28 de octubre de 2008

Preguntas en sobredosis












¿Cómo sería nuestra vida si los días de la semana, o incluso los meses, no tuvieran nombre? ¿Tendrían la misma connotación negativa que tienen, o nos dejaríamos vivir a suerte y verdad? ¿Perder la noción del tiempo nos ayudaría a superar viejos rencores, a olvidarnos de los planes y proyectos que sabemos claramente que nunca lograremos concretar, o sería una mera licencia poética? Quizás sean demasiadas preguntas para un solo posteo. Lo más difícil de aprender, es que cuando una rutina te agobia, puedas buscar otra que la sustituya. Pienso que quitarles denominación a los días nos llevaría a un desconcierto total. Hace poco pasé todo un viernes convencido de que era sábado, y sólo por la noche me di cuenta de que había actuado como suelo hacerlo un sábado. No noté grandes diferencias, pero tal vez, parte del orden que buscamos consista en ponerle nombres a las cosas.

Hay muchas canciones que aluden a un determinado día de la semana, ya sea en el título o bien en la letra. Y no es casualidad. Los artistas son personas como nosotros, con más dinero seguramente, pero si realmente son artistas y saben palpar el pulso de la realidad, sienten ese agobio, de tener que dirigirse al público que pagó su entrada para el teatro y procurar que la gente se distienda durante el tiempo que dure la función. Expresar en música lo que te genera un día en particular no es algo sencillo, aunque muchos lo han intentado, sin éxito. Recuerdo a Sui Generis, con su magnífica postal del Buenos Aires de principios de los '70, en "Lunes otra vez". Ese "otra vez" implica, resulta obvio decirlo, repetición. Otra vez lo mismo. Otra vez la rutina. Otra vez el laburo. Otra vez a vestirse para ir a la oficina. Otra vez a discutir con gente de mierda con la cual compartimos el espacio laboral. Otra vez a ponerme ese horrible uniforme amarillo y rojo de la Estación de Servicio Shell. Otra vez a sentir que soy el engranaje de una máquina que funciona al compás de Wall Street. Pero, sin embargo, sin una rutina nuestra vida sería bastante caótica. Sin que ello implique ser tirano de los horarios, necesitamos cierto orden, como decía al comienzo.

 Esto nos permite otorgarle a cada actividad su tiempo y su lugar, dentro de una determinada franja horaria. Hay gente que tiene rutinas de las cuales depende su propia salud, por ejemplo un esquema de medicación diario. Las pastillas de cualquier índole no son buenas o malas en sí mismas, en la medida que te ayuden a vivir mejor. Creo que no hay mucha vuelta en esto. 

El tema es que vivimos en una sociedad que cada vez más "empastillada", dado que no encontramos una manera mejor de bajar un cambio para afrontar el día siguiente. No está mal que un día te tomes un Rivotril para poder dormir, sí tenés que pensar en que no podés hacer eso todos los días a menos que sea medicación recetada. Las pastillas también te llevan a una adicción, y es fundamental tener conciencia de eso. Son drogas legales que se venden en las farmacias, y cada vez vas a necesitar una dosis mayor para lograr el mismo efecto sedante. A no joder con eso, que es peligroso. Ver a una persona dopada es más shockeante que ver a un borracho o a un consumidor de merca (me ha pasado, por eso hago hincapié en esa percepción). Vos pensás que está todo bien, pero los que te rodean te ven pésimo, excepto que estén igual o más dopados que vos. Claro que es un tema que daría para largo, y no para dejarlo en suspenso hasta la próxima ocasión. Pero a la vez, no siempre es bueno juzgar a nadie sin conocer los motivos. Nos estamos viendo pronto. Punto final.


"No me sueltes la mano", dijeron los senadores

Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...