26 de octubre de 2015

Vencedores y vencidos

Esta vez, el Frente para la Victoria fue el "Frente para la Derrota". Lo dicen los números del escrutinio. Resulta increíble cómo a alguien se le haya ocurrido postular a Anibal Fernández en la Provincia, cuando es el funcionario que más rechazo genera en la sociedad. Por primera vez, una mujer gobernará la provincia más rica del país, y necesitará temple para medirse con los "barones del Conurbano". María Eugenia Vidal, además de ser atractiva, es una mujer inteligente. Me atrevería a decir que es más inteligente que el propio Macri, porque cuando Vidal vino a Lobos, mostró mucho más conocimiento de la Provincia del que tenía el niño Mauricio. Después de 28 años de peronismo, Buenos Aires será gobernada por Cambiemos, la alianza entre radicales, macristas y "lilitos" que derrotó al poderoso aparato justicialista. Sinceramente no le tenía fe a Vidal, pensé que iba a hacer una buena elección pero ni remotamente me imaginé que iba a ganar. Sobre todo, porque en La Matanza no le fue demasiado bien, y andaba flotando el fantasma de Pinky, que se autoproclamó ganadora y terminó derrotada por el infame Ruckauf. Pero volviendo al presente, el verborrágico Fernández, por primera vez en mucho tiempo, eligió el silencio. En rigor de verdad, como dicen los yanquis, "todo lo que diga puede ser usado en su contra". El resultado lo dejó tan mal parado, que quedó knock out. Pero como suele suceder, seguramente antes de que se quemen las naves, conseguirá alguna Embajada donde lo mantengan en el freezer, como hicieron con Moreno. Al menos hay que celebrar que no se haya escapado en un baúl, como cuando era Intendente de Quilmes. 

Sin embargo, subestimar al FPV sería unn error que ningún periodista serio debería cometer. El peronismo siempre vuelve, más tarde o más temprano, y conserva la herramienta más valiosa: una capacidad de movilizar a las masas que ninguna otra fuerza política tiene. Si no hubiera habido una interna en la Provincia y el candidato del FPV hubiera sido Julián Domínguez, probablemente el resultado sería distinto. Pero eso es una mezcla de futurología e historia contrafáctica que no conduce a nada. Lo que valen son los números, que se plasmaron en hechos. Punto final.

Dame aunque sea una mísera señal!

  Martes por la noche en la ciudad. La verdad es que no estaba del todo convencido acerca de escribir algo hoy. Pero si voy a esperar a deja...