30 de mayo de 2025

Piezas de ajedrez

 

Quién sabe, quizás haya que comenzar desde cero, como lo he hecho tantas veces. Dar vuelta de página y dejar el pasado atrás. Hasta se puede pensar en dar por concluido este blog, y escribir en otro espacio nuevo, que sea más representativo de quién soy yo hoy. Mis publicaciones son más esporádicas porque no me interesa escribir porque sí, sino hacerlo cuando hay algo que me moviliza y me motiva a dar mi mejor versión. De esta forma, lo que yo expreso suena más genuino y auténtico. A lo largo de mi vida, me he inclinado a mostrarme siempre por lo cual realmente soy, una persona como cualquier otra, con dificultades, y dudas, pero dispuesta a crecer y evolucionar siempre. De mí podrán decir lo que quieran, menos que no soy auténtico. Lo que ves es lo que hay. He pasado por momentos complejos como le puede suceder a cualquiera, pero nunca voy a darme por vencido antes de que suene la campana. El común de la gente intenta ocultar esos procesos porque supone que debe mostrarse en su mejor forma. Pero yo no soy así. Si me siento mal o incómodo por algo, es parte de ese reacomodamiento constante.


Estoy dispuesto a intentar un cambio. No me creo el dueño de la verdad. Y uno puede ir modificando conductas todas las veces que lo crea necesario. Estamos a punto de arrancar junio, ya casi se nos pasó la mitad del año, y yo no estoy para perder el tiempo. Ya perdí suficientes cosas en el camino, pero el tiempo no se recupera. Todo lo demás sí. Me gusta conservar intactas las expectativas, ver que puedo seguir avanzando y progresando, haciendo lo que me gusta, dedicándome al periodismo como lo vengo haciendo desde hace más de 20 años.


Como algunos habrán podido leer en mis crónicas anteriores, yo no estoy de acuerdo con lo que predica el Gobierno Nacional, con ese desguace y desmantelamiento del Estado que están ejerciendo a todo nivel. En ese contexto, lo único que puedo hacer es resistir con lo que esté a mi alcance. Por supuesto que, como suelo decir, los que estuvieron antes no eran estadistas, sino un grupo de saqueadores que hicieron de las suyas para perpetrar estafas y actos de corrupción. Es lógico pensar que la gente se cansó de ver las mismas caras una y otra vez, y eligió votar a un outsider, alguien que traía como canto de sirena el hecho de no venir de la política. Todo esto que estoy enunciando ya es historia, porque Milei va a cumplir dos años de mandato y el pescado sigue sin venderse. Nos dijeron que no había plata, pero ellos siguen derrochando a manos llenas y apelando a la violencia desde lo discursivo. Los blancos del ataque siempre son los más vulnerables: discapacitados, jubilados, extranjeros, minorías sexuales, trabajadores de la salud y de la educación.

 

A los que evaden impuestos o tienen dólares en el colchón los llaman héroes. Con esos calificativos, ¿qué podemos esperar? Es lamentable el retroceso que ha habido en las políticas públicas destinadas a la protección de sectores de la sociedad que continúan postergados. Siguen reivindicando el Terrorismo de Estado de los ’70, la dictadura, los genocidas. Pretenden desdibujar y desmembrar los espacios de la memoria como la ex ESMA, bajando el rango de la Secretaría de Derechos Humanos. La motosierra se hunde en el fango y ataca sin piedad, en una cacería que se asemeja a cazar en el zoológico, porque los supuestos enemigos no se equiparan al poder del Estado para destruirse asimismo y detonar todo lo que se había construido. Por un lado, hay que decir que está bien que se bajen impuestos o que se quiten trabas burocráticas para el comercio o la industria. Pero eso es apenas una parte de lo que necesitamos, que es calidad institucional. Un presidente no puede calificar a sus adversarios de “hijos de puta”, “mandriles”, o “ensobrados”. Pero es evidente que la estrategia da resultado entre los votantes más jóvenes, que son aquella franja etaria donde cosechan mayores adhesiones. La cuestión Malvinas dejó de ser una causa que se erigiera como un ícono de la diplomacia y las relaciones internacionales. A nadie del Gobierno le interesa siquiera mantener en pie las banderas que otrora enarbolamos, todo lo contrario: Prefieren arriarlas. El desconcierto y la ignorancia son evidentes. No hay personas capacitadas para manejar la política exterior de un país. Lo único que sigue en pie es un alineamiento automático con EE.UU. e Israel, que en el caso del país del Norte no trae aparejado beneficio alguno, en medio de la guerra arancelaria de Donald Trump. La Argentina no se salvó ni quedó exceptuada de cargar con aranceles para poder exportar a Estados Unidos. No hubo ninguna contemplación, pese a que las relaciones entre Trump y Milei parecen ser sólidas. Los yanquis no están interesados en un acuerdo de libre comercio como pretende el presidente argentino. Lo único que quieren es repatriar a las industrias locales que se radicaron en países pobres con mano de obra barata.


Está todo demasiado revuelto como para poder llegar a alguna conclusión esclarecedora. En términos políticos, el PRO ha quedado relegado a tercera fuerza porque La Libertad Avanza le arrebató el voto de la derecha conservadora. Así lo pudimos ver en las elecciones legislativas de CABA. Hay una diáspora de dirigentes macristas que se están yendo para las huestes de Milei. Eso sí es una novedad, porque el desmoronamiento del PRO se consumó con una rapidez inusitada. No hay lugar para los tibios, el tablero se divide en halcones y palomas. El peronismo hizo una buena elección en Capital porque captó todos los votos de la centroizquierda. Esos sufragios habían quedado boyando por ahí hasta que apareció Santoro y los capitalizó para ubicarse segundo cómodo en los comicios porteños. En Lobos, el actual Intendente va a establecer una alianza con LLA y los otros partidos todavía no definen una estrategia. El único que puede seguir yendo solo, por su lado, es el peronismo. Los conservadores también tienen interés en hacer una alianza con los libertarios, pero lo que hay que ver es cómo hacen para negociar las candidaturas que encabezarán la boleta. Todos los que están dentro del espectro de la derecha se juegan su supervivencia. Y ninguno quiere resignar su tajada, eso está claro. Por lo tanto, si a nivel local La Libertad Avanza se alía con referentes del PRO y conservadores, restaría por saber qué va a pasar con los radicales, que hace rato que se hartaron del ninguneo oficialista y prefieren competir por su cuenta con la Lista 3. Será cuestión de esperar para ver cómo se acomodan las fichas. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

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