24 de febrero de 2024

Hacia dónde vamos?

La semana transcurrió tranquila, sin mayores novedades en el plano doméstico. Tengo la sensación de que este mes, que históricamente se pasa volando y es como un sándwich entre enero y marzo, se ha vuelto más “largo” que en años anteriores. Esa percepción, probablemente, tenga que ver con la falta de hechos relevantes. Ante ese escenario se acentúa más aún el marco de mediocridad generalizada.

Muchas veces somos nosotros quienes proyectamos nuestra falta de iniciativa en una determinada época, y lo real es que hemos pasado bastante tiempo haciendo la plancha, creyendo que con esa actitud éramos más previsores y prudentes al tener que nadar en aguas turbulentas. Pero no puede aplicarse como regla general. Sería un error vivir de ese modo.

 No estoy hablando de ser pusilánimes, como podría pensarse. Hagamos la salvedad de que la cobardía no significa solamente negarse a cagarse a trompadas. Sería un razonamiento bastante básico. Es aferrarse a “lo seguro”, por ínfimo que nos resulte eso que te sostiene. 

Como planteé en algunas notas anteriores, en la vida hay que jugársela, y quizás lo estés haciendo todo el tiempo, sin darte cuenta de ello, porque implica tomar decisiones. Pero en cada decisión subyace esa voluntad de ir hacia un camino o hacia otro. Y es parecido a arrojar una moneda al aire, para ver de qué lado cae. Si hubiera certezas de todo, careceríamos de todo riesgo, pero también caeríamos en un aburrimiento fatal. Es bueno que la vida te sorprenda de vez en cuando.

Si me preguntás por la actualidad política, y por lo que estamos viendo a nivel país, podría analizarlo según mi mirada. Sólo diré que me provoca inquietud y zozobra el hecho de ver que no hay rumbo, no hay plan, no hay nada. Bueno, aquí tenemos un ejemplo claro de en qué casos tiene que haber previsión, porque se trata de gobernar para millones de habitantes, de lo contrario, se termina transformando en un experimento, un globo de ensayo. Estamos atravesando una recesión pocas veces vista. Y nadie sabe por cuánto tiempo más se prolongará. El final de esta historia no va a ser grato, de eso estoy seguro.

No es posible incentivar el consumo en esta coyuntura, si tenemos los precios en alza constante. Hay que cuidar la plata, pero al estar tan devaluada, no podés comprar nada, y conservar dinero tampoco sirve para tener un refugio ante la inflación. El dólar ha cambiado su tendencia, basta con ver cómo desde hace varias semanas transita una progresiva baja, es decir que si compraste a $ 1.850, ahora los vas a vender a $ 1.050, con suerte. A menos que tengas un patrimonio como para “aguantarlo” unos meses con la esperanza de -al menos- recuperar ese capital, la inversión no habrá dado el resultado esperado, y por lo tanto vas a perder otra vez. Las cotizaciones en sí son un tema complejo y daría para largo. Aunque no soy un experto en finanzas, seguramente lo abordaré con más detalle en otro posteo. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

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