Transitamos la
segunda semana de agosto. Un mes que sirve como preludio de la primavera, y que
se ha caracterizado por el lanzamiento de la campaña política rumbo a las
elecciones del 7 de septiembre. No todos los partidos han dado inicio a la
etapa proselitista, por el lado del oficialismo es muy poco lo que se sabe, ni
siquiera me han pedido presupuesto para publicitar como sí lo hicieron los
demás. Ayer hice una nota con un referente del peronismo local, una fuerza
política que tiene buenas chances de hacer una elección que supere las
expectativas. La verdad es que resulta complicado hacer entrevistas y coordinar
horarios, yo creo que a medida que se acerque la fecha esa situación se notará
más aún, es difícil trazar un diagnóstico porque cada partido le imprimirá a
esta campaña un sello diferente. Lo que se advierte es un escenario de gran
fragmentación, con pocos liderazgos y una indiferencia del común de la gente
ante estos comicios. Yo creo que cuando haya que votar nuevamente, en octubre,
el desencanto será mayor, porque ni siquiera habrá candidatos locales en esa
segunda instancia.
He escrito tantos posteos desde que arranqué con este blog que a veces me cuesta no repetirme. Tengo la sensación de que lo que voy a expresar ahora ya lo dije antes, en otro contexto. Lo mejor es renunciar a toda pretensión por ser original y describir los hechos tal como suceden. Todavía no tengo definido por quién voy a votar. Hay algunas listas interesantes, pero me es difícil estar de acuerdo con toda la nómina de concejales y consejeros escolares. Hay vecinos que me hubiera gustado que fueran tenidos en cuenta, y que por algún motivo no figuran entre los candidatos. Son militantes reconocidos de los respectivos partidos, así que me hace un poco de ruido que no ocupen un lugar dentro de la lista. Pienso, como dije en otra nota, que el peronismo hará una buena elección a nivel local, y que logrará capitalizar el descontento que hay hacia el oficialismo. El desgaste que ha sufrido la actual gestión municipal es notorio. Lobos sigue postergado en todos los sentidos, llevan 10 años de gobierno y no han podido dar respuesta al déficit habitacional ni a resolver ninguna de las carencias que padecen los vecinos. Hay cosas que se podrían mejorar sin que ello implique un gran desembolso de dinero, sólo hace falta voluntad política y ganas de poner a la ciudad en el sitial que nunca debió resignar. Otro partido que tiene buenas chances es la UVC, que esta vez volverá a competir con la boleta corta. Aunque no ganen, fue la mejor decisión que pudieron tomar para conformar una lista “pura”, sin necesidad de tejer alianzas. Todo partido vecinalista tiene sus limitaciones, eso es cierto, pero la experiencia de haber conformado un frente como Cambiemos o Juntos por el Cambio no arrojó los resultados esperados. Y en caso de haber compartido la boleta de LLA, ello los hubiera obligado a seguir relegando posiciones. La negociación es clave dentro de la política, pero lo que está en juego es lo que cada uno está dispuesto a ceder. El oficialismo y los libertarios dejaban a los conservadores muy abajo en los lugares más codiciados de la lista, y creo que ese fue el principal motivo por el cual no prosperó un hipotético acuerdo. Claro que afrontar solos una campaña electoral no es fácil. Tendrán que redoblar los esfuerzos para llegar a todos los barrios y marcar presencia territorial.
Yo no sé qué tan importantes son estos
comicios, al fin y al cabo son elecciones de medio término, no hay en juego
cargos importantes. Pero acá en Lobos, la composición del Concejo Deliberante
es la llave para asegurarse la aprobación de las ordenanzas que eleva el
Ejecutivo. Hasta ahora los laderos del Intendente han contado con una mayoría
automática que les dio resultado para gobernar sin necesidad de consensuar.
Pero eso puede terminarse pronto si, como se prevé, el peronismo y el
vecinalismo se llevan la gran parte de las bancas.
Sin embargo, pese
a la incertidumbre imperante, hay algo que está en claro: Sea cual fuere el
resultado, se vienen dos años muy difíciles para Lobos. Quienes accedan al
Deliberativo deberán mostrar compromiso y madurez para hacer frente a las
cuestiones que reclama la ciudadanía. Aquellos que nunca han ocupado un cargo
electivo y asuman por primera vez una banca tendrán una gran responsabilidad
para que, de una vez por todas, el Concejo Deliberante no funcione de espaldas
a la gente. La realidad es que hoy por hoy casi nadie concurre a las sesiones,
y ello demuestra el desinterés que existe de parte de los vecinos para lo que
se debate en el recinto. Todo esto se puede revertir. Sólo hace falta la
voluntad de quienes ingresen al Concejo por dar vuelta de página y empezar a
escribir la historia. Nos estamos viendo pronto. Punto final.
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