13 de septiembre de 2011

Se agitan olas en medio del triunfalismo oficial

De no mediar ningún inconveniente, la Presidenta será reelecta el octubre, para júbilo del oficialismo y desazón de la oposición. Lo curioso es que, tras el resultado de las elecciones primarias que otorgaron una amplia ventaja a Cristina, comenzó la incertidumbre en la sociedad, con la compra de dólares que obligó al Banco Central a intervenir. Con la inflación en ciernes, la gente busca refugio seguro para sus ahorros. Varios economistas sostienen que como la plata vale cada vez menos, los argentinos compran autos y plasmas, bienes que todavía pueden estar al alcance de la clase media. Invertir en inmuebles es casi imposible, por los valores que se manejan en el mercado. Los depósitos a plazo fijo otorgan un interés muy bajo, de manera que tampoco es una alternativa a tener en cuenta. Cada vez se puede ahorrar menos, y los que todavía pueden hacerlo, buscan que su dinero rinda. Desde que tengo uso de razón, comprar dólares ha sido la forma más simple que los argentinos eligieron para proteger sus ahorros, y como siempre ocurre, la demanda del billete no hace más que aumentar su valor. El Gobierno no entiende que no sirve de nada imponer restricciones a la compra de dólares en los bancos, porque existe un mercado paralelo que con gran eficacia llevan a cabo los famosos "arbolitos" de la City Porteña. Lo que hace falta son reglas de juego claras, un horizonte previsible, que nos haga sentir seguros de que la guita que tanto nos cuesta ganar no se va a desvalorizar como sucede todos los días. El día después de las elecciones, cuando ya no haya más que debatir o discutir, cuando el cotillón oficialista haya cesado, llegará la hora de la verdad. Porque la gente tiene que seguir su vida, aunque los mandatarios se mantengan en el poder.

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