24 de febrero de 2025

Nadie es inocente en el juego del poder

 

Lunes lluvioso en la ciudad. Mientras me preparo unos mates, voy planificando el trabajo para el resto de la semana. Ya tengo casi decidido que volveré a tomar clases en los cursos de Formación Profesional. Pero todavía no elegí alguno específico. La inscripción se abre el miércoles, y espero despejarme las dudas para esa fecha. Lo importante es aprender algo nuevo y que te sirva para el futuro, más allá de que es una buena oportunidad para socializar y conocer gente. Cuando hay buena onda y compañerismo, todo es más fácil, porque podés esperar una ayuda de alguien que está en tu misma situación. El camino se hace más llevadero cuando no hay competencia y todos tiran para el mismo lado. Nos ayudamos entre todos, poniendo el esfuerzo de cada uno para un objetivo común. Nadie va a tomar clases para perder el tiempo, somos gente grande que busca sumar aprendizajes con la idea de potenciarlos en algún proyecto o emprendimiento. No hay que perder de vista esa brújula, ya que indica hacia qué dirección queremos avanzar.


A mí me parece interesante el hecho de volver a las aulas cuando uno entra a determinada edad donde esa experiencia había quedado atrás. Cada uno de los que se inscriban llegará con diferentes inquietudes, pero siempre la premisa es reforzar los conocimientos ya adquiridos y otorgarles otro valor. Yo, por ejemplo, soy periodista desde hace casi 30 años, he pasado por la gráfica, la radio, los portales digitales… Pero las formas de comunicar van mutando constantemente, al igual que los contenidos. La industria del entretenimiento tuvo un cambio notable hacia el streaming y las descargas digitales. No se puede hacer periodismo como se hacía cuando yo empecé, porque los intereses de la sociedad pasan por otro lado, y las demandas de información cambiaron. 


A muchos de nosotros nos costó familiarizarnos con las antiguas redes sociales, como Facebook. Por ese motivo cuando aparece otra que se impone como Instagram, hay cierta resistencia. Es inevitable preguntarse qué es lo que trae de novedoso esa plataforma, por qué la gente elige los reels, los videos y las historias en detrimento de algo más sencillo. En realidad, a mí me parece que FB era más sencillo porque crecí con esa red social, del mismo modo que el Fotolog.

 

Estamos hablando de principios de la década de 2000. Han transcurrido casi 25 años y las redes se renuevan en función a un público joven, así como nosotros hemos sido jóvenes alguna vez y nos daba la presunción de que estábamos a la vanguardia de todo. Es muy difícil marcar tendencia si no se logra la aceptación masiva. Ahora que lo pienso bien, el acceso a la información nunca fue totalmente libre. Antes tenías que comprar el diario, así como ahora necesitás de una suscripción digital para acceder a las noticias de los grandes medios. Y siempre hubo un soporte, no es que los datos están flotando en el aire: el papel, la televisión, la computadora, el celular. En los albores de Internet parecía que se había democratizado la comunicación, porque cualquiera podía leer y compartir la información que se subía a un determinado sitio. En esa época, no todo el mundo disponía de una conexión, no existía la banda ancha, y se hacía muy lento navegar por la Web. Estaban los cibercafés, que te cobraban carísimo cada hora que pasabas en ese cubículo atestado de cablerío. La fibra óptica terminó con todo eso, la interacción se volvió más ágil, y hoy no es sorpresa que celulares nuevos incorporen un pack de datos o gigas para navegar por la Red. Vas a un negocio y pedís la contraseña de Wi-Fi, algo que en un principio era muy raro de encontrar. Bueno, si vamos al caso, uno dice “navegar”, y cualquiera entiende de qué estamos hablando, pero fue una palabra que se impuso a falta de otra que cumpliera el rol de sinónimo para referirse a la experiencia de explorar páginas o sitios web.


Comencé hablando de los cursos y me fui por las ramas. Pero lo que puedo decir, es que esos cursos también responden a los intereses de una matrícula. De hecho, las carreras universitarias más elegidas no son las mismas de hace tres décadas. Abogacía y Medicina siguen atrayendo a mucha gente, pero hay otras como Arquitectura o Diseño Gráfico que han crecido muchísimo y que hoy se disputan las preferencias del alumnado.

 

El periodismo cambió porque el público no es el mismo, la gente busca más opinión, análisis, columnas, no una fría crónica que se remita al acontecer de los hechos. Siempre los medios han “bajado línea”, sólo que ahora la audiencia lo tiene más aceptado, se admite que haya un posicionamiento ideológico y que éste ejerza una influencia en el receptor. Cada medio asume una determinada postura, que puede ser oficialista u opositor, el problema está cuando te endilgan una de esas etiquetas sin que vos tengas responsabilidad sobre ese contenido.

 

Si ocultás algo que compromete al poder, te dirán que sos oficialista, y si cuestionás a ese mismo poder, te llamarán opositor. Sin embargo, uno puede coincidir con un Gobierno sin estar 100 % de acuerdo con todo lo que haga, como está pasando ahora. Tenemos un presidente que se expresa tuiteando ataques vulgares y maliciosos contra todo aquel que no piense como él, y que le ha declarado la guerra al periodismo crítico. Para Milei y su séquito, están los “ensobrados” de un lado y el resto de la prensa del otro. A mí no me gusta que se fomente el enfrentamiento entre colegas por su forma de pensar o de difundir la información. Durante el kirchnerismo se acuñó el término “periodismo militante” para describir a los que supuestamente apoyaban por convicciones a ese modelo. Pero ninguna prensa es enteramente independiente. Necesita de auspiciantes o sponsors para poder subsistir. Por ejemplo, si un medio tiene como cliente a una empresa de energía, es probable que no mencione nada sobre los cortes de luz, o que si lo hace, sea cuando ya es muy evidente para ser ocultado. La pauta oficial se manejó discrecionalmente durante muchos años, premiando con ella a los medios periodísticos afines. Ahora que el Gobierno decidió discontinuarla, el juego del poder se construye a otro nivel. Hay muchos lobbies operando a favor o en contra de una determinada causa. Cada uno cuida su quintita, como sucedió acá en Lobos cuando durante más de una década la pauta oficial siempre era otorgada a los mismos sin ningún sentido de la equidad. Todo eso se está terminando. Veremos cómo sigue esta historia. Punto final.

 

 

No hay comentarios.:

Recuperar la confianza para volver a creer

  Los días se han acortado notablemente. Ahora a las 18 hs. ya es de noche. Comenzamos un nuevo mes, y a mi modo de ver lo importante es vol...