22 de octubre de 2007

Yendo de la cama al living (parte II)

El domingo pasado trasladé la computadora y otras vituallas a la planta alta de mi casa, para aprovechar más el espacio que tengo disponible en la habitación de arriba y trabajar más tranquilo. Sólo cuando comencé con la tarea de llevar el CPU, el monitor, teclado, mouse, módem y demás accesorios por las escaleras me di cuenta de lo tortuoso que puede ser la hipotética situación de tener que mudarse a una casa con escaleras, como es la que vivo actualmente. Las escaleras seducen a quien no las tiene, con sus infinitos peldaños y sus lustrosos pasamanos, pero a no engañarse, subir y bajar con la computadora a cuestas (o una caja llena de apuntes y libros viejos) no tiene nada de gratificante.
Estamos en plena era "wireless", o "wi-fi", pero todavía muchos periféricos requieren para su conexión de un cable especial (por lo general USB), y cada aparato tiene una ficha distinta, así que pronto me encontré con un manojo de cables enredados que tenía que distribuir a cada uno de los aparatos: reproductor de mp3, impresora, teléfono celular, etcétera.
Les aconsejo a los que deseen mudar la computadora a otro sitio que lo piensen dos veces antes de hacerlo y que, si no queda más remedio, se armen de paciencia.

No creas que ya está todo inventado...

Si hay algo que siempre he querido hacer, es ser más selectivo para enfocarme en lo que realmente pretendo alcanzar. El problema es que, par...