
puede esperar obtener un resultado óptimo en 30 días.
Lo mejor que nos
puede pasar, como suelo decir, es no esperar nada de nadie. De esta forma, todo
lo que nos llegue vendrá por añadidura. Estoy tratando de retomar mi ritmo de
trabajo habitual, de hacer frente mis problemas sin achacárselos a nadie,
haciéndome cargo de mi responsabilidad. Hay mucha gente que culpa a los demás
de todos sus infortunios, como si se pudiera establecer una relación causal
entre los vericuetos de la memoria. Es un escapismo que no suma para nada.
Nunca es bueno adjudicarle al entorno cuestiones donde la última palabra
siempre la tiene uno. Sentirse bien es una necesidad y un derecho. Todos
tenemos el derecho de mejorar nuestra calidad de vida. Y es una necesidad,
porque si no lo conseguimos nuestro ánimo empezará a flaquear. El camino hacia
el reencuentro con uno mismo es complejo, pero cada cual lo transita según sus
capacidades. No hay apuro, no es una carrera ni una competencia. Es un
despertar interno que puede demandar más tiempo según cada persona. Me parece
importante remarcar esto para no exigirnos más de lo que podemos dar.
La vida es un aprendizaje, deberíamos entenderlo así. Si las cosas no nos salen bien, es porque no hemos aprendido lo suficiente, o porque nos resistimos a emprender un cambio. Un cambio que nos conduzca a pensar distinto, sin condicionamientos de ningún tipo. Derribar mitos y prejuicios. Tener una mentalidad amplia para lograr un objetivo más ambicioso. Todo ello parece sencillo, pero varía de una persona a otra. En realidad, no es fácil cuando tenemos que cargar con una pesada mochila de ideas preconcebidas y erróneas. Ahora es momento de consolidar lo que se ha logrado y de pensar en nuevos desafíos.
La mayoría de
los partidos políticos presentará su lista en estos días. Aventurar un
resultado de los próximos comicios puede ser prematuro, habrá que esperar para
saber cómo es la reacción del electorado cuando la campaña se vaya
desarrollando y los candidatos visiten los barrios para dar a conocer su
propuesta. Se vota el 7 de septiembre, y luego otra vez en octubre para los
cargos de diputados y senadores nacionales. No sé por qué no unificaron las fechas
en lugar de desdoblar los comicios. Hay mucha gente que está desencantada con
la política tradicional y que no concurrirá a las urnas, es complicado
establecer un análisis a priori de la intención de voto, pero el contexto
nacional también entra en juego. Se presume que LLA hará una buena elección en
Lobos, esta vez formando una alianza con el Ejecutivo Municipal. El voto de la
oposición se concentrará mayormente en el peronismo, aunque esto no significa
“bajarle el precio” a las otras fuerzas políticas en pugna. Cada lista se
presenta con toda la carne en el asador, buscando seducir a indecisos e
independientes. La gente que aún no tiene definida su intención de voto
constituye el gran dilema para los encuestadores. Son sufragios que no están
cautivos de una pertenencia política y que pueden torcer el resultado de los
comicios.
La futura
composición del Concejo Deliberante es motivo de debate y de especulación. La
posibilidad de que la oposición se convierta en mayoría asoma en el medio de la
incertidumbre. Las bancas que se ponen en juego representan un anzuelo
atractivo para los candidatos, muchos de ellos sin experiencia en el
Deliberativo, en tanto que hay otros que ya han sido electos con anterioridad y
que vuelven a disputar un cargo luego de haber transitado por otras funciones. Si
la oposición logra ocupar la mayoría de los escaños, nos encontraremos ante un
escenario diferente respecto a lo sucedido en los últimos años. Se intuye que
el oficialismo no tendrá ya un rol preponderante en las discusiones en el
recinto como ha sido desde 2015 hasta la actualidad. La jugada de camuflar a
los candidatos dentro de la boleta de LLA es arriesgada, sin dudas. Referentes
libertarios “puros” no hay muchos, se sabe, o al menos no en la medida de lo
que muestra la lista para los primeros lugares. Pero prevaleció el instinto de
supervivencia ante la orfandad política del PRO, un partido que emprende la
retirada en medio de la debacle del macrismo y la hegemonía libertaria. La UVC
vuelve a la boleta corta como fuerza vecinalista y el radicalismo jugará su
carta en soledad también. La rosca política sigue dándose en las mesas de café
o en otros foros, aunque ha disminuido su intensidad para estas elecciones por
el notorio desinterés que generan entre la sociedad. En este contexto, lograr
que el vecino vote dos veces para cumplir con su deber ciudadano (en septiembre
y en octubre) es una quimera. En tiempos de bolsillos flacos, no es necesario
fundamentar largo y tendido para arribar a la conclusión de que la gente no se
siente representada por la casta. Ni por la que enarbolan los libertarios, ni
por la que ellos mismos supieron construir con el derrumbe de la política
tradicional y el resurgimiento de la extrema derecha. Habrá que quemar las
naves y asomarse al lodazal de las aguas turbulentas para escarbar un poco más
en este fenómeno que crece en tiempos de apatía y falta de representación. Todo
lo que acabo de mencionar será materia de un análisis más detallado una vez que
los candidatos se lancen al ruedo y comiencen a dar a conocer su propuesta a
los vecinos, ya no en mítines partidarios, sino en la calle. Nos estamos viendo
pronto. Punto final.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario