31 de julio de 2025

El derrumbe de la política tradicional y los "cantos de sirena" de la centroderecha

 

Último día de julio. Buen momento para pensar en cómo continuar la semana y qué resta por hacer a futuro. La verdad es que queda mucho por delante, este mes se ha hecho largo y recién mañana entraremos de lleno en agosto. Como siempre, cada comienzo de mes arranco a cobrar las publicidades y avisos del portal digital, y tendré que compensar de alguna manera a los clientes que se han dado de baja, que no son muchos, pero que significaban una ganancia con la que hoy ya no cuento. Es cuestión de lograr un equilibrio, ni más ni menos. A veces me cuesta ponerle un precio a mi trabajo, pero me tengo que manejar con valores que me sirvan para seguir invirtiendo. No puedo ir a pérdida bajo ningún concepto. Tampoco quiero que me usen para una campaña publicitaria que a mí no me otorga ningún beneficio. Yo vivo de esto, no es un hobby ni un pasatiempo. Así que no habrá otra alternativa que establecer un tarifario estándar para que todos los que quieran publicitar ya sepan de antemano el costo que tendrá. Otra cosa que es útil es pedirles a los clientes nuevos un plazo mínimo de tres meses para la pauta. No me sirve que me den un aviso por un mes y luego se den de baja. Creo que a nadie le sirve, el cliente tampoco puede esperar obtener un resultado óptimo en 30 días.

 

Lo mejor que nos puede pasar, como suelo decir, es no esperar nada de nadie. De esta forma, todo lo que nos llegue vendrá por añadidura. Estoy tratando de retomar mi ritmo de trabajo habitual, de hacer frente mis problemas sin achacárselos a nadie, haciéndome cargo de mi responsabilidad. Hay mucha gente que culpa a los demás de todos sus infortunios, como si se pudiera establecer una relación causal entre los vericuetos de la memoria. Es un escapismo que no suma para nada. Nunca es bueno adjudicarle al entorno cuestiones donde la última palabra siempre la tiene uno. Sentirse bien es una necesidad y un derecho. Todos tenemos el derecho de mejorar nuestra calidad de vida. Y es una necesidad, porque si no lo conseguimos nuestro ánimo empezará a flaquear. El camino hacia el reencuentro con uno mismo es complejo, pero cada cual lo transita según sus capacidades. No hay apuro, no es una carrera ni una competencia. Es un despertar interno que puede demandar más tiempo según cada persona. Me parece importante remarcar esto para no exigirnos más de lo que podemos dar.

 

La vida es un aprendizaje, deberíamos entenderlo así. Si las cosas no nos salen bien, es porque no hemos aprendido lo suficiente, o porque nos resistimos a emprender un cambio. Un cambio que nos conduzca a pensar distinto, sin condicionamientos de ningún tipo. Derribar mitos y prejuicios. Tener una mentalidad amplia para lograr un objetivo más ambicioso. Todo ello parece sencillo, pero varía de una persona a otra. En realidad, no es fácil cuando tenemos que cargar con una pesada mochila de ideas preconcebidas y erróneas. Ahora es momento de consolidar lo que se ha logrado y de pensar en nuevos desafíos. 


La mayoría de los partidos políticos presentará su lista en estos días. Aventurar un resultado de los próximos comicios puede ser prematuro, habrá que esperar para saber cómo es la reacción del electorado cuando la campaña se vaya desarrollando y los candidatos visiten los barrios para dar a conocer su propuesta. Se vota el 7 de septiembre, y luego otra vez en octubre para los cargos de diputados y senadores nacionales. No sé por qué no unificaron las fechas en lugar de desdoblar los comicios. Hay mucha gente que está desencantada con la política tradicional y que no concurrirá a las urnas, es complicado establecer un análisis a priori de la intención de voto, pero el contexto nacional también entra en juego. Se presume que LLA hará una buena elección en Lobos, esta vez formando una alianza con el Ejecutivo Municipal. El voto de la oposición se concentrará mayormente en el peronismo, aunque esto no significa “bajarle el precio” a las otras fuerzas políticas en pugna. Cada lista se presenta con toda la carne en el asador, buscando seducir a indecisos e independientes. La gente que aún no tiene definida su intención de voto constituye el gran dilema para los encuestadores. Son sufragios que no están cautivos de una pertenencia política y que pueden torcer el resultado de los comicios.

 

La futura composición del Concejo Deliberante es motivo de debate y de especulación. La posibilidad de que la oposición se convierta en mayoría asoma en el medio de la incertidumbre. Las bancas que se ponen en juego representan un anzuelo atractivo para los candidatos, muchos de ellos sin experiencia en el Deliberativo, en tanto que hay otros que ya han sido electos con anterioridad y que vuelven a disputar un cargo luego de haber transitado por otras funciones. Si la oposición logra ocupar la mayoría de los escaños, nos encontraremos ante un escenario diferente respecto a lo sucedido en los últimos años. Se intuye que el oficialismo no tendrá ya un rol preponderante en las discusiones en el recinto como ha sido desde 2015 hasta la actualidad. La jugada de camuflar a los candidatos dentro de la boleta de LLA es arriesgada, sin dudas. Referentes libertarios “puros” no hay muchos, se sabe, o al menos no en la medida de lo que muestra la lista para los primeros lugares. Pero prevaleció el instinto de supervivencia ante la orfandad política del PRO, un partido que emprende la retirada en medio de la debacle del macrismo y la hegemonía libertaria. La UVC vuelve a la boleta corta como fuerza vecinalista y el radicalismo jugará su carta en soledad también. La rosca política sigue dándose en las mesas de café o en otros foros, aunque ha disminuido su intensidad para estas elecciones por el notorio desinterés que generan entre la sociedad. En este contexto, lograr que el vecino vote dos veces para cumplir con su deber ciudadano (en septiembre y en octubre) es una quimera. En tiempos de bolsillos flacos, no es necesario fundamentar largo y tendido para arribar a la conclusión de que la gente no se siente representada por la casta. Ni por la que enarbolan los libertarios, ni por la que ellos mismos supieron construir con el derrumbe de la política tradicional y el resurgimiento de la extrema derecha. Habrá que quemar las naves y asomarse al lodazal de las aguas turbulentas para escarbar un poco más en este fenómeno que crece en tiempos de apatía y falta de representación. Todo lo que acabo de mencionar será materia de un análisis más detallado una vez que los candidatos se lancen al ruedo y comiencen a dar a conocer su propuesta a los vecinos, ya no en mítines partidarios, sino en la calle. Nos estamos viendo pronto. Punto final.    

No hay comentarios.:

Sólo una vuelta más...

  Primeros días de diciembre. Se nota que hay más movimiento en la calle, más afluencia de clientes en los comercios, y seguramente es un fa...