19 de diciembre de 2021

Sigo peleándola detrás de la trinchera

Domingo por la tarde en la ciudad.  Todos los kilos de sobrepeso que había logrado bajar después que ir más de dos meses al gimnasio, los recuperé en cuestión de días. Es increíble. Y esto va para largo, así que me tendré que acostumbrar. Cualquier ejercicio que involucre a los brazos, me puede terminar de destruir. Estoy pensando en ir a ver a un traumatólogo la semana que viene, si es que la lesión no mejora. Estamos en el fin de semana, y es al pedo enroscarse sabiendo que nadie te va a atender recién hasta el lunes (con suerte). 

Forzosamente, tengo más tiempo libre, pero a su vez debo seguir laburando, sería una hipocresía quejarme porque me duele un brazo cuando hay gente que ha sido víctima de fracturas y politraumatismos graves. Me puse a ver la serie de Maradona, "Sueño Bendito", y la verdad es que está muy bien hecha. Pueden ser que algunas secuencias no me cierren del todo, pero se nota que pusieron guita y que hay un gran laburo de producción. Pienso que en los próximos años habrá más documentales o biopics del Diez, pero esta serie lo que no hace, es ser complaciente. Es decir, que se muestra (o se sugiere) a Maradona consumiendo droga, sus romances con infinitas mujeres, su poco apego a los entrenamientos. Si yo me dedicara a este tipo de producciones, habría algunas escenas que suprimiría y otras que creería necesario agregar, pero tengo entendido que el propio Maradona, antes de morir firmó un acuerdo o un contrato respecto a los contenidos que él autorizaba que se mostraran. Hay algunos momentos que parecen casi catastróficos en su carrera, como cuando fue a jugar al Barcelona, y se enfatiza demasiado la puja entre la dirigencia del Club y sus limitaciones físicas. No obstante, reitero que no deja de ser un buen producto desde el punto de vista estrictamente cinematográfico. Por citar un caso, hasta los carteles publicitarios que estaban en la cancha de Boca se reprodujeron con gran detalle (por ejemplo, Thompson & Williams, una sastrería que no existe más). 

El gran ascenso de Diego, no caben dudas, se produjo con su llegada a Italia y la conquista del Mundial con la Selección. Lo curioso de todo esto, es que le bastó apenas una década (de 1980 a 1990, digamos), para ser considerado como el mejor del mundo, hasta el día de hoy. Bueno, creo que me fui por las ramas porque no era mi intención hablar sobre Maradona, sino simplemente comentar lo que pude ver. Estimo que la serie consta de 7 u 9 capítulos, no los conté aún. 

Mañana trataré de retomar paulatinamente mi rutina habitual, un poco "entre algodones" por la lesión que tuve y que me sigue pasando factura, pero tengo que continuar trabajando. Por lo general, este tipo de accidentes domésticos se dan de la forma más estúpida, y no tiene sentido pensar en lo que uno "podría haber hecho", con los resultados consumados. No planeaba escribir nada por aquí durante el resto del mes, pero ese "ida y vuelta" que se da con los lectores, es maravilloso, y varias personas me preguntan por qué no publico notas de este tipo de mi diario digital. La verdad es que no lo hago porque el diario es información pura y tiene poca opinión, en cambio si yo escribo para el blog, me permito la licencia de poner en palabras muchas cosas que me pasan y que no tienen nada que ver con una noticia de actualidad. 

Por otra parte, a 20 años del estallido social de 2001, surgen distintas interpretaciones. Hay quienes dicen que Alfonsín conspiró contra De la Rúa para que Duhalde fuera el próximo Presidente. Como el caudillo radical ya está muerto y no podría defenderse de algo así, se hace más difícil la cuestión. Sí es cierto que Alfonsín se reunió secretamente con Duhalde para brindarle su apoyo para asumir, y todo eso está bien relatado en el libro de Miguel Bonasso, "El palacio y la calle". Pero no es cierto que conspiró abiertamente, o que contribuyó de forma directa a la renuncia de De la Rúa. Y si tenemos en cuenta de que fue uno de los mentores de la Alianza de aquel entonces, es todavía menos probable. Es por ello que Duhalde fue un presidente de transición, que casi nadie recuerda por haber tenido una gestión relevante. Lo único bueno que hizo fue terminar con el "1 a 1", a costa de una devaluación feroz y un caos financiero que recién menguó un poco en el segundo semestre de 2002. El "consenso", que tanto declamaba Alfonsín, consiste -en parte- en saber negociar haciendo política, sin exponer públicamente algunos puntos que pueden resultar oscuros para la tribuna.

 En fin, sobre esta cuestión se podrían tejer diversas hipótesis, pero lo más importante es que los chicos sepan lo que pasó, y que se le explique por qué. Lo demás, queda reservado a tertulias entre gallos y medianoche. Punto final. 

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