17 de enero de 2008

Alguien tenía que decirlo alguna vez!!!!

Hay cosas que no he hecho y que dudo que alguna vez las vaya a hacer. Y no por imposibilidad material o por falta de recursos. Digamos que es un impulso pertinaz, redundante y hasta jactancioso de mi parte. Trataré de explicarme: obviamente, a menos que los dólares lluevan con el último aguacero de verano, sé que nunca en mi vida viajaré a Nueva York, o conoceré a Woody Allen, o a Naomi Campbell. Pero yo me estoy refiriendo a objetivos que uno sabe inalcanzables, sino a pequeñas boludeces de la vida cotidiana que he decidido no hacer. No voy a ver equis película, ni a escuchar equis canción por más que en la radio castiguen mis oídos día y noche con una banda de tres acordes y una chica de look andrógino. Tengo el control remoto,para cambiar de canal, tengo la perilla para cambiar de dial. Ergo, tengo el poder. No me interesa. Ejemplo: Nunca leí (ni pienso hacerlo mientras viva) un libro completo de Paulo Coelho. Debo admitir que los hojeé en los estantes de las librerías, pero me resultó tan vomitivo que preferí preservar mis retinas ante un inminente desprendimiento. Ah, nunca vi en su totalidad ninguna de las siguientes películas: "Titanic", "Sexto Sentido", "El hombre de la máscara de hierro", "Danza con lobos", "La leyenda del jinete sin cabeza", "Piratas del caribe", "Rocky II y III", "La pasión de Cristo", y tantas otras que son un "must" de la la cultura popular del medio pelo argentino ("¿Coooómo? ¿Nunca viste "Titanic?").
No me creo un ser especial ni un iluminado por no haber visto ni oído ninguna de esas manifestaciones pseudoartísticas, pero creo que en eso sí soy porfiado a más no poder: si me insisten en que vea algo, y me hablan de las bondades de tal o cual disco, libro, o película, mis ganas de acercarme a ella decrecerán considerablemente.
Otra cosa son los placeres culpables. Aquellas cosas que vemos por TV o escuchamos en la radio pero que no nos atreveríamos a confesar ni a nuestro más íntimo amigo. Uno piensa (es decir, razona): "No puedo creer que esté viendo esta mierda", pero por algún motivo sigue ahí, hipnotizado frente a la pantalla. The E! True Hollywood Story (una serie de programas sobre el ascenso y caída de las celebridades de Hollywood) es uno de ellos.
En fin, creo que ya escribí demasiado para tratarse de un día de calor y sin mucha inspiración. Pero volveré sobre el tema de los placeres culpables, así que sigan en sintonía!

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