26 de octubre de 2013

Votar a conciencia, de una vez por todas

Hacía rato que tenía ganas de escribir un nuevo post, pero por razones de laburo lo fui postergando. Estamos en vísperas de elecciones, rige la veda, y más allá de la cantidad de gente que pueda leer este texto, no me interesa abundar más sobre el tema. Es bueno a pesar de todos los avatares que vivimos en estos 30 años de democracia, sintamos de vez en cuando que podemos participar de alguna manera para que las cosas cambien, aunque más no sea con el voto. Y es verdad que luego de cada elección solemos sentirnos defraudados, ya sea porque el candidato que votamos no ganó, o porque el que ganó terminó haciendo todo lo contrario a lo que prometió en la campaña. Todavía quedan resabios de la "vieja política", todavía hay dádivas, ñoquis, clientelismo, y todos esos vicios que nos hacen pensar que las elecciones no son más que un mero trámite porque hay un "librito" llamado Constitución. Muchos de nosotros no conocemos quiénes son los candidatos a Diputados, salvo aquellos que encabezan cada lista de los respectivos partidos. Y a decir verdad, la mayoría de ellos tiene un pasado tan oscuro y turbulento que no les resulta conveniente que la gente se percate que están "pegados" al chico de tapa de la campaña. 

Mañana, afortunadamente, será un día normal, en el cual los ciudadanos concurrirán a sufragar según sus preferencias políticas o distintos factores que pueden torcer el resultado de un comicio que desde la implementación de las PASO no tiene tanto sabor a sorpresa. Los encuestadores ya hicieron su trabajo, y habrá que esperar hasta pasadas las 18 hs. para ver qué tan confiables resultaron los guarismos que dieron a conocer. Lo único que se me ocurre agregar es: votar a conciencia. Aunque las opciones que se nos presentan quizás no sean de nuestro agrado, son esos hombres y mujeres quienes apoyarán su culo en una banca en el Congreso si nosotros lo permitimos metiendo el sobrecito en la urna. Por eso, a tomarse el tiempo necesario en el cuarto oscuro, esos últimos instantes de  indecisión, a respirar hondo y a elegir. Punto final.

"No me sueltes la mano", dijeron los senadores

Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...