2 de julio de 2018

Segunda mitad del año con panorama incierto


Comenzó la segunda mitad del año, ya estamos en julio y dejamos atrás seis meses para el olvido. Ya cesó la euforia mundialista, a nadie le importa demasiado este evento deportivo ahora que la Argentina  (o mejor dicho, la Selección), quedó afuera de la competencia. Las prioridades de la gente pasan por otro lado, por poder pagar las facturas de los servicios, por sentirse más acompañada y representada cuando debe hacer un reclamo. Parece ser que este acuerdo con el FMI que se anunció con bombos y platillos como solución mágica, no está dando resultados, porque la escalada del dólar no se detiene, y los mercados se siguen manejando a su antojo en medio de tanta volatilidad. Es mentira decir que "lo peor ya pasó", a menos que haya estadísticas confiables o indicadores que demuestren lo contrario. Si nuestra calidad de vida se sigue deteriorando, el poder de compra de los salarios también se ve disminuido, por lo cual es lógico suponer que los comercios vendan menos. Este panorama no es nada cómodo ni alentador, sobre todo porque el Gobierno tampoco sabe comunicar los escasos logros que pueda tener en su magra gestión. No han querido hacer Cadena Nacional para oponerse a la práctica habitual de los K, pero en determinados casos es necesario. Que el Presidente, y no un "ministro-comodín", le diga a la gente por qué estamos así, y que nos espera en los años que le restan de mandato. Que tengamos cierta estabilidad para saber que nuestros ahorros están protegidos y desalentar la compra de divisas. 

Todo eso, y mucho más, hace falta en un Gobierno que puso como bandera el slogan "Pobreza Cero", siendo que cada vez más gente no llega a fin de mes y vive en situaciones de extrema vulnerabilidad. Además de las dificultades que enfrentan los más jóvenes para acceder a su primer empleo. Es fundamental poner en valor el esfuerzo del estudio y la dedicación, para que de este modo aquel que invirtió tiempo y dinero en formarse en una carrera, acceda al mercado laboral. No todos son ingenieros o abogados, hace falta mano de obra calificada para diversos rubros de la industria, y también empleadores que les den una oportunidad a quienes recién empiezan por este derrotero, y que aspiran a progresar y formar una familia. Punto final. 

"No me sueltes la mano", dijeron los senadores

Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...