14 de septiembre de 2013

Mesa de negociaciones

Luego de la derrota en las Primarias de agosto, el Gobierno Nacional fue mostrando a través de sus funcionarios diferentes reacciones. En primer lugar, relativizar el resultado que arrojaron las urnas, sosteniendo que el Frente para la Victoria continúa siendo la primera fuerza política a nivel nacional. Lo cierto es que en la Provincia de Buenos Aires, la suerte le fue esquiva al oficialismo, que ahora parece haber acusado el golpe y tiene preparada una batería de anuncios para contrarrestar el malhumor social. Una de las medidas que se tomó, y que era muy reclamada por la clase media, fue la suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias. Luego se anunció que se permitirá facturar más a los monotributistas manteniendo la categoría en la que éstos están encuadrados. ¿Por qué estos anuncios no se hicieron en 2012, por decir algo? Claro, me olvidaba de que no era un año electoral y el oficialismo todavía ostentaba entre arrogante y orgulloso su mayoría en el Congreso. Esto no significa que el Frente Renovador que tiene como referente a Sergio Massa constituya una alternativa válida, al menos para mí. Lo que la gente piensa es que los peronistas, cuando ven que el barco se va a pique, corren a buscar una balsa para llegar a tierra firme, que es ni más ni menos que un "espacio político" (como le dicen ahora) que los cobije. En este caso bien podría ser el Frente Renovador, cuya lista presenta nombres variopintos y con antecedentes bastante cercanos al peronismo ortodoxo. 

El Radicalismo, por su parte, sigue estando muy lejos de las preferencias del electorado, y más aún cuando intenta mostrarse como una fuerza política progresista. Sus infinitas vertientes no hacen más que debilitar al partido, que tras la muerte de su último gran caudillo, Raúl Alfonsín, no ha logrado alinearse en torno a la figura de un líder carismático y con capacidad para llegar con su mensaje a las masas. A veces me provoca cierto hastío referirme a la dirigencia política, porque vemos que los años pasan pero que la ambición desmedida de poder hace que las figuritas intenten repetirse (o reciclarse) más allá de la paciencia del ciudadano promedio. Punto final. 

"No me sueltes la mano", dijeron los senadores

Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...