5 de mayo de 2025

Recuperar la confianza para volver a creer

 

Los días se han acortado notablemente. Ahora a las 18 hs. ya es de noche. Comenzamos un nuevo mes, y a mi modo de ver lo importante es volver a recuperar la confianza. Volver a creer en nosotros mismos. Si fuimos capaces de sostener un proyecto, de darle volumen y contenido, todo eso tiene valor. Y hay que capitalizarlo para construir un futuro más próspero. A menudo nos falta el impulso necesario para dar los primeros pasos, pero una vez hecho ese esfuerzo inicial, el resto del camino se recorre a otro ritmo y velocidad. Siempre cuesta arrancar: Sin embargo, cuando ya estamos en el barco, ya no hay vuelta atrás, sólo queda seguir remando. Cuando uno se propone activarse, todo lo demás queda relegado a un segundo plano. Yo estoy en una etapa de reconstrucción de todo lo que fui logrando desde que empezó el año y que relegué casi sin darme cuenta. Como suelo decir, es momento de recoger lo sembrado. De continuar avanzando allí donde parece que ya está todo dicho. Si hacemos ese ejercicio, nos sorprenderá descubrir todo lo que hemos logrado y la poca importancia que le dimos en su momento. No se trata de ser autoindulgente, sino de dotar de sentido cada cosa que hacemos, aunque a veces nos comportemos de un modo antojadizo y sin saber por qué. No es bueno seguir prolongando la incertidumbre, hay que tomar decisiones para conseguir un cambio. Aunque a veces sean decisiones ingratas, es un paso necesario para alcanzar aquello que venimos postergando indefinidamente.


Yo creo que el error está en esperar demasiado de los demás y resignar el protagonismo de nuestra propia vida. Por eso es crucial tomar las riendas de nuestro destino, aunque no sepamos bien en qué dirección queremos avanzar. No es atinado claudicar antes de comenzar el recorrido, esto recién empieza y debemos entenderlo así. Es tiempo de volver a las fuentes, a lo esencial. De retomar un sendero que ya hemos transitado antes, pero con la confianza de que ahora ya tenemos más elementos para saber de qué se trata, al conocer dónde están los obstáculos y las curvas. Ese proceso nos brinda mayor seguridad para emprender nuevos desafíos y adentrarnos al descubrimiento de una realidad que estuvo siempre, sólo que nunca reparamos en ella porque estábamos abocados a lo que considerábamos más importante o prioritario. Nuevamente se hace imperioso salir de la comodidad para ir en búsqueda de aquello que nos resulta esquivo. Si hay algo que no sale bien, debemos entender que los únicos responsables somos nosotros, más allá de la incidencia de otros factores.

 

Yo podría quejarme de muchas cosas, pero hoy no tengo ganas de hacerlo, quizás en un próximo posteo sí lo haga. Durante muchos años dediqué parte de las notas que escribí a analizar la realidad, a tratar de comprender por qué Lobos no sale adelante, entre otras cuestiones que me han llamado la atención. Pero a veces siento que a nadie le importa, o que nadie hace algo para que las cosas cambien. El miércoles vendrá el Gobernador de visita a la ciudad, y me ha sorprendido la cantidad de comentarios negativos que vi en las redes sociales. Las autoridades locales deberían capitalizar esto, sacarle el jugo al hecho de que venga un dirigente político que ha conformado un espacio propio y que es precandidato a presidente. A algunos podrá caerles más en gracia que a otros, pero eso es subjetivo. 


Insisto en este punto: Si viene el Gobernador, es una oportunidad que no se puede desaprovechar para que luego de su paso deje algo en la ciudad, para beneficio de la comunidad. Ya me he referido aquí al progreso que han logrado municipios de un signo político distinto, no hay excusas para no gestionar. Kicillof viene tejiendo un armado territorial para sumar voluntades a su movimiento “Derecho al Futuro”. Las autoridades locales deberían tomar nota de eso para que el Gobernador vea a Lobos como un punto de partida para la construcción de estrategias en común. Tiene que existir un punto de acuerdo entre ambas partes para poder avanzar. De lo contrario, se seguirán desperdiciando oportunidades, y es un lujo que no nos podemos dar.


La Provincia es enorme en extensión territorial, y que el mandatario destine un día de su agenda a Lobos no debería ser un dato menor. Ojalá sea una visita fructífera que deje algo para la ciudad, a ver si algún día salimos de esta letanía que agobia. Creo que es posible, sólo hace falta voluntad política. A nadie se le ocurriría enemistarse con el Gobernador o tener una mala relación. No tendría sentido actuar de esa manera. Pero, sin embargo, puede más el ego personal que el bienestar común, como se supone que debería ser. Hay gente que dice que los patrulleros que Kicillof entregará cuando llegue, luego se los sacará al municipio. Parece ser que todos hacen campaña con los patrulleros. Se ve que nos conformamos con poco. Eso es solo una aguja en un pajar. La inseguridad que tiene Lobos puede revertirse con políticas públicas que motiven la participación ciudadana para el esclarecimiento del delito, que la persona que denuncie un ilícito no tenga que pasar más tiempo en la comisaría que el propio delincuente. Que el Centro de Monitoreo cumpla con su función y sirva para la prevención, que la fuerza policial esté integrada por personal que gane un sueldo digno, y que la gente pueda confiar en esos efectivos. Ya si conseguimos resolver algunos de esos ítems, buena parte de la solución a nuestras carencias estará garantizada. No hace falta ser un sheriff del Lejano Oeste armado hasta los dientes, sino optimizar recursos y logística para que en cada barrio sus habitantes puedan sentirse seguros y tranquilos. Por favor, dejen de buscar excusas con los patrulleros, suena patético, y los que creen que la inseguridad está sustentada sólo en móviles, están soslayando el recurso humano y operativo. Hace falta, como decía al principio, recuperar la confianza para volver a creer. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

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