7 de enero de 2022

¿El periodismo cambia al compás de la sociedad? No siempre

Marcar la cancha es -de algún modo-, marcar la diferencia. Esta aspiración puede concretarse de diversas maneras, pero el modo más obvio, (en mi rubro) es teniendo producción periodística propia. Claro que la diferencia debe advertirse muchas veces en el estilo y en el enfoque, no necesariamente en el tema a abordar. Si la opinión pública esta shockeada por un crimen aberrante, no podés publicar una nota sobre "Tom y Jerry", digamos.

 Sabemos que los meses de verano es más difícil conseguir material, porque hay mucha gente de vacaciones, sobre todo en la administración pública. Pero no es cuestión de tirar la toalla. Porque lo que está sucediendo ahora, muchas veces tenga mayor relevancia a futuro de lo que verdaderamente suponemos. El periodismo cambió notablemente en las últimas décadas. Si vos leés una nota de un diario nacional de la década del '80, incluso ya conquistada la democracia, había muchos pruritos y autocensura. Con la aparición de Internet y de los diarios digitales, la actualización de las noticias requiere mucha más rapidez. Hoy por hoy, los portales periodísticos compiten, básicamente, con la radio y la televisión. Es raro encontrar una primicia en un diario en papel que no haya sido antes difundida por un medio audiovisual. Lo que sí todavía puede ocurrir, es que se le dedique una cobertura más amplia, con columnistas o profesionales idóneos. Abundan, también, los que se atribuyen primicias de hechos tan insignificantes que a mí me daría vergüenza otorgarles esa calificación. Lo que más vende, y esto una vez me lo dijo un profesor, es: Sexo, sangre (asesinatos, etc), y dinero. Todo lo que tenga que ver con la guita a la gente le importa, si es que le afecta directamente. Como la suba de impuestos, del transporte público, colectivos, trenes, y podría seguir enumerando.

¿Qué es lo que está pasando ahora? Que el Gobierno se resiste a hacer un ajuste "al estilo Macri", y aunque todos queremos pagar lo menos posible, muchas tarifas han quedado desactualizadas. Y no digo esto con el ánimo de defender a las empresas, que prestan un servicio deficiente y no se hacen cargo de nada. Mientras sigan los cortes de luz, y por más multas que supuestamente les apliquen a las prestadoras, el humor social no está como para absorber ningún tipo de aumento. En realidad, siempre hubo falta de inversión en todos los rubros: cuando la tarifa era carísima, y también ahora. Hasta que no se solucione algo tan elemental como los cortes de luz, es imposible hablar del "soñado" Parque Industrial en Lobos. Si vos como empresario tenés maquinarias y una cadena de producción, cualquier baja de tensión o corte del suministro te termina cagando. Otro verso es el tema de la "alta demanda". Hasta un chico de 5 años sabe que durante el verano la gente usa ventiladores, aire acondicionado, o lo que fuere. Es natural que así sea, porque a nadie le agrada estar en su casa padeciendo 36° C. Ellos, el ENRE, o quienes sean, te la pueden vender como quieran, pero aunque sea, que se esmeren por utilizar argumentos válidos. Es lo mismo que criticar a un comerciante porque hay mayor demanda de helados. ¡Pero claro! Si en invierno la gente toma té o café, es obvio que cuando cambia el clima también cambian los hábitos de consumo. 

La única excepción en que un corte de luz, o de otro servicio, está justificada, es si se produce un desastre natural (tornado, lluvias intensas durante varios días, fuertes ráfagas de viento). Y hasta ahí nomás. Porque tarde o temprano, el tornado cesará y los usuarios no pueden quedarse sin luz en pleno siglo XXI. Recuerdo que acá en Lobos, hace tres o cuatro años, hubo una seguidilla de cortes que provocó un profundo malestar, y por las redes la gente lanzaba toda clase de insultos contra la empresa. Pues bien, uno de esos vecinos propuso ir al día siguiente a la oficina de EDEN a protestar y reclamar. ¿Sabés cuántas personas fueron? No más de 30 o 40. Es decir, que si todos los que se rasgaban las vestiduras por Facebook hubieran concurrido a quejarse y protestar en forma presencial, la convocatoria hubiera contado con cientos de vecinos. Parece ser que la comodidad de quedarse en casa y escribir gansadas es más fuerte que ir un día de verano al rayo del sol y poner los h... sobre la mesa. Nos estamos viendo pronto. Punto final.  

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