20 de noviembre de 2013

Cambiando las fichas del tablero

Noche de miércoles en la ciudad. Finalmente renunció el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Como era previsible, el Grupo Clarín mostró su satisfacción con la novedad, y yo también, pero debo decir que sería bastante ingenuo pensar que el modelo de un Gobierno vaya a cambiar con la salida de un funcionario de segunda línea. Por lo general, mis textos no comienzan refiriéndose a hechos de estricta actualidad, pero en este caso sentí la necesidad de decir algo. Moreno, más allá de ser un cobarde que se hacía el matón cuando lo rodeaban los custodios, mostró su ineficacia en todas las medidas que implementó o alentó, desde el congelamiento de precios hasta el cepo cambiario. Su poder fue creciendo más allá de lo que su modesto cargo lo permitía, es decir que su área de injerencia en los asuntos públicos excedió holgadamente a su cargo. Se "llevó puesto" a seis Ministros de Economía que mostraron su desacuerdo ante los disparates que iba plasmando en una penosa realidad. Ojalá el nuevo titular del Palacio de Hacienda, Axel Kiciloff, tenga el camino libre para poder llevar adelante las medidas que crea convenientes sin tener que confrontar con un "pinche" con delirios de grandeza. 

Es un hecho alentador que la Presidenta haya retomado la actividad, no sólo porque ello demuestra que su salud ha mejorado notablemente, sino porque en un esquema de poder tan centralizado, su regreso era perentorio para poner en orden el gallinero. Es posible que Boudou sea corrupto, si las denuncias penales en su contra se confirman, pero además de eso es incapaz de gestionar y como Vicepresidente no ofrece garantía alguna de gobernabilidad en un largo plazo. Quizás por eso Zannini y otros soldados K estuvieron manejando el timón mientras Boudou naufragaba con su colección de guitarras y de motos Harley Davidson. Cristina tal vez nunca lo reconozca públicamente, pero sabe que se equivocó en elegirlo como compañero de fórmula, sobre todo habiendo dirigentes mucho más capaces e idóneos para el manejo de la cosa pública. No estoy subestimando a la Presidenta, solamente digo que este hombre es menos idóneo que el denostado Cobos aunque no cargue para siempre con la cruz de "traidor". Punto final.

"No me sueltes la mano", dijeron los senadores

Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...