Está bien que
hagan la Fiesta del Alfajor, de la Miel, o de la Empanada, pero los lobenses no
nos podemos quedar solamente con eso. Hay que darle volumen a esos eventos para
que tengan proyección regional, y para eso es necesario llevar adelante una
campaña de promoción como la que tiene la Fiesta de la Cerveza en Uribelarrea.
Se podía utilizar el predio del Estadio Municipal para otorgarle un valor
agregado y conseguir que estas fiestas populares resulten más convocantes. No
hay un techo para crecer, es cuestión de pensar qué perfil queremos darles a
estas iniciativas para que trasciendan lo meramente local. No es imposible, y
para lograr un posicionamiento es necesario instituir una fecha que se mantenga
fija todos los años, que sea algo que la gente espera, y que haya artistas de
renombre para el cierre. Seguramente contratar a cantantes como Abel Pintos o
Soledad implica un gran desembolso de dinero, pero lo que se gasta para otros
fines dentro del presupuesto municipal también es de una magnitud notable. Por
lo tanto, sería cuestión de establecer prioridades.
Los primeros años, al menos, la entrada debería seguir siendo gratuita, y más adelante se puede evaluar si conviene cobrar un dinero para el acceso. Todo ello se resuelve con una planificación adecuada, porque si realmente lo que nos interesa es obtener mayor convocatoria, hay que destinar una suma para la difusión en los portales o en los medios de prensa que sean más convenientes. Tenemos un Parque que cuenta con una infraestructura ideal para espectáculos al aire libre, y sería una pena no aprovecharlo para ese fin. Así como todos los años se realiza Rock al Parque, se puede montar un escenario para que lo ocupen artistas reconocidos del folclore o del género musical que se quiera. Para avanzar por fuera de los límites de Lobos se requiere de un evento que tenga características distintas a lo ya conocido, que sea de un costo accesible para el público, y que cuenta con una oferta gastronómica de calidad. Así como las Olimpíadas del Salado movilizaban a muchos visitantes durante 4 días, no hay motivos para pensar que no se pueda alcanzar esa repercusión con una fiesta que dure un fin de semana.
Hace varios años, teníamos la Fiesta del Pescador Deportivo que se
llevaba a cabo en la Laguna, y que tenía muy buenos números artísticos.
Realmente desde la organización se hacía un esfuerzo para dotar a esas jornadas
de un atractivo que fuera más allá de la pesca. Ya de por sí podemos afirmar
que la Laguna es el principal punto turístico que tiene Lobos.
Para que un
festejo sea considerado popular debe atraer al público, eso es obvio. Y para
sumar voluntades se requiere que sea atractivo. En cuanto a la parte artística,
se puede pedir a la Provincia que subsidie su contratación, o que envíe a aquellos
que ya tiene contratados. Hay que atajar todos los frentes, implementando
estrategias para evitar que resulte un fracaso anunciado. Y se hace imperioso
reformular propuestas ya conocidas. Por ejemplo, el desfile por el aniversario
del pueblo ha perdido parte de su brillo porque se ha vuelto excesivamente
largo, y el paso de las delegaciones insume mucho tiempo. Ante esa situación,
por supuesto que no se le puede prohibir a nadie desfilar, pero quizás se
podría hacerlo con delegaciones más reducidas para que fluya de un modo más
ágil. No sé por qué estoy hablando del desfile, probablemente sea porque es
inminente, pero lo cierto es que los vecinos que se concentran a ambos lados de
la calle Salgado lo hacen porque esperan ver pasar a algún familiar o conocido,
no hay otro motivo válido que incite a la gente a permanecer varias horas
esperando allí. Si un evento no consigue despertar interés, se convertirá en
una cáscara vacía, un artificio que no tendrá el acompañamiento popular que se
necesita para apostar a futuro. Si logramos que tengan un acento zonal o
regional, estaremos más cerca de que los turistas lo sumen a su agenda. Es algo
parecido a lo que pasa con el Desfile de la Tradición, un espectáculo
pintoresco por las numerosas peñas que participan pero que requiere de una
promoción que permita llevarlo a otro nivel. El Municipio trabajó muy bien para
la promoción turística de la temporada de verano, y ahora que esa etapa
concluyó, hay que redoblar los esfuerzos para conseguir que Lobos siga siendo
tenido en cuenta como una opción interesante. Si a la Fiesta del Alfajor y
tantas otras más se le otorga mayor presencia dentro de las actividades que
promueve la Provincia, el resultado será la consolidación de todo lo que se
vino haciendo desde el comienzo.
Muchos eventos culturales
empezaron siendo de dimensiones pequeñas y han ido creciendo en la
consideración del turismo hasta superar todas las expectativas, como es el caso
de La Noche de los Almacenes en Roque Pérez. Nuestra ciudad tiene una buena
oferta gastronómica, ahora lo que hace falta es cuidar el bolsillo del turista
con precios accesibles y reforzar la oferta cultural para que, en su visita,
cada uno pueda encontrar atracciones para hacer más amena su estadía. Si se
empieza a trabajar para sumar artistas consagrados, la gente responderá
favorablemente, porque brindar un show profesional en vivo rinde muy bien en
términos económicos. Y ante esta posibilidad, hay que entender que si no se
invierte dinero no se puede esperar que el movimiento sea favorable a las arcas
municipales. Los food trucks, o los patios de comidas, sí pueden ser una fuente
de ingresos si se le cobra a cada emprendedor un canon por su uso y
explotación. También se puede cobrar por el estacionamiento a beneficio de
alguna institución de bien público, pero si se cobra una entrada, debe ser con
precios populares. No es lógico atacar el bolsillo del visitante antes de que
ingrese al predio, porque eso desalienta todo el consumo que se pueda hacer
allí. Por supuesto, la idea es que el Municipio no pierda plata, pero tampoco
se puede pensar en obtener una ganancia extraordinaria en las primeras
ediciones. Hay que pensar en el futuro, porque los beneficios económicos a
veces tardan en llegar. En la medida que el turista gaste dinero en el pueblo,
esa erogación se trasladará hacia diferentes sectores: Hotelería, gastronomía,
esparcimiento, y podría seguir enumerando. Ojalá que podamos dotar de otro
perfil más ambicioso a estas propuestas que emergen de un día para otro y que
merecen una continuidad. Nos estamos viendo pronto. Punto final.