22 de septiembre de 2022

¿De city tour por Nueva York?

 Alberto F. (presidente desdibujado) no escarmienta. Como aquel viejo refrán del pato criollo: "Cada paso...". El primer error fue haber aceptado ser un presidente casi testimonial. ¿Tenía otra alternativa? Bueno, podría haber hecho "la gran Randazzo" y negarse de una forma más o menos convincente, aunque quizás Randazzo no sea el mejor ejemplo para el tema que nos convoca. Y su gran problema es que le gustan demasiado las fotos en una coyuntura en que la gente, o la sociedad en su conjunto, ya no tolera pelotudeces. Digámoslo de una vez: Alberto, se la dejás servida en bandeja a los "medios hegemónicos" que vos o tus seguidores, si es que le queda algunos, dicen denostar. Primero fue la foto del cumpleaños VIP de su pareja, en la que aparecías sonriente como un niño haciendo una travesura mientras el resto de la gente se cagaba de hambre en pleno aislamiento y cuarentena por la pandemia. Más recientemente, en lugar de hacer algo productivo ya que viajaste casi en plan turístico a la Asamblea de la ONU, te sacaste otra foto con un músico de David Bowie. Si te gusta pertenecer al jet set, ¡por lo menos no hagas públicas esas fotos que te queman por completo! Y si encima tus funcionarios de la Secretaría de Comercio Interior (es decir, el mismo organismo que debe regular los precios de los comestibles), se reúnen por el abastecimiento de las figuritas que es un tema sumamente preocupante para vos, estás al horno. Cualquier persona con sentido común te liquida en dos trompadas, sos como un boxeador que está a punto del caer por Knock Out. Y si, como pregonás, sos el presidente de todos o todes, das vergüenza. 

Dicho de otro modo, sos un presidente prescindible, por eso te dicen Tío Alberto, porque te parecés al "Tío" Cámpora, claro que no contás ni por asomo con la carga épica que parte de la historia te otorgó a este último. Y a vos la historia no te absolverá en absoluto. 

Además, quiero creer que dentro de los inútiles e inoperantes que te rodean, tenés algún asesor de imagen. Inventaste un cargo, el de vocero de Casa Rosada, y se lo diste a Gabriela Cerruti. Cerruti, justo es decirlo, siempre se declaró peronista, pero -por otra parte- como periodista de investigación ha demostrado ser muy buena. No está mal que ocupe ese lugar para defender la gestión. Pero no podés pretender que te ataje todos los penales cuando tu equipo va perdiendo por goleada. 

Si fueras más discreto, esas imágenes que hoy provocan indignación, nunca se hubieran hecho públicas y nadie se hubiera enterado. Pero bueno, ahí no te puedo ayudar, Alberto, te estás hundiendo solo desde hace tiempo, básicamente por dos motivos: Reaccionás anticipadamente o tardíamente. Un presidente debe saber que hay que pensar antes de actuar. Sé que es una gran responsabilidad el cargo que tenés, pero nadie te obligó a nada, vos aceptaste compartir la fórmula con CFK creyendo ingenuamente que Ella no recuerda todas las veces que la criticaste (es muy hábil en ese sentido, vamos a reconocerle el mérito). Porque lo hiciste abiertamente, y por ende vos tampoco resisitís un archivo. Y Ella te va a pasar factura cada vez que tenga ocasión, como una estocada más. La gente te ve como un tipo que lo único que hace es poner la firma en los decretos, sin poder real: Podrías defender tu propia gestión o intentar recomponerla, pero me temo que ya es demasiado tarde para vos. Y reitero: Si vos le das de comer a tus supuestos enemigos mediáticos, no seas tan gil como para suponer que desaprovecharán la oportunidad. Te queda poco menos de un año, con la única finalidad de salir airoso de un Gobierno que hasta ahora ha sido un desastre, y cada uno podrá enumerar hechos concretos para avalar lo que estoy diciendo. Lo peor de todo, es que en la mayoría de los casos, fueron errores no forzados, hablando en la jerga del tenis. Amigos, nos estaremos viendo pronto, porque la actualidad política nunca descansa. Punto final.

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